Diferencias entre pantallas TV LED, OLED, QLED, QNED, NanoCell, MicroLED, MiniLED, Crystal LED, QD‑OLED y ULED

Última actualización: diciembre 3, 2025
Autor: Isaac
  • Las tecnologías de TV se dividen en paneles autoemisivos (OLED, QD‑OLED, MicroLED) y LCD con retroiluminación LED (LED, QLED, QNED, NanoCell, MiniLED, ULED).
  • OLED y derivados destacan por negros perfectos y contraste infinito, mientras que QLED, MiniLED y QNED brillan en brillo máximo y resistencia a la luz ambiental.
  • MicroLED y Crystal LED combinan píxeles autoemisivos inorgánicos, altísimo brillo y larguísima vida útil, pero hoy se reservan a tamaños y precios muy altos.
  • La mejor elección depende del uso: cine y gaming exigen OLED/QD‑OLED o MiniLED avanzado, mientras que para uso general encajan muy bien QLED, QNED y NanoCell.

Comparativa tipos de pantallas de TV

Si has intentado cambiar de tele recientemente, es fácil que hayas acabado con la cabeza dando vueltas: LED, OLED, QLED, QNED, NanoCell, MicroLED, MiniLED, Crystal LED, QD‑OLED, ULED… parece más una sopa de letras que algo pensado para ayudarte a elegir. Y tú quizá solo querías una tele para el salón o para la cocina, sin hacer un máster en tecnología.

La idea aquí es justo lo contrario: explicarte todas estas tecnologías de forma clara y sin tecnicismos innecesarios, pero sin perder detalle. Vas a ver qué significa cada nombre, en qué se diferencian, sus ventajas, sus pegas y, sobre todo, qué tipo de pantalla te interesa según cómo y dónde ves la tele: cine, juegos, deporte, salón muy luminoso, dormitorio oscuro, etc.

La gran diferencia: cómo se iluminan los píxeles

El punto clave para entender todo este lío es saber que no todas las teles iluminan la imagen de la misma forma. Y esa forma de iluminar los píxeles es la que marca el contraste, la profundidad de los negros, el brillo, el consumo y hasta el grosor del televisor.

De manera muy simplificada, hay dos grandes familias: pantallas con píxeles autoemisivos (cada píxel genera su propia luz) y pantallas con retroiluminación (una “lámpara” de LEDs detrás o en los bordes ilumina un panel LCD con millones de píxeles).

En el grupo de píxeles autoemisivos entran las tecnologías OLED, AMOLED, QD‑OLED y MicroLED / Crystal LED. Aquí cada píxel se enciende, se atenúa o se apaga por completo, lo que permite negros casi perfectos y un contraste espectacular.

En el grupo de pantallas con retroiluminación LED encontramos LED “a secas” (LCD LED), QLED, QNED, NanoCell, MiniLED y ULED. Todas ellas, en el fondo, son un panel LCD con diferentes mejoras en la iluminación y el color.

Qué es un televisor LED (LCD LED)

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Cuando en las tiendas ves “TV LED”, en realidad lo que tienes delante es un televisor LCD con retroiluminación LED. El panel de cristal líquido se encarga de formar la imagen y, por detrás, un conjunto de diodos LED aporta la luz necesaria para hacerla visible.

En esta familia hay dos configuraciones principales de luz de fondo: Edge LED, con LEDs solo en los bordes del panel, y Full Array / Direct LED, con una matriz de LEDs repartidos por toda la parte trasera para controlar mejor el brillo por zonas.

Los televisores LED son la opción más extendida y económica, cubren desde gamas básicas hasta modelos bastante avanzados con HDR y buen brillo, y son más eficientes que los antiguos LCD con lámparas fluorescentes.

Su talón de Aquiles es que, al tener una luz común detrás de muchos píxeles, los negros nunca son totalmente negros, pueden aparecer halos de luz (blooming) alrededor de objetos brillantes sobre fondo oscuro y, en según qué panel, el ángulo de visión es limitado.

