Los teclados más raros que se pueden comprar hoy en día

Última actualización: diciembre 1, 2025
Autor: Isaac
  • Existen teclados raros para casi cualquier necesidad: ergonomía extrema, portabilidad, limpieza, decoración o accesibilidad.
  • Modelos como Maltron, orbiTouch, Datahand o SafeType llevan el diseño al límite, con curvas de aprendizaje y precios muy elevados.
  • Teclados retro, de madera, láser o enrollables combinan estética y funcionalidad, y muchos siguen disponibles en tiendas y marketplaces.
  • El estándar QWERTY sigue dominando, pero los teclados raros muestran hasta dónde puede llegar la innovación en un periférico clásico.

Teclados raros y curiosos

Si piensas en un teclado, seguramente te venga a la cabeza el típico rectángulo negro o blanco lleno de teclas con distribución QWERTY, AZERTY o similar heredada de las máquinas de escribir. Mismo formato, mismo concepto y ligeros cambios estéticos. Sin embargo, desde hace décadas hay fabricantes que se han empeñado en darle la vuelta a este periférico hasta límites que rozan lo absurdo… y otras veces lo genial.

En este recorrido vas a encontrar teclados realmente extraños que se pueden (o se pudieron) comprar: modelos ergonómicos extremos, dispositivos que se enrollan, teclados de madera, proyectados con láser, verticales con espejos retrovisores, híbridos con ratón e incluso pensados para escribir con una sola mano. Algunos nacieron para cuidar la salud, otros para fardar, otros para resolver problemas muy concretos… y unos cuantos solo para hacer historia por lo raros que son.

Cómo hemos llegado de la máquina de escribir al teclado más marciano

El teclado moderno proviene directamente de las máquinas de escribir de finales del siglo XIX. Cuando los ordenadores personales se popularizaron, se mantuvo la misma lógica: distribución QWERTY, forma rectangular, teclas alineadas en filas y muy pocas variaciones reales más allá del idioma o pequeñas diferencias entre ANSI e ISO.

Con el tiempo, distintas marcas comenzaron a preguntarse si este diseño era realmente óptimo para la ergonomía, la velocidad de escritura o la comodidad en largas sesiones. De ahí surgieron teclados partidos, curvos, con distintas alturas, distribuciones alternativas como DVORAK o Colemak y hasta propuestas verticales, que son las que más chocan visualmente.

Paralelamente, apareció una oleada de inventos que no solo pensaban en salud, sino también en movilidad, decoración, limpieza, gaming, streaming o pura excentricidad geek. Teclados que se enrollan, que se proyectan, que incorporan pantallas en cada tecla o que integran ventiladores para mantener tus manos frescas son solo algunos ejemplos.

Eso sí, hay un tipo de teclado que, pese a que hace años se consideraba raro, hoy está bastante normalizado: los teclados ergonómicos con forma de “S” y ligera inclinación. Esos modelos divididos y curvados que se hicieron populares entre finales de los 90 y los 2000 ya no sorprenden tanto, así que aquí nos vamos a centrar en propuestas mucho más extremas o llamativas.

Teclados de madera: estética rústica con alma digital

Teclado de madera raro

Los teclados de madera son, visualmente, de los menos extravagantes de esta lista, pero siguen siendo una rareza. Estamos hablando de teclados que, en vez de plástico o aluminio, están fabricados casi por completo en madera, normalmente de bambú. A simple vista parecen sacados de un salón rústico, pero por dentro son un teclado moderno totalmente funcional.

Lo curioso es que muchos de estos modelos se venden en formato inalámbrico e incluso en pack con ratón a juego, lo que los convierte en una opción muy vistosa para salones, estudios creativos o setups en los que la decoración pesa tanto como la funcionalidad.

La madera de bambú, además, es sorprendentemente dura y resistente, por lo que no hablamos de un teclado delicado “solo para mirar”. Puede aguantar el tute diario sin problemas, aunque evidentemente no es el material más habitual ni el primero que se te viene a la cabeza para un periférico de entrada.

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Teclados retro: vibes de máquina de escribir con cerebro moderno

Muy cercanos en espíritu a los de madera, pero con otra intención totalmente distinta, están los teclados retro. Aquí la clave no es tanto el material como la estética inspirada en las máquinas de escribir clásicas: teclas redondas, sonido de claqueteo, líneas vintage y, en muchos casos, iluminación RGB moderna.

Estos teclados buscan conquistar a quienes sienten nostalgia por la época en la que cada pulsación hacía temblar la mesa pero quieren seguir disfrutando de las comodidades actuales: conexión USB o Bluetooth, compatibilidad con Windows, macOS, incluso tablets y móviles, y en algunos casos interruptores mecánicos de alta gama. Si quieres aprender a introducir caracteres especiales con el teclado del PC, hay guías prácticas que te lo explican paso a paso.

