Qué son tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL y tSTAG en la RAM y cómo afectan al rendimiento

Última actualización: diciembre 17, 2025
Autor: Isaac
  • tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL y tSTAG son subtimings internos que regulan refresco y activación de filas, con impacto limitado frente a los cuatro tiempos principales.
  • En la mayoría de casos, los perfiles XMP/DOCP de fabricantes como G.SKILL o Crucial ya ofrecen un equilibrio óptimo entre estabilidad y rendimiento.
  • Forzar subtimings demasiado agresivos puede degradar el rendimiento o causar inestabilidad, incluso si MemTest no muestra errores evidentes.
  • Ajustar estos parámetros solo suele compensar para overclock avanzado y benchmarks; para juegos y productividad, basta con una RAM bien configurada en frecuencia y timings básicos.

Tiempos de memoria RAM

Si te has metido a trastear con la BIOS, a activar el XMP o a afinar la RAM en una plataforma moderna (Intel o Ryzen), es muy posible que te hayas topado con una lista interminable de parámetros con nombres raros como tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL o tSTAG. La mayoría de guías se centran en CL, tRCD, tRP y tRAS, pero cuando empiezas a ajustar más fino aparecen estos “subtimings” que no son tan evidentes.

Lo que verás a continuación es una explicación detallada, en castellano de España y con un tono lo más claro posible, de qué significan estos tiempos, cómo se relacionan entre sí, qué impacto real tienen en rendimiento y estabilidad y por qué, en muchas ocasiones, no merece la pena obsesionarse con ellos si solo juegas o usas el equipo para tareas de productividad.

Qué son tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL y tSTAG en la RAM

Antes de entrar al detalle uno a uno, conviene entender que todos estos valores son tiempos internos de funcionamiento del chip de memoria. No son inventos del fabricante de la placa base, sino reglas físicas que determinan cada cuánto se pueden abrir filas, refrescar celdas o lanzar ráfagas de operaciones sin que el chip se vuelva inestable.

La mayoría de usuarios solo conoce los cuatro tiempos principales: CL (CAS Latency), tRCD, tRP y tRAS. Estos sí tienen un impacto muy directo en la latencia y el ancho de banda que ves en benchmarks y juegos. Los demás, como tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL o tSTAG, funcionan como límites y márgenes de seguridad que garantizan que esos tiempos principales se puedan cumplir sin errores.

Por eso, muchas veces verás que cambias uno de estos subtimings, haces un benchmark y no notas nada o incluso pierdes rendimiento al apretarlos demasiado. No es que estén “mal”, es que hay un equilibrio delicado entre frecuencia, voltaje, número de ranks del módulo y toda esta sopa de letras.

En general, mientras uses el XMP/DOCP del fabricante de la memoria o los valores automáticos bien programados por la BIOS, la RAM ya viene con subtimings ajustados para ser estables y razonablemente rápidos. Ajustarlos a mano es una fase más avanzada del overclock y no siempre se traduce en mejoras prácticas.

tRFC: el tiempo de refresco de filas de memoria

El parámetro tRFC (Refresh Cycle Time) es uno de los subtimings más importantes. Define cuánto tiempo debe esperar el controlador de memoria mientras un banco de RAM se está refrescando. El refresco es necesario porque las celdas DRAM son como pequeños condensadores que pierden carga con el tiempo; si no se recargan de forma periódica, la información se corrompe.

En la práctica, un tRFC más alto significa que la memoria pasa más tiempo “ocupada” refrescando y no puede aceptar nuevas órdenes, lo que puede incrementar ligeramente la latencia efectiva. Sin embargo, bajarlo demasiado puede causar errores en MemTest86, cuelgues en juegos o fallos sutiles que solo se ven bajo estrés prolongado.

Al afinar tRFC también aparecen los valores derivados tRFC2 y tRFC4, que son variaciones usadas por el controlador para distintos tipos de operación de refresco. Lo normal es que se ajusten en proporción al tRFC principal, y en muchas placas, al tocar tRFC se recalculan automáticamente tRFC2 y tRFC4 para mantener la relación esperada.

Un ejemplo práctico real: un usuario comparó su RAM de serie con una Crucial DDR4 3200 MHz CL22 de doble rango al elegir un nuevo módulo de RAM compatible. En ambas configuraciones, los valores de tRFC (ns), tRFC, tRFC2 y tRFC4 eran idénticos (por ejemplo, tRFC(ns) 350, tRFC 560, tRFC2 416, tRFC4 256). A pesar de haber cambiado otros subtimings, el rendimiento en juegos y tareas normales no variaba gran cosa, lo que indica que el kit nuevo no ofrecía una ventaja clara solo por esos cambios.

