Análisis completo de Atari Gamestation Go: consola retro portátil

Última actualización: noviembre 26, 2025
Autor: Isaac
  • La Atari Gamestation Go combina pantalla de 7 pulgadas, Wi‑Fi, HDMI y una batería de 4‑5 horas con una construcción sólida y múltiples puertos USB‑C.
  • Integra controles únicos como ruleta, trackball y teclado numérico, apoyados por el sistema SmartGlow que ilumina solo los mandos necesarios en cada juego.
  • Incluye más de 200 juegos con licencia (Atari, Recharged, Balls of Steel, Jaleco y Piko), aunque algunos títulos usan controles poco lógicos y el apartado Pac‑Man está mal implementado.
  • Permite ampliar catálogo por microSD y jugar en TV por HDMI, pero la emulación extra es secundaria y la salida a tele presenta cierto lag en pinballs y cambios de modo con reinicio.

Consola Atari Gamestation Go

La Atari Gamestation Go es uno de esos cacharros que ves por primera vez y piensas: “esto o es una maravilla o va a ser un desastre”. My Arcade, en colaboración con Atari, ha decidido crear una portátil retro muy particular, cargada de controles raros, con más de 200 juegos con licencia oficial y un planteamiento a medio camino entre consola de sobremesa y consola de mano.

A lo largo de este análisis vamos a ver en detalle qué ofrece realmente la Gamestation Go: su hardware, su pantalla de 7 pulgadas, la experiencia con los controles especiales (ruleta, trackball, teclado numérico…), cómo se comporta conectada a la tele mediante HDMI, qué tal está el catálogo incluido, cómo funciona la expansión con tarjeta microSD y, por supuesto, si compensa pagar alrededor de 170‑180 euros por una máquina retro de nicho.

Una consola portátil retro con mucho carácteratari gamestation go

La Gamestation Go nace con una idea muy clara: ser una máquina portátil dedicada al catálogo clásico de Atari y a otros títulos retro de Jaleco y Piko, pero sin limitarse a la típica cruceta y cuatro botones. My Arcade ha tirado la casa por la ventana y ha integrado casi todos los tipos de control que usaban las recreativas y consolas clásicas de la marca.

En el frontal encontramos una pantalla a color de 7 pulgadas de buena resolución, flanqueada por una cruceta circular, botones ABXY, un teclado numérico completo, un dial tipo paddle y una pequeña bola de seguimiento (trackball). Todo esto se complementa con gatillos L1/L2 y R1/R2 en la parte superior, además de botones de encendido y menú, y una serie de puertos bien repartidos por el chasis.

El diseño bebe claramente de las consolas modernas tipo Switch: la consola es similar en tamaño a la híbrida de Nintendo, quizá un pelín más grande, aunque más ligera en mano. No da la sensación de producto barato; los plásticos se sienten decentes, el cuerpo no cruje y el montaje es sólido, aunque no llega al nivel de un Steam Deck o una portátil “premium” de gama alta.

Uno de los detalles más prácticos es el soporte trasero metálico, una patilla que permite apoyar la consola sobre la mesa para jugar en modo “sobremesa”, ya sea usando la propia máquina como mando o conectando controladores externos por USB‑C. No es el soporte más robusto del mundo, pero cumple ampliamente su función y recuerda mucho al de la Switch.

Pantalla, conectividad y especificaciones clave

La gran protagonista del frontal es una pantalla de 7 pulgadas en alta resolución, a color, con buenos ángulos de visión y brillo más que suficiente para jugar en interior sin problemas. No es un panel OLED ni pretende competir con pantallas de gama alta, pero para juegos retro cumple con nota: colores vivos, nitidez correcta y sin efectos raros de ghosting apreciables.

En cuanto a conectividad, la Gamestation Go incluye Wi‑Fi integrado para actualizaciones de firmware, algo esencial porque el sistema ha ido recibiendo mejoras y correcciones. El proceso de actualizar es muy sencillo: se conecta la consola a la red desde el propio menú, aparece un aviso cuando hay versión nueva, se descarga y en un par de minutos está instalada, sin necesidad de ordenador ni historias raras.

Para jugar en la tele, el dispositivo ofrece salida HDMI de tamaño estándar. De serie viene un cable HDMI bastante decente en la caja, algo que hoy sigue siendo más raro de lo que debería. También se incluye un cargador de pared y un cable USB‑C largo y robusto, así que en accesorios My Arcade se ha portado.

