- MemTest64 prueba la estabilidad de la RAM en Windows con algoritmos variados y sin instalación.
- Permite ajustar memoria a testear, hilos y tiempo, y detener al primer error para validar rápido.
- Frente a MemTest86, destaca por su sencillez y por evitar USB booteables, con eficacia comparable.
Cuando el PC empieza a dar síntomas raros, muchos piensan en la gráfica o en el disco, pero pocas veces miramos a la RAM. La memoria es crítica: un solo bit que falle puede desencadenar bloqueos, cuelgues, cortes de audio e incluso pantallazos azules. Por eso conviene disponer de una herramienta fiable para ponerla a prueba de vez en cuando y salir de dudas sin complicaciones.
En ese escenario destaca MemTest64, un utilitario gratuito de TechPowerUp cuya popularidad no es casualidad. Se ejecuta directamente en Windows, no exige instalación ni permisos de administrador y permite configurar con detalle cuánta memoria estresar, durante cuánto tiempo y con qué número de hilos. Si te suenan los clásicos MemTest86 que arrancan desde USB, aquí vas a encontrar un enfoque mucho más cómodo para el día a día.
Qué es MemTest64 y por qué deberías usarlo
MemTest64 es un diagnóstico de RAM creado por TechPowerUp para detectar errores de lectura y escritura que pueden causar desde cierres repentinos de apps hasta BSOD o corrupción de archivos. La idea es someter a la memoria a una batería de pruebas intensivas, organizadas en circuitos (loops) y apoyadas en varios algoritmos complementarios para cubrir diferentes patrones de fallo.
Una ventaja clave frente a otras alternativas es que no se necesita preparar un USB ni reiniciar el equipo. Se baja, se ejecuta la versión portable y listo. Eso lo hace muy accesible para cualquier usuario, incluidos quienes no están familiarizados con procesos de arranque desde dispositivos externos o con la creación de medios booteables.
La compatibilidad tampoco es un obstáculo: funciona en Windows de forma muy amplia (las referencias van desde XP hasta Windows 10 en muchas guías, y en general se orienta a sistemas modernos), soporta cualquier CPU actual y se entiende con diversos estándares de memoria, desde DDR a DDR4 según el material consultado. Su interfaz es sencilla, con lo justo para empezar a probar sin curva de aprendizaje.
Además, MemTest64 no requiere privilegios de administrador, no instala servicios, no toca el registro y cuenta con un foro activo de la comunidad de TechPowerUp donde resolver dudas, algo muy útil si aparece un error y necesitas contrastar comportamientos con otros equipos o configuraciones.
Entre los controles más útiles de su ventana principal destacan: Tested Memory (para decidir cuánta RAM estresar), la selección de hilos de CPU que se usarán simultáneamente, la duración en horas o ciclos y una opción para detener el test al primer error. En la parte inferior, su cuadro de salida muestra la información del sistema y el progreso con los tests ejecutados, incluyendo cualquier fallo que se detecte.
La comunidad lo recomienda especialmente a quienes hacen overclock, ya que es frecuente que timings o frecuencias demasiado apretados provoquen inestabilidad sutil. Con un test prolongado puedes validar si esa configuración que parece estable realmente lo es cuando se exprime la RAM al máximo.
MemTest64 vs MemTest86: diferencias clave
En la comparativa popular entre MemTest64 y MemTest86 (en su edición gratuita), la primera gran diferencia es la instalación. MemTest86 exige preparar un USB booteable, reiniciar el PC y arrancar desde ese pendrive para ejecutar su batería de pruebas fuera de Windows. Para usuarios avanzados esto es trivial, pero para el usuario medio puede ser un freno importante.
Ese proceso, si se hace mal, puede incluso dañar el formato del pendrive y obligar a repararlo con herramientas del sistema, lo cual añade otro punto de complejidad. En cambio, con MemTest64 literalmente descargas y ejecutas. Es portable, no instala nada y puedes empezar a probar sin tocar el arranque del equipo.
El funcionamiento también difiere. MemTest86 se ejecuta de forma automática tras arrancar desde el USB, realiza su check y, al terminar, vuelves a reiniciar. MemTest64, en cambio, te permite configurar a medida el tiempo de prueba, los hilos y la cantidad de memoria, e incluso interrumpir en cualquier momento. Esa flexibilidad facilita tanto tests breves como sesiones maratonianas adaptadas al objetivo.
En cuanto a resultados, la experiencia recogida en diferentes reseñas sitúa la efectividad de ambos en tablas. No hay una ventaja clara en términos de detección según los análisis consultados; a veces un error aparece en una herramienta y no en la otra, y viceversa, por lo que muchos entusiastas usan ambas para tener más cobertura.
