- Undervolting reduce consumo y calor manteniendo estabilidad si se prueba a fondo.
- Underclock es más simple y seguro, pero recorta rendimiento de forma directa.
- MSI Afterburner y AMD Adrenalin permiten ajustar voltaje/frecuencia y monitorizar.
- Según la arquitectura (Vega, Turing, Ampere…), los beneficios varían notablemente.
 
Si tu ordenador suena como un avión al despegar cuando juegas, no eres el único: muchos buscamos menos ruido y menos calor sin sacrificar estabilidad. Bajar el voltaje de la GPU o reducir sus frecuencias puede ser justo lo que necesitas para domar temperaturas, consumo y sonoridad, y con ello conseguir una experiencia más agradable en el día a día.
La buena noticia es que tanto en tarjetas Nvidia como AMD existen maneras de limitar potencia, ajustar voltaje y recortar frecuencias. No es un simple control deslizante “al estilo Steam Deck”, pero con las herramientas adecuadas (MSI Afterburner y/o AMD Adrenalin) puedes acercarte mucho a ese control fino, ya sea con un undervolting bien hecho o con un underclock sencillo y seguro.
Qué significa bajar el voltaje y en qué se diferencia de bajar frecuencias
Cuando hablamos de undervolting nos referimos a reducir el voltaje de la GPU para obtener menos consumo y temperaturas más contenidas. En cambio, el underclock es rebajar la frecuencia de trabajo respecto a los valores de fábrica, afectando directamente al rendimiento pero con menos complicaciones.
Ambas estrategias persiguen la eficiencia, pero lo hacen desde ángulos distintos: el underclock deja a la GPU decidir voltajes según la nueva frecuencia, mientras que el undervolt fija un límite de voltaje y a partir de ahí la tarjeta negocia su frecuencia máxima estable.
¿Por qué te puede interesar? Los motivos habituales para bajar voltaje o frecuencias incluyen ahorrar energía, reducir el ruido, mejorar temperaturas, evitar picos de consumo que puedan incordiar a la fuente de alimentación y, en general, alargar la vida útil de los componentes.
- Menos consumo eléctrico y ligero ahorro en la factura.
- Menos calor y menos ruido del sistema de refrigeración.
- Menos picos de tensión que estresen la fuente si va justa.
- Menos riesgos de thermal throttling en sesiones largas.
¿Undervolting o underclock? Cuándo conviene cada uno
El underclock del núcleo suele ser la vía más simple y segura si quieres resultados rápidos y predecibles, a cambio de perder algo de rendimiento. El undervolting puede ser más eficiente (mismo rendimiento con menos consumo, o incluso algo más de rendimiento gracias a temperaturas más bajas), pero es más delicado y requiere pruebas de estabilidad más exhaustivas.
Con las memorias de la GPU conviene ir con pies de plomo. Tocar frecuencias o voltajes de la VRAM es mucho más propenso a inestabilidades y artefactos, así que si buscas un proceso amable, céntrate en el núcleo gráfico (core) y deja la memoria en automático.
Software recomendado: MSI Afterburner y AMD Adrenalin
MSI Afterburner es el clásico universal: funciona con Nvidia y con AMD, independientemente de que tu tarjeta sea de MSI o de otro ensamblador. Permite ajustar frecuencias, límites de potencia y acceder al editor voltaje–frecuencia, además de monitorizar temperaturas, consumo y relojes en tiempo real. Consulta nuestra guía de herramientas de overclocking para profundizar.
En el ecosistema AMD, el paquete Radeon Software Adrenalin incorpora perfiles de rendimiento con controles para subvoltar y ajustar frecuencias de forma nativa. Es cómodo y visual, así que si llevas una Radeon (por ejemplo, una 6750 XT de MSI) te puede resultar muy directo empezar por ahí.
Sobre el “slider de potencia” tipo Steam Deck: en PC de sobremesa dependerá de lo que permita el BIOS de tu gráfica. Afterburner ofrece el Power Limit cuando está habilitado por el fabricante; si no lo ves, significa que el tope viene bloqueado y tendrás que recurrir a undervolt y/o underclock para reducir consumo y ruido.
Underclock del núcleo paso a paso (método rápido y seguro)
El underclock es ideal si quieres resultados inmediatos sin complicarte con curvas. En esencia, aplicarás un offset negativo al reloj del núcleo para que la GPU opere a frecuencias algo más bajas bajo carga.
