- Panel Super TN Full HD de 24,1'' con 500 Hz nativos y hasta 610 Hz en OC, 0,1 ms mínimos y ELMB 2 para máxima nitidez en movimiento.
- VRR (FreeSync Premium y G-SYNC compatible), Overdrive 0-20, GamePlus, GameVisual, Shadow Boost y DisplayWidget Center.
- Conectividad con 2x HDMI 2.1 y DP 1.4 DSC a 1080p/610 Hz, sin PIP/PBP ni KVM, bajo consumo y base un 30% más compacta.
- Latencia E2E por debajo de 10 ms; pensado para eSports, con precio elevado acorde a su exclusividad.

Quien busca rendimiento puro para competir en eSports encontrará en el Asus ROG Strix XG248QSG Ace un aliado de primer nivel. Este monitor de 24,1 pulgadas con panel Super TN dispara su frecuencia de actualización hasta los 610 Hz mediante overclocking, y mantiene unos 500 Hz nativos con sincronización adaptativa. Hablamos de cifras que no se ven cada día, pensadas para jugadores que exprimen cada milisegundo.
Más allá del número de hercios, este modelo combina tecnologías como ELMB 2 (Extreme Low Motion Blur 2), Overdrive de ajuste fino, modos GameVisual y herramientas de la casa como GamePlus, Shadow Boost y DisplayWidget. No es un monitor para ver cine ni para edición profesional del color; su foco es ofrecer latencia bajísima, nitidez en movimiento y consistencia competitiva cuando el tiempo de reacción lo es todo.
Características técnicas clave del Asus ROG Strix XG248QSG Ace
El corazón del XG248QSG Ace es un panel Super TN de 24,1 pulgadas en 16:9 con resolución nativa Full HD (1920 x 1080). Esta combinación asegura cargas de GPU muy ligeras y tasas de fotogramas altísimas, el emparejamiento perfecto para su refresco a 500/610 Hz. El pixel pitch es de 0,279 mm, por lo que la nitidez se percibe óptima a partir de unos 50 cm de distancia, justo lo esperable en 1080p sobre 24 pulgadas.
De fábrica, el panel alcanza 500 Hz sin necesidad de OC acompañado de VRR (AMD FreeSync Premium y compatibilidad con NVIDIA G-SYNC). Si decides ir a por todas, el overclock permite fijar hasta 610 Hz; en este modo el VRR se desactiva, priorizando la máxima cadencia de refresco a costa de arriesgar algún tearing o parpadeo puntual en condiciones adversas.
La respuesta de píxel anunciada es tan agresiva como su refresco: 0,7 ms GTG y mínimos de 0,1 ms. Con ello, la latencia End-to-End del sistema puede bajar a cifras de un dígito, como verás en las pruebas, lo que se traduce en sensaciones inmediatas al pulsar el ratón y ver el disparo materializarse en pantalla.
Para pulir la claridad de movimiento, ASUS incorpora ELMB 2 con doble retroiluminación y diez zonas de atenuación. Dispone de cinco niveles de intensidad y, frente a la generación anterior, promete hasta tres veces más brillo pico. Además, puede ofrecer hasta un 65% más de luminosidad frente a tecnologías similares en la competencia, y cuenta con un modo que funciona junto al VRR, algo crucial para no sacrificar fluidez adaptativa.
En cobertura de color, el fabricante apunta al 100% de sRGB y alrededor del 90% de DCI-P3, con un contraste típico de 1000:1 y brillo HDR que alcanza los 400 nits (DisplayHDR 400). No pretende rivalizar con un IPS u OLED en fidelidad cromática o ratio de contraste, pero sí ofrecer un TN «mejorado» bastante por encima de los TN clásicos.
Unboxing y contenido de la caja
El monitor llega protegido en una caja de cartón rígido con interior a base de dos moldes de poliestireno expandido. El empaquetado separa la base del conjunto principal para facilitar el montaje y proteger las piezas.