También se suele comentar en foros que tRFC debe ser múltiplo de 8. No es una regla rígida “mágica”, pero es una guía práctica: algunos controladores prefieren valores alineados a múltiplos de 8 ciclos, y muchas calculadoras de RAM proponen números de este tipo para mejorar compatibilidad y estabilidad.

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tFAW: Four Activate Window y su influencia real

El parámetro tFAW (Four Activate Window) define el intervalo de tiempo en el que se pueden activar hasta cuatro filas (ACT commands) dentro del mismo rank o banco de memoria. Básicamente, impone un límite a cuántas filas pueden abrirse en una ventana de tiempo corta para evitar sobrecargar el chip.

Si tFAW es muy conservador (un número grande), el controlador de memoria será más prudente al encadenar operaciones de apertura de filas, lo que puede reducir el paralelismo interno y, en algunos casos, afectar ligeramente al rendimiento en pruebas sintéticas. Si lo bajas demasiado, puedes ganar algo de ancho de banda en benchmarks y herramientas para medir el rendimiento, pero corres el riesgo de inestabilidad.

Varios usuarios han probado a jugar con este valor siguiendo guías y calculadoras de DRAM. En un caso, con unas memorias rápidas Patriot Viper Steel, se comparó un perfil con tFAW y tWR más relajados (por ejemplo 24) frente a otro con valores mucho más agresivos (por ejemplo 12). Con tFAW y tWR holgados el sistema era estable en MemTest86, pero el rendimiento en MemBench se desplomaba de forma exagerada.

Curiosamente, al volver a unos timings más ajustados (incluso más duros que antes en subtiempos como tRFC) y manteniendo el mismo voltaje DRAM, la RAM pasaba todos los tests de estabilidad y rendía mejor. Esto demuestra que no siempre “relajar” estos valores equivale a mayor estabilidad o mejor comportamiento global; hay un punto dulce que depende de la combinación CPU-controlador de memoria-chips de la RAM.

En otro caso distinto, un usuario que seguía una guía de ajuste de subtimings probó varias combinaciones de tFAW. Partiendo de la configuración XMP II, comprobó que solo se apreciaba una pequeña mejora en las escrituras cuando tFAW pasaba, por ejemplo, de 44 a 40, pero que al reducirlo más, el rendimiento comenzaba a empeorar. Es decir, bajar tFAW de forma agresiva no siempre es sinónimo de más FPS ni de latencias mejores.

tRRD y tRRDL: tiempos entre activaciones de filas

Los parámetros tRRD (Row to Row Delay) controlan el tiempo mínimo entre dos comandos de activación (ACT) dirigidos a diferentes filas dentro de un mismo banco o entre bancos. En DDR4 se separan normalmente en dos valores: tRRDS (Short) y tRRDL (Long), que se aplican según el tipo de acceso interno que esté haciendo el controlador.

tRRDS suele ser el valor mínimo que se permite con la memoria XMP activada; por ejemplo, muchos kits vienen con tRRDS = 4 ya de fábrica en el perfil XMP, de modo que no hay mucho margen real para bajarlo más. En una de las configuraciones analizadas, la RAM de serie tenía tRRDS = 9 y tRRDL = 11, mientras que el nuevo kit Crucial pasaba a tRRDS = 4 y tRRDL = 8, claramente más agresivos, junto con un tFAW reducido (de 48 a 34). El resto de timings principales se mantenía similar.

En las pruebas de algunos usuarios afinando estos parámetros, se observa un patrón parecido: al reducir tRRDL de forma moderada (por ejemplo de 10 a 8 o 9), los resultados de lectura, escritura y latencia apenas cambian o se mueven dentro del margen de error de los benchmarks. Pero cuando se fuerza más (bajar a 6 o incluso a 4), el rendimiento comienza a perderse y el sistema puede volverse inestable.

En plataformas Ryzen, en particular, hay quien se pregunta por qué algunos expertos muestran en sus configuraciones valores como tRRDS = tRRDL (por ejemplo 4/4) y, sin embargo, otros usuarios no consiguen que tRRDL baje tanto como tRRDS sin que el equipo se vuelva inestable o más lento. Una de las razones principales es que cada combinación de GPU integrada/no, número de módulos, single rank / dual rank y calidad de los chips DRAM es diferente, y lo que funciona en un sistema concreto (como el de un overclocker de YouTube) no es necesariamente trasladable tal cual a tu PC.