A nivel de puertos, además del HDMI frontal, la consola cuenta con entrada de auriculares de 3,5 mm, ranura para tarjeta microSD, puerto USB‑C principal para carga y dos puertos USB‑C adicionales en la parte trasera destinados a conectar mandos externos cuando se usa como sobremesa. La batería integrada ofrece unas 4‑5 horas de autonomía según el juego y el brillo de pantalla, suficiente para sesiones largas pero sin alardes.

Los altavoces integrados son uno de los puntos más flojos: el sonido es correcto pero algo pobre, con volumen limitado y poca pegada. Lo bueno es que la salida de auriculares suena mucho mejor, así que con unos cascos medianamente buenos la experiencia mejora bastante, sobre todo en los títulos Recharged y en los pinballs de Balls of Steel.

Un controlador para cada época de Atari

Si hay algo que hace diferente a esta máquina es su combinación casi absurda de controles físicos. My Arcade ha querido reproducir en formato portátil muchos de los métodos de control que Atari usó en recreativas y consolas domésticas, y eso convierte a la Gamestation Go en un aparato muy peculiar dentro del mercado retro.

En el lado izquierdo destaca la ruleta o dial tipo paddle, pensada para juegos como Breakout o Tempest. A primera vista puede parecer un simple capricho, pero en cuanto la pruebas con títulos que la aprovechan, se nota que está bien calibrada: los giros son precisos, la respuesta es rápida y, aunque el tamaño es menor que el de una recreativa, permite movimientos bastante finos sin sensación de “ratoneo”.

  ¿Cuál es el tipo de almacenamiento de un reproductor MP4?

Justo debajo encontramos la trackball diminuta, clave para experiencias como Centipede o Missile Command en su versión arcade. Es cierto que al principio se siente demasiado sensible y cuesta acostumbrarse, pero tras unos minutos empiezas a controlarla y jugar con bola de seguimiento en un handheld se vuelve algo casi adictivo. No es habitual ver este tipo de control en una portátil, y aquí marca la diferencia con la competencia.

En el lado derecho está el teclado numérico completo, heredero directo de los mandos de Atari 5200. Muchos juegos de aquella consola dependían de este tipo de teclado para opciones y órdenes, y en la Gamestation Go se ha integrado de manera muy cómoda. Gracias a esto, ciertos títulos de 5200 se pueden jugar como se concibieron originalmente, sin tener que recurrir a combinaciones raras o menús adicionales.

La cruceta circular con relieve en forma de “+” responde bien, sin problemas de solapamiento de direcciones y con una sensación al tacto correcta para plataformas, shooters de 8/16 bits y títulos de 2600 o 7800. Los botones ABXY, eso sí, son un poco ruidosos al pulsarlos, pero funcionalmente no dan problemas.

SmartGlow e iluminación inteligente: más útil de lo que parece

gamestation

Con tanto control distinto, uno de los riesgos evidentes era que el jugador se volviese loco intentando averiguar qué usar en cada juego. Aquí entra en juego la tecnología SmartGlow, el sistema de iluminación inteligente que incorpora la Gamestation Go.

SmartGlow consiste en que, en función del juego que se esté ejecutando, solo se iluminan los controles relevantes. Por ejemplo, si lanzas un título de paddle, verás encendida la ruleta y los botones que participan en la acción; si es un juego de 5200 que usa teclado numérico, se iluminarán las teclas necesarias, y así sucesivamente.

Este sistema no se queda en una simple pijada estética: en la práctica, ahorra bastantes confusiones, sobre todo cuando te mueves entre catálogos muy distintos (Atari 2600, 5200, arcade, Recharged, Jaleco, Piko…). Para quien no tenga memorizado qué mando usaba cada recreativa de hace cuarenta años, es una ayuda muy bienvenida.

Además, el efecto visual está bien resuelto y le da a la consola un toque moderno dentro de su estética retro. No llega al nivel de personalización de un PC gamer con RGB, pero encaja con la filosofía del dispositivo y refuerza la sensación de estar ante un aparato bastante más cuidado de lo que podría sugerir su concepto inicial.

La compañía ha explotado este sistema especialmente en los juegos Recharged y en la colección Balls of Steel, donde los esquemas de control varían más entre título y título. Aquí la iluminación hace que entrar a un juego nuevo no suponga tener que bucear en menús u opciones para ver qué botones usar.