Dentro encontramos lo necesario para empezar a jugar sin rodeos. El contenido es el siguiente, con el brazo ya preinstalado para ahorrar tiempo:
- Monitor Asus ROG Strix XG248QSG Ace con brazo montado de fábrica
- Base metálica
- Adaptador de corriente con enchufe europeo
- Cable HDMI incluido para salir jugando
- Estuche para transporte de cables
- Pegatinas temáticas
- Documentación: manual y garantía
Diseño y construcción: estética Strix y practicidad en la mesa
Este modelo luce la skin de la serie Strix con predominio del negro, formas poligonales y la clásica mezcla de zonas lisas con áreas de patrón geométrico en la trasera. El conjunto transmite robustez y ese toque gamer reconocible sin caer en estridencias excesivas.
La base, de formato rectangular y construcción metálica, es compacta para liberar espacio de escritorio, algo que se agradece en un 24 pulgadas pensado para colocar teclado y ratón con holgura. Sus esquinas traseras cortadas facilitan el encaje en superficies y cuenta con múltiples apoyos de goma antideslizante para ganar estabilidad.
El brazo llega premontado y apuesta por un chasis interno metálico con carcasa exterior de plástico. En la zona inferior dispone de un generoso pasacables que simplifica la gestión del escritorio, y en la parte alta incorpora una rosca de 1/4» preparada para trípode, un guiño útil para cámaras o accesorios.
El anclaje a la base se realiza mediante un sistema de tornillo de rosca manual que se aprieta sin herramientas. La articulación circular integra una bisagra horizontal suave y un sistema hidráulico para el ajuste vertical, aportando un movimiento preciso y constante.
En la trasera, el monitor combina zonas lisas con el diseño Strix e incluye el logotipo con iluminación AURA Sync. También hay una rejilla circular para la ventilación del hardware interno. En la parte inferior derecha (visto de frente) se ubica el joystick del OSD junto a dos botones personalizables; hay ranura Kensington para seguridad, cubierta para el panel de puertos y rejillas inferiores. No hay altavoces integrados, una decisión alineada con su enfoque competitivo.
De cara al usuario, el panel luce un tratamiento anti-glare de muy buen nivel y unos marcos contenidos: unos 11 mm arriba y laterales, con un borde inferior de aprox. 20 mm en plástico. El frontal es discreto y centrado en el juego.
Ergonomía y ajustes del soporte
La mecánica del soporte es uno de los puntos fuertes para conseguir la postura ideal. Mediante el pistón hidráulico, el monitor ofrece 160 mm de ajuste en altura con un recorrido suave y estable, sin bamboleos indeseados.
El equipo admite rotación de 90º a ambos lados para usarlo en orientación vertical cuando sea necesario (pivot). Además, el sistema en la base permite giro lateral de 45º a derecha e izquierda (90º en total), práctico para ajustar el ángulo sin mover toda la base.
Como es habitual, la bisagra posibilita inclinación de -5º a +35º, suficiente para adecuarlo a la altura de ojos y posición del teclado. Con estas tres variables (altura, giro y pivot), es fácil clavar el encuadre para sesiones largas.
Conectividad y consumo
La dotación de puertos ha sido pensada para sacar partido al alto refresco en cualquier entrada principal. El monitor integra 2x HDMI 2.1 y 1x DisplayPort 1.4 con DSC, capaces de conducir 1920 x 1080 hasta 610 Hz. Acompañan un jack de 3,5 mm para auriculares, un USB-C orientado a servicio/datos y la toma de alimentación (DC-In).
No hay funciones de conmutación KVM ni modos PIP/PBP, una omisión deliberada para priorizar la parte competitiva. Tampoco encontramos un hub USB-A para accesorios, y el cable USB-C no viene en la caja; si lo necesitas para servicio, tendrás que añadirlo. Por lo demás, el equipo incluye un cable HDMI para empezar.
El consumo se mantiene muy contenido para lo que rinde: el fabricante declara menos de 24 W en uso típico, y la etiqueta energética especifica 18 kWh/1000 h. En un entorno de entrenamiento intensivo, sumar horas no penaliza demasiado la factura.
Pantalla, rendimiento y tecnologías para competir
El panel Super TN marca distancias respecto a los TN veteranos en varios frentes. Los ángulos de visión mejoran a 170º horizontales y 160º verticales, con una caída menos brusca del color y contraste cuando nos desplazamos lateralmente. En visión vertical extrema persiste el clásico cambio de tonalidad (negruzco desde abajo y blanquecino desde arriba), aunque más contenido que en generaciones previas.
