- Mico es el avatar opcional de Copilot: humaniza la voz con gestos, colores y reacciones sin ser una nueva IA.
- La actualización suma Learn Live, memoria a largo plazo, Groups e integraciones con servicios como Gmail y Drive.
- Disponible primero en EE. UU. y después en Reino Unido y Canadá; la llegada a España no tiene fecha.
- Existe un concepto de investigación homónimo en MSRA para asistentes proactivos, distinto del avatar actual.
Hubo un tiempo en el que un clip de papel con ojos saltones se colaba en la pantalla para decirte que parecía que estabas escribiendo una carta. Aquello fue Clippy, una ocurrencia tan carismática como irritante que marcó a toda una generación de usuarios de Office. Ahora Microsoft recupera ese espíritu con Mico, un personaje animado que pone rostro y gestos a Copilot sin pretender ser una inteligencia artificial distinta, sino la forma más cercana de hablarle a la que ya tienes en tu PC.
La compañía enmarca esta novedad dentro de una gran actualización de otoño para su ecosistema de IA, con un enfoque más humano, colaborativo y didáctico. Mico nace para suavizar la interacción por voz con Copilot y hacerla más natural, mientras que el resto de funciones redondean la idea de un asistente útil en el día a día, con memoria, trabajo en grupo y un modo de aprendizaje guiado que se aleja de las respuestas planas.
Qué es Mico y por qué recuerda tanto a Clippy

Mico es un avatar animado, interactivo y configurable que aparece cuando decides hablar con Copilot. No es una IA diferente: actúa como “la cara” del modo de voz de Copilot, reaccionando con expresiones, colores y pequeñas animaciones a lo que dices y a cómo lo dices. Si la conversación se vuelve seria, se nota en su gesto; si pides ayuda para estudiar, cambia de aspecto para indicar ese “estado”.
Las comparaciones con Clippy son inevitables, pero las metas no. El viejo clip interrumpía y a menudo no acertaba. Mico aspira a lo contrario: acompañar sin estorbar y reforzar la confianza en una interacción que se parezca a una charla fluida. Clippy debutó en Office 97, quedó deshabilitado por defecto en Office XP y fue retirado definitivamente en 2007; más que una herramienta, se convirtió en un icono pop y en un meme eterno.
Microsoft es consciente de la nostalgia y ha metido guiños para los veteranos. En la app móvil, si “toqueteas” Mico un buen rato, aparece temporalmente el Clippy clásico como huevo de Pascua. Y en el chat textual, existe el comando “/clippy” para invocar por un instante esa estética noventera, un detalle simpático que no afecta al funcionamiento del asistente.
Visualmente, Mico es una especie de gota o nubecilla con sonrisa, animada en 3D y pensada para resultar cálida. Microsoft habla de expresividad, cercanía y respeto por tu ritmo. La idea es simple: que hablar con el ordenador no suene a máquina, sino a alguien que te entiende, sin caer en lo cursi o lo intrusivo.
Diseño, reacciones y modo voz

El avatar no se limita a convertir texto a voz. Mico cambia de color, hace microgestos, gira sobre sí mismo e incluso se pone “gafas” cuando entra en su faceta de estudio. Es un lenguaje corporal digital que refuerza el contexto de la conversación, más allá de lo que oyes en el altavoz. Ese repertorio visual ayuda a transmitir que “te escucha” y que reacciona a lo que percibe.
Su aparición se activa al usar comandos de voz en Copilot. Puedes invocarlo de forma rápida y, si te cansas, apagarlo sin drama: la presencia de Mico es completamente opcional. En Windows, su integración convive con el resto de capacidades de Copilot; en el navegador, el llamado Copilot Mode en Edge puede razonar sobre las pestañas abiertas y proponer acciones, mientras Mico aporta una capa más humana a esa interacción.
En cuanto a disponibilidad, Microsoft ha comenzado por Estados Unidos y planea extenderse a Reino Unido y Canadá para, más adelante, ir llegando a otros mercados. En España aún no hay fecha, y el propio idioma marcará parte del ritmo de despliegue. De momento, si estás en las regiones iniciales, lo verás activo por defecto en el modo voz y podrás deshabilitarlo si prefieres la experiencia clásica.
