- GPU de 10 núcleos con Neural Accelerators por núcleo: IA hasta 3,5-4x vs M4 y gráficos más rápidos con trazado de rayos de tercera generación.
- CPU de 10 núcleos, Neural Engine de 16 núcleos y memoria unificada a 153 GB/s: más consistencia térmica y rendimiento sostenido.
- MacBook Pro 14 con M5: pantalla XDR con nanotextura, puertos pro, batería de larga duración y SSD más veloz.
- Benchmarks sólidos en Xcode, Geekbench, Blender y Cinebench, y mejor experiencia en IA local y flujos 8K.
Apple ha dado el paso que todos esperábamos y ha presentado el M5, un salto importante centrado en desbloquear rendimiento de IA y pulir la eficiencia en prácticamente cada bloque del silicio. Anunciado a mediados de octubre desde Cupertino, este SoC aterriza en el MacBook Pro de 14 pulgadas, iPad Pro y Apple Vision Pro, y lo hace con una combinación casi obsesiva de potencia sostenida, memoria más rápida y gráficos con trazado de rayos de tercera generación que, en conjunto, empujan el listón de lo que esperamos de un Mac moderno.
La gran novedad está en la GPU con 10 núcleos, ahora con un Neural Accelerator dedicado en cada núcleo gráfico, una decisión de diseño que hace que las cargas de trabajo de aprendizaje automático en la GPU vayan sensiblemente más deprisa que en la generación anterior. Sumado a una CPU de 10 núcleos (guía de procesadores de escritorio), un Neural Engine de 16 núcleos y un ancho de banda de memoria unificada que sube a 153 GB/s, el M5 se orienta tanto a la creación de contenidos como a la ejecución local de LLM y modelos de difusión, manteniendo ese comportamiento frío y silencioso que ha definido a Apple Silicon desde su debut.
Qué es el Apple M5 y por qué importa
El M5 se fabrica en un nodo de 3 nm de tercera generación e inaugura una arquitectura gráfica optimizada de arriba a abajo para la IA, con 10 núcleos en los que cada uno integra un acelerador neuronal, lo que redunda en un pico de rendimiento en IA en GPU que supera en más de cuatro veces al M4 y en seis veces al M1, según Apple. La misma GPU incluye un motor de trazado de rayos de tercera generación y un almacenamiento en caché dinámico rediseñado, con lo que los gráficos avanzan hasta un 45% frente al M4 en escenarios compatibles, y la experiencia en apps 3D, juegos y render pesado gana estabilidad y fluidez.
Al nivel de CPU, el diseño combina hasta cuatro núcleos de rendimiento y hasta seis de eficiencia en un total de 10, con el núcleo de alta frecuencia más rápido que Apple haya integrado en un portátil. Dependiendo de la carga, la compañía cifra la mejora multihilo entre un 15% y un 20% respecto a M4, con la ventaja de que la entrega de potencia se mantiene estable sin picos de temperatura ni subida de los ventiladores. Es una apuesta por la consistencia sostenida más que por los ráfagas de fuerza de segundos.
El ecosistema de software llega listo para aprovechar esta base: Core ML, Metal Performance Shaders y Metal 4 escalan de inmediato en el M5, y los desarrolladores pueden sacar partido de los nuevos Tensor APIs en Metal para programar directamente esos Neural Accelerators integrados en la GPU. Con esa capa, apps como Draw Things, Topaz o motores de inferencia locales tipo LM Studio o webAI ganan en inmediatez y menor latencia en el propio dispositivo.
En el terreno de la visualización espacial, Apple señala mejoras concretas en Vision Pro: el M5 permite renderizar alrededor de un 10% más de píxeles en las micro‑OLED con frecuencias de hasta 120 Hz, afinando nitidez y reduciendo el desenfoque de movimiento para una sensación más sólida en experiencias inmersivas con gráficos complejos sin comprometer el consumo.

