- Xbox Next apostaría por una APU AMD en 3 nm, GPU RDNA 5 hasta 68 CUs, IA dedicada y 24-32 GB de GDDR7.
- La ventana de lanzamiento se movería entre finales de 2026 y 2027, con 2-3 años de coexistencia con Series X|S.
- El precio es el gran interrogante: desde 500-600 € hasta escenarios premium de 800-1.000 € por apertura a tiendas externas.
- Objetivo práctico en 4K con reescalado por IA, retrocompatibilidad amplia y posible lector de discos opcional.
Xbox Next es el nombre que suena con más fuerza para la próxima consola de Microsoft, una máquina que apunta a ser un salto grande en potencia, tecnologías de IA y apertura del ecosistema. Aunque aún no hay confirmación oficial, los rumores y filtraciones coinciden en que será un sistema premium preparado para competir con PS6 y acelerar la transición a la nueva generación.
En este artículo reunimos todas las piezas que circulan: desde posibles fechas de lanzamiento, precios y especificaciones hasta la estrategia de abrir la consola a tiendas externas como Steam o Epic Games Store. También repasamos dudas clave como la retrocompatibilidad, el 4K/8K, el papel de la IA y si habrá versión con lector de discos o totalmente digital, integrando todas las informaciones que han trascendido para que tengas una visión completa.
¿Qué es exactamente Xbox Next y qué propone?
El proyecto Xbox Next describe la próxima generación de hardware de consola de Microsoft, sucesora de Xbox Series X|S, con ambición de elevar el rendimiento y ofrecer un enfoque más abierto del ecosistema. Filtraciones apuntan a una APU personalizada de AMD en 3 nm, un sistema operativo muy optimizado y tecnologías de IA aplicadas al renderizado y a funciones de juego avanzadas.
Desde el lado de Microsoft, voces como Jason Ronald han deslizado una visión de plataforma unificada en múltiples dispositivos y servicios, incluyendo la integración de tiendas externas tipo Steam. Además, se habla de un chip dedicado para IA desarrollado junto a AMD, orientado a potenciar el renderizado neuronal y nuevas experiencias interactivas.
Fecha de lanzamiento: ventanas posibles y transición
Las filtraciones sitúan su llegada entre finales de 2026 y mediados de 2027, con otros informes que acotan aún más hacia el último tramo de 2027. La estrategia de Microsoft pasaría por adelantarse a PS6 por un margen aproximado de un año, buscando capitalizar el impulso inicial de la generación.
Tras su estreno, se espera una fase de coexistencia de 2 a 3 años con Xbox Series S y Series X. Durante ese periodo, es previsible que Series S vuelva a tensionar algunos desarrollos por su memoria más ajustada, algo que ya hemos visto en esta generación con ciertos títulos.
¿Cuánto costará? Escenarios de precio y por qué hay tanta disparidad
Aquí aparecen las mayores divergencias. Una corriente de rumores habla de un precio similar o algo superior al de Series X en su debut, en el rango de 500-600 euros. Otra línea estima una etiqueta de entre 600 y 700 dólares si Microsoft decide absorber parte de los costes para ganar cuota y recuperarse vía juegos y servicios.
En el extremo opuesto, varias fuentes sugieren un enfoque premium radical: debido a una APU “Magnus” muy grande y costosa y a la apertura a tiendas externas (sin el 30% de comisión de su store), Microsoft podría buscar rentabilidad directa en hardware, lo que empujaría el PVP a cifras altas. En ese escenario, se barajan 800-1.000 euros o incluso picos de entorno a 1.200 dólares, literalmente cerca del doble frente a una PS6 situada alrededor de 499-599.
Que una consola sea más cara de fabricar no implica necesariamente un PVP mayor, pero el nuevo modelo de ingresos (menos margen por software si entran tiendas de terceros) podría forzar un precio superior para cuadrar cuentas. De elegirse un posicionamiento premium, Xbox Next aspiraría a un público que valore máxima potencia y mayor libertad de tienda, aun pagando más por el hardware.