Lo diferencial aquí es la velocidad: a 500 Hz con VRR obtendrás una fluidez elástica y ausencia de tearing o flickering, y reservando los 610 Hz para clasificatorios o finales donde cada milésima suma. Es la estrategia que más sentido tiene: usar VRR + 500 Hz en el día a día, y tirar de OC solo en escenarios muy concretos.
Para afinar la respuesta, el monitor ofrece un Overdrive graduable de 0 a 20, lo que permite domar el ghosting en función de la velocidad del juego y tu preferencia de rastro. El paquete gaming se completa con GamePlus (retículas, temporizadores y un modo Sniper que hace zoom nativo sobre la imagen), GameVisual (perfiles predefinidos), Shadow Boost (levanta sombras sin quemar zonas claras) y VividPixel para realzar contorno. Los dos botones de acceso directo del OSD son configurables para llegar a estas funciones al vuelo.
La nueva implementación de ELMB 2 se apoya en dos tiras LED y diez zonas, con cinco niveles de intensidad, y ofrece un salto grande sobre la primera generación: según ASUS, multiplica por tres el brillo pico y supera en hasta un 65% a tecnologías comparables de la competencia. En la práctica, logra movimiento extremadamente nítido reduciendo el desenfoque, con la ventaja añadida de un modo que coopera con el VRR.
En color, el objetivo del panel es cubrir al 100% sRGB y acercarse a DCI-P3, con un contraste típico de 1000:1 y brillo HDR de hasta 400 nits. No alcanza el punch de un IPS/OLED en cine o edición, pero compensa con respuesta, uniformidad en movimiento y la gran baza de los hercios.

Mediciones y pruebas: lo que arroja el laboratorio
Para validar las especificaciones realizamos pruebas con colorímetro X-Rite Colormunki Display, apoyándonos en DisplayCAL 3 y HCFR y en nuestras pruebas y herramientas de benchmark. Las cifras a continuación ponen número a lo que se percibe a simple vista.
Latencia End-to-End con Nvidia LDAT
El test de latencia total desde clic a fotón lo hicimos con Nvidia LDAT sobre un banco compuesto por Intel Core i9-12900K y GeForce RTX 4080. El juego escogido fue Doom Eternal en calidad Ultra, resolución 1080p nativa y 610 Hz activados vía HDMI 2.1. El resultado fue contundente: la cadena completa cayó por debajo de los 10 ms, situándose en lo más alto de nuestra lista de registros.
Pruebas de movimiento y artefactos (TestUFO)
En escenas de desplazamiento rápido y barridos laterales, medimos el rastro con TestUFO capturando la pantalla a alta velocidad. Probando el Overdrive en 0, 10 y 20, la mejor relación nitidez/rastro se dio en torno a OD 10, evitando estelas negras o blancas evidentes. Con ELMB 2 activo, la nitidez en movimiento fue sobresaliente y sin ghosting apreciable.
Brillo, contraste, gamma y temperatura de color
Las mediciones básicas dejaron el brillo en 472 cd/m² (por encima de lo prometido), contraste de 1050:1, gamma en 2,19 y temperatura de color cercana a 6365 K, ligeramente tibia y muy utilizable tal cual. El nivel de negros se situó en 0,4500 cd/m², plenamente coherente con un LCD rápido de esta clase.
En uniformidad del panel no observamos bleeding molesto ni variaciones preocupantes, tanto en evaluación visual como en la corroboración del colorímetro. Para un monitor TN de alto refresco, son cifras francamente buenas.
Espacio sRGB: cobertura y precisión
Para sRGB, el mejor resultado se obtuvo con el modo sRGB del propio monitor manteniendo brillo y contraste por defecto. La cobertura quedó en 99,1% (volumen de gama alrededor del 125%), con un Delta E medio de 1,38, plenamente válido para creadores ocasionales y más que suficiente para uso diario con buena apariencia de color.
