- El coste por FPS permite comparar objetivamente el valor real de cada GPU, siempre que se mida en la resolución adecuada.
- La VRAM, el trazado de rayos y las tecnologías de escalado (DLSS, FSR, XeSS) cambian mucho la experiencia real aunque el precio por fotograma parezca similar.
- En 1080p, 1440p y 4K destacan diferentes familias de tarjetas como mejores opciones de precio-rendimiento según presupuesto y exigencia.
- Para montar un PC equilibrado hay que cuidar también CPU, fuente, caja y monitor para evitar cuellos de botella y aprovechar la GPU.
Si estás pensando en cambiar de gráfica para jugar, lo normal es que acabes perdido entre modelos, siglas y benchmarks. Muchas comparativas hablan de potencia bruta o de “la mejor gráfica”, pero si miras bien, casi nunca responden a la pregunta clave: cuánto rendimiento real obtienes por cada euro que gastas. Ahí es donde entra el concepto de coste por FPS.
El coste por FPS (o coste por fotograma) es, dicho mal y pronto, cuánto te cuesta cada imagen por segundo que tu tarjeta es capaz de generar en un escenario concreto. Puede sonar simple, pero cuando lo aplicas bien, cruzando datos de precio, resolución, trazado de rayos y memoria gráfica, se convierte en el mejor parámetro práctico para elegir GPU sin tirar el dinero. Vamos a profundizar en ello utilizando datos reales, tablas de rendimiento y ejemplos de configuraciones completas de PC.
Qué es exactamente el coste por FPS y por qué importa tanto
Cuando hablamos de coste por FPS nos referimos, literalmente, a dividir el precio de una tarjeta gráfica entre los FPS medios que consigue en un conjunto de juegos y ajustes dados. Ese cociente nos dice cuántos fotogramas obtienes por cada euro invertido, o a la inversa, cuánto pagas por cada FPS.
Este enfoque tiene truco: no vale cualquier FPS ni cualquier escenario. Para que tenga sentido, hay que medir en una situación que represente realmente cómo vas a jugar: resolución, calidad gráfica, tipo de juegos, si usas o no trazado de rayos, etc. Una gráfica puede tener un coste por FPS “buenísimo” en 4K sobre el papel y, sin embargo, no pasar de 25 FPS, lo que en la práctica es injugable.
El valor de un FPS cambia con la resolución
No todos los fotogramas valen lo mismo. Un FPS en 1080p no tiene el mismo peso que un FPS en 4K, porque en 4K la GPU está moviendo cuatro veces más píxeles por fotograma. Por eso, si miras solo “fotogramas por euro” sin pensar en la resolución, las conclusiones pueden ser totalmente engañosas.
Para entenderlo mejor, conviene tener en mente estas proporciones básicas de píxeles renderizados por cada resolución habitual en PC gaming, que afectan al valor real de cada FPS:
- 1080p: unos 2,07 millones de píxeles por fotograma (valor base, 1:1).
- 1440p: aproximadamente un 77,7 % más de píxeles que 1080p.
- 4K (2160p): cuatro veces más píxeles que 1080p y 2,25 veces más que 1440p.
A nivel teórico, podríamos “ponderar” cada fotograma según la resolución, pero la realidad es más complicada: el rendimiento no cae de forma lineal al subir de resolución. Lo habitual es que al pasar de 1080p a 1440p pierdas entre un 30 y un 40 % de FPS, y al dar el salto a 4K la caída ronde el 50‑70 % dependiendo del juego, la arquitectura de la GPU y, muy importante, la cantidad de VRAM disponible.
Coste por FPS y límites prácticos: cuando el dato engaña
Para que el coste por FPS tenga sentido, la GPU debe poder mantener una fluidez mínima aceptable con la configuración que estás usando para medir. Si una tarjeta saca 13 FPS a 4K pero tiene un coste por fotograma ligeramente mejor que otra que da 85 FPS, el dato estadístico no sirve de nada: la primera no es apta para jugar en esas condiciones.
Es un caso que se ha visto con juegos exigentes como DOOM The Dark Ages o Alan Wake 2. Una gráfica de gama media como una RTX 3060 de 12 GB puede arrojar 0,04 fotogramas por euro en 4K ultra y una RTX 5090 quedarse en 0,03 fotogramas por euro, pero la primera se clava en torno a 13 FPS y la segunda pasa de 80 FPS con todo al máximo. A nivel jugable, no hay color.