CPU, Neural Engine y memoria unificada: el trío que acelera la IA
El Neural Engine de 16 núcleos acelera las capacidades en el dispositivo y trabaja mano a mano con los aceleradores neuronales de CPU y GPU. En la práctica, las tareas inteligentes como la creación de Personas Digitales o la conversión de fotos 2D a escenas espaciales ganan velocidad y eficiencia, mientras que Apple Intelligence ve potenciada su ejecución local con un menor tiempo hasta el primer token y mayor throughput en modelos generativos.
Clave en este equilibrio es el salto en memoria: la arquitectura unificada del M5 alcanza 153 GB/s (casi un 30% más que M4), algo que se nota cuando conviven procesamiento gráfico, cómputo y modelos de IA que comparten datos. Además, puede configurarse con hasta 32 GB de memoria unificada en los equipos que estrenan el chip, suficiente para suites como Photoshop y Final Cut Pro funcionando a la vez, mientras se sincronizan archivos pesados en la nube en segundo plano con total fluidez de uso.
Más allá del silicio, Apple insiste en que la eficiencia energética de M5 es la base para autonomía en el día a día y sostenibilidad a largo plazo. Esa combinación hace posible que portátiles como el MacBook Pro con M5 rindan igual conectados a la corriente o con batería, un detalle importante frente a muchos PC, en los que el rendimiento suele caer sin enchufe. En cifras oficiales, la batería del MacBook Pro de 14 pulgadas con M5 puede llegar hasta aproximadamente 24 horas, dependiendo del uso.
La compatibilidad de modelos y APIs abre la puerta a que los desarrolladores integren funcionalidades de IA en sus apps de forma más directa. Con el entorno de Foundation Models de Apple y la expansión de Apple Intelligence, la idea es que tareas complejas de lenguaje, imagen o vídeo se ejecuten con privacidad local, manteniendo el control de los datos del usuario y aprovechando el salto de rendimiento de esta generación.

MacBook Pro de 14 pulgadas con M5: pantalla, puertos y autonomía
El nuevo MacBook Pro de 14 pulgadas llega con la pantalla Liquid Retina XDR y opción de acabado nanotexturizado. Esta capa microscópica dispersa la luz ambiental y reduce reflejos sin perder nitidez, algo que se nota en oficinas, cafeterías o aeropuertos, y que dota de un aspecto casi analógico a blancos y degradados. Con picos de 1.600 nits en HDR y hasta 1.000 nits en SDR, el panel mantiene negros profundos, altas luces con textura y una calibración que permite tratarlo como un lienzo de confianza en foto y edición de vídeo exigente.
El chasis conserva el lenguaje industrial de Apple, con aluminio 100% reciclado y una sensación de rigidez intachable. Los puertos son los que piden los profesionales: tres Thunderbolt 4, HDMI, ranura SDXC, toma para auriculares y MagSafe 3 para carga rápida. El teclado Magic Keyboard con Touch ID ofrece buen recorrido y amortiguación, mientras el trackpad Force Touch sigue siendo la referencia de la industria por precisión y respuesta háptica, con esa interacción casi invisible que une gesto y acción sin fricción.
En sonido, el sistema de seis altavoces envuelve más de lo esperado para un 14”, con graves bien definidos y escenario amplio, y los micrófonos de calidad de estudio respaldan videollamadas junto a la cámara de 12 MP con Center Stage, que te mantiene encuadrado automáticamente. La batería, como decíamos, estira la jornada con solvencia, y en pruebas reales con brillo medio y tareas mixtas es posible superar con holgura media jornada laboral sin cargar, manteniendo la misma respuesta en rendimiento.
El almacenamiento interno sube el listón: Apple habla de un salto notable en la unidad SSD respecto a la generación anterior para importar RAW o exportar vídeo pesado. Además, este modelo puede configurarse con hasta 4 TB de SSD y sigue permitiendo conectar hasta dos monitores externos de alta resolución en las variantes con M5, mientras que otros miembros de la familia con chips superiores elevan ese límite y estrenan Thunderbolt 5 en configuraciones Pro/Max.