Aprende contigo: Learn Live y el tutor socrático
Mico no viene solo. Una de las apuestas estrella es Learn Live, un enfoque de aprendizaje en el que Copilot deja de soltar respuestas directas y te guía por preguntas, pizarras y señales visuales para que entiendas de verdad el concepto. La dinámica es más de tutor que de enciclopedia: te acompaña, te hace pensar y refuerza con apoyos gráficos cuando la cosa se complica.
Este giro educativo llega con contexto. Figurones de la industria han insistido en que la IA aún debe mejorar como profesora; Bill Gates lo ha subrayado, y perfiles técnicos como Andrej Karpathy empujan nuevos proyectos en educación (por ejemplo, su trabajo en Eureka Labs). No es casual que Microsoft incluya un modo socrático con voz: muchos estudiantes ya piden ayuda a chatbots para estudiar o aclarar dudas, y la clave está en que esa guía sea segura y útil, no una simple chuleta.
La actualización también se cuela en ámbitos sensibles como la salud. Copilot for health promete respuestas apoyadas en fuentes fiables (se ha mencionado Harvard Health), además de ayudarte a localizar médicos. En este terreno, la garantía de calidad es crucial: la IA debe priorizar contenidos contrastados y alejarse de consejos peligrosos, algo que preocupa especialmente cuando hablamos de menores.
Un Copilot más personal, social y con memoria
Microsoft quiere que Copilot no solo responda, sino que sepa colaborar con grupos y recordar lo importante. La novedad más social es Groups, un espacio compartido en el que equipos de hasta 32 personas pueden conversar con la IA, pedir resúmenes, lanzar propuestas, votar opciones o repartir tareas. Es una sala de trabajo asistida por IA, pensada para proyectos donde mucha gente entra y sale.
También llega Imagine, un entorno para explorar y remezclar ideas generadas por IA de manera colaborativa. Piensa en moodboards o pequeños prototipos que un grupo va moldeando con la ayuda del asistente. La IA no solo responde, ahora co-crea con el equipo y se adapta a las necesidades de cada caso.
Para que todo esto sea verdaderamente personal, Copilot incorpora memoria a largo plazo. Puedes pedirle que recuerde detalles de un proyecto, una preferencia o una fecha clave, y traerá esa información en futuras sesiones. La continuidad entre conversaciones cambia por completo la experiencia, evitando que repitas lo mismo una y otra vez.
Y si trabajas con múltiples servicios, los nuevos conectores permiten enlazar OneDrive, Outlook, Gmail, Google Drive o Google Calendar. Con tu permiso, Copilot puede buscar un documento, un correo o un evento usando lenguaje natural. La promesa es que la información esté donde la necesitas, sin saltar de pestaña en pestaña como antes.
Mico en contexto: humanización de la IA y debate ético
En paralelo al lanzamiento, la industria se mueve hacia asistentes con “cara y voz”. ChatGPT ofrece distintos timbres y presencia visual; Grok, de xAI, ha coqueteado con acompañantes atrevidos; incluso otros fabricantes como asistente de Samsung exploran sus propias propuestas. Mientras tanto, Mico busca ese punto medio: un avatar simpático sin pasarse de rosca, que te haga sentir compañía, pero no te abrace de más. Hay demanda, sí, como muestran las apps de compañía con millones de descargas, pero también dudas sobre dónde trazar la línea.
Microsoft insiste en que su objetivo no es maximizar el “enganche” ni alargar sesiones porque sí. Prefieren una IA “optimista y centrada en las personas” que aporte valor real. Eso se traduce en no ser servil por sistema, ni confirmar sesgos para caer simpática, ni buscar que te quedes por quedarse. El reto es ayudar sin convertirse en adicción, lo cual suena obvio, pero no siempre se ve en el mercado.
Entre los expertos hay matices. Se señala que los perfiles muy técnicos suelen preferir que la IA “se note máquina”, porque entienden cómo funciona por dentro; otras personas, en cambio, se sienten más cómodas con una experiencia que parezca humana. El diseño de Mico intenta equilibrar ambas sensibilidades, aportando calidez en la superficie y rigor en el fondo.