Pasos básicos con MSI Afterburner: instala la herramienta, ábrela y localiza el control de Core Clock. En lugar de fijar una frecuencia concreta, aplica un offset negativo (por ejemplo, -10 MHz para empezar) y pulsa en Aplicar. Haz pruebas y, si ves margen, aumenta el recorte en saltos mayores (como -100 o -200 MHz) observando si la experiencia se mantiene fluida.
La estrategia sensata es iterar: si una reducción pequeña no basta para domar el ruido o las temperaturas, incrementa el offset negativo; si notas demasiada pérdida de FPS en tus juegos, recorta menos hasta dar con tu punto dulce.
Undervolting del núcleo (Nvidia y AMD) sin perder la estabilidad
El undervolt puede ofrecer la mejor relación rendimiento/consumo, pero exige método y paciencia. La idea es limitar el voltaje máximo manteniendo una frecuencia estable y acorde al nuevo techo de voltaje.
Con MSI Afterburner abre el editor de curva voltaje–frecuencia (atajo habitual: Ctrl+F). Verás puntos que representan a qué frecuencia aspira la GPU en cada voltaje. Tu objetivo es elegir un voltaje razonable (por debajo del máximo) y “anclar” una frecuencia sostenible para ese voltaje, suavizando la curva a la derecha para que no intente subir por encima.
En AMD Adrenalin puedes activar el perfil de ajuste avanzado y habilitar el undervolt automático o el manual, reduciendo mV y, si procede, corrigiendo el reloj objetivo del core. Hazlo con cambios pequeños y prueba a fondo en juegos reales antes de seguir apretando.
Recuerda que, incluso con un buen undervolt, una 3070 Ti o cualquier GPU moderna seguirá modulando sus boosts según temperatura y carga. Si al bajar voltaje también bajas temperatura, el algoritmo puede sostener frecuencias más estables durante más tiempo, compensando parte del recorte.
Cómo verificar si lo que has hecho funciona: rendimiento, consumo y estabilidad
Tu mejor aliada es la monitorización. Usa Afterburner para registrar temperaturas, consumo, voltajes y reloj durante todas las pruebas; y consulta nuestros benchmarks y herramientas para medir cambios. Antes de tocar nada, toma una línea base; repite después de cada ajuste para comparar con datos.
Pruebas útiles: un benchmark sintético para ver el impacto en puntuación global y FPS, un test de estrés severo para observar temperaturas y consumo en caliente, y juegos reales para confirmar estabilidad y rendimiento en escenarios “de verdad”.
- Benchmark sintético rápido: por ejemplo, UserBenchmark te da una visión general del cambio en rendimiento.
- Estrés intenso: FurMark o herramientas similares saturan la GPU y exponen mejoras térmicas.
- Juegos reales: el examen definitivo para detectar inestabilidades y caídas inesperadas.
Si usas Nvidia Turing/Ampere y juegas con Ray Tracing o DLSS, prueba también con esas opciones activadas: ciertas inestabilidades aparecen solo cuando entran en juego los RT Cores y Tensor Cores. No te fíes de un único test rápido: dedica tiempo a verificar.
Evita sacar conclusiones con pruebas obsoletas o poco representativas: mejor céntrate en herramientas actuales y, sobre todo, en los juegos que realmente juegas, que son los que importan.
Cómo influyen las arquitecturas: no todas las GPU reaccionan igual
La relación entre voltaje y frecuencia (la famosa curva V–F) no es idéntica en todas las generaciones. Según dónde “caiga” tu chip en esa curva y la famosa lotería del silicio, los beneficios del undervolt variarán.
Nvidia Pascal (GTX 10): estas gráficas ya salieron con muy buena eficiencia y sin controles de voltaje especialmente agresivos. Por eso el undervolt raramente aporta grandes mejoras más allá de lo esperable por temperaturas un poco más bajas.
Nvidia Turing (RTX 20/GTX 16): aquí hay más que rascar, pero con complejidad. El consumo subió respecto a generaciones previas y el algoritmo de GPU Boost depende bastante de la temperatura. Bajar voltaje y calor puede resultar en un comportamiento paradójico: menos voltaje, pero boosts sostenidos mejores si mantienes la GPU fresquita.
Nvidia Ampere (RTX 30): rendimiento brutal con consumos agresivos. El undervolt suele ser una buena idea para domar vatios y decibelios, aunque el feedback histórico ha sido menos homogéneo. Pruébalo si la sonoridad o las temperaturas te preocupan.