Tipos de panel dentro de las pantallas LED

Dentro de las teles LED hay todavía otra capa de complejidad: el tipo de panel LCD. No afecta tanto como la retroiluminación, pero también marca diferencias en color, contraste y velocidad de respuesta.

Los más habituales son los paneles IPS, VA y, en menor medida, TN. Cada uno tiene su propia personalidad: unos dan mejores colores, otros más contraste, otros destacan en tiempos de respuesta para gaming.

Los paneles IPS (In Plane Switching) ofrecen colores bastante fieles y unos ángulos de visión amplios, ideales si ves la tele desde varios puntos del salón. A cambio, el contraste suele ser más modesto y el negro algo más gris en escenas oscuras.

Los paneles VA (Vertical Alignment) logran mayor relación de contraste y negros más profundos, lo que mejora las películas oscuras y las series con fotografía cuidada. La parte negativa es que se degradan antes los colores y el contraste al alejarte del centro.

Los paneles TN (Twisted Nematic) se usan sobre todo en monitores para juegos, ya que tienen tiempos de respuesta muy rápidos. En televisores son menos comunes porque sacrifican ángulos de visión y calidad de color frente a IPS o VA.

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Tecnología QLED: Quantum Dot + LCD

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QLED es el nombre comercial que popularizó Samsung para referirse a televisores LCD LED mejorados con puntos cuánticos (Quantum Dots). Siguen siendo teles con retroiluminación LED, pero se añade una lámina de nanocristales que mejora brillantemente el color.

Los Quantum Dots son partículas semiconductoras diminutas que emiten luz de un color muy preciso según su tamaño: las más grandes tienden al rojo, las más pequeñas al azul. Al hacer pasar la luz de los LEDs a través de esta capa, se obtiene un colorido más rico y controlado.

En la práctica, una buena tele QLED destaca por un brillo muy alto y un volumen de color excelente, algo especialmente útil si ves la tele en una estancia luminosa o aprovechas mucho contenido HDR con escenas muy brillantes.

Como siguen dependiendo de una retroiluminación, no alcanzan los negros puros de OLED y, según el control de atenuación local, pueden aparecer halos en escenas extremas (blooming), aunque los modelos de gama alta lo reducen bastante.

QNED y NanoCell: la apuesta de LG sobre LCD

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LG ha desarrollado dos etiquetas propias para sus teles basadas en LCD: NanoCell y QNED. Ambas parten de paneles LCD LED, pero añaden capas de refinamiento en el color y la iluminación.

La tecnología NanoCell utiliza nanopartículas que actúan como filtros selectivos de color. Absorben longitudes de onda indeseadas y dejan pasar solo los tonos que interesan, afinando el rojo, verde y azul que ve el ojo humano.

Esto se traduce en colores más limpios, mejor precisión y una imagen más uniforme, incluso desde ángulos de visión amplios. Son teles pensadas para un uso general muy equilibrado: series, películas, deporte y TDT en el día a día.

Por su parte, QNED combina MiniLED para la retroiluminación con Quantum Dots y filtros tipo NanoCell. Es decir, se suma lo mejor de varios mundos: mucha cantidad de LEDs diminutos, control por zonas más fino, y mejoras de color muy avanzadas.

El resultado son niveles de brillo altos, contraste mejorado y negros bastante profundos para ser LCD, además de una buena uniformidad y compatibilidad con formatos HDR como HDR10 o Dolby Vision en muchos modelos.

MiniLED, Neo QLED y OD Zero

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MiniLED no es una tecnología de panel distinta, sino una evolución del sistema de retroiluminación LED tradicional. Los diodos se hacen muchísimo más pequeños, se colocan en mayor cantidad y se gestionan en cientos o miles de zonas.