CPU, GPU y arquitectura: lo que dicen las filtraciones
Los reportes coinciden en que Xbox Next apostaría por una APU AMD fabricada en TSMC a 3 nm. La gran novedad sería un diseño de GPU modular (MCM), a diferencia del enfoque monolítico que se atribuye a PS6, lo que permitiría escalar el núcleo gráfico a mayor tamaño y potencia.
En CPU aparecen dos versiones de rumor: una habla de un procesador de 11 núcleos con dos bloques (8 basados en Zen 6c y 3 en Zen 6), aprovechando uno de ellos para el sistema y dejando 10 núcleos para juegos. La otra reduce la configuración a 8 núcleos Zen 6 a 4 GHz o más. En ambos casos se esperan mejoras sustanciales frente a Zen 2 de Series X, con más IPC y frecuencias superiores, además de entre 16 y 32 MB de caché L3 como rango verosímil por densidad de silicio.
En GPU, el salto apuntaría a RDNA 5 con hasta 68 Compute Units; si se mantiene la equivalencia actual de 64 shaders por CU, eso serían 4.352 shaders. Este aumento frente a los 3.328 shaders de Series X, unido a las mejoras de arquitectura, debería traducirse en un rendimiento claramente mayor y mejor eficiencia por vatio.
La memoria unificada subiría a 24-32 GB de GDDR7 a 32 Gbps. Aquí aparece un dato conflictivo: se ha citado un bus de 192 bits, que parece corto para CPU y GPU de esta envergadura; no obstante, podría tratarse de una arquitectura de memoria dividida en dos bloques con distinto ancho de banda, como en Series X (combinación de 320/192 bits), algo que además ayudaría a la retrocompatibilidad a nivel de timings y caminos de memoria.
En almacenamiento, se espera un SSD más veloz que el de la generación actual (Series X ronda 2.4 GB/s), con cifras teóricas sobre 5 GB/s o superiores en lectura secuencial, algo clave para motores y streaming de datos de próxima generación.
Potencia teórica y comparación con PS6
Tomando como base 4.352 shaders a picos de 3 GHz, se ha estimado una potencia de alrededor de 26,11 TFLOPs FP32 sin contar dual-issue. Con doble emisión de shaders, esa cifra teórica se dispararía a 56,22 TFLOPs FP32. Para PS6, los rumores apuntan a aproximadamente 18,43 TFLOPs sin dual-issue y cerca de 36,86 TFLOPs con él.
Aunque estas cifras pondrían a Xbox Next con una ventaja bruta notable, conviene recordar que los TFLOPs no lo son todo: el éxito real depende de precio, catálogo, servicios, optimización y decisiones de diseño de los estudios. Aun así, el techo de potencia de la nueva Xbox sería, sobre el papel, ambicioso.
¿4K nativo, 8K o reescalado inteligente?
Las expectativas más realistas sitúan a Xbox Next con un objetivo de 4K en la mayoría de casos, apoyándose con frecuencia en reescalado inteligente de última generación. El 8K quedaría reservado para títulos muy poco exigentes o demos tecnológicas, como ya ocurre puntualmente en PS5 con ciertos juegos.
En la primera fase de transición generacional podríamos ver modos 4K a 60 FPS e incluso 120 FPS en obras menos demandantes, pero a medida que los motores y activos suban de calidad, es probable que muchos juegos trabajen con resoluciones internas en torno a 1080p-1440p y reescalen a 4K mediante IA.
Unreal Engine 5 debería ir más cómodo en este hardware gracias al salto de CPU/GPU y a la memoria GDDR7; si Epic lanzase un eventual Unreal Engine 6, podría volver a tensarse el equilibrio como ya pasó con Series X y PS5 al inicio del ciclo UE5.
IA aplicada a gaming, FSR y ray tracing de nueva generación
AMD y Microsoft habrían diseñado un silicio con bloques dedicados a IA que acelere reescalado, reconstrucción de rayos y generación de fotogramas. Esto encaja con la hoja de ruta de AMD (FSR más avanzado, “Redstone” con frame generation y ray reconstruction) adaptada al entorno de consola con aceleración por hardware.
