- Combina pruebas de CPU (Cinebench, Geekbench, PCMark) y GPU (Time Spy, Superposition) para una visión completa.
- Prepara el entorno: drivers al día, apps cerradas y reposo entre test para resultados fiables.
- Interpreta más allá del número: FPS mínimos, temperaturas y estabilidad a lo largo del tiempo.
- Apóyate en monitorización (Afterburner, HWMonitor, GPU-Z) y compara en bases de datos oficiales.
Medir el rendimiento real de tu ordenador es como pasar la ITV a tu equipo: los benchmarks te dicen cuánta potencia tienes, dónde están los cuellos de botella y si todo funciona como debería. Con una batería bien elegida de pruebas para CPU, GPU, RAM y almacenamiento, podrás comparar con otras máquinas y saber si necesitas ajustar algo o cambiar hardware.
En esta guía reunimos y ordenamos lo mejor de lo mejor: benchmarks gratuitos y de pago, utilidades de monitorización, trucos para preparar el equipo, cómo leer las puntuaciones y qué pruebas combinan mejor. Vamos al lío con una selección muy completa que recoge tanto test sintéticos como herramientas prácticas del día a día.
Cómo preparar el terreno antes de empezar
Antes de pasar ninguna prueba conviene poner todo a igualdad de condiciones: cierra aplicaciones, detén descargas, desactiva antivirus en tiempo de prueba (por ejemplo, usa JetClean) y deja el equipo en reposo unos minutos entre test para que la temperatura vuelva a su nivel base.
Si vas a comparar procesadores o gráficas, procura que todo lo demás sea idéntico: misma versión de Windows (si necesitas, aprende a configurar las opciones de rendimiento), mismos drivers, la misma refrigeración, igual temperatura ambiente y configuración de energía. Cuanto más homogéneo sea el entorno, más fiables serán las comparativas.
Durante cada benchmark no uses el PC: evita mover ventanas, reproducir música o navegar mientras corre el test. Son pequeñas interferencias que pueden restar puntos o alterar los FPS medios y mínimos.
Windows integra un contador de FPS muy útil para juegos: abre la Barra de Juego con Win + G, entra en “Rendimiento” y fija el widget en pantalla. Podrás ver el rendimiento de tu PC en tiempo real y un pequeño gráfico, ideal para comprobar estabilidad mientras pruebas.
Benchmarks de CPU imprescindibles
Estos test cubren desde cargas de trabajo reales hasta estrés máximo, pasando por mediciones de IPC, single core y multi core: útiles tanto en sobremesa como en portátil y válidos para AMD e Intel.
10) AIDA64
AIDA64 es un monitor de sistema que incluye pruebas de CPU, memorias y cachés: su benchmark de GPGPU/CPU y el test de memoria y caché son valiosos para entender latencias y ancho de banda. La demo es funcional pero oculta algunos resultados, así que como herramienta comparativa completa requiere licencia.
9) 7-Zip
El compresor gratuito trae un benchmark integrado para compresión y descompresión: puedes fijar los hilos usados y obtener una métrica clara de rendimiento en tareas de archivo. Es rápido, refleja bien escalado por núcleos y sirve para ver beneficios al aumentar hilos.
8) The Riftbreaker (CPU)
La demo del juego en Steam incluye un test de CPU orientado a físicas: mide la capacidad del procesador para calcular movimientos de partículas. Es corto y sencillo, pero da una referencia interesante en cargas con física intensiva.
7) PCMark 10
Suite de productividad con cargas reales (navegación, ofimática, edición ligera): su prueba general y la de batería en portátiles son de las más representativas para uso diario. Al terminar ofrece subpuntuaciones por áreas que permiten ver dónde destaca o flojea tu CPU.
6) SuperPI
Clásico de un solo hilo para calcular decimales de Pi con un algoritmo concreto: altamente sensible a la latencia y frecuencia de la RAM y perfecto para medir IPC en single-core. Ideal para comparar microarquitecturas a misma frecuencia.