Más que un simple periférico, suelen verse como objetos decorativos para escritorios “aesthetic” o setups temáticos. No suelen ser baratos, porque el diseño y los materiales (metal, detalles cromados, acabados cuidados) disparan el precio, pero quien se enamora de uno lo convierte casi en pieza de colección.

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Teclados láser o proyectables: escribir sobre la mesa “al estilo James Bond”

teclado proyectable

Los teclados láser, o proyectables, parecen sacados de una peli de ciencia ficción, pero llevan ya unos cuantos años circulando por el mercado a precios bastante asequibles. Funcionan proyectando, sobre una superficie plana, el dibujo de un teclado completo. Tú tecleas sobre la mesa y un pequeño sensor interpreta tus toques.

El corazón del invento es una pequeña caja que proyecta la imagen del teclado y detecta los movimientos de tus dedos. Cada vez que tocas una “tecla” de la proyección, el sistema lo registra y lo envía al dispositivo (PC, móvil, tablet) como si fuese un teclado físico.

Son extremadamente portátiles, no ocupan espacio físico en la mochila y, para fardar delante de amigos o en la oficina, son insuperables en efecto “wow”. Eso sí, como teclado de uso diario tienen pegas: falta de feedback táctil, posible latencia y dependencia total de una superficie plana y estable… y de que ningún gato decida tumbarse encima durante la sesión.

Teclados enrollables: silicona, portabilidad y resistencia extrema

teclado de silicona

Muy populares entre viajeros y usuarios que necesitan algo ultracompacto, los teclados enrollables son exactamente lo que su nombre indica: teclados hechos en silicona flexible que se pueden enrollar como una esterilla y guardar en prácticamente cualquier sitio.

Hay modelos de todo tipo, desde versiones muy simples hasta teclados completos de 109 teclas que, aun así, puedes enrollar sin problema. Se conectan normalmente por USB y, en muchos casos, son resistentes al agua y están muy bien sellados, lo que los convierte en dispositivos casi todoterreno.

Su gran ventaja es la portabilidad y la facilidad de limpieza: puedes pasarles un paño húmedo sin miedo, usarlos en entornos polvorientos o con suciedad y son ideales para gente que trabaja en diferentes espacios y no quiere cargar con un teclado rígido.

Teclados mini, multimedia y de mano: los especialistas del living room y el gaming

En el terreno de los teclados compactos tenemos varias subfamilias raras: mini, multimedia y teclados de mano. Todos comparten la idea de reducir tamaño y centrarse en funciones muy concretas.

Los teclados mini son modelos muy pequeños, normalmente inalámbricos, pensados para controlar un PC o centro multimedia desde el sofá. Suelen sacrificar teclas especiales y se centran en lo básico: escribir, buscar contenido, manejar menús… muchas veces apoyados sobre las piernas o sujetándolos con ambas manos.

Los teclados multimedia van un paso más allá al integrar botones específicos para controlar volumen, reproducción, cambio de pista y, en muchos casos, un pequeño touchpad que hace de ratón. Son el combo perfecto para centros de entretenimiento en casa, proyectores y ordenadores conectados a la tele.

Por último están los teclados de mano para gaming y streaming, que son casi un subgénero propio. Básicamente, se trata de bloques de teclas diseñados para usarse con una sola mano, pensados para macros y atajos rápidos. Suelen incluir teclas WASD, números y algunas adicionales programables, además de reposamuñecas muy trabajados.

Teclados modulares: piezas intercambiables para diestros, zurdos y maniáticos del orden

Los teclados modulares nacen para responder a problemas muy concretos, como el hecho de que la mayoría de teclados estén pensados para diestros con el numérico a la derecha. En estos modelos, algunas zonas se pueden separar, mover o sustituir por otros módulos.

Un caso típico es el del teclado numérico: en lugar de ir soldado al chasis principal, se ofrece como módulo aparte que puedes colocar a izquierda o derecha, o incluso no usar si no lo necesitas. Pero el concepto va más allá, incluyendo reposamuñecas desmontables, docks multimedia, paneles de macros y otras piezas extra.

Esta versatilidad tiene un precio: no son teclados precisamente baratos, ya que la complejidad de diseño, los imanes o anclajes y el sistema eléctrico interno encarecen el producto. Aun así, para usuarios exigentes o zurdos que quieren por fin un teclado realmente adaptado, son una opción muy atractiva.

