- microSD Express integra PCIe y NVMe en formato micro, alcanzando hasta 985 MB/s teóricos y manteniendo retrocompatibilidad.
- La Switch 2 requiere estas tarjetas para evitar cuellos de botella; UFS interno y CPU/GPU más rápidas exigen mayor caudal externo.
- En el mercado ya hay opciones de SanDisk, Lexar y TEAMGROUP, pero con disponibilidad limitada y precios superiores a UHS‑I.
- Express no iguala a un SSD interno, pero multiplica por varias veces el rendimiento de microSD tradicionales en usos reales.
Si te estás preguntando qué son exactamente las tarjetas de memoria microSD Express y por qué últimamente todo el mundo habla de ellas, la respuesta corta es que son el salto más grande que ha dado este formato en años. Gracias a que se conectan por PCIe y NVMe, dejan atrás las limitaciones de UHS y se acercan a un rendimiento tipo SSD, algo impensable hace nada en una tarjeta tan diminuta.
El ruido mediático ha subido con fuerza porque la nueva Switch 2 de Nintendo ha decidido exigir este estándar para ampliar la memoria. Eso significa que no podrás usar tu microSD de siempre si quieres jugar desde la tarjeta en esa consola. A cambio, obtendrás velocidades muy superiores que reducen tiempos de carga y alivian cuellos de botella en juegos más complejos.
Qué es microSD Express y por qué es diferente
La microSD Express es un estándar de 2019 de la SD Association que lleva al formato microSD la misma base tecnológica que usan los SSD modernos: PCI Express (Gen3 x1) y el protocolo NVMe 1.3. Esta combinación permite una tasa teórica de hasta 985 MB/s, a años luz de las microSD UHS-I típicas (~104 MB/s) y por encima de UHS-II (~312 MB/s), manteniendo el mismo tamaño físico y la retrocompatibilidad.
A nivel físico, estas tarjetas utilizan una segunda fila de pines para activar PCIe/NVMe en dispositivos compatibles. Si el equipo no soporta el modo Express, la tarjeta funciona en modo UHS-I y todo sigue como antes, pero no podrás aprovechar las nuevas velocidades. Este diseño hace que la microSD Express sirva como puente entre almacenamiento extraíble y rendimiento de SSD en equipos portátiles, consolas y cámaras.
Una ventaja añadida que remarca la propia asociación es el menor consumo por operación en comparación con generaciones previas, algo relevante en móviles, cámaras y consolas portátiles, donde exprimir batería es clave. No sólo se trata de ir más deprisa, también de hacerlo de forma más eficiente.
SD Express 7.x y 8.0: el paraguas que lo hace posible
El estándar SD Express se anunció en 2018 (SD 7.0 para SD; SD 7.1 para microSD Express) y fue el punto de partida para llevar PCIe y NVMe a las tarjetas SD. Bajo SD 7.x, las tarjetas SD Express (tamaño completo) alcanzan 985 MB/s con PCIe 3.x x1, y la variante microSD Express replica ese objetivo teórico en formato micro. Es decir, hablamos de un salto de orden de magnitud frente a UHS-I.
En 2020, la SD Association presentó SD 8.0, que abre la puerta a más ancho de banda combinando modos PCIe 3.0 x2 o PCIe 4.0 x1. Sobre el papel, eso eleva el techo de las SD Express de tamaño completo hasta alrededor de 4 GB/s (aprox. 3940 MB/s), acercándolas a SSD NVMe sencillos. En microSD Express no verás todavía esas cifras extremas, pero el ecosistema evoluciona hacia más velocidad según maduran controladoras y hosts.
