Cómo liberar espacio de disco en Windows 11 paso a paso

Última actualización: diciembre 17, 2025
Autor: Isaac
  • Windows 11 incluye herramientas propias (Liberador de espacio, Almacenamiento y Sensor de almacenamiento) que permiten eliminar temporales y restos de actualizaciones de forma segura.
  • Revisar y mover archivos personales grandes (vídeos, fotos, descargas) a discos externos o a la nube evita que el SSD principal se llene y mantiene el sistema más ágil.
  • Ajustar funciones como Restaurar sistema, hibernación y memoria virtual ayuda a recuperar varios gigas sin comprometer la estabilidad si se hace con cuidado.
  • Un buen hábito de mantenimiento (limpieza periódica, desinstalar bloatware y usar aplicaciones portables o en la nube) reduce el riesgo de quedarte sin espacio y mejora el rendimiento general.

liberar espacio de disco en Windows 11

Si tu PC con Windows 11 te avisa de que el disco está casi lleno o notas que todo va más lento de la cuenta, no estás solo: con el uso diario se acumulan archivos temporales, restos de actualizaciones, programas que ya no usas y mucha “basura” digital que se queda ocupando sitio sin aportar nada. La buena noticia es que puedes recuperar varios gigas con unos cuantos ajustes bien hechos y, sobre todo, sin poner en riesgo el sistema.

En esta guía vamos a ver paso a paso cómo liberar espacio de disco en Windows 11 de forma segura y bastante a fondo. Verás métodos rápidos para un “lavado de cara” express y otros algo más avanzados para rascar todavía más gigas: desde borrar temporales y actualizaciones viejas hasta controlar la Restauración del sistema, la hibernación o la memoria virtual. Todo explicado en un tono cercano, pero con el máximo detalle para que sepas siempre qué estás tocando.

1. Ordena y mueve tus archivos personales a otro sitio

Antes de meterte con opciones más técnicas, conviene revisar tus propios documentos, porque vídeos, fotos, música y descargas suelen comerse una parte enorme del disco, sobre todo si tienes un SSD pequeño. Muchas veces el problema no es Windows, sino tu colección de archivos personales.

Abre Explorador de archivos desde la barra de tareas (el icono de carpeta) y entra en Este equipo; en el menú de la izquierda verás carpetas como Vídeos, Música, Imágenes y Descargas, que normalmente concentran lo más pesado. Es muy buena idea que eches un vistazo con calma a cada una de ellas para localizar lo que realmente no necesitas.

En cualquier carpeta, puedes ver directamente qué es lo que más ocupa cambiando la vista: pulsa en la pestaña Ver de la parte superior y selecciona Detalles. Después, haz clic derecho en un hueco vacío dentro de la lista de archivos y elige Ordenar por > Tamaño. Así conseguirás que los archivos más grandes aparezcan arriba del todo, y podrás decidir si los borras o los mueves.

Cuando localices elementos que ya no necesitas, elimínalos sin piedad o muévelos a un disco externo (un pendrive, una tarjeta SD o un disco duro USB). Ten en cuenta que todo lo que borres de verdad de estas carpetas no suele afectar al sistema, pero si no estás seguro, mejor moverlo a un dispositivo externo antes que borrarlo del todo.

Para conservar fotos, vídeos o proyectos pesados que no usas a menudo, pero que no quieres perder, lo ideal es archivarlos fuera del disco principal. Conecta una unidad USB o tarjeta SD, abre Explorador de archivos, selecciona los archivos que quieras desplazar, pulsa en Cortar y, una vez estés en la carpeta de la unidad externa, dale a Pegar. Seguirás pudiendo usarlos cuando conectes ese dispositivo, pero ya no ocuparán espacio en el SSD del portátil.

2. Limpia a fondo los archivos temporales de Windows

limpiar archivos temporales en Windows 11

Con solo usar el ordenador, Windows 11 va generando montones de archivos temporales y cachés que luego se quedan abandonados. Navegadores, instaladores, programas de ofimática, juegos… todos van dejando rastro. Si nunca los limpias, pueden sumar varios gigas perfectamente.