Más de 200 juegos con licencia: catálogo oficial y bien organizado

La Atari Gamestation Go llega de fábrica con más de 200 juegos licenciado oficialmente, nada de ROMs piratas o colecciones improvisadas. El catálogo se centra en los sistemas Atari 2600, 5200, 7800 y títulos arcade, pero también incluye colecciones de Jaleco y Piko Interactive, además de las mesas de pinball Balls of Steel y varias entregas de la línea Recharged.

El menú principal organiza los juegos por categorías bien diferenciadas: Atari Recharged, Atari, Balls of Steel, Pac-Man, Jaleco, Piko y Settings. Dentro de cada familia encontramos subapartados según tipo de sistema (8 bits, 16 bits, arcade), modo multijugador, favoritos o jugados recientemente. Visualmente recuerda bastante a interfaces tipo RetroArch o Retro Deck, así que cualquiera acostumbrado a frontends de emulación se sentirá muy cómodo.

En cada juego se muestra la carátula original, un pequeño vídeo en reproducción automática y una descripción en inglés. Todo se carga rápido y la navegación es fluida. En algunos casos hay títulos que aparecen varias veces en distintas versiones: por ejemplo, Centipede está presente como Atari 2600, 5200, 7800, Arcade y Recharged. Puede sonar a redundancia, pero también permite comparar cómo evolucionaron ciertos clásicos a lo largo de diferentes plataformas.

El grueso del catálogo de Atari incluye desde juegos muy primitivos, incluso en blanco y negro, que hoy se sienten casi como piezas de museo, hasta shooters, beat’em ups y arcades que siguen siendo muy disfrutables. Es verdad que el componente “histórico” pesa mucho, pero si te gusta rebuscar en bibliotecas retro, aquí vas a tener material para aburrir.

La parte de Jaleco y Piko funciona como un relleno bastante digno. No es el principal reclamo, pero aporta variedad con títulos de 8 y 16 bits e incluso algunas recreativas curiosas. Aparecen juegos como City Connection, Rodland (un plataformas muy en la línea de Bubble Bobble), el beat’em up Water Margin o Top Racer, conocido en Europa como Top Gear, entre otros.

Juegos Recharged y Balls of Steel: lo más brillante del lote

Las estrellas modernas del catálogo son los títulos de la línea Atari Recharged. Son versiones actualizadas de clásicos como Asteroids, Breakout, Centipede, Missile Command o Berzerk, con gráficos mejorados, ajustes jugables y, en general, un enfoque más actual sin perder su esencia retro.

En la Gamestation Go, estos juegos lucen especialmente bien porque aprovechan a tope los controles especiales: Breakout Recharged se juega de lujo con la ruleta, Centipede Recharged brilla con la trackball, y Berzerk Recharged utiliza una especie de sistema de doble stick en el que la cruceta y los botones ABXY se reparten el movimiento y el disparo. La pantalla panorámica también les sienta mucho mejor que a los títulos originales pensados para CRT 4:3.

  Adaptador de Red para Windows 10: Soluciones y Guía de Configuración

Aunque en PC y consolas modernas existen diez juegos Recharged disponibles en plataformas como Steam, en la Gamestation Go sólo se incluye aproximadamente la mitad de ese listado. No está claro si los que faltan llegarán en futuras actualizaciones, pero sería un añadido muy agradable teniendo en cuenta que estos títulos, comprados por separado, rondan cada uno los 9 euros.

El otro bloque especialmente llamativo es Balls of Steel, una colección de mesas de pinball temáticas de Atari. Aquí encontramos, por ejemplo, mesas inspiradas en Centipede o Missile Command. Los flippers se controlan con los gatillos y se pueden hacer “nudges” o empujones usando la cruceta, lo que da bastante control sobre la bola.

En la pantalla integrada de 7 pulgadas, estos pinballs funcionan muy bien: el rendimiento es sólido, el desplazamiento es fluido y el control se siente natural. Cuando se juega vía HDMI en la tele, en cambio, se nota cierto retardo en el scroll, especialmente sensible en Balls of Steel, aunque hay opciones de configuración como el modo de desplazamiento duro que ayudan a mitigarlo.

La parte floja: el bloque de Pac-Man

Si hay un apartado que chirría claramente en la Gamestation Go es el de Pac-Man. Aquí la selección es corta y la implementación, cuanto menos, cuestionable. El sistema incluye solo tres versiones: el Pac-Man de Atari 2600, el Pac-Man clásico y un Pac-Man “acelerado”.