Al poder controlar estas zonas de forma independiente, el televisor acerca mucho su comportamiento al de un panel autoemisivo: negros más profundos, menos halos, brillo muy alto y mejor detalle tanto en sombras como en luces intensas.

Samsung ha bautizado sus QLED con retroiluminación MiniLED como Neo QLED, mientras que LG utiliza el término QNED para sus LCD MiniLED. TCL, otra marca relevante en este terreno, ha introducido la tecnología OD Zero, donde la distancia entre los MiniLED y el panel LCD se reduce prácticamente a cero.

Con OD Zero, los diodos son tan pequeños y están tan densamente distribuidos que se pueden pegar al panel y aun así ofrecer una luz homogénea, lo que permite teles muy finas, de entre 1,5 y 2 cm de grosor, con un nivel de control de luz muy avanzado.

En gamas altas, un buen MiniLED puede plantar cara sin complejos a un OLED en muchas situaciones, sobre todo en estancias muy iluminadas, aunque sigue sin llegar al negro absoluto ni al ángulo de visión de los paneles orgánicos.

OLED: píxeles orgánicos que se encienden solos

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Las pantallas OLED (Organic Light Emitting Diode) usan diodos orgánicos que emiten luz por sí mismos. Aquí no hay retroiluminación independiente: cada píxel es su propia fuente de luz, capaz de encenderse, atenuarse o apagarse individualmente.

Esta característica permite lograr negros puros (el píxel se apaga por completo) y un contraste prácticamente infinito, algo que notarás enseguida al ver cine en una habitación oscura o escenas muy contrastadas.

Los paneles OLED también destacan por ser extremadamente delgados y flexibles, lo que abre la puerta a diseños muy finos, curvas suaves e incluso pantallas plegables en dispositivos móviles y algunas soluciones profesionales.

Además, la respuesta de los píxeles es casi instantánea, lo que se traduce en tiempos de respuesta muy rápidos y ausencia de estelas, un punto clave para videojuegos, deportes y contenidos de acción rápida.

Como contrapartida, al utilizar materiales orgánicos, la vida útil de la luminosidad de los subpíxeles (sobre todo el azul) es más limitada que en tecnologías inorgánicas. Los fabricantes han mejorado mucho este aspecto, pero el riesgo de retenciones persistentes (burn‑in) sigue existiendo en usos extremos con imágenes estáticas muy prolongadas.

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AMOLED y QD‑OLED: evoluciones de OLED

AMOLED (Active Matrix OLED) es, básicamente, una variante de OLED con una matriz activa de transistores detrás de cada píxel. Eso permite controlar la activación de forma muy precisa, con beneficios en respuesta, brillo y eficiencia energética.

Por este motivo, las pantallas AMOLED son protagonistas en móviles, tablets y relojes inteligentes, donde se valora mucho el ahorro de batería y la posibilidad de diseños curvos o plegables, aunque también existen algunos televisores con esta tecnología.

En lo visual, un buen panel AMOLED ofrece negros perfectos, colores muy vivos y gran ángulo de visión. Sus pegas coinciden con las de OLED: brillo máximo algo más limitado que los mejores MiniLED y riesgo de degradación orgánica a largo plazo.

QD‑OLED da un paso más combinando píxeles autoemisivos orgánicos con puntos cuánticos. El panel genera una base de luz azul OLED que, al atravesar la capa de Quantum Dots, se transforma en luz roja y verde de gran pureza.

El objetivo de este híbrido es ofrecer lo mejor de los dos mundos: negros y contraste de OLED con brillo y volumen de color de QLED, situándose como una opción de gama muy alta para cine en casa y juego exigente.

MicroLED y Crystal LED: el “final del camino” (por ahora)

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MicroLED es, a día de hoy, la tecnología de televisión más ambiciosa del mercado doméstico, aunque solo esté al alcance de unos pocos por precio y tamaño. Aquí cada píxel está formado por minúsculos diodos LED inorgánicos que emiten luz y color sin necesidad de filtros LCD.

