MSI Afterburner: qué es, cómo funciona y todo lo que puedes hacer

Última actualización: noviembre 3, 2025
  • MSI Afterburner permite monitorizar y ajustar GPU: frecuencias, voltajes, ventiladores y perfiles con hotkeys.
  • RTSS añade un OSD personalizable con FPS, frametime y métricas del sistema, además de limitador de FPS integrado.
  • Overclock y undervolt seguros con pruebas de estabilidad; nuevas mejoras del editor V/F en la versión 4.6.7.
  • Compatible con la mayoría de tarjetas, no solo MSI; posible soporte para nuevo hardware y mediciones más precisas.

MSI Afterburner en PC

Si te interesa exprimir el rendimiento de tu PC o simplemente quieres mantenerlo bajo control, MSI Afterburner es uno de esos programas imprescindibles que no suelen faltar en el equipo de cualquier jugón o entusiasta. Este software gratuito permite monitorizar, ajustar y optimizar el comportamiento de la tarjeta gráfica y otros componentes, con una mezcla de sencillez y potencia que engancha desde el primer uso.

Además, viene acompañado de RivaTuner Statistics Server (RTSS), un complemento que añade un overlay u OSD para ver datos en pantalla mientras juegas, como los FPS, el frametime o temperaturas clave. En conjunto, Afterburner y RTSS forman un tándem tremendamente versátil para medir, ajustar y afinar tu configuración gráfica al detalle sin depender del fabricante de tu GPU.

Qué es MSI Afterburner y para qué sirve

MSI Afterburner es una herramienta de control y monitorización de tarjetas gráficas que, pese a llevar la marca MSI, funciona con la gran mayoría de GPUs del mercado, tanto de NVIDIA como de AMD e incluso integradas, sin necesidad de tener una gráfica de MSI. Su propósito va más allá del overclock: permite ajustar voltajes, frecuencias, límites de potencia y ventiladores, así como crear perfiles y activar atajos de teclado para cambiar de configuración al vuelo.

El programa también destaca por su capacidad de mostrar gráficos en tiempo real y estadísticas detalladas, incluyendo temperaturas, carga y consumos de la GPU, además de valores del sistema como la CPU (incluso por núcleo). Con RTSS, estos datos se pueden superponer sobre juegos y aplicaciones, de manera que puedes ver en directo FPS, variaciones de frametime y otros indicadores sin salir de la partida.

Otro punto a favor es que incluye funciones adicionales que facilitan el día a día: captura de pantalla y grabación de vídeo integradas, personalización profunda del OSD, y perfiles de rendimiento que puedes guardar y conmutar mediante hotkeys para adaptar el equipo a cada situación (juegos exigentes, títulos antiguos, tareas de ofimática, etc.).

Cómo funciona: interfaz y controles clave

La interfaz de MSI Afterburner combina una estética clásica con controles claros: deslizadores para frecuencia de la GPU (Core Clock), memoria (Memory Clock), límite de potencia (Power Limit), temperatura (Temp Limit) y, cuando está disponible, el voltaje. Junto a ellos verás gráficas con lecturas en tiempo real para vigilar qué ocurre en tu sistema mientras cambias parámetros.

Tras aplicar ajustes, puedes probar estabilidad con un juego demandante o con benchmarks y estrés como MSI Kombustor, FurMark o 3DMark. En paralelo, RTSS permite que esos datos aparezcan como OSD superpuesto dentro de tu partida, lo que te ayuda a relacionar directamente ajustes con rendimiento y temperaturas. Todo esto se remata con la posibilidad de guardar perfiles y cambiarlos en segundos mediante atajos configurables.

Por si fuera poco, el programa incorpora un editor de curva voltaje/frecuencia (V/F), donde puedes afinar la relación entre voltaje y MHz para la GPU. Esta vista avanzada es clave para lograr overclocks estables o undervolts eficientes, y es justo donde llegan novedades importantes en la próxima versión.

Overclock con Afterburner: automático y manual

Si buscas rendimiento extra, el uso más popular de este software es el overclock de la GPU. Subir frecuencias dentro de márgenes seguros puede traducirse en más FPS en juegos o recortar tiempos en tareas aceleradas por la gráfica. Con modelos NVIDIA GeForce RTX de la serie 20, existe una función automática (OC Scanner) accesible desde el propio Afterburner; basta con pulsar el botón de OC y dejar que el programa calcule un perfil razonable según el silicio de tu tarjeta.