De serie, el MacBook Pro con M5 parte de 16 GB de memoria unificada y 512 GB de SSD, con opciones de 1 TB y 24 GB en distintos escalones. La memoria unificada —a diferencia de la RAM clásica— está integrada en el propio chip, de modo que CPU, GPU y Neural Engine comparten datos a gran velocidad, algo que se traduce en multitarea más ágil y menos esperas al saltar entre apps de creación o modelado de datos con cargas simultáneas de IA y gráficos en tiempo real.
Rendimiento real y benchmarks: del código a la IA local
En pruebas de desarrollo, el MacBook Pro de 14 pulgadas con M5 (10 núcleos de CPU y 32 GB de memoria) completa XcodeBenchmark en torno a 151 segundos. Es un tiempo ligeramente por detrás de un M4 Pro medido en 141 s, pero por delante del M3 Pro (148 s) y muy superior a portátiles con Intel que rondan los 250 s. Lo importante es que, durante ciclos largos, el M5 mantiene frecuencias altas sin throttling y con ventiladores apenas audibles, priorizando la constancia térmica frente al pico fugaz.
Si pasamos a IA local, en LM Studio se han medido 38,17 tokens por segundo, con tiempo hasta el primer token de unos 0,55 s. Esa latencia baja es clave para respuestas ágiles en chat y agentes, y confirma que el M5 maneja bien modelos generativos en el dispositivo. Para flujos de vídeo RAW, Blackmagic RAW SpeedTest arroja 46 FPS en CPU y 102 FPS en modo Metal, señal de que la aceleración gráfica del M5 permite trabajar 8K u otros formatos exigentes con un tiempo de respuesta muy cómodo.
En juegos, títulos de alto presupuesto como Cyberpunk 2077 pueden rondar los 30 FPS a 1.800 × 1.125 con trazado de rayos activo. No es un equipo centrado en gaming, pero demuestra que la GPU del M5 puede con renderizado moderno a una calidad notable en portátil, y que el ecosistema de juegos para macOS tiene margen de mejora si siguen llegando conversiones con optimización para Metal 4 y el nuevo RT (consulta nuestra guía de juegos de PC más exigentes).
Geekbench 6 sitúa al M5 en torno a 4.168 puntos en mononúcleo y 17.433 en multinúcleo, por encima de las cifras habituales del M4 (alrededor de 3.500/14.000). La percepción diaria es de un sistema más “despierto”: apps que se abren al instante y procesos que terminan segundos antes, con la misma autonomía. En almacenamiento, Blackmagic Disk Speed Test llegó a registrar ~6.846 MB/s en escritura y ~5.942 MB/s en lectura, cifras muy altas en un portátil que aceleran importaciones masivas, cargas de big data y cachés de vídeo.
Para 3D, Corona 10 Benchmark marcó unos 5.099.818 rayos/s, un dato que coloca a este 14” en territorio de render serio sin depender de eGPU. En Cinebench 2024, el M5 alcanzó aproximadamente 199 puntos en single-core, 1.039 en multi-core y 6.055 en GPU, situándose al frente del ranking frente a chips de generaciones previas como M1 Max e incluso comparables de escritorio, con un ratio MP cercano a 5,23 que habla de una escala entre núcleos muy eficiente.
Blender Benchmark confirma la madurez de Metal en esta generación: escenas complejas como “Monster” se resuelven entre un 20% y un 30% más rápido que en algunos resultados históricos de M3 Max, manteniendo consumos contenidos y sin pérdida de rendimiento sostenido. Los números oficiales de Apple respaldan la foto: Topaz Video acelera por IA hasta 7,7 veces respecto a un MacBook Pro con M1 y hasta 1,8 veces frente al M4; el render en Blender es hasta 6,8 veces más rápido que en M1 y hasta 1,7 veces frente a M4; los juegos pueden escalar hasta 3,2 veces frente a M1 y 1,6 frente a M4; y la compilación en Xcode mejora hasta 2,1 veces frente a M1 y alrededor de 1,2 frente al M4. Todo ello dentro de ese perfil de silencio y temperaturas controladas que distinguen a la plataforma.