Teclados higiénicos: desmontar las teclas de una pieza para limpiar a fondo

Antes de la pandemia ya existían, pero a muchos les sonarán más ahora: los teclados higiénicos están pensados para hacer una limpieza profunda de forma sencilla y frecuente. A simple vista parecen un teclado normal, pero esconden un truco de ingeniería muy práctico.

En lugar de tener cada tecla montada de forma individual, toda la “capa” de teclas está unida y se puede levantar casi de una pieza. Modelos como el Shift permiten separar toda la superficie de teclas y dejar la placa interna completamente expuesta, lista para pasar un paño o aire comprimido sin que nada estorbe.

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Esta solución hace que sea mucho más fácil eliminar polvo, migas, líquidos secos o suciedad acumulada durante años. Para hospitales, oficinas con muchos usuarios o personas muy maniáticas con la limpieza, es un formato que tiene todo el sentido del mundo.

Teclados con ventilación o calefacción: manos frescas (o calientes) mientras escribes

Si alguna vez has sufrido sudor en las manos en pleno verano o dedos helados en invierno, posiblemente te parezca menos loco un teclado con ventilación o calefacción. Hay modelos que integran ventiladores o sistemas de aire para refrescar las manos, e incluso otros que pueden calentar ligeramente la superficie de las teclas.

Estos teclados suelen ser difíciles de encontrar y, en muchos casos, rozan la categoría de curiosidad tecnológica más que de producto de masa. Aun así, la idea tiene lógica: mantener una temperatura más cómoda para mejorar el agarre y evitar sudor, algo muy apreciado en sesiones largas de gaming o de trabajo intensivo.

Incluso se han visto modelos “de competición” que buscan evitar que el sudor arruine el control en partidas de eSports, donde cualquier desliz literal puede costar una ronda. No son dispositivos que veamos a diario, pero desde luego ocupan un hueco curioso en este museo de los teclados raros.

Teclados verticales y extremos: del SafeType a los diseños imposibles

teclado vertical

Uno de los experimentos más radicales en el mundo de los teclados son los teclados verticales. En lugar de apoyar las manos sobre una superficie horizontal, las colocas en una especie de “posición de saludo”, con los pulgares mirando hacia arriba y las palmas enfrentadas. El ejemplo más conocido (y extravagante) es el SafeType.

El SafeType es un teclado que coloca los bloques de teclas en dos paneles verticales, de forma que las manos quedan en posición neutra para reducir la torsión de las muñecas. Sobre el papel, su objetivo es minimizar lesiones como el síndrome del túnel carpiano. En la práctica, tiene varios inconvenientes importantes.

Para empezar, las teclas no se ven directamente, porque quedan giradas hacia los lados y fuera de tu campo de visión. Para solucionarlo, el fabricante añadió unos llamativos espejos retrovisores sobre el teclado que te permiten ver lo que estás pulsando. Todo muy futurista… y a la vez algo absurdo si estás acostumbrado a mirar de reojo las teclas.

Además, la posición de las manos obligaba a mantener los brazos en alto, sin apoyo firme sobre la mesa. Muchos usuarios han comentado que, sin algún tipo de soporte o reposabrazos adicional, el cansancio muscular llega bastante rápido. El resultado: una idea bienintencionada, con cierto sentido ergonómico, pero tan extrema que nunca ha pasado de ser una curiosidad de nicho.

Teclados ergonómicos “hardcore”: Maltron, orbiTouch y otras rarezas

maltron

Cuando dejamos atrás las formas ligeramente curvas y entramos en el terreno de la ergonomía radical, aparecen nombres como Maltron, Datahand u orbiTouch. Estos dispositivos no buscan ser bonitos, sino intentar que las manos se muevan lo mínimo posible y la postura sea lo más neutral que se pueda… aunque a costa de parecer paneles de una nave espacial.

Los teclados Maltron de tamaño completo separan el teclado en tres bloques principales. Las letras se distribuyen en dos secciones cóncavas situadas a la izquierda y derecha, con huecos para apoyar las muñecas, y un bloque central para teclas de función o numéricas. El objetivo es reducir desplazamientos de los dedos y forzar una postura más natural.

El precio, eso sí, no es precisamente amigable: algunos modelos rondan los 500 euros al cambio, según el tipo y la configuración. Para muchos, es una inversión en salud; para otros, un capricho futurista difícil de justificar si no se pasan muchísimas horas escribiendo.

Dentro de la misma familia Maltron encontramos el famoso Maltron Single Hand Keyboard, diseñado específicamente para personas que solo pueden usar una mano. Existen variantes para mano izquierda y derecha, y el diseño semiredondeado hace que todas las teclas queden al alcance con movimientos mínimos, llegando (según el fabricante) a velocidades de hasta 85 palabras por minuto.