Ojo con un matiz importante: aunque la interfaz permita grandes cifras, la velocidad real depende de la versión PCIe del dispositivo, de cuántos carriles tenga disponibles y de la calidad de la tarjeta. En la práctica, el abanico razonable de microSD Express va de cientos de MB/s sostenidos a picos cercanos al gigabyte por segundo en lectura, si el equipo acompaña.
microSD estándar vs microSD Express: diferencias clave
Para aterrizar bien las comparativas, conviene recordar dónde estábamos. Las microSD más extendidas son UHS-I (hasta ~104 MB/s) y, en menor medida, UHS-II (hasta ~312 MB/s). Frente a ellas, microSD Express sube el listón a 985 MB/s teóricos y trae NVMe, que gestiona colas y solicitudes de E/S con mucha más eficiencia que los protocolos previos.
| Interfaz | UHS-I / UHS-II | PCIe Gen3 x1 + NVMe 1.3 |
| Lectura teórica | UHS-I: ~100–104 MB/s; UHS-II: hasta 312 MB/s | Hasta 985 MB/s (SD 7.1) |
| Compatibilidad | Muy amplia en equipos antiguos | Retrocompatible (UHS-I si no hay PCIe), Express con hosts PCIe |
| Formato | microSD | microSD (mismo tamaño) |
| Uso típico | Móviles, cámaras, consolas previas | Consolas y dispositivos nuevos de alta velocidad |
En condiciones reales, los resultados dependen del controlador y del número de chips NAND trabajando en paralelo dentro de la tarjeta. En el formato micro hay menos «dies» de memoria, por lo que el entrelazado (interleaving) es más limitado que en un SSD interno y esto frena el techo de rendimiento sostenido. Aun así, estamos en otra liga respecto a las microSD que usabas hasta ahora.
Rendimiento real: lo que puedes esperar
La literatura técnica pinta cifras muy bonitas, pero los números de producto ayudan a aterrizar expectativas. Por ejemplo, una microSD Express de SanDisk comercializada hoy apunta a hasta 880 MB/s en lectura y unos 650 MB/s en escritura. No son 985 MB/s, pero están varias veces por encima del mejor UHS-I y claramente por delante de UHS-II en la práctica diaria.
Además de la tarjeta, influye el host. Si tu dispositivo ofrece PCIe 3.0 o 4.0, y permite más o menos carriles para almacenamiento externo, el ancho de banda efectivo cambia mucho. Es frecuente que SoC de consolas y portátiles tengan pocos carriles PCIe compartidos entre GPU, Wi‑Fi, SSD interno y ranura microSD, así que los fabricantes priorizan dónde va cada carril.
Por eso verás que microSD Express cubre un rango de rendimiento amplio: de centenares de MB/s sostenidos hasta picos cercanos al gigabyte por segundo en lectura según la controladora. Incluso en el peor caso, se multiplican por varias veces las cifras de UHS‑I, lo que ya se nota en cargas pesadas y transferencias grandes.
Importante: aunque use PCIe/NVMe, no esperes igualar el comportamiento de un SSD interno de gama alta. Un SSD NVMe del sistema suele tener más canales, más caché y más NAND para paralelizar operaciones, así que la microSD Express es un gran salto para tarjetas, pero no sustituye a un SSD interno en bruto. Aun así, como almacenamiento ampliable, el salto es notable.
Etiquetas y clases de velocidad: cómo leer una tarjeta
En el mundo microSD conviven tres marcajes tradicionales: Speed Class (símbolo C), UHS Speed Class (símbolo U, con U1/U3 que se corresponden con 10/30 MB/s), y Video Speed Class (V, con V30, V60, V90 indicando escrituras sostenidas). Estos números equivalen a mínimos sostenidos, útiles para vídeo y ráfagas sin cortes.
Las tarjetas Express introducen una identidad propia, con un logotipo de EX/E estilizada, a veces con un número asociado. El rango oficial de clases para microSD Express indica que hablamos de escrituras sostenidas que van desde alrededor de 150 MB/s hasta 600 MB/s, y los fabricantes suelen publicar picos por encima. Recuerda que esas cifras dependen siempre del dispositivo anfitrión.