Diseño, teclado y una pantalla nanotexturizada que enamora
Quien venga de un M1 o M2 notará el refinamiento sin necesidad de cambios radicales. La tapa se abre con una resistencia muy bien calibrada, el acabado del aluminio —más frío y menos reflectante— transmite sensación de pieza de precisión y el bisel negro conserva proporciones discretas, con la tradicional integración milimétrica con el chasis. El notch sigue ahí, sí, pero todo el conjunto se siente maduro y sobrio, y la “tactilidad” del equipo invita a usarlo durante horas.
El teclado mantiene el listón con un trazo consistente y recorrido amortiguado que permite escribir textos largos con comodidad. El trackpad, enorme y finamente ajustado, traduce gestos en acciones con una precisión que todavía no iguala nadie. En refrigeración, se percibe un rediseño sutil: bajo carga sostenida el M5 genera menos calor, el tono de los ventiladores es más grave y menos perceptible y, en tareas reales, tienden a permanecer apagados, lo que refuerza la sensación de potencia silenciosa.
La opción nanotexturizada de la pantalla es mucho más que un “anti‑reflejos”. Dispersa la luz y preserva la nitidez, con blancos que parecen “pintados” en el vidrio y colores que ganan profundidad sin halos. En HDR a 1.600 nits, las sombras no lavan, las altas luces conservan detalle y los degradados fluyen con suavidad. Es especialmente agradecida en espacios con focos o grandes ventanales porque te olvidas de ir subiendo y bajando el brillo: la imagen se mantiene usable y descansada para la vista casi siempre.
En sesiones de audio o locución, el silencio del sistema importa. Es totalmente viable grabar al lado del M5 sin contaminación sonora del equipo, y eso en un portátil de 14” no es trivial. La escena sonora de los altavoces sorprende por anchura y claridad, suficiente para editar piezas con criterio antes de pasar a monitores de estudio o auriculares, lo que se suma a la versatilidad creativa de este formato.
macOS Tahoe y Apple Intelligence: funciones útiles desde el minuto uno
Con macOS Tahoe, el M5 se siente al día en productividad y personalización. Spotlight localiza apps y archivos con más contexto y permite acciones rápidas —como mandar un correo o crear una nota— desde el buscador. Continuidad suma una nueva app Teléfono para ver Recientes, Contactos y Buzón de Voz, y hacer llamadas directamente desde el Mac con tu iPhone asociado, lo cual es comodísimo en entornos de empresa.
El diseño “Liquid Glass” trae un Centro de Control actualizado, más colores para carpetas, iconos y widgets, y una barra de menús completamente transparente que deja respirar la pantalla. En paralelo, Apple Intelligence amplía su alcance protegiendo la privacidad: Traducción en Tiempo Real funciona en Mensajes, FaceTime y Teléfono para texto y audio en varios idiomas, y Atajos se vuelve más potente con acciones inteligentes y la posibilidad de apoyarse en modelos de la casa para automatizar tareas complejas. Para optimizar productividad con el navegador, consulta nuestra guía de navegadores web.
Para los desarrolladores, la integración de capacidades de Apple Intelligence en sus apps es directa, y el entorno Foundations facilita casos de uso especializados de IA en el propio equipo. De cara al usuario final, lo importante es que las respuestas llegan más rápido y con menos dependencia de la nube, apoyadas por ese engranaje entre Neural Engine, GPU acelerada y memoria unificada.