Se ha llegado a comentar incluso que pasar de una configuración 4/8/16 (tRRDS/tRRDL/tFAW) a 4/4/20 puede ser más rápido. Esto se debe a que, al bajar tRRDL y ajustar tFAW en consonancia, el controlador de memoria puede solapar mejor las activaciones de filas. Pero no es una regla universal: si tu kit no aguanta esos valores sin errores, acabarás necesitando más voltaje o, simplemente, resignarte a usar valores algo más conservadores.

tSTAG: un subtiming muy poco documentado

El parámetro tSTAG es uno de los menos documentados públicamente. No suele aparecer en las guías básicas de overclock de RAM y prácticamente no se menciona en la documentación de la JEDEC a nivel de usuario. Sin embargo, algunas BIOS lo exponen y permiten modificarlo.

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En el ejemplo real de cambio de RAM que comentábamos antes, el kit de serie tenía tSTAG = 12, mientras que la nueva memoria Crucial mostraba tSTAG = 9. Es decir, el módulo actualizado usaba un valor más agresivo para este subtiming interno, probablemente debido a que montaba chips de memoria distintos o un diseño de PCB diferente.

El consenso general entre entusiastas es que estos tiempos “exóticos” (como tSTAG y otros similares que apenas ves en guías) funcionan más como parámetros de bajo nivel que garantizan el correcto funcionamiento del chip, pero no marcan una diferencia apreciable en el rendimiento cotidiano, siempre que el kit sea estable con ellos. Normalmente, el XMP o la BIOS se encargan de fijarlos a valores seguros, y rara vez compensa ponerse a tocarlos a mano salvo que estés buscando exprimir al máximo un kit concreto en benchmarks muy específicos.

Por tanto, si al cambiar de RAM ves que tSTAG u otros subtimings cambian, no significa automáticamente que vayas a conseguir una mejora enorme. Es simplemente un reflejo de cómo el SPD del módulo y la placa base negocian los parámetros más adecuados para esos chips concretos.

Subtimings y rendimiento real: cuándo se nota y cuándo no

Una de las conclusiones que se repite en múltiples experiencias compartidas por usuarios es que, más allá de los cuatro tiempos principales (CL, tRCD, tRP, tRAS), la mayoría de subtimings tienen un impacto relativamente pequeño en el rendimiento de uso diario, sobre todo en juegos y tareas de oficina o productividad básica.

En el primer ejemplo, un usuario con una Asus ROG Strix G15 Advantage Edition cambió la RAM de serie por un kit Crucial DDR4 dual rank recomendado por otros para mejorar el rendimiento. Aunque varias latencias “internas” como tRRDS, tRRDL, tFAW y tSTAG se volvieron más agresivas, tRFC y sus derivados se mantuvieron iguales, y en las pruebas de juegos y trabajo normal la diferencia fue muy pequeña o prácticamente nula. En ese caso, el cambio de memoria no justificaba del todo el coste, sobre todo si la RAM original ya era aceptable.

En otros casos, usuarios que seguían guías de overclocking muy detalladas intentaban afinar tRRDL, tFAW y tWR por debajo de los valores XMP II, y veían que, tras muchas pasadas de pruebas sintéticas, la mejor configuración en rendimiento global coincidía casi siempre con los tiempos definidos por G.SKILL o el fabricante en su perfil XMP. Es decir, el fabricante sabe muy bien lo que hace al programar esos perfiles, y no es raro que te cueste mejorar lo que ya viene afinado de fábrica.

También se ha visto justo el caso contrario: al aflojar demasiado algunos subtimings siguiendo presets “seguros” de calculadoras DRAM, el sistema pasaba MemTest sin errores pero rendía bastante peor que con una configuración algo más apretada pero estable. Esto sirve para recordar que MemTest y compañía solo te dicen si hay errores de memoria, no si estás perdiendo rendimiento por un ajuste mal planteado.

Otro detalle importante es que, con la misma frecuencia y el mismo voltaje DRAM, hay combinaciones de subtimings que el controlador de memoria de la CPU tolera mejor que otras. En un Ryzen, por ejemplo, un usuario descubrió que con tiempos muy agresivos pero coherentes con las recomendaciones (ajustando también VDDP, VDDG y SOC a valores razonables) obtenía mejores benchmarks y estabilidad absoluta, mientras que una configuración teóricamente más suave en algunos subtimings era más propensa a errores durante el juego.

Reglas y fórmulas habituales entre tiempos de la RAM

Cuando profundizas en el ajuste de la RAM, comienzan a aparecer relaciones entre distintos timings, muchas de ellas empíricas u orientativas, pero útiles para no pasarte de listo. Algunas de las más comentadas por la comunidad entusiasta son:

  • tRAS ≈ tRCD(RD) + tRTP: se usa como referencia para que el tiempo de activación de la fila (tRAS) no sea demasiado bajo respecto a la suma de la latencia de columna y el tiempo de prelectura/retorno.
  • tRC ≈ tRAS + tRP: el tiempo total de ciclo de fila (tRC) suele ser la suma del tiempo que la fila está activa más el tiempo que tarda en cerrarse (precharge).