El Pac-Man de 2600 es poco defendible a día de hoy: ya fue muy criticado en su momento y, comparado con el arcade original, se queda en una curiosidad histórica más que en un juego realmente disfrutable. Las otras dos versiones tienen problemas más serios: la imagen aparece estirada en lugar de respetar el formato 4:3, y los sonidos y reglas del juego no se corresponden con la ROM arcade estándar.

Los fantasmas, por ejemplo, pueden salir del corral en momentos en los que no deberían, y la mezcla de audio suena “rara”, como si se tratara de una variante modificada. Lo más llamativo es que el hardware de la consola es perfectamente capaz de ejecutar la ROM arcade correcta, algo que se puede comprobar cargándola desde tarjeta SD, así que la elección de esta versión cutre no tiene demasiada explicación.

Es un caso claro de contenido que necesita revisión vía firmware. Dado que My Arcade ha demostrado que puede lanzar actualizaciones con relativa rapidez, tiene margen para corregir estos problemas si hay voluntad y acuerdos de licencia adecuados. De momento, el apartado Pac‑Man queda muy por debajo del resto del catálogo.

Experiencia de juego por sistemas: aciertos y meteduras de pata

atari caja

En general, los juegos de Atari 2600 funcionan de maravilla en la Gamestation Go. Hay una selección muy amplia, y se pueden disfrutar tanto con la cruceta como con la ruleta o la palanca según el título. Video Olympics, por ejemplo, va fino con el control de paddle, y la respuesta de los botones no da problemas.

En la parte de 5200, la presencia del teclado numérico integrado marca una gran diferencia: por fin se pueden jugar muchos títulos tal y como se pensaron, sin tener que tirar de combinaciones extrañas. No obstante, aquí también aparecen decisiones de diseño difíciles de justificar: el Missile Command de 5200 no permite usar la bola de seguimiento y te obliga a jugar con cruceta, cuando la esencia de la recreativa original era la trackball.

Algo similar ocurre con algunos juegos de arcade que, en teoría, se beneficiarían claramente de la ruleta o la bola y, sin embargo, no están configurados para utilizarlas. El ejemplo más sangrante en 2600 es Indy 500, que no usa el control de ruleta pese a ser un título que prácticamente lo exige para mostrar todo su potencial jugable.

En Atari 7800 la experiencia es más homogénea: los juegos incluidos se comportan bien y la cruceta responde con solvencia. Títulos como Food Fight se disfrutan sin problemas, con input lag imperceptible en la pantalla interna. En las recreativas clásicas, Tempest es una gozada con la ruleta, aunque se aprecian pequeños fallos gráficos en las líneas vectoriales y algo de estiramiento en la proporción de aspecto.

Las versiones arcade que utilizaban monitores verticales sufren en cierta medida las limitaciones físicas de la consola. La imagen se muestra en una porción relativamente pequeña de la pantalla, ya que no existe la opción de girar el dispositivo o rotar la interfaz 90 grados para aprovechar mejor el panel. La máquina permite escalar la imagen para llenar más espacio, pero eso a veces provoca recortes o estiramientos poco naturales.

Salida HDMI: buena idea con margen de mejora

La posibilidad de conectar la Gamestation Go a la tele mediante HDMI convierte la consola en una especie de “sobremesa retro” híbrida. De hecho, muchos usuarios la ven incluso más interesante como máquina de salón que como portátil, especialmente si se aprovechan los puertos USB‑C traseros para enchufar dos mandos adicionales.

El proceso, sin embargo, tiene una pega: cada vez que se conecta o se desconecta el HDMI, el sistema se reinicia para ajustar la resolución. No es un cambio al vuelo como en Switch; si estabas en mitad de una partida, toca salir del juego, enchufar, esperar a que el sistema arranque de nuevo y volver a entrar.

  ¿Cómo refrigerar mi tarjeta grafica?

En cuanto al rendimiento, los juegos sencillos de Atari 2600 y muchos arcades clásicos van como la seda en la tele, sin retardos perceptibles ni problemas de sincronía. El problema aparece sobre todo en los pinballs de Balls of Steel y en algunas experiencias que dependen mucho de la velocidad de respuesta, donde sí se percibe cierto lag en el desplazamiento.

Con la bola de seguimiento pasa algo parecido: al sacar la señal por HDMI, parece que la sensibilidad cambia ligeramente, como si el sistema no estuviera tan fino en esa configuración. Es evidente que My Arcade ha optimizado la experiencia en primer lugar para la pantalla interna y, en menor medida, para el uso en televisor.