Por eso, cuando valores coste por FPS debes tener en cuenta tres reglas básicas: la GPU debe mover el juego en esa resolución a al menos 30 FPS estables, hay que fijar expectativas realistas según gama y VRAM, y conviene usar medias en varios títulos (no fiarte de un único juego fetiche).
Cómo afectan trazado de rayos y tecnologías de escalado
En las comparativas modernas ya no vale hablar solo de rasterización “pura y dura”. El trazado de rayos se ha consolidado como una característica importante en muchos juegos nuevos, y tecnologías como DLSS 4, FSR 4 o XeSS cambian completamente el panorama de rendimiento. No considerarlas al analizar el coste por FPS sería un error de bulto; conviene además conocer cómo activar la programación de GPU acelerada por hardware para exprimir más el rendimiento.
Podemos distinguir tres grandes escenarios a la hora de evaluar una GPU:
- Rendimiento en rasterización: sin RT, sin escalado. Es la base para ver la potencia bruta.
- Rendimiento con RT activado: muestra cómo rinde la arquitectura cuando entra en juego el trazado de rayos.
- Rendimiento con escalado: DLSS, FSR o XeSS activados (con o sin generación de fotogramas) para ver el potencial “real” en monitores de 144 Hz o más.
En una comparativa centrada exclusivamente en coste por FPS suele ser recomendable partir de la potencia bruta sin escalado, porque el uso de estas tecnologías puede variar mucho según el juego y tus preferencias de calidad. Aun así, a la hora de comprar es clave valorar que:
- DLSS 4 (NVIDIA) ofrece escalado de imagen de gran calidad y interpolación de varios fotogramas muy estable en una gran cantidad de juegos.
- FSR 4 (AMD) ha dado un gran salto, usa núcleos dedicados y su Frame Generation se acerca bastante a la experiencia DLSS, aunque sigue por detrás en pulido.
- XeSS (Intel) mejora con cada driver, pero aún necesita recorrido para competir cabeza a cabeza, sobre todo en títulos muy recientes.
La trampa de la VRAM: por qué 8, 12 o 16 GB no son lo mismo
Una parte enorme de las diferencias de coste por FPS “real” viene de la memoria de vídeo. No es raro ver gráficas con muy buena relación rendimiento‑precio sobre el papel que se vienen abajo en juegos pesados porque se quedan cortas de VRAM y empiezan los tirones, stuttering y caídas bruscas de frames; además conviene entender tecnologías de sincronización como V‑Sync, G‑Sync y FreeSync.
En el rango actual de GPUs gaming, la referencia razonable es:
- 8 GB de VRAM: mínimos aceptables para 1080p alto/ultra. Suficiente para eSports y muchos AAA, pero ya se nota el límite en títulos DX12 “gordos”.
- 12 GB: punto muy sólido para 1440p con texturas altas, mezclando raster con algo de RT si se apoya en escalado.
- 16 GB o más: prácticamente obligatorios para 4K nativo con texturas al máximo y trazado de rayos serio, o para juegos mal optimizados que devoran VRAM.
Además, la forma en que la arquitectura maneja el ancho de banda y la compresión de memoria también pesa. NVIDIA suele ser algo más eficiente moviendo datos con menos ancho de banda gracias a técnicas de compresión avanzadas, mientras que AMD compensa con buses más amplios y cachés enormes (Infinity Cache) para aliviar la presión sobre la memoria externa.
Rendimiento relativo de las principales GPUs: tabla orientativa
Muchas comparativas recientes establecen un ranking de rendimiento general asignando un índice sobre 100 a cada modelo. En uno de estos baremos, una RTX 5090 se toma como referencia al 100 %, y de ahí hacia abajo se colocan el resto de tarjetas, teniendo en cuenta ancho de banda, tasas de texturas, potencia de cálculo y otros factores sintetizados en un único valor ponderado.