AMD Polaris RX 400: margen moderado y muy dependiente del chip; el undervolt puede ser razonable, pero no esperes milagros. En RX 500 (básicamente RX 400 subidas de vueltas) el undervolt gana atractivo para contener consumos.
AMD Navi (RX 5000): por lo general, margen limitado para OC y voltajes de serie algo altos. Cabe lograr un undervolt interesante, aunque sin exprimir demasiado, o podrías perder más rendimiento del deseado.
AMD Big Navi (RX 6000): consumos contenidos de fábrica y márgenes de OC llamativos. En muchos casos el undervolt puede traer poca recompensa frente a la pérdida de frecuencia si te pasas reduciendo mV.
AMD Vega (56/64): el caso estrella a favor del undervolt. Voltajes de fábrica agresivos y consumos elevados hacen que recortar mV reduzca mucho el gasto y, en ocasiones, mejore incluso las frecuencias sostenidas bajo carga al bajar temperatura.
Consejos prácticos antes de empezar
Plantea objetivos realistas: ¿quieres menos ruido, menos temperatura, o mantener FPS con menos consumo? En función de eso, elige underclock (rápido y seguro) o undervolt (más fino, pero con más pruebas).
Mira tu fuente de alimentación: si es de poca calidad o va justa, el undervolt puede dar un plus de seguridad al recortar picos. Si tu PSU es solvente, el beneficio será más bien de confort térmico y acústico.
Comprueba temperaturas actuales: valores por debajo de los máximos del fabricante (por ejemplo, GPUs modernas que aguantan más de 90 ºC) son normalmente aceptables. Aun así, bajar 5–10 ºC puede traducirse en menos ruido y más estabilidad de boost; si hace falta, aprende a forzar el ventilador de la GPU.
Valora el tiempo que vas a invertir: el undervolt requiere prueba y error. Si no te apetece dedicarle varias sesiones de test, aplica un underclock leve o limita FPS a 60 en juegos donde te baste.
Preguntas habituales de la comunidad
¿Existe un control deslizante de potencia como en Steam Deck? Depende de la GPU: si el BIOS habilita el Power Limit, Afterburner te lo mostrará. Si no aparece, no es que no exista el concepto, es que tu modelo no lo permite y tendrás que tirar de undervolt/underclock.
¿Se puede usar MSI Afterburner con AMD? Sí. Afterburner es multimarca y funciona igual con Radeon que con GeForce. Eso sí, en AMD tienes además Adrenalin, que incluye controles propios de voltaje y frecuencia muy cómodos.
¿Limitar FPS ayuda? Sí: fijar 60 FPS donde no necesitas más reduce carga, calor y ruido, y es una medida compatible con undervolt o underclock. Es una buena primera barrera antes de tocar curvas.
¿Toco la memoria también? Mejor no, salvo que sepas lo que haces. La VRAM es más caprichosa: el riesgo de inestabilidad o artefactos gráficos es mayor. Centra tus ajustes en el core.
¿Qué señales indican que me he pasado bajando voltaje? Cuelgues, cierres repentinos del juego, artefactos o caídas de rendimiento inesperadas. Sube un paso el voltaje, baja un poco la frecuencia objetivo y vuelve a probar.
Resultados esperables en ruido, consumo y FPS
Con un underclock moderado, verás menos temperatura y ruido a costa de un descenso claro de FPS, fácil de cuantificar. Con un undervolt bien medido, puedes mantener prácticamente los FPS y aun así reducir varios grados y vatios, o incluso ganar estabilidad de boost en escenarios donde antes sufrías throttling.
No todas las gráficas se comportan igual: una Vega 56/64 agradece mucho el undervolt, una Pascal lo notará menos, y una Ampere o una RX 500 puede salirte muy a cuenta si tu prioridad es contener el ruido del equipo.
Si tuviera que dejarte una idea clave, sería esta: no hay una regla única que sirva para todas las GPUs. Con las herramientas correctas (Afterburner o Adrenalin), un poco de método y ganas de probar, puedes bajar voltaje o frecuencia para ganar confort térmico y acústico sin convertir tu PC en un reactor. Empieza con cambios pequeños, monitoriza, somete tu gráfica a los juegos que de verdad usas (incluyendo RT/DLSS si corresponde) y decide hasta dónde te compensa apretar: la combinación adecuada de undervolt, underclock y límite de FPS te permitirá domar consumo, calor y ruido con seguridad.
 
					