2.1. Acceso ultra rápido a la carpeta de temporales

Una forma muy directa de atacar este problema es irte a la carpeta donde Windows guarda muchos de esos temporales. Pulsa Windows + R para abrir el cuadro Ejecutar, escribe %TMP% y confirma con Aceptar. Automáticamente se abrirá el Explorador en la carpeta de temporales de tu usuario.

Dentro verás un buen montón de archivos y carpetas con nombres poco intuitivos, pero todo lo que hay ahí se ha creado como archivo temporal. Sin complicarte, puedes seleccionar todo el contenido (Ctrl + E) y pulsar Supr para enviarlo a la Papelera, o Mayús + Supr para borrarlo directamente. Antes de hacerlo, asegúrate de tener cerradas las aplicaciones que sueles usar, para evitar que algún programa esté usando uno de esos archivos en ese preciso momento.

No tengas miedo de eliminar esta carpeta de temporales: si algún programa necesitara de nuevo un archivo temporal, lo volverá a crear. Lo peor que puede pasar es que alguna aplicación muestre un aviso puntual o tarde un poco más en abrir la primera vez después de la limpieza.

2.2. Limpia también la carpeta %temp%

Además de %TMP%, hay otra localización clásica de archivos basura. Vuelve a pulsar Windows + R, escribe %temp% (en minúsculas, aunque da igual) y dale a Aceptar. Se abrirá otra carpeta de temporales que también se puede vaciar prácticamente sin miedo.

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Una vez dentro, selecciona todo y borra los archivos. Algunos pueden resistirse porque están en uso; si pasa eso, omite esos concretos y sigue con el resto. Entre esta carpeta y la anterior puedes recuperar varios gigas, sobre todo si nunca habías hecho esta limpieza.

3. Usa la herramienta de “Liberar espacio en disco” de Windows

Windows 11 sigue incluyendo el clásico Liberador de espacio en disco, una utilidad integrada que se encarga de encontrar y eliminar automáticamente muchos tipos de archivos innecesarios: informes de errores, miniaturas, temporales del sistema, restos de actualizaciones, etc. Aunque es algo lenta, funciona sorprendentemente bien y llega a zonas que el usuario medio no suele tocar.

Para abrirla, escribe en el buscador de la barra de tareas “Liberador de espacio en disco” y ejecuta la aplicación. Te pedirá que elijas una unidad; normalmente te interesará seleccionar la unidad C:, que suele ser donde está instalado Windows, y pulsar en Aceptar.

En la primera ventana te aparecerá un listado con diferentes tipos de archivos: archivos temporales, contenido de la Papelera de reciclaje, miniaturas, archivos temporales de Internet y más. Marca todo lo que quieras eliminar; si no estás seguro, pasa el ratón por encima para ver una breve descripción de cada elemento, y fíjate en la columna de espacio que se va a liberar.

La parte interesante de esta utilidad está en el botón “Limpiar archivos de sistema”. Al pulsarlo, el programa se reiniciará con permisos elevados y volverá a analizar la unidad. Esta vez verás categorías adicionales como “Limpieza de Windows Update” o “Instalaciones anteriores de Windows”, que pueden ocupar decenas de gigas, especialmente si has actualizado de una versión importante de Windows a otra hace poco.

Selecciona aquellas categorías que no necesites conservar (las instalaciones antiguas solo son útiles si piensas volver atrás en poco tiempo) y pulsa Aceptar. El propio sistema eliminará los restos de actualizaciones, puntos de copia de archivos temporales y más contenido que ya no tiene sentido mantener, liberando una buena cantidad de espacio en la unidad.

4. Controla el almacenamiento desde la Configuración de Windows

Además del Liberador de espacio, Windows 11 incluye un panel bastante potente para gestionar lo que ocupa sitio en el disco. Desde ahí puedes ver de un vistazo en qué se están yendo los gigas y acceder directamente a secciones concretas para borrarlas.

Ve a Inicio > Configuración > Sistema > Almacenamiento. Al entrar, Windows hará un análisis rápido y te mostrará un resumen por categorías: aplicaciones, archivos temporales, sistema y archivos reservados, documentos, imágenes, vídeos, etc. Cada bloque te indica cuánto espacio está consumiendo.

