Configuración para mineros Bitmain Antminer: guía completa paso a paso

Última actualización: octubre 15, 2025
  • Ubicación, energía e Internet son la base para operar 24/7 sin interrupciones.
  • Una PSU con margen y línea a 220–240 V mejora eficiencia y seguridad.
  • Los pools con stratum simplifican pagos; las comisiones van del 0,5% al 5%.
  • El hashrate del pool puede tardar horas en verse aunque el minero funcione bien.

Configuración de mineros Bitmain Antminer

La idea de esta guía es ayudarte a configurar prácticamente cualquier Bitmain Antminer de forma clara y segura, incluso si es tu primera vez. Aunque el ecosistema evoluciona, los principios básicos de instalación y puesta en marcha de estos equipos siguen siendo válidos hoy en día y son muy similares entre modelos.

Para que un Antminer funcione sin parar, hay tres pilares: un lugar adecuado donde pueda operar 24/7, alimentación eléctrica con la potencia necesaria y conexión a Internet estable por cable. A partir de ahí, solo queda unir tu minero a una piscina de minería y ajustar unos pocos parámetros en su panel web.

Los tres pilares para poner a trabajar un Antminer

Antes de enchufar nada, conviene tener claras las bases. Estos son los requisitos imprescindibles para que el equipo trabaje sin interrupciones, con buen rendimiento y sin sobresaltos.

  • Ubicación: un espacio donde el ruido, el calor y el flujo de aire no sean un problema.
  • Energía: fuente de alimentación adecuada a los vatios reales del minero y cableado correcto.
  • Internet: conexión estable por Ethernet; no necesitas gran ancho de banda, sí fiabilidad.

Ubicación: ruido, calor y seguridad

Los Antminer de Bitmain usan ventiladores de 120 mm que pueden girar en torno a 7.500 RPM, generando un nivel de ruido notable y una corriente de aire caliente constante. A diferencia de la minería con GPU, esto los convierte en malos candidatos para colocarlos en un dormitorio o en zonas de vida comunes. minería con GPU

Piensa en alternativas como un cobertizo ventilado, un cuarto técnico, un garaje bien aireado o espacios donde el ruido no moleste y el calor pueda disiparse. Algunas personas los llevan al ático o incluso al exterior bajo cubierta; si contemplas estas opciones, extremando precauciones con la meteorología y la humedad.

La seguridad, incluyendo la protección contra el crypto-jacking, es prioritaria: mantén el equipo alejado de materiales inflamables, no lo apoyes sobre superficies que se calientan con facilidad y procura una extracción de aire razonable. El calor acumulado es enemigo de la estabilidad y, en casos extremos, un riesgo serio.

Revisa también qué ofrece tu instalación eléctrica. ¿Tu toma es 110/120 V o tienes 220/230 V? En muchos países europeos lo normal son 230 V, mientras que en EE. UU. lo habitual en enchufes domésticos es 120 V. Esta diferencia importa, y mucho, a la hora de alimentar un minero de forma continua.

Consejo práctico: valora que un electricista te instale una línea dedicada de 220–240 V con el amperaje adecuado si vas a operar 24/7. Las tomas estándar de 120 V en EE. UU. no suelen llevarse bien con consumos sostenidos por encima de ~1.600 W y pueden calentarse, disparar el automático o fallar tras horas de uso continuo.

Energía: fuente de alimentación, margen y cables

Tu minero necesita una fuente de alimentación (PSU) que entregue 12 V a través de conectores PCIe (6 pines/6+2 pines, según el modelo). Revisa cuántos cables PCIe requiere el equipo y que tu PSU los tenga todos disponibles sin adaptadores chapuceros.

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No trabajes la PSU al límite. Si el minero ronda los 1.200 W, una fuente de 1.500 W te dará margen térmico y eléctrico, reduciendo el estrés y alargando su vida útil. Ese “colchón” es clave para un funcionamiento 24/7.

Siempre que puedas, elige una fuente específica para minería o una PSU de servidor/PC de alta calidad (80+ Platinum/Titanium) diseñada para cargas sostenidas. Es cierto que se pueden usar fuentes de PC, pero no todas están pensadas para trabajar al 100% de su potencia nominal sin descanso.

Detalles que marcan la diferencia: usa cableado correcto (calibre adecuado para la intensidad), evita alargadores de baja sección, distribuye la carga en varias líneas si procede y considera una PDU fiable. Cuanto más alta sea la tensión de entrada (dentro de especificaciones), mejor suele ser la eficiencia de la PSU.