5) HandBrake
El transcodificador de vídeo libre es mano de santo para CPU: usa conjuntos de instrucciones modernos y permite medir velocidad en H.264/H.265. Procesa un vídeo y consulta en el log la línea “average encoding speed” para ver los fps de codificación promedio.
4) 3DMark (CPU test / físicas)
Aunque 3DMark es conocido por GPU, incluye pruebas de física que estresan la CPU. En Fire Strike verás una sección específica de físicas; si no tienes licencia, ejecuta el benchmark completo para obtener los datos de CPU.
3) Geekbench 5
Muy popular en multi-plataforma, ofrece pruebas de CPU single y multi core con cargas cercanas al uso cotidiano: rápido, ligero y con base de datos online para comparar tus puntuaciones. Útil para una foto general del rendimiento bruto.
2) SiSoftware Sandra
Una suite muy profunda con tests específicos por área (aritmética, multimedia, criptografía, redes neuronales, eficiencia energética, etc.): permite elegir uno o todos los núcleos y generar comparativas y gráficas. Excelente para análisis fino y perfiles avanzados.
1) Cinebench R15/R20/R23
Referencia absoluta para CPU al renderizar escenas de Cinema 4D: dispone de pruebas single y multi core, y la versión R23 incluye un test de 10 minutos para medir rendimiento sostenido y posibles thermal throttling. R20 y R23 son las más recomendables para micros modernos; las puntuaciones no son comparables entre versiones.
Benchmarks de GPU y suites gráficas
Para la parte gráfica conviene combinar test sintéticos con alguna prueba práctica: así cubres APIs (DirectX, Vulkan, OpenGL), trazado de rayos, estabilidad y temperaturas.
10) Cinebench R15 (OpenGL)
Antiguo pero con un pequeño test de GPU en OpenGL: devuelve FPS medios, poca información adicional y no está al día. Curioso si ya lo tienes, pero hay opciones mejores para gráficas actuales.
9) FurMark
El “donut” de estrés por excelencia: ideal para detectar inestabilidad y problemas térmicos, no tanto para medir rendimiento real en juegos. Personalización limitada y aviso: puede llevar tu GPU a temperaturas muy altas.
8) Geekbench 5 (OpenCL/CUDA/Vulkan)
Su módulo de GPU prueba cómputo en diferentes APIs: rápido, sencillo y válido para una perspectiva de cálculo general. No cubre DirectX, por lo que es menos representativo para gaming puro.
7) PassMark
PerformanceTest incluye pruebas 2D/3D y módulos para CPU, RAM y disco: resultados para DirectX 9/10/11/12 y cómputo de GPU. Ofrece demo 30 días; la versión Standard parte de 59 dólares.
6) Unigine Heaven y Valley
Clásicos de DX11 con muchas opciones gráficas y buena duración de prueba: permiten fijar calidad, tesselation y resolución para comparar configuraciones. Heaven sigue muy usado para estabilidad y overclock; Valley añade efectos climáticos.
5) Neon Noir (CryEngine)
Demo de ray tracing en CryEngine 5.5 con Vulkan/DX12: mide iluminación, reflejos y efectos típicos del trazado de rayos. Muy útil para ver cómo escalan las GPUs con RT sin necesidad de juego completo.
4) 3DMark Fire Strike
DX11 en varias modalidades (Normal/Extreme/Ultra) con secciones variadas: incluye prueba exclusiva de CPU para físicas y devuelve puntuaciones desglosadas. Ideal para historiales y comparativas masivas por su enorme base de usuarios.
3) GFXBench
Multi-API (DX11/12, OpenGL, Vulkan) con varios escenarios a elegir: entrega FPS medios por test y permite focalizar en la API que te interesa. Le faltan gráficas térmicas o de frecuencia, pero es muy versátil.
2) Unigine Superposition
DX12 exigente con escenarios variados, buena duración y monitorización: informa de FPS mínimo/máximo/media y temperatura máxima de la GPU. Versión Basic gratuita; Advanced por 19,95 dólares.
