Cómo elegir un NAS y acertar con el modelo ideal

Última actualización: noviembre 14, 2025
Autor: Isaac
  • Define uso, bahías y RAID para ajustar capacidad, seguridad y crecimiento.
  • CPU, RAM y 2.5GbE/10GbE marcan rendimiento en multimedia, Docker y VM.
  • Caché SSD y M.2 aceleran accesos; DSM, QTS o ADM determinan la experiencia.

nas

Si te estás planteando montar tu propia nube en casa o en la oficina, un NAS es ese aliado que tarde o temprano vas a querer tener. Centraliza archivos, se conecta a tu red y funciona 24/7, de modo que puedes acceder a tus datos desde cualquier sitio con Internet, sin depender de terceros. En esta guía te explico cómo elegir un NAS paso a paso, qué mirar en hardware, sistemas operativos, RAID, consumo, ruido y conectividad, además de una selección extensa de modelos para distintos presupuestos y usos.

Más allá del almacenamiento, un NAS actual es un pequeño servidor con muchas vidas: sirve como centro multimedia, backup automático, nube privada, videovigilancia o incluso para virtualización ligera. Eso sí, acertar a la primera depende de entender tus necesidades (presentes y futuras), el número de bahías, el tipo de discos, las prestaciones del procesador y la memoria, y las opciones de red. Vamos con todo, con ejemplos reales y recomendaciones prácticas.

Qué es un NAS y qué puedes hacer con él

Un NAS (Network Attached Storage) es, simplificando, un ordenador especializado en almacenamiento y compartición de archivos en red. Se integra en tu LAN mediante Ethernet y, según el modelo, ofrece acceso remoto seguro por Internet. Desde el móvil, tablet, PC o tele, tus datos estarán accesibles siempre que tengas conexión.

Además de guardar y servir ficheros, un NAS moderno permite crear tu propia nube privada, sincronizar con servicios como Google Drive, OneDrive o Dropbox, gestionar copias de seguridad automáticas, actuar como servidor multimedia con Plex o DLNA, descargar vía P2P sin un PC encendido, montar un servidor VPN, alojar cámaras IP y conservar sus grabaciones o colaborar con documentos tipo suite ofimática.

Sistemas operativos: facilidad, apps y soporte

Cada fabricante incorpora su propio sistema operativo (SO) basado en Linux, con escritorio web y tienda de apps. Synology DSM, QNAP QTS o QuTS hero, ASUSTOR ADM, TerraMaster TOS y WD My Cloud OS son los nombres clave. Su interfaz, funciones y catálogo de aplicaciones marcan en gran parte la experiencia.

Si vas a usar más que copias y archivos, conviene revisar compatibilidad de apps y actualizaciones. En DSM (Synology), por ejemplo, tienes Antivirus, Surveillance Station, Cloud Sync, File Station, Photo/Video Station, Docker, VPN Server o Synology Office. En QNAP brilla también Container Station, Virtualization Station, QVR (videovigilancia) y un amplio ecosistema de utilidades.

  ¿Qué es la conversión decimal hexadecimal?

También existe la vía DIY con software libre para convertir un PC viejo o una Raspberry Pi en NAS: TrueNAS/FreeNAS, OpenMediaVault, XigmaNAS, EasyNAS o Xpenology. Requiere más curro, pero te da mucha flexibilidad por poco dinero.

Hardware: procesador, RAM y lo que de verdad importa

Piensa en el NAS como un miniPC que debe mover su SO y servicios sin atragantarse. Un procesador moderno y suficiente RAM marcan la fluidez, sobre todo si quieres transcodificación de vídeo, muchas conexiones simultáneas, contenedores Docker, máquinas virtuales o bases de datos.

Como referencia razonable para un uso doméstico ambicioso, apunta a CPU de 4 núcleos alrededor de 2 GHz y 2 GB de RAM o más. Si puedes, elige RAM ampliable y, para escenarios exigentes (Plex 4K, Docker, VM), sube a 4-8 GB. En entornos profesionales, verás modelos con AMD Ryzen o Intel Xeon y RAM ECC para máxima fiabilidad.

Las ranuras M.2 NVMe para caché SSD o volúmenes ultrarrápidos son un plus. La aceleración por caché SSD dispara los IOPS y acelera cargas aleatorias (bases de datos, VM, miles de archivos pequeños). Si usas 2.5GbE o 10GbE, ayudan a que los HDD no sean el cuello de botella.

Bahías, discos y capacidad real

qnap nas

El número de bahías determina el máximo de discos y la flexibilidad para RAID y ampliaciones futuras. Hay NAS de 1, 2, 3, 4, 6, 8, 10 o más bahías. A más bahías, mayor capacidad y opciones de redundancia. Ten en cuenta el límite de TB por bahía y la suma total que admite el chasis.

Lo habitual es que el NAS venga sin discos. Puedes reutilizar HDD, pero si compras nuevos, apuesta por discos diseñados para NAS, como WD Red o Seagate IronWolf: están hechos para trabajar 24/7, con mejor rendimiento en red y firmware adecuado. Para rendimiento máximo, añade SSD o M.2 NVMe en modelos compatibles.

Importante: la capacidad útil depende de tu RAID y posibles reservas para instantáneas o caché. Planifica a medio y largo plazo y compra con margen. Evita toparte con el espacio justo a los pocos meses.

RAID: qué nivel elegir y por qué

RAID agrupa varios discos para ganar seguridad, rendimiento o ambas cosas. Tu elección afecta a la capacidad neta y a la tolerancia a fallos: no es un detalle menor.