Al igual que OLED, MicroLED es una tecnología autoemisiva, pero al usar materiales inorgánicos consigue brillos máximos muchísimo más altos y una resistencia prácticamente total a la degradación y al burn‑in.

Estas pantallas alcanzan niveles de brillo de hasta 2000 nits o más en zonas concretas, mantienen unos negros profundos y ofrecen una recuperación de detalle en sombras y altas luces sobresaliente, ideal para HDR de referencia.

Su diseño modular permite fabricar pantallas de prácticamente cualquier tamaño y relación de aspecto, uniendo “módulos” sin marcos visibles. Eso las hace perfectas para cartelería digital, videowalls y, en versiones domésticas, para teles gigantes de 100 pulgadas o más.

Sony comercializa su solución MicroLED bajo el nombre Crystal LED, aunque la base técnica es esencialmente la misma: diodos inorgánicos autoemisivos, brillo extremo y larguísima vida útil, con una experiencia visual de gama altísima.

MiniLED vs OLED vs MicroLED: dónde encaja cada uno

Si miramos solo la calidad de imagen, MicroLED se sitúa en la cima, pero está fuertemente limitado por precio y tamaño. Es más una tecnología “aspiracional” que algo que vaya a llegar al salón medio en breve.

Justo debajo encontraríamos a OLED y QD‑OLED, que destacan por contraste, negros perfectos, uniformidad en la penumbra y tiempos de respuesta rapidísimos, lo que las convierte en favoritas para cine y gaming exigente.

En paralelo, los MiniLED de gama alta (Neo QLED, QNED avanzado, algunos ULED) ofrecen un brillo brutal, muy buen HDR, gran resistencia a reflejos y ausencia de burn‑in, colocándose como opción fantástica para salones muy iluminados.

Algo por debajo, en calidad general, estarían QLED “clásicos” y NanoCell avanzados, que siguen siendo excelentes para un uso polivalente, con buen color y brillo, pero sin llegar al control de luz por zonas de un MiniLED serio.

Las teles LED simples se quedan como la elección práctica para presupuestos ajustados o para segundas residencias, habitaciones secundarias o usuarios que no necesitan prestaciones de gama alta.

ULED: la etiqueta “premium” de Hisense

ULED no es una tecnología estándar como tal, sino el nombre comercial que usa Hisense para sus televisores LED más avanzados. Debajo del paraguas ULED puede haber paneles con FALD, MiniLED, mejoras de color tipo Quantum Dot, tasas de refresco altas, etc.

En la práctica, un ULED es un LED vitaminado con mejor brillo, contraste, color y movimiento respecto a los modelos básicos de la marca, compitiendo en la misma liga que muchas teles QLED o NanoCell de gama media‑alta.

Las prestaciones concretas dependen mucho de cada modelo: no todos los ULED son equivalentes a un QLED tope de gama, pero sí suelen ofrecer una muy buena relación calidad‑precio en segmentos intermedios.

Comparativa rápida de tecnologías de pantalla

Para que te sitúes mejor, es útil ver cómo se comportan estas tecnologías en varios aspectos clave: contraste, negros, brillo, ángulo de visión, tiempo de respuesta, vida útil, consumo y precio.

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En contraste y profundidad de negro, OLED, AMOLED, QD‑OLED y MicroLED / Crystal LED juegan en otra liga al poder apagar píxeles de forma absoluta, mientras que QLED, QNED, NanoCell, MiniLED y ULED dependen del apagado por zonas.

En brillo máximo, los reyes son QLED, MiniLED, QNED y los propios MicroLED, seguidos de cerca por buenos ULED. OLED y AMOLED se quedan algo por detrás en picos de brillo, pero compensan con un contraste brutal.

En ángulo de visión, los paneles orgánicos (OLED/AMOLED/QD‑OLED) y muchas NanoCell mantienen muy bien el color y el contraste al moverte, mientras que paneles VA en QLED o ULED pierden algo de viveza desde laterales marcados.