Dentro de este panel, una de las secciones clave es Archivos temporales. Pulsa ahí y espera unos segundos mientras el sistema recopila la información. Verás un listado detallado muy similar al del Liberador de espacio en disco, pero integrado en la Configuración moderna. Marca las casillas de los tipos de archivos que quieras borrar (papelera, temporales de aplicaciones, cachés…) y pulsa en Quitar archivos para que Windows haga la limpieza automática.

En la parte inferior del apartado de Almacenamiento, también puedes pulsar en “Mostrar más categorías” para acceder a apartados como “Archivos grandes” o “Carpetas grandes”. Estas vistas te permiten localizar de un vistazo qué carpetas o archivos concretos están ocupando más, y entrar directamente en ellos para decidir si se quedan o se van.

5. Activa y configura el Sensor de almacenamiento

Si eres de los que se olvidan de hacer limpieza hasta que el disco está prácticamente rojo, te conviene activar el Sensor de almacenamiento. Es una función integrada de Windows 11 que se encarga de borrar periódicamente archivos temporales y ciertas descargas o elementos sin uso, sin que tengas que estar pendiente.

Dentro de Configuración > Sistema > Almacenamiento, localiza la opción Sensor de almacenamiento y actívala. En cuanto la pongas en marcha, Windows empezará a vigilar los temporales, la Papelera y otras zonas críticas para ir eliminando basura automáticamente según la configuración que decidas.

Pulsa sobre el nombre “Sensor de almacenamiento” para entrar en sus ajustes avanzados. Allí puedes escoger cada cuánto quieres que se ejecute (por ejemplo, todos los días, todas las semanas, todos los meses o solo cuando el espacio sea limitado) y qué debe limpiar. Por ejemplo, puedes hacer que borre los archivos temporales de aplicaciones que no usas, eliminar elementos de la Papelera con más de X días o incluso vaciar automáticamente la carpeta Descargas cuando lleven cierto tiempo sin tocarse.

Otra parte interesante es la gestión de archivos sincronizados con la nube (por ejemplo, OneDrive). Puedes decidir que los archivos que lleven tiempo sin abrirse en local se mantengan solo online, y aprovechar OneDrive para liberar espacio y añadir 10GB gratis; así se libera su espacio en el disco sin perder el acceso a ellos; cuando los necesites, se descargarán de nuevo.

Si no quieres esperar a que el Sensor actúe por su cuenta, en ese mismo panel tendrás un botón para “Limpiar ahora”. Al pulsarlo, Windows ejecutará la limpieza inmediata con los parámetros que tengas configurados, ideal para un repaso rápido cuando notes que te estás quedando sin gigas.

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6. Desinstala programas y juegos que ya no usas

Con el paso del tiempo es muy habitual acabar con montones de aplicaciones, juegos de prueba y “software de relleno” que instalaste una vez (o que venían de fábrica) y que ya no tocas. Además de ocupar espacio, algunos se ejecutan en segundo plano y consumen recursos.

En Windows 11, abre Configuración > Aplicaciones > Aplicaciones instaladas (o “Aplicaciones y características” según la versión). Verás una lista bastante larga de todo lo que hay en el sistema. Para saber de verdad qué te está robando espacio, usa la opción de ordenar por Tamaño; así tendrás arriba del todo los programas más pesados.

Haz un repaso sin prisa y pregúntate si realmente utilizas cada cosa que ves ahí. Los portátiles OEM suelen traer mucho bloatware: demos de antivirus, herramientas del fabricante, versiones de prueba de juegos, paquetes multimedia… Si no te aportan nada, son candidatas perfectas para irse.

Para desinstalar algo, haz clic en el menú de tres puntos junto a la aplicación y selecciona Desinstalar. Sigue los pasos que te aparezcan en pantalla y, cuando termine, comprobarás que has recuperado algo de espacio y, en muchos casos, también algo de rendimiento.

Más allá del espacio, es importante que evites instalar cualquier cosa que encuentres por ahí “porque sí”. Muchos programas que prometen milagros de limpieza o aceleración solo añaden más basura, instalan otros componentes secundarios sin preguntar, e incluso pueden traer spyware que recoja tus datos. En caso de duda, mejor no instalarlo o buscar alternativas portables de confianza.