Sostenibilidad y eficiencia: Apple 2030 y materiales reciclados
El M5 no solo rinde: también ayuda a recortar impacto. Apple continúa su plan Apple 2030 con metas de neutralidad total de carbono al final de la década, y el nuevo MacBook Pro de 14” con M5 contiene en torno a un 45% de materiales reciclados en peso (aluminio 100% reciclado en la carcasa, tierras raras recicladas en imanes y cobalto reciclado en la batería). Más de la mitad de la electricidad de la cadena de producción procede de fuentes renovables, y el embalaje es de fibra 100% reciclable, manteniendo los estrictos estándares de eficiencia energética de la marca.
Gama, configuraciones y lo que se espera a continuación
Hoy, el M5 ya está en MacBook Pro de 14”, iPad Pro y Vision Pro, y es razonable esperar versiones más potentes —Pro, Max e incluso un hipotético Ultra— más adelante, siguiendo la cadencia habitual de Apple. Los M4 Pro/Max introdujeron Thunderbolt 5, más puertos y opciones de memoria superiores, y algo similar debería repetirse con M5, con configuraciones para trabajos 3D, compilación masiva de código, edición 8K y entrenamiento de modelos con parámetros en el orden de miles de millones (consulta nuestra guía de portátiles para ingeniería).
En el frente de compra, hay configuraciones base con CPU/GPU de 10 núcleos, 16 GB de memoria unificada y 512 GB o 1 TB de SSD. El modelo de 14” con M5 mantiene tres Thunderbolt 4, HDMI, SDXC, jack de auriculares y MagSafe 3, y admite hasta dos monitores externos. En la tienda, Apple ofrece asistencia por chat con Especialistas para escoger configuración, y su programa Trade In permite entregar un Mac válido a cambio de descuento o reciclarlo gratis, facilitando el salto de plataforma sin dolores.
Precio, disponibilidad y servicios
El MacBook Pro de 14 pulgadas con chip M5 parte desde 1.829 € (1.699 € con descuento de educación) y se ofrece en negro espacial y plata. Puede reservarse en la Apple Store y la app Apple Store, con disponibilidad en tiendas a partir de la fecha indicada oficialmente. Además de las opciones de SSD de hasta 4 TB y memoria unificada ampliable, AppleCare+ y AppleCare One —según mercado— añaden cobertura frente a daños accidentales, opciones frente a robo y pérdida en productos compatibles, servicio de batería y soporte ininterrumpido de expertos.
Notas, compatibilidad y pie de página
Las cifras de rendimiento citadas por Apple provienen de pruebas internas realizadas con equipos de referencia y benchmarks estándar del sector. La autonomía varía según configuración y uso, y macOS Tahoe está disponible como actualización gratuita en modelos compatibles. Apple Intelligence y funciones como Traducción en Tiempo Real se ofrecen en un conjunto concreto de idiomas y regiones, con cobertura inicial en alemán, chino simplificado, coreano, español (de España), francés (de Francia), inglés (EE. UU. y Reino Unido), italiano, japonés y portugués (Brasil) en los apartados indicados. Los usuarios pueden consultar la disponibilidad y requisitos exactos en la web de soporte, y detalles de Trade In y configuración personalizada en la tienda.
Si buscas contactos de prensa, Apple facilita los de su equipo en España, con atención a medios a través de los correos y teléfonos oficiales publicados. Más allá de formalidades, lo importante es que la hoja técnica y las experiencias ya medidas por terceros confirman que el M5 supone un avance palpable en IA, gráficos y constancia térmica, manteniendo la seña de identidad que ha hecho de Apple Silicon una plataforma tan eficiente como rápida.
El M5 coloca a la gama en un punto dulce: acelera IA en GPU con aceleradores dedicados, mejora CPU y Neural Engine, ensancha memoria unificada y refuerza SSD, todo ello dentro de un portátil de 14” con una pantalla XDR soberbia, un diseño sólido y un sistema que trabaja en silencio. Quien venga de M1 o Intel sentirá un salto de varios cuerpos; quien llegue desde M4 encontrará una máquina aún más estable, con más margen en IA y mejor throughput de almacenamiento, un Mac que apetece usar porque todo sucede sin fricciones.