1) 3DMark Time Spy
El estándar moderno en DX12, con versión Extreme para 4K: entrega gráficas de carga, frecuencia y temperatura de CPU/GPU a lo largo del tiempo. Basic Edition es gratuita (descarga en Steam); Advanced Edition cuesta 29,99 dólares y desbloquea más pruebas.
Benchmarks integrados en juegos: pros y contras
Muchos títulos traen su propia herramienta de prueba (Final Fantasy XV, Metro Exodus, Assassin’s Creed Odyssey, Shadow of the Tomb Raider…): son la manera más directa de estimar FPS reales con tu configuración gráfica. Úsalos si ya tienes el juego.
Ojo, algunos benchmarks de juegos son demasiado “cinematográficos”: pueden dejar fuera escenas con mucha acción o multitud de NPCs, dando resultados más optimistas. Nada supera a jugar un rato real y observar mínimos/estabilidad.
Como alternativa gratuita tienes la demo de The Riftbreaker con test de CPU y GPU: usa DX12, pero la prueba es corta y con muy pocos ajustes disponibles. Útil como indicio, no como métrica definitiva.
Utilidades de monitorización y diagnóstico que no pueden faltar
Además de los benchmarks, conviene llevar un control de salud del sistema: temperaturas, frecuencias, voltajes, uso de CPU/GPU y velocidad de ventiladores.
- MSI Afterburner: overclocking y monitorización universal de GPUs (no solo MSI). Control de frecuencia, voltaje, fan curves, OSD y perfiles; incluye OC Scanner para RTX 20. Gratis.
- GPU-Z: ficha técnica completa de la tarjeta (reloj, memoria, tipo de VRAM, sensores) y pequeño test de carga. Ideal para verificar si todo funciona a sus frecuencias nominales.
- CPU-Z: datos de CPU, placa y RAM; incorpora prueba rápida de rendimiento single y multi core y validación online.
- HWMonitor: sensores en tiempo real de temperatura, consumo, frecuencias y ventiladores en CPU, GPU y discos (SMART).
- Speccy: visión clara del hardware instalado con posibilidad de exportar informes (instantánea/XML/TXT).
- Fraps: contador de FPS y captura para juegos DX/OpenGL; permite guardar estadísticas de rendimiento.
- CrystalDiskMark: benchmark de discos HDD/SSD con lectura/escritura secuencial y aleatoria configurable (desfragmentar Windows 10).
- MemTest86: arranque desde USB para detectar fallos de RAM con distintos patrones de prueba.
- Futuremark/UL Suite: paraguas de PCMark (productividad), 3DMark (gráficos) y VRMark (realidad virtual). VRMark tiene Basic gratis y Advanced por 19,99 dólares.
Si quieres pruebas RAW adicionales de estabilidad en CPU, apunta dos clásicos: Prime95 (tortura de CPU y cachés) y OCCT Linpack (estrés muy duro de CPU/RAM/VRAM y PSU). Úsalos con cabeza: calientan mucho y son para validar overclock o detectar errores persistentes.
Cómo interpretar las puntuaciones sin perderse
Más allá de un número bonito en la pantalla, lo importante es saber leerlo: mira siempre medias, mínimos y estabilidad a lo largo del tiempo.
FPS en juegos: por encima de 60 FPS suele ser óptimo, entre 30 y 60 es jugable dependiendo del género; vigila los mínimos y las caídas bruscas, que son las que arruinan la sensación de fluidez.
Temperatura: si tu GPU ronda los 80–90 ºC en carga sostenida, revisa flujo de aire y perfiles de ventilador y la pasta térmica; en portátiles es habitual que el equipo reduzca frecuencia (throttling) cuando se calienta. Ahí destaca el test de 10 minutos de Cinebench R23 para ver sostenido en CPU.
VRAM y uso de GPU: si la memoria de vídeo está al límite, aparecerán stutters, errores o cierres. También es normal ver la GPU al 100% en juegos GPU-dependientes; si el uso baila, puede haber un cuello de botella en CPU o límites térmicos.
Contexto del resultado: compara tu puntuación en la base de datos del propio benchmark para ver si estás donde deberías para tu hardware. Recuerda que el resto de componentes, drivers y SO influyen en el resultado final.