Además del logo, fíjate en capacidades y en el resto de sellos (A1/A2 para apps, V30/V60 para vídeo). Evita confundir tarjetas UHS-II con «Express» sólo porque veas números grandes; busca explícitamente el distintivo microSD Express y las menciones a PCIe/NVMe.
Tipos y capacidades: microSDHC, microSDXC y microSDUC
El estándar define variantes por capacidad: microSDHC, microSDXC y microSDUC. Las SDUC son las llamadas a superar los 2 TB, y sobre el papel la especificación SD habla incluso de techos teóricos que podrían escalar hasta 128 TB en el ecosistema SD. En la práctica, hoy las microSD comerciales más capaces se mueven entre 1 TB y, con cuentagotas, algo más.
La realidad actual del mercado micro es que el límite teórico «popular» sigue siendo de 2 TB para el formato, aunque cueste ver modelos disponibles. Hay hueco a corto plazo para ver tarjetas de 2 y 4 TB en SD/SD Express de tamaño completo, y en microSD Express el avance será paso a paso según madure la fabricación y se popularicen los usos de alto ancho de banda.
En disponibilidad concreta, ahora mismo hay pocas microSD Express. Lexar, por ejemplo, lista opciones de 256 GB, 512 GB y 1 TB; esta última ha llegado a anunciarse por alrededor de 199 dólares. SanDisk muestra una microSD Express en su catálogo con capacidad máxima de 256 GB por ahora, equiparándose al almacenamiento interno de ciertos dispositivos recientes.
Precio y disponibilidad: cuánto cuestan y por qué
El salto de tecnología se paga. Mientras una buena microSD UHS-I de 256 GB cuesta aproximadamente unos 20 dólares, una microSD Express de la misma capacidad ronda los 60 dólares. Es decir, pagas el triple por la misma capacidad a cambio de mucha más velocidad. En comparación, a día de hoy se encuentran SSD internos de 1 TB de marcas reconocidas por precios similares a esos 60 dólares.
La razón es clara: son productos nuevos, con controladoras más complejas y poca escala de fabricación. Lo normal es que el precio baje según crezca la demanda. El empujón de Switch 2 debería disparar la aparición de alternativas (Samsung, SanDisk, Lexar y compañía), lo que a medio plazo hará los precios más razonables y ampliará el abanico de capacidades.
Ahora bien, conviene no comparar peras con manzanas. Un SSD interno no es extraíble ni ocupa el mismo espacio. microSD Express es el formato de ampliación externa más rápido compatible con muchos dispositivos, y ese nicho justifica pagar algo más si necesitas ese rendimiento en movilidad o en una consola.
Nintendo Switch 2: por qué exige microSD Express
Nintendo no suele dar listas técnicas detalladas, pero aquí el motivo canta: la Switch 2 sube la potencia y necesita un almacenamiento de expansión que mantenga el tipo. Con UHS-I, el ancho de banda máximo ronda los 104 MB/s, mientras que con microSD Express puedes acercarte a 1 GB/s teórico. Ese salto reduce cuellos de botella y ayuda a que las cargas sean más fluidas.
Además, la consola abandona eMMC y se pasa a UFS para el almacenamiento interno, que es sensiblemente más rápido. Las primeras demos públicas han dejado entrever mejoras grandes en tiempos de carga (viajes rápidos más ágiles y arranques que se acortan con claridad). Parte de ese recorte es CPU/GPU más potentes descomprimiendo más deprisa, y parte es almacenamiento más veloz; era lógico alinear la tarjeta externa con ese salto.
Aun con microSD Express, no esperes que la tarjeta iguale a un SSD interno. La ventaja de Express es que evita que un juego exigente se «atragante» por estar en la tarjeta. Como referencia, la PS5 exige SSD con lecturas de al menos 5.500 MB/s; obviamente, esa liga es otra, pero el ancho de banda extra de Express marca la diferencia respecto a UHS-I en títulos con mundo abierto, texturas pesadas y streaming agresivo.