7. Gestiona la Restauración del sistema para que no devore el disco

La función de Restaurar sistema de Windows 11 es muy útil para volver atrás si una actualización o un programa te rompe algo, pero por defecto puede reservar una cantidad considerable de espacio para guardar puntos de restauración. Si tienes poco almacenamiento, puede venirte bien ajustar ese límite.

Pulsa en el buscador de Windows y escribe “Crear un punto de restauración”; abre la herramienta que aparece con ese nombre. Se abrirá la ventana de Propiedades del sistema directamente en la pestaña de Protección del sistema, donde verás las unidades y si tienen activada la protección.

Selecciona la unidad del sistema (normalmente C:) y pulsa en Configurar. En la nueva ventana podrás ver cuánto espacio está usando actualmente Restaurar sistema y hasta qué porcentaje del disco tiene permitido ocupar. Si el porcentaje es muy alto, puedes reducirlo moviendo la barra de “Uso máximo” hasta un valor más razonable para tu caso.

Si te hace falta liberar bastante espacio de golpe, también puedes pulsar el botón “Eliminar” en esa misma ventana, que borrará todos los puntos de restauración existentes. Ten presente que, si haces esto, no podrás volver a un estado anterior hasta que no crees un nuevo punto. Por eso, tras limpiar, es buena idea volver a la ventana principal y crear un punto de restauración manualmente una vez tengas el sistema “limpio y estable”.

8. Desactiva la hibernación si no la usas

La hibernación permite que el ordenador guarde todo el estado de la sesión en el disco y se apague casi por completo, para luego volver exactamente donde lo dejaste. Es cómoda para algunos usuarios, pero para funcionar necesita crear un archivo oculto (hiberfil.sys) que puede ocupar muchos gigas en la unidad del sistema.

Si no utilizas la hibernación (muchas personas solo usan suspensión o apagan directamente), puedes quitarla para recuperar ese espacio. Necesitarás abrir una consola con permisos de administrador. Haz clic derecho en el botón de Inicio y elige “Terminal (Administrador)” o “Windows PowerShell (Administrador)”, según lo que te aparezca.

En la ventana que se abre, escribe el siguiente comando y pulsa Intro: powercfg /hibernate off. No verás nada espectacular, pero en segundo plano Windows habrá desactivado la hibernación y eliminado su archivo asociado, liberando ese espacio del disco. Ten en cuenta que a partir de ese momento ya no podrás usar la opción de hibernar hasta que la vuelvas a activar (con el comando opuesto, powercfg /hibernate on).

9. Ajusta la memoria virtual (archivo de paginación)

Windows utiliza un sistema de memoria virtual que le permite usar parte del disco como complemento de la RAM física. Esto se hace mediante un archivo de paginación que suele llamarse pagefile.sys, cuyo tamaño puede variar bastante según la configuración y la cantidad de memoria RAM instalada.

En muchos equipos recientes, Windows suele asignar alrededor de 8-10 GB para este archivo, aunque si tienes poca RAM o una configuración concreta, puede ocupar más. Tocar este ajuste sin saber puede afectar al rendimiento o a la estabilidad, así que conviene ir con cuidado.

Para ver y modificar la configuración, abre la Configuración avanzada del sistema. Puedes entrar desde Configuración > Sistema > Acerca de y luego hacer clic en “Configuración avanzada del sistema” en el panel derecho, o buscar esa frase directamente en el menú Inicio.

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En la ventana de Propiedades del sistema, ve a la pestaña Opciones avanzadas y, en el apartado Rendimiento, pulsa el botón Configuración. En la nueva ventana, de nuevo abre la pestaña Opciones avanzadas y pincha en Cambiar dentro de Memoria virtual.

Desde aquí puedes dejar que Windows administre el tamaño automáticamente (lo más recomendable para la mayoría), definir un tamaño personalizado o incluso elegir “Sin archivo de paginación” para una unidad concreta. Solo deberías plantearte desactivarlo del todo si tienes mucha RAM y sabes lo que haces, porque de lo contrario podrías encontrarte con errores o cuelgues cuando el sistema se quede corto de memoria física.