Respecto a la interfaz, las dos son espartanas. MemTest64 luce una ventana muy limpia, sin pestañas, con un botón grande para arrancar la prueba y un área de logs. MemTest86, que corre fuera de Windows, apenas muestra la información esencial durante el test, aunque al finalizar ofrece algunos menús y opciones interesantes para revisar.
Un matiz práctico: MemTest64 es completamente gratuito y sin versiones recortadas. MemTest86 tiene una edición free y otra de pago con más funciones, lo que implica que la gratuita esté limitada frente a la Pro. Esto puede inclinar la balanza hacia MemTest64 si buscas la mayor funcionalidad sin pasar por caja.
Cómo usar MemTest64 paso a paso en Windows
Antes de nada, conviene preparar el entorno. Durante las pruebas el equipo irá muy lento, porque la herramienta exprime CPU y RAM casi al 100%. Si estás oyendo música o tienes aplicaciones abiertas, notarás saltos de audio y una respuesta a trompicones. Lo ideal es no usar el PC mientras se ejecuta el test, o al menos no hacer nada importante.
1) Descarga y ejecución. Visita la página de TechPowerUp y descarga la versión portable de MemTest64. Descomprime si es necesario y lanza el ejecutable. No te pedirá instalar ni permisos especiales, y no dejará rastro en el registro. A nivel de accesibilidad, esto facilita mucho repetir pruebas cuando lo necesites.
2) Interfaz y opciones. La ventana principal muestra varios parámetros: «Tested Memory» para elegir cuánta RAM quieres estresar, selector de hilos de CPU para paralelizar el trabajo, el tiempo que durará la sesión (ya sea en horas o en número de ciclos) y una casilla para detener al primer error. Si marcas esta última, el programa se parará automáticamente nada más encontrar el primer fallo, lo que es útil para validar ajustes rápidamente.
3) Panel de información. En la zona inferior verás un cuadro de texto donde se listan el resumen de tu memoria, la configuración aplicada y el progreso de los tests que se van ejecutando. Cualquier error detectado aparecerá ahí con su conteo, lo que te permite saber de un vistazo si la sesión va limpia o si empiezan a aflorar problemas.
4) Arranque de la prueba. Pulsa el botón «Begin Test» y deja que haga su trabajo. Notarás que el sistema se vuelve perezoso, justo como se anticipaba, ya que la herramienta toma tantos recursos como le concedes. Puedes parar en cualquier momento, pero si buscas fiabilidad, sigue leyendo el punto de tiempos recomendados.
5) Duración y ciclos. Aunque un pase corto puede servir como criba inicial, para tener confianza en el resultado se recomienda dejar MemTest64 corriendo varias horas. Un enfoque común es iniciarlo al final del día y dejarlo toda la noche. Cuanto más tiempo y más ciclos, mayor probabilidad de destapar fallos intermitentes.
6) Qué hacer si salen errores. Si aparece al menos un error, conviene actuar por pasos. Primero, revierte cualquier overclock de la memoria a valores JEDEC/XMP moderados y vuelve a probar. Segundo, testea módulos por separado para aislar cuál está causando problemas. Tercero, revisa la configuración de la BIOS de voltajes y timings, ya que una frecuencia o latencia inadecuada suele ser el origen de inestabilidad.
7) Cuánta memoria probar. Si necesitas seguir usando el PC para alguna tarea ligera mientras corre la prueba (no recomendado), ajusta «Tested Memory» para dejar cierto margen al sistema. Aun así, el mejor escenario para la fiabilidad es reservar la mayor parte de la RAM al test y dejar el equipo sin uso.
8) Cuando todo va bien. Si tras una sesión prolongada no aparece ningún error, es una indicación fuerte de que la RAM se comporta de forma estable bajo carga intensiva. No es una garantía absoluta para todos los escenarios, pero sí un sello de confianza muy valioso, especialmente si has tenido BSOD, cierres aleatorios o corrupciones de datos.
Un punto que muchos agradecen es que puedes adaptar el test a tus necesidades. ¿Quieres algo rápido de validación tras tocar un timing? Ejecuta un ciclo corto con detener al primer error. ¿Buscas validar un overclock ambicioso? Deja varias horas con todos los hilos activos y la mayor porción de RAM asignada.