  • Evita Y-splitters que sobrecargan conectores PCIe; mejor un cable por conector del hashboard.
  • Comprueba el circuito: fusible/automático con amperaje suficiente y línea dedicada si es posible.
  • Protección eléctrica: supresor de sobretensiones de calidad y buena toma de tierra.

Internet: estable y por cable, sin complicaciones

La buena noticia es que los Antminer no necesitan gran ancho de banda. Lo que sí exigen es una conexión estable. Lo ideal es conectarlos con un cable Ethernet directamente al router o a un switch. El WiFi no es recomendable para minería por latencia, microcortes e interferencias.

Si tienes varios equipos, un switch te permitirá repartir una única conexión a distintos puertos Ethernet. Además, necesitarás que tu ordenador (portátil o de sobremesa) esté conectado a la misma red local para localizar el minero y entrar en su panel de control.

Para el acceso remoto no hace falta abrir puertos ni nada extraño: el minero establece conexiones salientes hacia la piscina. Si tu ISP usa CGNAT no suele ser un problema para minar, porque no necesitas exponer el equipo a Internet.

Qué es una piscina de minería y por qué la vas a necesitar

Minar por tu cuenta un bloque completo hoy en día es impracticable salvo que tengas una granja enorme con los equipos más potentes (ASIC o FPGA). De ahí que la mayoría se una a una piscina de minería: un servicio que agrega el poder de hash de miles de mineros y reparte las recompensas en función de la contribución de cada uno.

Registrarte en una piscina es rápido y gratuito. Busca una que soporte el algoritmo y la moneda de tu Antminer (SHA-256 para BTC, Scrypt, etc.). Personalmente, escoger las más grandes suele ofrecer pagos más regulares y menor varianza.

Ten en cuenta las comisiones: lo habitual se mueve entre el 0,5% y el 5% (o algo más según el modelo de pago y servicios añadidos). En el registro obtendrás una o varias URLs de stratum (por ejemplo, stratum.antpool.com:3333), así como instrucciones sobre el formato de usuario/worker y si la contraseña se deja en blanco o no.

Guarda esos datos: necesitarás la URL de stratum, el usuario (o worker) y, si aplica, la contraseña. Con eso la piscina sabrá a quién atribuir el hash y dónde depositar las recompensas.

Encendido y preparación: primeras comprobaciones

Cuando tengas ubicación, energía e Internet listos, conecta la fuente al Antminer y enciende el equipo. Conecta tu ordenador a la misma red local (por cable o WiFi, pero el minero por Ethernet).

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Dale algo de tiempo: algunos modelos pueden tardar hasta 10 minutos en arrancar por completo. Notarás el flujo de aire y el aumento de temperatura; esa es una señal de que los ventiladores trabajan y el sistema está inicializando.

Cómo encontrar la IP del Antminer en tu red

Por defecto, los Antminer vienen configurados como DHCP. Es decir, pedirán automáticamente una dirección IP a tu router. Para localizar esa IP, puedes usar herramientas como Advanced Port Scanner u otro escáner de red similar.

Alternativas: mira la lista de clientes DHCP en tu router, usa apps de escaneo de red en el móvil u observa el registro del switch si es administrable. Anota la IP asignada, la necesitarás para entrar en el panel web del equipo.

Acceso al panel web y configuración de la piscina

Abre un navegador y escribe la IP del minero. El sistema te pedirá usuario y contraseña. En la mayoría de Antminer clásicos, las credenciales por defecto son "root" como usuario y "root" como contraseña, salvo que el vendedor o un firmware distinto las haya cambiado.

Una vez dentro, ve al apartado de configuración de pools (la denominación y la ubicación del menú pueden variar entre modelos y versiones de firmware). Introduce la URL de stratum, tu usuario/worker y la contraseña si corresponde. Puedes añadir varias URLs como respaldo (Pool 1, Pool 2, Pool 3) para tener failover si la principal cae.

Guarda los cambios y ten paciencia. Tras aplicar la configuración, el minero puede tardar un poco en estabilizarse o incluso reiniciarse. En la pestaña de estado/estadísticas podrás ver el hashrate y temperaturas. Comprueba que la velocidad de hash se aproxima a la cifra nominal de tu modelo.

Detalles útiles: configura bien la zona horaria si el firmware lo permite, ajusta el nombre del worker con un formato claro (por ejemplo, usuario.worker1) y no te olvides de anotar los cambios. Mantener orden en credenciales y pools te ahorrará dolores de cabeza.