Hay que tomar estas fórmulas como puntos de partida para experimentar, no como leyes inamovibles. En algunos casos, puedes bajar un poco tRAS por debajo de esa suma y el sistema seguir siendo estable; en otros, vas a necesitar márgenes mayores.

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Algo parecido ocurre con otros parámetros como SCL (Secondary Command Latency). Hay quien consigue valores muy bajos, como SCL = 2, pero se comenta que no aporta un beneficio tangible en rendimiento real, a pesar de ser estable. Lo mismo pasa con muchos de los tiempos secundarios: el hecho de que tu sistema arranque y pase una prueba corta no significa que vayas a notar mejora alguna frente a dejarlo en auto o en los valores XMP.

En cuanto a tRFC, además de la regla no oficial de que sea divisible por 8, muchas calculadoras o guías recomiendan no bajarlo por debajo de ciertos límites en función de la capacidad del módulo (8 GB, 16 GB, 32 GB por stick) porque módulos con más densidad de chips necesitan tiempos de refresco más amplios. Forzarlo por debajo de lo razonable es receta segura para errores intermitentes.

Otros subtimings relacionados: tWR, tWTR, tRTP, tCWL, tRDWR…

Aunque el foco de la duda suele estar en tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL y tSTAG, en las mismas pruebas suelen aparecer otros tiempos que influyen en el comportamiento global de la RAM y que conviene contextualizar un poco.

El tWR (Write Recovery Time) determina el tiempo que debe esperar la RAM después de una operación de escritura antes de poder iniciar ciertas operaciones relacionadas, como un precharge. En una sesión de pruebas, un usuario calculó tWR a partir de tWRPRE que mostraba la UEFI; al reducir el tWR desde el valor original obtenido por cálculo, el rendimiento general empeoraba en todos los casos, aunque no siempre provocaba errores de estabilidad.

Por otro lado, parámetros como tWTRS, tWTRL y tRTP controlan diferentes intervalos entre operaciones de escritura y lectura (write to read) y entre lectura y precharge. Son importantes para exprimir el último porcentaje de rendimiento, pero normalmente el propio perfil XMP ya los deja en un punto bastante equilibrado. Ajustarlos sin una guía clara puede traer más problemas que beneficios.

En plataformas Ryzen se le presta bastante atención a tCWL (CAS Write Latency) y a la relación con tRDWR (Read to Write Delay). Algunos entusiastas utilizan una fórmula práctica: tRDWR = tCL – tCWL + n, donde n depende de la frecuencia de la RAM (por ejemplo 8 para 3600 MHz o menos, 9 para 4000 o más, 10 para 4800 o más). Esto hace que tRDWR esté ligado tanto a la latencia de lectura como a la de escritura y a la frecuencia efectiva.

Además, es habitual que tRDWR muestre valores distintos por canal, como 9/10. Configurarlo de forma manual puede igualarlos, pero no siempre se traduce en mejoras claras. La duda típica es si conviene usar un tCWL más bajo y un tRDWR más alto, o al revés, para lograr mejor rendimiento. La realidad es que depende de la arquitectura concreta de la CPU y del controlador de memoria; por eso, la mayoría de usuarios avanza a base de pruebas, siguiendo guías específicas para su plataforma.

Lo que sí es consistente en todos los casos es que estos subtimings deben verse como un ajuste fino tras tener ya optimizados frecuencia, CL, tRCD, tRP y tRAS. Intentar cuadrarlo todo a mano sin una base estable suele acabar en frustración, inestabilidad y mucho tiempo perdido para mejoras de 1-2 % en el mejor de los casos.

Pensando en los casos comentados (overclocks fallidos, cambios de tFAW y tWR que bajan el rendimiento, o intentos de igualar tRRDS y tRRDL sin éxito), se puede decir que la clave está en respetar las limitaciones físicas de los chips de memoria y del controlador. No todas las memorias son iguales, no todos los Ryzen se comportan como el del youtuber de turno, y no todos los presets de las calculadoras DRAM son adecuados para cualquier combinación de hardware.

Si lo que te preocupa es jugar y trabajar con el PC sin dolores de cabeza, normalmente basta con activar XMP/DOCP, vigilar que la frecuencia del Infinity Fabric (en Ryzen) esté bien sincronizada y, si te apetece, ajustar un poco los cuatro tiempos principales. Más allá de eso, estos subtimings como tRFC, tFAW, tRRD, tRRDL y tSTAG están ahí para permitir que todo funcione, no para regalarte mágicamente 20 FPS adicionales. Afinarlos puede ser divertido para quien disfruta del overclock, pero a nivel práctico las ganancias suelen ser bastante discretas salvo configuraciones muy concretas.

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