Buenas prácticas, overclock y resolución de problemas
La mejor manera de usar MemTest64 es integrarlo en tu rutina de mantenimiento. Pásalo cuando notes inestabilidad (BSOD, cierres inexplicables, archivos corruptos), después de ampliar módulos de RAM, al cambiar de placa o CPU, y siempre que ajustes frecuencia/timings o actives perfiles XMP/EXPO.
Para overclockers, MemTest64 es especialmente útil porque permite ciclar pruebas en loops largos dentro de Windows sin andar reiniciando. Empieza con parámetros conservadores, sube poco a poco y valida cada escalón con sesiones crecientes de duración. Un solo error ya sugiere que hay que aflojar timings, bajar frecuencia o ajustar voltajes.
Recuerda que durante la ejecución el programa puede consumir casi el 100% de CPU y RAM. Esto no solo ralentiza el sistema: si estás escuchando música, notarás cortes. Es el comportamiento esperado, ya que la herramienta estresa a fondo la memoria para forzar condiciones donde afloran errores.
Aunque MemTest64 no requiere permisos de administrador, sí conviene lanzar el test con el menor número de procesos activos para evitar interferencias. Cierra apps, pausa indexadores y asegúrate de que Windows Update no vaya a interrumpir con reinicios programados.
Si vienes de MemTest86, es normal preguntarse si conviene usar ambos. La respuesta breve es que sí: se complementan. MemTest64 te da comodidad y rapidez dentro de Windows; MemTest86, al ejecutarse fuera del sistema operativo, elimina cualquier impacto de drivers y servicios. Si necesitas la máxima certeza, pasar dos baterías de pruebas en herramientas diferentes es una estrategia sensata.
Otro consejo práctico: si tu máquina tiene varios módulos, prueba primero el conjunto y, ante cualquier error, ensaya uno a uno. Esto ahorra tiempo y te ayuda a identificar un stick defectuoso o una incompatibilidad sutil entre módulos distintos.
Ante resultados limpios pero con síntomas persistentes, no descartes otras causas. Algunos BSOD apuntan a controladores o a la GPU, y la corrupción de datos puede venir de un SSD con firmware problemático. MemTest64 te ayuda a acotar el problema: si la memoria pasa, mira CPU, almacenamiento o drivers.
Por último, ten en cuenta el impacto de la temperatura. Aunque la RAM no suele calentarse tanto como la CPU o la GPU, en chasis muy compactos o con ventilación pobre puede subir la temperatura bajo carga. Una buena ventilación general del equipo mejora la estabilidad y reduce falsos positivos por condiciones térmicas extremas.
Si quieres hilar fino con la configuración: asigna una porción amplia de RAM al test, usa todos los hilos si tu CPU mantiene estabilidad térmica y planea sesiones de varias horas para validar overclocks. Si tu meta es simplemente descartar que la RAM sea culpable de un problema puntual, un par de horas con la opción de detener al primer error puede darte la respuesta rápida que buscas.
Cuando se comparan herramientas, hay que recordar los matices de cada una. MemTest64 brilla por su sencillez y rapidez dentro de Windows; MemTest86 aporta el punto de arrancar fuera del sistema y sus menús post-test. En eficacia pura, la evidencia disponible las deja empatadas, así que la elección práctica suele depender de tu comodidad y del tipo de prueba que prefieras.
En términos de soporte y comunidad, TechPowerUp mantiene un foro muy activo donde comentar hallazgos, compartir configuraciones y resolver incidencias. Esta cercanía con la comunidad facilita encontrar soluciones cuando aparecen errores esquivos o comportamientos que dependen de placas concretas, BIOS o lotes de memoria específicos.
Para cerrar el círculo, recuerda que la inestabilidad de RAM a veces se debe a timings o frecuencias mal ajustadas más que a un módulo defectuoso. Si un test falla, no te precipites a tramitar garantía: desactiva overclock, ajusta los valores, pasa pruebas más largas y valida cada cambio. Si tras volver a valores seguros siguen apareciendo errores, entonces sí puedes sospechar de un módulo problemático.
Quienes trabajan con datos sensibles (edición de vídeo, compilaciones grandes, bases de datos) agradecerán especialmente estas verificaciones. Evitar la corrupción silenciosa es clave: un bit mal escrito puede arruinar horas de trabajo. Integrar MemTest64 en tu flujo como comprobación tras cambios de hardware o de BIOS te ahorrará disgustos.
Lo que ofrece MemTest64 es justo lo que muchos necesitan: una forma directa, gratuita y potente de despejar dudas sobre la memoria sin salir de Windows. Si alguna vez te has peleado con un USB booteable o no quieres complicarte, esta herramienta es una compañera excelente para tu kit de diagnóstico.