Eso sí, el coste total de ser early adopter sube. Frente a la primera Switch, se habla de una diferencia de entre 100 y 150 dólares para la consola, algo más en mandos, bases de carga y juegos de lanzamiento. Si sumas la microSD Express a la ecuación, el desembolso inicial pica, aunque con el paso de los meses los precios deberían relajarse.
Comparativa con CFexpress: ¿alternativa real?
CFexpress es otra familia basada en PCIe que ya goza de buena salud en el ámbito profesional. Existen tres tipos: Type A (~1 GB/s), Type B (~2 GB/s) y Type C (~4 GB/s teóricos con 4 líneas PCIe 3.0). En la práctica, hay tarjetas Type B que anuncian hasta 1700 MB/s en lectura y 1480 MB/s en escritura, cifras excelentes para fotografía y vídeo de alto bitrate.
¿Dónde cojea CFexpress? En la capacidad y el precio. Es habitual ver topes de 256 GB en gamas asequibles y precios que se disparan entre 200 y 500 euros, porque su mercado objetivo es el de cámaras de gama alta (Canon, Sony, Nikon) donde prima la fiabilidad sostenida a altos bitrates frente a la capacidad bruta.
SD Express y microSD Express pretenden cubrir otro hueco: compatibilidad masiva y formato pequeño con velocidades muy altas, sacrificando algo de techo respecto a las CFexpress de gama top. Para consolas portátiles, móviles y cámaras que no requieren 4 líneas PCIe, microSD Express ofrece una relación equilibrio/precio más razonable.
Casos de uso: de la cámara al 8K y el «modo ráfaga»
La SD Association subraya que SD/microSD Express habilita escenarios como vídeo en 8K, grabación en cámara súper lenta y ráfaga RAW continua sin cortes. El mayor caudal de escritura sostenida y la latencia más baja de NVMe hacen que descargar proyectos al PC sea mucho menos tedioso, y que el flujo de trabajo se simplifique en sesiones intensas.
También encaja en la era de conexiones rápidas (fibra y 5G): si los ficheros entran/salen a lo grande, tener un soporte extraíble capaz de mover cientos de MB/s reduce los «cuellos de botella» típicos de las microSD antiguas. En consolas, la mejora se traduce en cargas más cortas y menos «pop-in» de texturas en títulos pesados.
Consejos de compra para no liarte
Antes de pasar por caja, apunta un checklist breve. Primero, verifica que tu dispositivo soporta microSD Express; si no, la tarjeta funcionará en modo UHS-I y estarás pagando por una velocidad que no podrás exprimir. Segundo, comprueba el logo «EX» o la mención explícita a PCIe/NVMe en el embalaje.
- Busca el logotipo «EX» y referencias a PCIe/NVMe. Huye de términos vagos tipo «ultrarrápida» si no pone Express.
- Capacidad mínima sensata: 256 GB si vas a instalar juegos o grabar vídeo intenso. 512 GB o 1 TB, si el presupuesto lo permite.
- Valora garantía y marca: el almacenamiento se desgasta; mejor fabricantes reconocidos con soporte sólido.
- Evita marcas blancas y gangas imposibles: los problemas de fiabilidad salen caros a medio plazo y pueden corromper datos.
Sobre modelos concretos, TEAMGROUP ha anunciado su microSD Express APEX SD7.1 con soporte PCIe Gen3 x1 + NVMe, velocidades de lectura de hasta unos 800 MB/s, y opciones de 128/256/512 GB y 1 TB. Mantiene el factor de forma microSD y retrocompatibilidad UHS‑I, con pruebas de resistencia frente a calor, golpes y rayos X orientadas a un uso exigente.
SanDisk, por su parte, publicita una microSD Express con cifras de hasta 880 MB/s de lectura y 650 MB/s de escritura, y Lexar ofrece una corta lista de capacidades (256/512 GB y 1 TB), esta última vista en torno a 199 dólares. Se espera que con el empujón de Switch 2 aparezcan más variantes y bajen precios con el tiempo, así que si no te corre prisa, es razonable esperar un poco.