En ese tipo de escalas, una RTX 4090 ronda un 76 % del rendimiento de la 5090, una RTX 5080 queda sobre el 57 %, y las RX 9070 XT, RTX 4080 Super o RX 7900 XTX se mueven en torno al 53‑54 %. A partir de ahí bajan RTX 4080, RTX 5070 Ti, RX 7900 XT y RTX 3090 Ti, sucesivamente, hasta modelos mucho más modestos como RTX 3050, GTX 1660 o RX 6400, que cierran la lista con porcentajes de un dígito respecto a la 5090.
Esta tabla global es útil para hacerte una idea rápida de qué salto real vas a notar si cambias de una GPU a otra (por ejemplo, pasar de una RTX 3060 Ti a una RTX 5070 Ti, o de una RX 6600 a una RX 7800 XT), pero no te dice nada del coste por FPS hasta que no cruzas estos datos con precios reales en tu región. Además, la evolución de las APIs y su impacto en rendimiento se explica bien en artículos sobre DirectX y su evolución.
Benchmarks en condiciones reales: Ryzen 7 9800X3D y media de FPS
Para aislar el factor GPU y minimizar el cuello de botella de CPU, muchas pruebas recientes se han realizado con procesadores muy fuertes en gaming, como el Ryzen 7 9800X3D. Con él se han medido medias de FPS en 11 juegos exigentes, tanto con rasterización como con RT.
En una de estas baterías de pruebas, por ejemplo, una RTX 4090 personalizada roza los 181 FPS de media en 1440p en un conjunto variado de títulos, mientras que una RTX 5080 se queda alrededor de 160 FPS, y una RTX 5070 Ti sobre los 138 FPS. Entre las opciones de gama media, RTX 5070, RX 9070 XT y RTX 4070 van apareciendo con medias que bajan progresivamente hasta situar modelos como la RTX 5060 Ti, RTX 5060 o Arc B580 en la franja de 60‑90 FPS, siempre dentro de resoluciones acordes a su segmento.
En las mismas condiciones, cuando se activa trazado de rayos con calidad alta, las medias caen drásticamente: la RTX 4090 ronda ya unos 110‑115 FPS, la RTX 5080 desciende a algo más de 95 FPS y la RTX 5070 Ti ronda los 80‑82 FPS. Tarjetas como RX 9060 XT, RTX 4060 Ti o Arc A770 pasan a moverse entre 30 y 50 FPS si no se recurre a escalado, lo que deja claro que, para disfrutar del RT cómodamente, la gama media necesita sí o sí DLSS/FSR/XeSS.
Ranking de rendimiento por euro: coste por FPS en la práctica
Con las medias anteriores y los precios actualizados para España (y, por extensión, el resto de la eurozona), se construyen gráficos de rendimiento por euro invertido. Es decir, FPS medios / precio actual. Este ranking cambia a diario según ofertas, pero sirve muy bien para ver dónde está el “punto dulce” de cada gama.
Cuando se analiza rendimiento por euro solo en rasterización, suelen destacar tarjetas como la Radeon RX 9060 XT (especialmente el modelo de 16 GB), la RTX 5060 y la Radeon RX 6600 en gamas medias, y la RX 9070 XT o RTX 5070 en gamas altas para 1440p y 4K. Si se incluye también el trazado de rayos en la ecuación, las GeForce tienden a escalar mejor en coste por FPS RT gracias a sus núcleos dedicados y a la mayor madurez de sus drivers en esta área.
Eso sí, casi todas estas gráficas de rendimiento por euro incluyen avisos claros: son resultados orientativos, y es virtualmente imposible condensar en un único gráfico el hecho de que algunas GPU se comportan mucho mejor en DX12/Vulkan que en DX11, o que ciertos juegos funcionan claramente mejor en Radeon o en GeForce dependiendo de cómo se hayan programado y optimizado.
Mejores GPU por coste por FPS en 1080p, 1440p y 4K
1080p: RTX 5060 como referencia
Aunque haya recibido muchas críticas por sus “solo” 8 GB de VRAM, la GeForce RTX 5060 ofrece un valor excepcional en 1080p si miras fotogramas por euro. Con precios desde unos 310 euros, en rasterización pura puede rondar los 2,49 FPS por euro y en trazado de rayos alrededor de 1 FPS por euro, siempre en media de varios juegos.