Además, los reguladores miran con lupa este campo. La FTC estadounidense ha iniciado investigaciones a distintas empresas de redes sociales e IA por posibles daños a menores en experiencias de chatbot (Microsoft no está entre ellas). Casos polémicos han puesto sobre la mesa consejos perjudiciales y relaciones de dependencia con asistentes conversacionales. En este caldo de cultivo, la decisión de “no perseguir el tiempo de pantalla” cobra especial sentido.
Más allá del avatar: un concepto de investigación llamado Mico
Curiosamente, el nombre Mico también aparece en un proyecto de investigación de Microsoft Research Asia. No es un producto listo para salir, sino una visión de futuro para asistentes proactivos y contextuales. La idea: un “cerebro” central que observa actividad en distintas apps, interpreta tu intención y se adelanta a los siguientes pasos sin esperar siempre a que le pidas algo.
Ese prototipo describe una arquitectura con un controlador que coordina varios modelos, mantiene memoria a largo plazo y resuelve tareas multietapa. Si detecta que estás mirando vuelos para un viaje, podría cruzar datos con el calendario, buscar opciones de hotel y ofrecerte gestionar reservas. Es un asistente que planifica, razona y coopera contigo, no solo uno que responde a un prompt. Importa remarcarlo: se trata de una línea de investigación, no de una función disponible hoy.
La coincidencia de nombre no significa que el avatar actual y el concepto de laboratorio sean lo mismo. Comparten el objetivo de humanizar y hacer más inteligente la asistencia, pero van por carriles distintos: uno es la presencia visual de Copilot hoy, el otro apunta a lo que podría ser mañana si la IA gana cabeza y criterio para anticiparse sin molestarte.
Clippy y compañía: de dónde venimos
Para entender el ruido mediático, hay que volver al origen. Clippy fue el rostro de los asistentes de Office a finales de los 90. Aparecía en una esquina con chascarrillos tipo “parece que…” y ofrecía atajos o consejos de formato. Fue útil para algunos, pesado para muchos. Estuvo activo desde Office 97, quedó deshabilitado por defecto en Office XP y se esfumó definitivamente en 2007.
- Redondo (un punto rojo que rebotaba por la pantalla)
- Dr. Genio (un Einstein caricaturesco)
- Catulina (un gato curioso)
- Rocky (un perro fiel)
- Merlin (un mago clásico)
- Natura (la Tierra animada, vía complementos)
- Capitán Can (perro superhéroe)
- Will (un Shakespeare digital)
- F1 (un robot con tintes futuristas)
Aquella era terminó con una Microsoft más sobria, donde “¿Qué desea hacer?” y las barras de búsqueda sustituyeron a los personajes. Mico supone un regreso con otro tono: una estética moderna, menos intrusiva y más consciente del contexto, alineada con unos modelos de lenguaje que hacen posible lo que antes quedaba en promesas.
Cómo probarlo y cuándo llega a tu equipo
Si ya usas Copilot en portátil o móvil dentro de Estados Unidos, es probable que lo veas al activar el modo de voz. El avatar está encendido por defecto, aunque puedes apagarlo cuando quieras desde la configuración. También verás su “modo estudio”, con gafas y animaciones distintas, cuando la interacción lo pida. En mercados como Reino Unido y Canadá empezará a desplegarse tras Estados Unidos y, después, llegará a más regiones.
En Windows 11, la frase de activación “Hey Copilot” permitirá iniciar una conversación al vuelo; y en Edge, el Copilot Mode podrá razonar sobre pestañas abiertas para ayudarte sin cambiar tanto de contexto. Como todo despliegue de Microsoft, la expansión será gradual y por oleadas. Si estás en España, tocará esperar a que la compañía confirme idioma y fechas.
Más allá de la anécdota visual, Mico encarna un cambio de enfoque: que la IA parezca cercana y te enseñe cuando lo necesitas, que colabore con tus compañeros y que recuerde lo importante para la próxima vez. Un rostro amable no hace el trabajo por sí mismo, pero, si está bien traído y se apoya en funciones serias como Groups, memoria y Learn Live, puede convertir la voz en la forma más natural de usar Copilot sin tropezar en las mismas piedras que Clippy.