El objetivo es que el reescalado inteligente potenciado por IA sea más estable, nítido y temporalmente coherente, y que la iluminación por trazado de rayos gane presencia real en juegos exigentes. La promesa es pasar de “modos RT” testimoniales a implementaciones más sustanciales sin hundir el rendimiento.
Retrocompatibilidad: qué esperar
La retrocompatibilidad es una de las fortalezas históricas de Xbox y todo apunta a que seguirá siendo un pilar en la nueva generación, complementándose con soluciones de software como la guía práctica de emuladores retro. Se espera compatibilidad con Xbox Series X|S y con gran parte del catálogo de Xbox One, Xbox 360 y la Xbox original, con las habituales listas oficiales de juegos admitidos.
Microsoft mantiene un ecosistema en el que puedes seguir adquiriendo clásicos en digital y llevarlos contigo. En este sentido, la división de memoria en dos bloques podría ayudar a respetar perfiles de rendimiento de títulos antiguos y reducir incompatibilidades a bajo nivel.
¿Consola totalmente digital o con lector de discos?
Aunque la tendencia del mercado empuja a lo digital, lanzar una consola sin unidad óptica puede cerrar la puerta a muchos usuarios por cuestiones de conectividad, coleccionismo o mercado de segunda mano. Por ello, cobran fuerza dos estrategias: doble modelo (con y sin lector) o un lector modular externo que se acople opcionalmente.
Ofrecer una variante sin lector abarata el PVP y mejora potencialmente el diseño térmico y el tamaño, pero dejar solo esa opción puede ser un freno en segmentos clave. La solución intermedia permitiría equilibrar precio, flexibilidad y preferencias del usuario.
Ecosistema abierto: Steam, Epic, GOG y los desafíos legales
Una de las grandes sorpresas del rumorario es la posible compatibilidad con tiendas de terceros como Steam, Epic Games Store o GOG. Técnicamente, se baraja que estas tiendas y juegos podrían ejecutarse dentro de una máquina virtual bien aislada, manteniendo control y seguridad del sistema.
El principal escollo no es técnico sino legal: según filtradores, los editores no aceptarían que una licencia comprada en “Xbox” valga también en PC, así que solo la consola disfrutaría de retrocompatibilidad amplia con generaciones anteriores, mientras que el entorno “PC dentro de Xbox” sería un contenedor aparte con sus propias licencias.
Este movimiento tendría implicaciones de negocio: si Microsoft permite tiendas externas, pierde el 30% que tradicionalmente retiene por cada transacción en su store. A cambio, la consola ganaría atractivo como dispositivo híbrido entre consola y PC de salón, algo que puede gustar a una parte del público dispuesto a pagar más por esa flexibilidad.
Cómo se posicionaría frente a PS6
Los rumores sobre PS6 mencionan una GPU RDNA 5, memoria GDDR7, retrocompatibilidad amplia y un precio agresivo en torno a 499-599. Si Xbox Next opta por el camino premium (y caro), Sony podría conservar el terreno del valor/precio tradicional con potencia suficiente para la mayoría de jugadores.
Esto no supondría el fin de la competencia, sino un desacoplamiento de estrategias: Xbox Next captando a usuarios que priorizan potencia y apertura de ecosistema, y PS6 reforzando el segmento más amplio con precio contenido, eficiencia y exclusivos muy pulidos.
Rendimiento esperado y equivalencias orientativas
Históricamente, las consolas lanzan con un rendimiento cercano a la gama media del año de salida. Con Xbox Next en 2026-2027, eso podría situarla en niveles próximos a una hipotética gama media de PC de 2027, que a su vez equivaldría a entrada a la gama alta del año anterior.
Se ha planteado incluso una equivalencia aproximada con una GeForce RTX 5070 en 2027 (en rasterización pura y salvando diferencias de arquitectura), aunque estas comparaciones deben tomarse con cautela porque la optimización en consola y las tecnologías de IA pueden alterar mucho el resultado.