Espacio DCI-P3: cobertura y precisión
En DCI-P3, con el perfil sRGB y el brillo al máximo, asegurando el ajuste en Wide Gamut, obtuvimos una cobertura de 88,9%, muy próxima a la cifra objetivo (90%). El Delta E se movió en 2,19, una precisión muy decente para un panel TN orientado a juego competitivo.
Calibración y perfilado
La calibración en modo Usuario, ajustando a R=99, G=100, B=100 y aplicando el perfil ICC, arrojó deltas medios de 1,08 en sRGB y 1,12 en DCI-P3. Solamente un tono de los azules se resistió, el resto de la curva quedó donde tenía que estar.
OSD y gestión desde Windows
El OSD se controla con joystick y dos botones extra configurables, y se presenta dividido en seis apartados con la info de estado en la parte superior. Desde el primer menú activas lo que más importa a un jugador: VRR, ELMB y Overclock, además de los perfiles GameVisual.
En el área de Imagen aparecen opciones como ASCR, compatibilidad HDR y atenuación local para realzar contraste, además del filtro de luz azul y VividPixel. El apartado Color permite forzar el espacio a sRGB o DCI-P3 (o dejar nativo) y ajustar saturación en 6 ejes. Completan el conjunto los menús de AURA Sync, selección de entrada, accesos rápidos favoritos y configuración general (incluida la versión de DisplayPort usada).
El software DisplayWidget Center extiende el OSD al escritorio, y lo interesante es que se comunica por HDMI sin requerir un cable USB de datos. Esto simplifica el cableado y te permite guardar/recuperar ajustes desde Windows con un par de clics.
Precio, disponibilidad y público objetivo
Este monitor no pretende gustar a todo el mundo: se ha diseñado para quienes compiten o aspiran a competir. En shooters como Valorant, CS2 u Overwatch la diferencia es tangible desde el minuto uno: movimiento ultra fluido, claridad en barridos, respuesta instantánea y menos esfuerzo para seguir objetivos rápidos. Ahí es donde brilla.
En cuanto al precio, se han visto referencias en torno a 800 euros según mercados, mientras que el debut en China se produjo por 7.999 yuanes (aproximadamente 955 euros al cambio). Son cifras elevadas, pero acordes a un producto único con 610 Hz reales y una latencia global que bate récords.
Entre los detalles de diseño recientes, ASUS presume de una base un 30% más pequeña que en generaciones anteriores, ideal para ganar superficie útil delante del monitor. Además, se mencionan funciones de IA para gaming dentro del ecosistema de utilidades, junto a la compatibilidad con DisplayHDR 400 y el abanico de herramientas de ajuste ya comentadas.
Pros y contras en perspectiva
Para valorar de un vistazo dónde destaca y qué concesiones hace, resumimos lo más relevante en la siguiente tabla, con puntos expresados de forma práctica y centrados en su enfoque competitivo:
| Lo mejor | A tener en cuenta |
|---|---|
| Refresco extremo de hasta 610 Hz | Panel TN: color y ángulos por detrás de IPS/OLED |
| Respuesta mínima de 0,1 ms y latencia E2E < 10 ms | Precio elevado por su carácter exclusivo |
| ELMB 2 y Overdrive variable con ajuste fino | Sin altavoces integrados ni hub USB-A |
| Funciones gaming: GamePlus, GameVisual, Shadow Boost | Sin PIP/PBP ni KVM (enfoque 100% competitivo) |
| Super TN mejorado, buen brillo y calibración viable | |
| Diseño robusto, ergonomía completa y base compacta |
Si te preguntas por los galardones, su rendimiento ha sido valorado como merecedor de distinciones de oro en pruebas editoriales especializadas, algo que ratifica la orientación profesional del producto.
Este Asus ROG Strix XG248QSG Ace está hecho para el jugador que prioriza cadencia, respuesta y control sobre cualquier otra cosa. No es el monitor más vistoso para cine ni el más fiel para color, pero en partidas a ritmo frenético ofrece una mezcla muy difícil de igualar: 500 Hz con VRR impecable para el día a día y un modo de 610 Hz listo para asaltar torneos, con nitidez en movimiento impulsada por ELMB 2, herramientas gaming bien pensadas, consumo moderado y una ergonomía que ayuda a aguantar sesiones maratonianas sin perder el foco.