En la práctica significa que puedes jugar a 1080p en alto/ultra, incluso con algo de RT en títulos compatibles, sin dejarte un riñón. Si además tienes en cuenta DLSS 4 y la generación múltiple de fotogramas, es una opción muy seria para monitores Full HD de 144 Hz siempre que ajustes un poco calidad o RT en los juegos más bestias.
En esta misma franja de precios aparecen alternativas como Radeon RX 7600, RTX 4060, RX 6650 XT o RX 6600. Suelen ser algo más baratas, pero:
- En rasterización pura, RX 7600 compite bien con RTX 4060, pero pierde bastante terreno en RT.
- RX 6600 y RX 6650 XT tienen una relación precio‑rendimiento brutal para 1080p sin RT, pero carecen de tecnologías tan avanzadas como DLSS 4.
- RTX 4060 se acerca en coste por FPS a la 5060 en algunas ofertas, aunque normalmente rinde menos por un precio parecido, así que hoy tiene menos sentido.
1440p: RTX 5070, la heredera del “mejor punto dulce”
En la generación anterior, la RTX 4070 (y luego la 4070 Super) se llevó la corona de mejor gráfica precio‑rendimiento para 1440p. En la nueva hornada, ese papel recae en la GeForce RTX 5070. Con un precio de salida alrededor de 570 euros, ofrece 12 GB de GDDR7, muy buen rendimiento en RT y acceso completo al ecosistema DLSS 4.
En coste por FPS, la RTX 5070 suele impermeabilizarse como la mejor opción tanto en raster como en trazado de rayos a 1440p, por delante incluso de la RTX 5070 Ti, que es más rápida pero también demasiado más cara para el salto que supone. La principal crítica que se le hace a la 5070 son esos 12 GB de VRAM, que en algunos juegos muy tragones pueden obligarte a bajar la reserva de texturas o desactivar filtros pesados, pero para la enorme mayoría de títulos actuales sigue siendo perfectamente válida.
La gran alternativa es la Radeon RX 9060 XT (16 GB). Tiene a su favor:
- Precio más contenido y, por tanto, muy buen coste por FPS bruto.
- 16 GB de VRAM, que en juegos con texturas 4K y mundos muy grandes marcan diferencias de suavidad.
El problema es que, cuando se pone todo al máximo, en juegos muy exigentes la RX 9060 XT suele quedarse en torno a 40‑45 FPS donde la RTX 5070 ronda los 55‑60 FPS. Títulos como Black Myth: Wukong o Alan Wake 2 ilustran bien esa diferencia: en las mismas condiciones la RX puede caer por debajo de los 30 FPS, mientras la 5070 aguanta en el tramo jugable. Es el típico ejemplo donde un coste por FPS muy bueno no compensa si no alcanzas la fluidez mínima.
4K: RX 9070 XT y RTX 5070 como tándem
En 4K, las tornas cambian ligeramente. Si miras solo el número de fotogramas por euro, la RTX 5070 sigue saliendo muy bien parada, con algo así como 0,82 FPS por euro en raster y 0,20 en RT. Pero al subir a 2160p con todo al máximo, sus 12 GB empiezan a notarse, sobre todo en juegos que chutarse más de 12 GB de VRAM con texturas en ultra.
La Radeon RX 9070 XT, que hoy se puede encontrar desde unos 725 euros, se convierte aquí en una candidata muy fuerte como “GPU de entrada sensata” para 4K. Dispone de 16 GB de GDDR6 sobre un bus de 256 bits, muchísima caché y una potencia de más de 50 TFLOPs FP32, lo que le permite mantener más de 30 FPS en 4K ultra en prácticamente todos los AAA modernos, y superar fácilmente los 60 FPS en muchos de ellos sin RT o apoyándose en FSR 4.
La diferencia de coste frente a la RTX 5070 (unos 150‑160 euros en muchos mercados) no es menor, pero si tu objetivo es jugar principalmente en 4K nativo con ajustes muy altos, esos 16 GB extra de VRAM y la mayor holgura de la RX 9070 XT pueden merecer la inversión adicional. Aun así, si el presupuesto aprieta, una 5070 bien ajustada con algo menos de texturas y escalado de calidad alta también puede darte 4K muy dignos.