Si hablamos de vida útil, las soluciones inorgánicas (LED, QLED, MiniLED, QNED, NanoCell, ULED, MicroLED) resisten mejor el paso del tiempo en brillo y color, mientras que OLED/AMOLED pueden degradarse antes si se maltratan con imágenes estáticas.

Qué pantalla es mejor para cada tipo de uso

Más allá de los datos técnicos, lo que realmente importa es qué tele encaja con tu forma de usarla y con tu casa. No necesita lo mismo alguien que juega a shooters todas las noches que quien ve solo TDT y alguna serie.

Si eres de los que juega a videojuegos de acción o competitivos, te interesa un panel con tiempo de respuesta muy bajo y buen contraste. Aquí brillan especialmente los televisores OLED, QD‑OLED y algunos MiniLED pensados para gaming, con VRR, HDMI 2.1 y altas tasas de refresco.

Para ver cine y series en una habitación oscura, la experiencia más cinematográfica la consigues con OLED o QD‑OLED, gracias a sus negros perfectos, ausencia de halos y excelente manejo de sombras sutiles.

Si el salón es muy luminoso o tienes grandes ventanales, lo más práctico suele ser apostar por QLED, Neo QLED, QNED o MiniLED de gama alta, que sacan pecho en brillo y aguantan mejor los reflejos y la luz ambiental intensa.

Para disfrutar de deportes con la familia o amigos, donde hay gente sentada a distintos ángulos, convienen teles con buen ángulo de visión y respuesta rápida. Una buena QLED con panel de ángulo mejorado, un NanoCell o muchos OLED modernos encajan muy bien.

Si das mucha importancia al diseño y la estética del salón, las opciones más espectaculares son las OLED y AMOLED ultrafinas, que se pegan a la pared como un cuadro o se integran con marcos decorativos y peanas minimalistas.

Para un uso general “de todo un poco” (TDT, streaming, algún partido, algo de juego ocasional) en casa principal, una buena NanoCell, QLED media o QNED de entrada ofrecen un equilibrio muy interesante entre calidad, prestaciones y precio.

Altura, colocación y cuidado de la pantalla

Sea cual sea la tecnología que elijas, vas a exprimirla mucho más si colocas el televisor a la altura adecuada y cuidas bien la pantalla. No todo es comprar la tele: el montaje y el mantenimiento también cuentan.

En una sala de estar, lo ideal es que el tercio superior de la pantalla quede aproximadamente a la altura de tus ojos cuando estés sentado en el sofá. Así no fuerzas el cuello ni miras demasiado hacia arriba o hacia abajo.

En el dormitorio la cosa se complica, porque mucha gente ve la tele medio recostada. Si sueles verlo incorporado con almohadas, repite la misma regla de ángulo recto que en el salón. Si la ves tumbado, conviene colocar el soporte algo más alto y con cierta inclinación hacia abajo.

Para mantener la imagen como el primer día, basta con apagar y desenchufar la tele antes de limpiarla, usar un paño de microfibra seco para quitar el polvo y, si hace falta, otro ligeramente humedecido con agua y un poco de alcohol isopropílico, sin apretar ni mojar en exceso.

En instalaciones con soporte de pared, es importante medir bien, marcar con nivel y fijar los anclajes con los tacos adecuados al tipo de pared. Un mal montaje puede provocar vibraciones, caídas o desalineación, estropeando la experiencia.

Con todo este repaso, queda mucho más claro que detrás de tanta sigla no hay magia, sino distintas formas de iluminar y colorear los píxeles, con puntos fuertes y limitaciones propias. Entendiendo eso, es mucho más sencillo acertar con la pantalla de TV que realmente encaja con tu salón, tu forma de ver contenido y tu presupuesto, sin dejarte llevar solo por la moda o por el nombre más llamativo en la pegatina.

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