¿Y si mi dispositivo no soporta Express?
La retrocompatibilidad es total hacia atrás: una microSD Express funciona en equipos UHS-I, pero lo hará a velocidades UHS-I. Esa es la clave: si tu cámara, móvil o consola no implementa los pines y la interfaz PCIe, no aprovecharás el modo Express. En ese caso, comprar una tarjeta de este tipo no tiene mucho sentido salvo que planees reutilizarla en un equipo futuro.
Al contrario, si el host sí soporta Express, el salto es mayúsculo. Verás menos tiempos de espera al cargar mapas, transiciones más ágiles y menos tirones por «streaming» de assets. En consolas como la Switch 2, que ya van con el cuchillo entre dientes para mover mundos más grandes, esa diferencia se hace notar a poco que el juego exija datos a toda máquina.
La letra pequeña del rendimiento: carriles PCIe y «ancho de banda»
El techo de transferencia de una tarjeta no sirve de nada si el host la conecta por un enlace limitado. PCIe 3.0 x1 ronda 985 MB/s, PCIe 3.0 x2 dobla el caudal y PCIe 4.0 x1 permite rozar los 4 GB/s en SD Express de tamaño completo. Las microSD Express actuales se ceñirán a modos más modestos por diseño, pero la idea es la misma: tanto la versión PCIe como el número de carriles marcan el ancho de banda real.
Además, las tarjetas micro tienen menos chips NAND que un SSD M.2, lo que reduce las posibilidades de paralelismo. De ahí que un SSD interno moderno vuele pese a tener, en teoría, una interfaz similar. Entender esto te ayuda a poner en contexto por qué microSD Express es rapidísima para ser microSD, pero no sustituye al SSD interno si buscas máximos absolutos.
Mercado y expectativas: ¿merece la pena ya?
Si tienes una Switch 2 u otro dispositivo compatible y quieres instalar juegos o grabar vídeo de alto bitrate en la tarjeta, sí compensa: frente a UHS-I notarás el cambio. Si tu equipo no soporta Express, mejor invierte en una UHS-I de calidad con buena clase de vídeo; pagar por Express para usarla en UHS-I es tirar dinero.
Quedan meses de rodaje para que el catálogo crezca. Habrá más marcas, más capacidades y, con suerte, menos precios. El lanzamiento de Switch 2 actuará como acelerador del ecosistema, como ya ocurrió con otros estándares cuando los adoptó hardware de gran volumen. Mientras tanto, comparar especificaciones reales (lecturas/escrituras sostenidas) y revisar compatibilidad del host es la mejor forma de acertar.
Aunque algunos medios señalaban en sus inicios que «no existían SD Express en el mercado», hoy ya hay anuncios, listados y primeras tarjetas microSD Express a la venta, incluso con disponibilidad en tiendas especializadas y grandes superficies. La situación es de transición: pocas referencias, precios altos y mucha expectativa, pero con la tecnología firmemente asentada por la SD Association desde 2018/2019.
Para cerrar el círculo, conviene recordar que, a igualdad de capacidad, microSD Express cuesta más que una microSD corriente y, a veces, incluso que un SSD interno de más tamaño. La decisión final depende de si necesitas ese rendimiento en un formato extraíble y ultracompacto en tu flujo de uso diario.
Mirando el conjunto, microSD Express supone el mayor salto de la historia del formato: PCIe y NVMe en tamaño micro, retrocompatibilidad, potencial de hasta 985 MB/s e integración en consolas como la Switch 2 que exigen más caudal. Con precios iniciales elevados, disponibilidad aún limitada y muchas promesas por cumplir en capacidades altas, pero con mejoras clarísimas en tiempos de carga, estabilidad de escritura y margen para el futuro que hacen que merezca la pena tenerla en el radar si tu dispositivo está preparado.