10. Aprovecha herramientas y hábitos extra para ganar espacio

Más allá de las funciones integradas de Windows, hay algunos hábitos y herramientas adicionales que pueden marcar la diferencia y ayudarte a mantener el disco sano durante más tiempo sin tener que estar cada dos por tres haciendo limpieza a lo bestia.

10.1. Vacía la Papelera y limpia el navegador

Parece una tontería, pero mucha gente se olvida de que los archivos no se borran de verdad hasta que vacías la Papelera de reciclaje. Si sueles borrar cosas con la tecla Supr sin usar Mayús, parte del espacio “ocupado” estará ahí. Haz clic derecho sobre el icono de la Papelera en el escritorio y elige “Vaciar Papelera de reciclaje” para liberar lo que tengas acumulado.

También conviene echar mano de la limpieza del navegador de vez en cuando. Cookies, caché y archivos temporales de Chrome, Edge, Firefox y compañía no suelen ocupar decenas de gigas, pero sí pueden llegar a varios gigas si nunca los vacías, además de mejorar algo el rendimiento y la privacidad. Desde la configuración de cada navegador encontrarás un apartado para borrar datos de navegación.

10.2. Usa herramientas para localizar archivos grandes y duplicados

Cuando ya has hecho todas las limpiezas típicas y el disco sigue bastante lleno, puede merecer la pena usar un programa especializado para ver de forma visual qué se está comiendo el espacio. Una opción muy conocida es WinDirStat, una herramienta gratuita que analiza tus unidades y te muestra un mapa de colores donde los bloques más grandes son las carpetas o archivos que más ocupan.

Con WinDirStat o utilidades similares, puedes navegar por las carpetas gigantes y decidir si tiene sentido conservarlas tal cual. Desde el propio programa puedes abrir la ubicación real y borrar lo que veas que no necesitas, con cuidado de no tocar nada crítico del sistema.

Por otro lado, hay aplicaciones como Duplicate Cleaner o CCleaner que te ayudan a localizar archivos duplicados repartidos por distintas carpetas. Fotos repetidas, copias múltiples de un mismo vídeo, descargas repetidas… Todo eso es espacio tirado. Eso sí, al borrar duplicados hay que ir con calma para asegurarte de que no estás quitando la versión que realmente querías mantener.

10.3. Considera mover datos a la nube o a otro disco

Si trabajas con muchos proyectos pesados (vídeo, audio, diseño, máquinas virtuales…), llega un punto en el que ni la mejor limpieza soluciona el problema de raíz. En esos casos, es buena idea apoyarte en servicios en la nube como OneDrive, Google Drive o similares, o bien usar un disco secundario para almacenamiento “frío”.

Puedes guardar en la nube o en un disco externo todo aquello que no necesites tener constantemente a mano, como colecciones de fotos antiguas, proyectos cerrados, juegos que ya has terminado, etc. De esa forma, el disco principal se queda para el sistema, los programas y los datos activos, y reduces al mínimo las probabilidades de que vuelva a ponerse en rojo en poco tiempo.

10.4. Instala solo lo que realmente necesitas

Una forma sencilla de evitar problemas futuros es ser más selectivo con lo que instalas. Muchos programas “milagro” de limpieza o aceleración de PC no solo no aportan nada que no haga Windows por sí mismo, sino que encima instalan barras, extensiones y otros añadidos que consumen espacio y recursos.

Siempre que puedas, opta por aplicaciones portables: son versiones de programas que se ejecutan sin necesidad de instalación, muchas veces pensadas para llevar en un pendrive. Así no ensucias el Registro ni llenas el SSD con archivos de programa que usarás una vez y jamás volverás a abrir. Sitios como PortableApps recopilan bastantes de estas herramientas de forma centralizada.

Todo esto, combinado con las limpiezas periódicas de temporales y el control de Restaurar sistema, hibernación y memoria virtual, permite mantener Windows 11 ligero y con margen de maniobra. Un disco muy lleno no solo te deja sin sitio para instalar programas o descargar juegos, también puede hacer que el sistema vaya a tirones y tarde más en todo; por eso merece la pena dedicarle un rato a poner orden y repetir el proceso cada cierto tiempo.

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