  • RAID 0: divide los datos entre discos para máxima velocidad, sin redundancia. Con dos HDD idénticos, obtienes el doble de rendimiento y suma de capacidad, pero si falla uno, pierdes todo.
  • RAID 1: espejo entre dos discos. Prioriza seguridad; si uno cae, sigues funcionando y reconstruyes. Capacidad útil igual al disco más pequeño.
  • RAID 5: mínimo 3 discos, mezcla velocidad y tolerancia a un fallo. Balanceado para hogares y pymes. Si fallan dos a la vez, hay pérdida.
  • RAID 6: como RAID 5 pero con doble paridad, aguanta dos fallos simultáneos. Consumo de capacidad mayor, seguridad superior.
  • RAID 10 (1+0) y RAID 01: combinan espejo y striping, necesitan mínimo 4 discos; muy rápidos y con redundancia.
  • RAID 50/60: despliegues con muchos discos que combinan striping y paridad para rendimiento y resiliencia avanzados.
  ¿Cómo personalizar los botones del mouse?

Los NAS actuales facilitan migrar de un RAID a otro y ampliar grupos sin perder acceso a datos. Aun así, RAID no sustituye a un backup: mantenlo en tu checklist.

Conectividad: red primero, extras bienvenidos

La red manda. Conecta siempre por cable Ethernet y, como mínimo, a 1GbE. Si tu flujo de trabajo lo pide, valora 2.5GbE o 10GbE. WiFi es cómodo, pero no ideal para mover archivos grandes o trabajar con contenido 4K.

Varios puertos Ethernet permiten agregación de enlaces (LACP) con un switch compatible para ampliar ancho de banda cuando hay muchos clientes. También puedes usar modos como Active Backup o balanceos adaptativos.

USB 3.x, HDMI, lectores SD y PCIe amplían posibilidades: conectar discos externos, TV, impresoras, tarjetas de red o SSD M.2. Hay modelos con QuickAccess USB (QNAP) que crean una interfaz de red directa por USB para la primera configuración o transferencias específicas.

Consumo, calor y ruido

Un NAS está encendido todo el día. El consumo importa, sobre todo si crece el número de discos y servicios. Los modelos ARM consumen poco; los x86-64 rinden más y gastan algo más.

Cuando el NAS trabaja, se calienta y los ventiladores se activan. Si lo tendrás cerca, revisa dB en ficha técnica. En gamas medias es fácil estar en niveles aptos para el salón o el despacho, pero los modelos rack o muy potentes suelen sonar más.

¿Caché SSD? ¿Varios puertos Ethernet?

La caché SSD acelera y mucho en escenarios concretos. Es recomendable si tienes 2.5GbE/10GbE, bases de datos, VM o muchas IO aleatorias. En un entorno doméstico simple con 1GbE y copias multimedia, apenas notarás diferencia salvo en accesos a ficheros pequeños.

  Como utilizar las herramientas de edicion de imagenes de word picture para editar imagenes

¿Uno o varios puertos LAN? Con 2.5GbE único vas sobrado en casa para un usuario. Con dos o más, puedes agregar enlaces o segmentar redes (por ejemplo, WAN y LAN si virtualizas pfSense en QNAP) y mejorar escenarios con múltiples clientes simultáneos.

Marcas a considerar

synology

QNAP y ASUSTOR destacan por hardware muy capaz y grandes opciones de expansión (PCIe, 2.5GbE/10GbE, M.2, HDMI). Si te gusta trastear, te dan margen. QNAP además cubre red y almacenamiento con routers y switches propios.

Synology brilla en software con DSM: intuitivo, pulido y con apps propias. El hardware no siempre es el más potente, pero su ecosistema es excelente y cada vez ofrece más servicios híbridos con Synology C2.

Si es tu primer NAS y quieres algo que funcione sin complicarte, Synology suele ser apuesta segura. Para potencia bruta y ampliación, QNAP y ASUSTOR llevan ventaja.

¿Es difícil usar un NAS?

Los SO actuales son muy visuales y con asistentes. Instalar discos, crear un volumen y compartir carpetas se hace en minutos. Además, los fabricantes publican tutoriales paso a paso y foros activos. Empieza simple (usuarios, permisos, backups) y ve sumando apps.

Qué tener en cuenta antes de comprar

Define tu caso de uso y tu crecimiento. Capacidad de almacenamiento: calcula lo que necesitas y añade margen. Mejor que sobre a tener que ampliar en 3 meses.

  • Número de bahías: con 2 bahías ya puedes RAID 1, pero si vas a crecer o quieres RAID 5/6, piensa en 3, 4 o más bahías. Evita modelos de una sola salvo usos muy concretos.
  • Velocidad: si harás streaming 4K, edición en red o muchas conexiones, busca CPU decente, RAM ampliable y 2.5GbE/10GbE. Para copias y archivos básicos, valen equipos modestos.
  • Soporte RAID: revisa niveles compatibles y migraciones online. Esto condiciona seguridad y ampliaciones.
  • Presupuesto y ruido/consumo: balancea características con el coste de discos, que suelen ser la mitad (o más) de la inversión.

Casos de uso habituales

Con un NAS puedes montar un servidor multimedia que sirva 4K a tu tele, copias de seguridad automáticas de todos tus equipos, nube privada multiusuario con acceso remoto seguro, cliente P2P autónomo, videovigilancia IP con grabación por detección y, si te animas, virtualización ligera con Docker o VMs.

Artículo relacionado:
¿Qué ventajas tengo con una NAS?