Series S/Series X durante la transición
En los dos o tres años posteriores al estreno, los estudios deberán coexistir con tres generaciones: Series S, Series X y Xbox Next. Esto obligará a equilibrar assets, memoria y CPU/GPU para no penalizar a ninguna base de usuarios, algo especialmente delicado en el caso de Series S por su RAM más limitada.
Conforme se asiente Xbox Next y su base crezca, los desarrollos podrán centrarse más en su techo técnico, con texturas de mayor calidad, mundos más amplios y RT más ambicioso gracias a los bloques dedicados y al reescalado por IA.
Sobre la APU “Magnus” y la memoria
La APU “Magnus” sería la gran responsable del costo si se confirma un chip “grande”: 68 CUs, 4.352 shaders y diseño modular para escalar rendimiento. El rumor del bus de 192 bits es el que más dudas genera; una explicación posible es volver a un esquema de doble ancho de banda como en Series X, mitigando el cuello de botella.
Elevar la memoria unificada a 24-32 GB GDDR7 permitiría manejar texturas más pesadas, mayor distancia de dibujado y simulaciones más complejas, elementos que demandan no solo capacidad, sino ancho de banda sostenido y latencias ajustadas para motores modernos.
¿8 núcleos o 11 núcleos en CPU?
La disparidad entre 8 y 11 núcleos puede deberse a distintos prototipos o a configuraciones pensadas para reservar recursos al sistema. Un bloque híbrido con núcleos Zen 6 y Zen 6c permitiría aislar tareas del SO, dejando más núcleos “limpios” para juegos, algo útil cuando el sistema debe atender captura, streaming o servicios en segundo plano.
Si finalmente el diseño es chiplet y no monolítico, hay margen para integrar más caché L3 y mantener unidades FPU completas, acercándose más a la arquitectura estándar de Zen 6 en PC, siempre equilibrando costes, consumo y tamaño del die.
¿Habrá una Xbox portátil “oficial” vinculada?
En paralelo han circulado menciones a dispositivos portátiles asociados a Xbox, pero lo relevante aquí es cómo encaja Xbox Next en una familia de hardware y servicios que abarque nube, sobremesa y movilidad. La prioridad, según declaraciones recientes, es el hardware de salón y su innovación en silicio, sin cerrar la puerta a experiencias complementarias.
Que exista o no un dispositivo portátil “de marca” no cambia el hecho de que la apuesta central pasa por una consola más potente, abierta y con IA como eje, sin perder de vista la retrocompatibilidad y la calidad de vida para el usuario.
Lo que puedes esperar el día uno
Si las filtraciones aciertan, Xbox Next llegaría con: una APU AMD en 3 nm, CPU Zen 6 (8 u 11 núcleos según configuración), GPU RDNA 5 con hasta 68 CUs, 24-32 GB GDDR7, SSD de alto rendimiento, hardware dedicado a IA, reescalado de última generación y RT reforzado.
En servicios, se perfila un ecosistema más abierto (con tiendas externas en un contenedor virtual), retrocompatibilidad amplia en el lado “Xbox” y la opción de comprar juegos clásicos en digital. La duda que quedará hasta el final será el precio definitivo y si habrá uno o dos modelos diferenciados por el lector de discos.
Con tantas piezas aún moviéndose, lo más prudente es contemplar varios escenarios de precio y fecha de salida. Aun así, el hilo conductor es claro: Microsoft quiere recuperar terreno con una consola técnicamente muy capaz, apoyada en IA y con una visión menos cerrada del ecosistema.
Sea con etiqueta “contenida” o con ambición premium, todo apunta a una máquina más potente que Series X, con 4K como objetivo práctico, IA para “estirar” la imagen y una estrategia que puede redefinir qué esperamos de una consola. Si encaja el precio, la propuesta puede ser muy atractiva; si se dispara, PS6 tendría vía libre para dominar el segmento masivo.