Ver lo que ve la piscina: cuándo aparece tu hashrate

Después de configurar el minero, entra en la web de la piscina y accede a tu panel. A veces solo muestra que estás conectado pero con 0 hashrate. Esto es normal durante un rato: la visibilidad del poder de cómputo puede tardar en reflejarse.

No te alarmes si pasan varias horas sin que se actualice el valor. Dependiendo del pool, del intervalo de actualización y de la dificultad, tu hashrate puede tardar en consolidarse. Si tras un tiempo razonable no aparece, entonces sí, conviene revisar la configuración.

Si algo falla: repaso ordenado y comprobaciones clave

Si no hay forma de que el hashrate aparezca en el pool, vuelve al principio y repasa paso a paso. En muchos casos, el problema está en un dato mal escrito (URL, usuario, contraseña) o en un detalle de red.

  • Pool/credenciales: revisa que la URL de stratum sea la correcta y que tu usuario/worker se haya escrito exactamente como pide la piscina.
  • Conectividad: prueba a hacer ping a la IP del minero y a la del pool desde un equipo en la misma red. Revisa cables y puertos del switch/router.
  • Fuente de alimentación: verifica que la PSU no se está protegiendo por sobrecarga o temperatura; toca los cables con cuidado y comprueba que no se calientan en exceso.
  • Temperatura del minero: si está demasiado caliente, el equipo puede bajar frecuencias o fallar intermitentemente.
  • Reinicio controlado: guarda y reinicia el minero; en ocasiones una re-inicialización del driver de minería soluciona bloqueos.
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Si sigues sin ver progreso, una opción es probar otra piscina temporalmente para descartar que el problema esté del lado del servicio. También puedes volver a un firmware estable si recientemente actualizaste y empezaron los problemas.

Buenas prácticas para operar 24/7 con menos sustos

La minería es una carrera de fondo; para entender riesgos y costes, consulta las desventajas de Bitcoin. Implementar buenas prácticas desde el principio te evita paradas, pérdidas y riesgos innecesarios. Además, los componentes trabajan más frescos y duran más.

Controla el aire caliente: ductos, extractores o simplemente orientar la salida de aire fuera del espacio ayudan mucho. Evita recircular aire caliente dentro del mismo cuarto.

Instala sensores básicos: un termómetro y, si puedes, un medidor de consumo (vatios y amperios). Saber exactamente qué está pasando con la temperatura y la carga eléctrica te permite actuar antes de que algo falle.

Ten a mano un extintor clase ABC y, mejor aún, detectores de humo. Nunca está de más. Y nada de regletas saturadas: prioriza PDUs de calidad y enchufes con buena sujeción.

En el plano digital, cambia las contraseñas por defecto, mantén el firmware estable (actualiza solo si lo necesitas o para corregir fallos conocidos) y documenta tus cambios. Un pequeño cuaderno o un archivo con tus ajustes y fechas te ahorrará tiempo en el futuro.

Ejemplo de flujo completo, de cero a minando

Para que tengas una visión compacta, este sería el recorrido típico con cualquier Antminer de Bitmain: preparar el lugar, asegurar la electricidad, cablear la red, registrar un usuario en una piscina, encender el equipo, localizar su IP por DHCP, acceder al panel, introducir los datos de stratum/usuario, guardar, esperar a que estabilice y comprobar el hashrate en el minero y en el pool.

Parece largo sobre el papel, pero en la práctica, con todo listo, se hace muy rápido. Lo más importante es no saltarse ninguno de los tres pilares del principio y no improvisar con la electricidad.

Si tu minero ofrece varias opciones de rendimiento, recuerda que más frecuencia implica más consumo y calor. No fuerces el hardware sin mejorar a la vez la ventilación y el margen de la PSU.

Por último, si gestionas varios equipos, ponles nombres de worker claros (worker1, worker2, etc.), etiqueta cables y mantén un registro simple. Te ayudará a identificar quién rinde bien, quién se calienta y dónde actuar.

Con una ubicación bien pensada, una alimentación eléctrica sobrada y estable, y una red Ethernet sencilla pero fiable, cualquier Antminer puede trabajar de manera continua aportando su hashrate a una piscina con muy poca intervención diaria. Siguiendo estos pasos y con paciencia al esperar que los datos aparezcan en el pool, es fácil tener una instalación que sea a la vez rentable y segura, minimizando riesgos y maximizando el tiempo en línea.

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