Aun así, si el objetivo es sentarse en el sofá con un par de colegas y echar unas partidas a juegos de 2600, arcades clásicos o algunos Recharged, la opción HDMI funciona bastante bien. Lo ideal sería que futuras actualizaciones puliesen el tema del lag en pinball y controles más delicados, además de habilitar un cambio de modo sin reinicios completos.

Expansión con tarjeta SD: mucho potencial, pero secundaria

Uno de los puntos más jugosos para los entusiastas del retro es la posibilidad de añadir ROMs mediante tarjeta microSD. El proceso es muy sencillo: se inserta una tarjeta, se crea una carpeta llamada «games» (con G mayúscula) y dentro de ella se organizan subcarpetas por sistema. La consola reconoce muchos formatos de inmediato.

Entre las plataformas soportadas de forma no oficial se incluyen Atari 2600 (con tratamiento especial para juegos de palanca), 5200, 7800, Atari Lynx, Game Boy, Game Boy Color, Game Boy Advance, Master System, Mega Drive, Super Nintendo, TurboGrafx‑16 e incluso, según la documentación, Dreamcast y la primera PlayStation, aunque con rendimiento muy variable y lejos de lo ideal.

La compatibilidad con Atari Lynx es especialmente llamativa: los juegos funcionan sorprendentemente bien y aprovechan de forma razonable los controles existentes. También es una grata sorpresa que los títulos Supercharger de 2600 se ejecuten sin mayores problemas, ampliando bastante el abanico de posibilidades para los fans de esa consola.

El gran talón de Aquiles de esta función es la ausencia de remapeo de botones y de guardados personalizados para las ROMs que se añaden por SD. En sistemas como SNES o TurboGrafx, a veces los botones quedan en posiciones poco intuitivas y no se pueden cambiar, lo que hace que algunos juegos sean incómodos de jugar. Tampoco hay sistema de savestates o guardado avanzado para este contenido extra.

Además, plataformas como Intellivision o Colecovision no funcionan correctamente o directamente no funcionan, una lástima teniendo en cuenta que el teclado numérico de la Gamestation Go habría sido ideal para replicar los mandos de Intellivision. Todo esto deja claro que la emulación ampliada es una característica “secundaria”, pensada para trastear un poco, pero no para ser el núcleo de la experiencia.

Calidad de construcción y sensaciones en mano

Dejando a un lado el software y el catálogo, la parte puramente física de la Gamestation Go se nota bastante más cuidada que otros productos previos de My Arcade. La carcasa transmite solidez, no se aprecian holguras alarmantes y el peso está bien equilibrado para que no canse demasiado en sesiones largas.

El tamaño, eso sí, puede hacer que como portátil pura se sienta algo grande para algunas manos, y hay quien la percibe más como una consola de sobremesa compacta con pantalla integrada que como un dispositivo de llevar constantemente encima. Para viajes largos en transporte público quizá no sea la opción más discreta, pero para moverse por casa o llevarla ocasionalmente en mochila cumple de sobra.

Los cables incluidos, tanto el HDMI como el USB‑C, son de calidad notable para el rango de precio, y el hecho de que se incluya fuente de alimentación en la caja es un detalle cada vez menos habitual. Todos estos extras suman puntos de cara al valor percibido del conjunto.

La combinación de múltiples controles físicos, la pantalla de buen tamaño, la patilla trasera y la posibilidad de ampliación por SD hacen que la consola transmita la sensación de producto pensado para aficionados al retro de verdad, con muchas posibilidades de cacharreo. Los detalles a pulir están mayormente en el lado del software, más que en la parte de hardware.

Como propuesta global, la Atari Gamestation Go se queda en un punto muy concreto del mercado: es una máquina de nicho, pero bien apuntada. Para quien lleve años soñando con jugar a Tempest con ruleta en el sofá o a Centipede con trackball en formato portátil, pocas cosas se le van a acercar; para quien solo quiera una consola baratita para emular de todo un poco, hay opciones chinas más económicas y potentes.

Lo que ofrece esta consola es un viaje bastante completo por la historia de Atari y compañía, con luces y sombras, pero con una personalidad propia que no suele verse en los típicos “emuladores portátiles” genéricos. Si te tira la nostalgia y te atraen los controles raros, es muy fácil que la Gamestation Go te conquiste pese a sus fallos; si no es tu caso, seguramente mires hacia otros handhelds antes de soltar los casi 180 euros que cuesta.

sitios para jugar juegos retro online gratis
Artículo relacionado:
Sitios para jugar juegos retro online gratis: páginas y emuladores imprescindibles