La gran crítica aquí es el precio: sin impuestos, se sitúa alrededor de 335 libras, y con IVA fácilmente se va a 500 euros o más. Aunque es un producto muy especializado y su producción seguramente sea compleja, muchos usuarios consideran que resulta excesivo para un dispositivo pensado para un colectivo que ya de por sí tiene menos opciones en el mercado.

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Datahand: escribir moviendo los dedos en crucetas en lugar de pulsar teclas

El Datahand Professional II es, probablemente, uno de los teclados más extraños que han llegado a venderse. En lugar de un bloque de teclas tradicional, lo que tenemos es una especie de mando o base sobre la que reposan las manos. Cada dedo se coloca sobre una pequeña “cazoleta” con varias direcciones (una cruceta) y cada dirección equivale a una tecla distinta.

La idea es que, en vez de levantar y bajar los dedos, los muevas ligeramente en distintas direcciones para generar letras y símbolos. En teoría, se reduce el esfuerzo y se gana velocidad una vez dominas el sistema. En la práctica, la curva de aprendizaje es brutal, la sensación es extrañísima y el formato se aleja tanto del estándar que muy poca gente se ha atrevido a usarlo a diario.

Angry Miao Am Hatsu: teclado dividido, ortolineal y con precio de lujo

ortolineal

En el extremo opuesto de la estética clásica, pero muy cercano a la cultura del diseño futurista, encontramos el Angry Miao Am Hatsu. Este fabricante es conocido por sus teclados de gama muy alta, con diseños llamativos y precios capaces de asustar al más entusiasta.

El Am Hatsu es un teclado split, es decir, dividido en dos bloques independientes, con diseño ortolineal (las teclas se organizan en columnas perfectamente alineadas, no en filas escalonadas) y una forma cóncava que permite que las manos reposen de manera más natural. Muchos lo comparan con paneles de una nave de ciencia ficción.

Las teclas de función y la barra espaciadora se controlan principalmente con los pulgares, que adquieren mucho más protagonismo del habitual. Esto exige reaprender muchas rutinas de tecleo, pero una vez dominado puede ser muy eficiente y cómodo.

Su precio de lanzamiento fue de unos 1.600 dólares, y actualmente ronda algo más de 1.000 dólares en la web oficial, dependiendo de promociones y disponibilidad. Está pensado para un público muy concreto, amante de los teclados custom, el diseño extremo y con un presupuesto amplio.

Teclados de una sola mano y otras rarezas para atajos y accesibilidad

Más allá del Maltron de una sola mano, existen otros teclados pensados para uso con una mano, tanto por accesibilidad como por productividad. Algunos modelos se centran en atajos para programas concretos, como el famoso teclado con 319 teclas dedicado en exclusiva a Photoshop.

Cada una de esas teclas representa un atajo o comando del programa, con iconos y colores para reconocerlos rápida e intuitivamente. Es casi como tener todo el manual de Photoshop repartido en un panel gigante de teclas, pensado para profesionales que trabajan con la suite de Adobe todo el día.

También hay teclados de una sola mano orientados más al gaming o al uso general de PCs, que concentran las teclas básicas de una mitad de un teclado estándar y las presentan de forma más ergonómica. En todos los casos se trata de soluciones muy específicas, alejadas del gran público pero tremendamente útiles para quienes encajan en su perfil.

Teclados híbridos, lenguajes raros y realidad aumentada

En este universo de locuras también hay espacio para experimentos que unen funciones o juegan con el lenguaje. El Combimouse, por ejemplo, es un híbrido entre teclado y ratón. La parte derecha del teclado se transforma en dispositivo apuntador, permitiéndote mover el cursor sin levantar la mano ni cambiar de periférico.

También existieron teclados con disposición completa en idiomas ficticios como el klingon, pensados para fans de Star Trek. Tuvieron su momento de gloria hace años y hoy en día solo pueden encontrarse, con suerte, en mercados de segunda mano o coleccionismo.

Mirando al futuro, hay patentes como la de Samsung para un teclado de realidad aumentada que se proyectaría sobre tus propias manos. La idea sería que las teclas apareciesen en los dedos y palmas gracias a unas gafas o dispositivo AR, permitiendo escribir en el aire o sobre cualquier superficie sin necesidad de teclado físico.

En el terreno de la innovación de interfaz, el teclado Optimus Maximus destaca por ir un paso más allá: cada una de sus teclas es en realidad una pequeña pantalla OLED configurable. Puedes cambiar el alfabeto, mostrar iconos, atajos de programas, idiomas distintos o incluso animaciones. Es compatible con Windows y Mac, y fue durante años el ejemplo perfecto de “teclado futurista” en la mente de muchos geeks.