Tarjetas “ultra” y profesionales: cuando el coste por FPS deja de ser lo único
Por encima de los 1.000 euros entramos en terreno de gráficas como RTX 5080, RTX 5090, RTX 4090 o equivalentes de AMD en gamas muy altas. Aquí el coste por FPS se desploma: pagas muchísimo más por cada pequeño salto de rendimiento. Tiene sentido solo si:
- Juegas en 4K a muy altos Hz y quieres exprimir RT y DLSS/F SDR al máximo.
- Haces tareas profesionales pesadas (render, IA, visión artificial) y necesitas muchos núcleos y VRAM.
Por ejemplo, una RTX 5080 mejora claramente a la antigua 4080 Super, se aproxima a la 4090 en juegos y rinde fenomenal con RT, pero sigue costando bastante más que las 5070/9070 XT para un aumento relativo de FPS modesto en escenarios de juego normales. La RTX 5090, con sus consumos superiores a 550 W y 32 GB de VRAM, tiene más sentido en estaciones de trabajo que en un PC gamer estándar, donde una 5080 o incluso una 5070 Ti ajustada ofrecen una experiencia excelente a un coste por FPS menos desastroso.
Componentes clave de una GPU y detalles técnicos que influyen
GPU y arquitectura interna
La unidad de procesamiento gráfico es el corazón de la tarjeta: millones de transistores organizados en sombreadores, núcleos de texturas, unidades de rasterizado, RT cores, Tensor cores, etc. Tanto AMD como NVIDIA e Intel siguen enfoques distintos, pero con elementos comunes: grandes grupos de ALUs que ejecutan instrucciones en paralelo sobre píxeles, vértices o datos de cómputo.
Un detalle importante: no puedes comparar directamente núcleos, frecuencias o TFLOPs entre arquitecturas distintas. Una GPU de NVIDIA puede tener más TFLOPs teóricos que una de AMD y rendir igual o incluso menos en juegos, porque el rendimiento real depende también del planificador, la eficiencia de los shaders, las cachés, el front‑end, etc.
Memoria gráfica: tipos, ancho de banda y compresión
Hoy conviven varias generaciones de memoria: GDDR5, GDDR5X, GDDR6, GDDR6X y la próxima GDDR7, con mejoras en velocidad y eficiencia por vatio. También existe HBM/HBM2 con buses gigantescos (hasta 4096 bits) que proporcionan anchos de banda enormes con frecuencias moderadas. Estas soluciones se usaron mucho en GPUs profesionales y algunas Radeon de generaciones pasadas, pero han ido quedando para nichos específicos.
De forma simplificada, el ancho de banda efectivo depende de la combinación entre frecuencia de la memoria y ancho del bus. Una tarjeta con bus de 64 bits a 12 Gb/s puede igualar el ancho de banda de otra de 128 bits a 6 Gb/s. A esto hay que sumarle la compresión: NVIDIA, por ejemplo, suele necesitar mover menos datos a igualdad de circunstancia gracias a compresión más agresiva, mientras que AMD suele apoyarse en buses más amplios y cachés grandes.
Conectividad de vídeo y requisitos para altas resoluciones
Las GPU actuales incluyen casi siempre HDMI 2.1 y DisplayPort 1.4a o 2.1, que permiten 4K a 120/144 Hz, HDR y profundidades de color elevadas. Los puertos DVI y VGA están prácticamente extinguidos salvo en modelos muy básicos. Para jugar en 4K 60 Hz o 144 Hz hay que asegurarse de que tanto la tarjeta como el monitor admiten los estándares necesarios (HDMI 2.0 mínimo para 4K 60, HDMI 2.1 o DP 1.4/2.1 para frecuencias superiores).
Algunos modelos añaden mini‑DisplayPort o incluso USB‑C con modo alterno DP. En cualquier caso, si no tienes el conector ideal, existen multitud de adaptadores relativamente baratos para salvar la papeleta.
Consejos de compra por presupuesto y uso
Rango hasta 200 €: jugar a 1080p con ajustes moderados
En el tramo de entrada, tarjetas como las Radeon RX 6400 y RX 6500 XT o la GeForce GTX 1660 Super permiten jugar en 1080p con calidad baja/media (o alta en juegos menos recientes) a buenas tasas de FPS. Son interesantes si tu presupuesto es muy ajustado, quieres algo mejor que una iGPU y no te importan los recortes en filtros y texturas; además pueden servir para ejecutar Fortnite en un PC débil u otros títulos menos optimizados.