Flujo básico para hacer benchmarking sin complicarte
1) Elige herramientas según tu objetivo: 3DMark Time Spy/Fire Strike, Unigine Superposition/Heaven, GFXBench o Neon Noir para GPU; Cinebench R23/R20, Geekbench 5, PCMark 10 y HandBrake para CPU.
2) Prepara el PC: actualiza drivers, cierra apps, fija modo de energía alto rendimiento y deja reposar entre test (consulta las opciones para optimizar). Si comparas hardware, iguala el entorno.
3) Ejecuta: no uses el equipo durante la prueba. Para HandBrake, procesa un vídeo razonable (p. ej., 1 hora) y toma la velocidad media de codificación del log.
4) Analiza: anota puntuaciones, FPS medios/mínimos y temperaturas. En Time Spy aprovecha las gráficas de carga y frecuencia para detectar throttling.
5) Compara y comparte: usa los navegadores de resultados o rankings oficiales para situarte. Herramientas como PC UserBenchmark sirven para una orientación rápida, aunque hay críticas por posible sesgo en algunas comparativas.
Pruebas y suites adicionales que merece la pena conocer
VRMark: pensado para realidad virtual; da puntuación, FPS y gráfica de rendimiento, con ranking propio. Tiene Basic gratis y Advanced por 19,99 dólares; ideal si te interesa saber si tu equipo está listo para VR.
PassMark PerformanceTest: interfaz ordenada, pruebas para todo el sistema y PassMark Rating unificado; permite crear test personalizados y ejecutar desde USB. Muy útil para administradores o validaciones rápidas en muchos equipos.
Unigine Heaven/Valley/Superposition: siguen siendo referentes para estabilidad y comparación de ajustes; Heaven Gamer es gratis y la versión Overclocker cuesta 14,95 dólares. Superposition tiene Basic gratis y Advanced de pago.
RealBench: usa cargas reales (edición de imagen, codificación, OpenCL y multitarea) para medir la CPU; buena alternativa para ver rendimiento fuera de los test sintéticos puros.
UserBenchmark/PC UserBenchmark: gratuito y orientado a comparar tu PC con otros iguales; útil para ver si rindes donde toca, aunque con controversia por presunto sesgo en algunas métricas.
¿Qué combinación de pruebas ofrece una foto global fiable?
Para obtener una visión amplia con pocos pasos, una terna funciona especialmente bien: 3DMark Time Spy (DX12 y gráficas detalladas), Unigine Valley (duración y ajustes finos) y GFXBench (cobertura multi-API con DX11/12, OpenGL y Vulkan). Con eso cubres APIs clave, estabilidad y monitorización útil.
Consejos rápidos y avisos importantes
Algunas pruebas de estrés son extremas por diseño: Prime95 u OCCT Linpack exprimen CPU/RAM y pueden elevar mucho la temperatura. Úsalas para validar estabilidad o encontrar errores, no como uso diario.
Evita encadenar test pesados sin descanso: deja enfriar el equipo entre pasadas, especialmente en portátiles finos con poca ventilación. Un buen mantenimiento del polvo y pasta térmica marca la diferencia. Consulta cómo proteger tu PC de una ola de calor si trabajas en entornos calurosos.
En gaming moderno, muchos títulos son GPU-dependientes: no te obsesiones con rascar 3 FPS vía overclock de CPU si el limitante es la tarjeta. Prioriza ajustes gráficos, drivers al día y estabilidad térmica.
Si te animas con overclock, hazlo gradual: sube pequeños pasos, prueba estabilidad (Heaven/Superposition/Time Spy y Prime95/OCCT) y monitoriza temperaturas. Ante la duda, mejor un perfil estable y fresco que una cifra récord puntual.
Todo junto, esta guía te deja un mapa claro: prepara bien el entorno, elige los test adecuados, vigila temperaturas y compara en bases de datos oficiales. Así sabrás dónde estás, qué puedes mejorar y qué esperar en tus juegos y tareas diarias sin llevarte sustos por el camino.