Eso sí, con 4 GB de VRAM y buses recortados, conviene montarlas en equipos con PCIe 4.0 para minimizar pérdidas y ser consciente de que algunos títulos DX12 modernos ya les vienen grandes incluso en bajo.
200-300 €: 1080p alto y cierta “durabilidad”
Este rango es ideal si quieres una gráfica para varios años sin aspirar a 4K. Modelos como la Radeon RX 6600, la Arc B580 o futuras RTX 5050 se mueven muy bien en 1080p alto/ultra, muchos 1440p medios y tienen margen para eSports a altos FPS. Con 8-12 GB de VRAM y consumos moderados, son buenas compañeras para CPUs de 6 núcleos modernos.
300-500 €: 1440p sólido y FHD sobrado
A partir de aquí empiezan las GPUs con vistas más largas: RX 9060 XT (8 y 16 GB), RTX 5060, RTX 5060 Ti, RX 6750 XT, RX 7800 XT… Todas permiten 1080p ultra a tasas muy altas y 1440p alto/ultra en gran parte del catálogo, especialmente si recurres a escalado en los títulos más bestias.
Lo interesante es que en este rango la relación potencia/precio empieza a caer: pagas cada vez más por incrementos relativamente pequeños. De ahí que muchas veces compense más una 5060 Ti/9060 XT bien de precio que dar el salto a una 5070 Ti/9070 XT si no vas a jugar en 4K.
500-1000 €: 1440p extremo y 4K jugable
En esta franja viven joyas como Radeon RX 9070, RX 9070 XT y GeForce RTX 5070/5070 Ti. Aquí ya entras en territorio de 1440p a 144 Hz con RT activado en muchos juegos (tirando de DLSS/FSR), y 4K a 60 FPS en bastantes títulos sin necesidad de irte a las gamas entusiastas de más de 1.000 euros.
La RX 9070 y la RTX 5070 comparten un PVP oficial de alrededor de 549 dólares en su lanzamiento, se disputan el trono de mejor opción “premium” para el jugador medio, y sólo detalles como la prioridad que le des a DLSS 4 frente a FSR 4 inclinan la balanza en uno u otro sentido. Por pura fuerza bruta en 4K y margen de VRAM, eso sí, la RX 9070 XT es la opción más redonda si encuentras una buena oferta.
El resto del PC: CPU, fuente, caja y monitor también cuentan
Elegir GPU por coste por FPS está muy bien, pero de poco sirve si montas la tarjeta en un equipo descompensado. Para aprovechar una gráfica moderna hace falta una CPU decente (6 núcleos recientes), fuente de calidad y una caja con buen flujo de aire.
Por ejemplo, configuraciones muy equilibradas alrededor de 1.000 € combinan procesadores como Ryzen 5 5600X o Intel Core i5‑12400F con 32 GB de RAM, SSD NVMe PCIe 4.0 rápido, una fuente 650-750 W 80 Plus Bronze o mejor, y torres con frontal mallado y varios ventiladores. A partir de ahí puedes elegir gráfica según tu prioridad: RTX 5060, RX 9060 XT u opciones Arc B580 si quieres exprimir cada euro.
El monitor también es decisivo: gastar una fortuna en una GPU 4K para seguir usando un 1080p 60 Hz es tirar dinero. Conviene que el panel vaya acorde a la gráfica: FHD 144 Hz (si dudas entre 60 o 120 Hz) para gamas medias, 1440p 144‑165 Hz para gamas medias‑altas y 4K 120‑144 Hz para lo más potente.
Con toda esta información en la mano, la clave no está tanto en perseguir la gráfica más rápida del mercado como en encontrar ese punto en el que cada euro que inviertes te devuelve el máximo de FPS útiles en la resolución y calidad a la que realmente vas a jugar; si eliges bien la GPU, la acompañas de un PC equilibrado y te apoyas en DLSS, FSR o XeSS cuando toca, tendrás muchos años de juego fluido sin que tu bolsillo se resienta más de la cuenta.