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Para quienes prefieren el control manual, la receta clásica sigue vigente: incrementos pequeños en Core Clock y Memory Clock, aplicar, y probar. Después, se repite el proceso hasta encontrar el punto de estabilidad óptimo. Herramientas como MSI Kombustor ayudan a identificar artifacts y medir el comportamiento bajo carga; si aparecen errores visuales, toques de color raros, o bloqueos, hay que recortar el overclock o ajustar el voltaje y los límites térmicos.

El límite de potencia y la temperatura son dos controles que influyen mucho en los resultados: aumentar el Power Limit da más margen a la GPU para sostener frecuencias altas, mientras que el Temp Limit determina hasta dónde puede calentar antes de recortar rendimiento. Mantener temperaturas bajo control es fundamental para preservar la estabilidad y la vida útil del hardware, así que vigila el OSD y las gráficas internas mientras experimentas.

También conviene mencionar la V/F curve: ajustar la curva voltaje/frecuencia te permite apuntalar puntos concretos de la gráfica para que la GPU corra más alta a un voltaje razonable. Este ajuste fino marca la diferencia en tarjetas con buen margen de silicio, y es especialmente útil cuando quieres equilibrar ruido, consumo y rendimiento al milímetro.

Mejoras de la versión 4.6.7: editor V/F y soporte de nuevo hardware

La versión 4.6.7 de MSI Afterburner, actualmente en desarrollo, trae mejoras muy interesantes en el editor de la curva V/F. Podrás cambiar el tamaño de los nodos desde el archivo de configuración, hacer zoom con la rueda del ratón entre 100% y 500% y desplazarte por el área de trabajo con el botón derecho. Además, los modos de interpolación lineal (Ctrl + arrastrar) y el desplazamiento de curvas (Alt + arrastrar) ahora aceptan rangos de nodos seleccionados, lo que facilita un ajuste más preciso y ágil.

El desarrollador principal, Alexey ‘Unwinder’ Nicolaychuk, ha insinuado también soporte para una nueva clase de hardware MSI. Algunos apuntan a integración con la consola portátil MSI Claw (basada en APUs AMD Ryzen y Windows), lo que abriría la puerta a un soporte más profundo para gráficas integradas de última generación, como RDNA 3.5 y futuras arquitecturas. Otra posibilidad interesante sería mejorar la compatibilidad con placas base o fuentes de alimentación, para medir con más precisión el consumo real de la GPU directamente desde el sistema.

Undervolt y downclock: silencioso, fresco y eficiente

No todo es correr más. Muchas veces lo mejor es contener consumo, temperatura y ruido. Con Afterburner puedes mantener las frecuencias y recortar voltaje (undervolt) para que la GPU rinda parecido pero funcione más fresca y con menos gasto. De igual forma, puedes aplicar downclock (bajar frecuencias) para situaciones que no requieren toda la potencia.

¿Cuándo interesa? En títulos antiguos o poco exigentes, trabajo de ofimática, o cuando simplemente estás viendo una película o escuchando música, es fácil que la GPU esté sobrada. Deslizando hacia la izquierda Power Limit, Temp Limit y Core Clock, y probando valores con cabeza, se puede lograr un equipo mucho más silencioso sin penalizar tu experiencia. Siempre que ajustes, monitoriza el comportamiento y aplica cambios graduales para evitar sorpresas.

Este enfoque de eficiencia se apoya muy bien en el OSD: si ves que el uso de GPU va sobrado, recorta un poco; si notas tirones o caídas de FPS, sube un pelín. Tener datos en pantalla hace que el ajuste fino sea rápido y práctico, y los perfiles con hotkeys permiten alternar modos en dos toques según lo que vayas a hacer en cada momento.

Control de ventiladores con curva personalizada

Another punto clave del confort es el control del ventilador. Si tu tarjeta lo soporta por software, Afterburner te deja crear una curva de ventilación personalizada que asocia temperatura de GPU con porcentaje de giro, de manera que el sistema responda con suavidad a cada escenario. Puedes dejar el control en automático, fijar un porcentaje manual, o lo más recomendable: diseñar una curva con puntos que puedas mover a tu gusto.

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El editor de la curva permite añadir y arrastrar nodos para ajustar el comportamiento exacto del ventilador según grados de la GPU. Si te equivocas, seleccionas un punto y lo borras con la tecla Supr. Además, puedes elegir un comportamiento progresivo o en escalones; con el progresivo, el cambio entre puntos es suave, y con el escalonado, el salto es inmediato entre valores.

Lo mejor es que esta curva funciona de manera independiente a tus perfiles de rendimiento. Actívala una vez y permanecerá operativa con cualquier escenario que cargues, con lo que te aseguras mantener temperaturas razonables y un nivel de ruido mucho más controlado tanto en reposo como a plena carga.

OSD de RTSS: personalización total en pantalla

La información superpuesta es una de las estrellas del conjunto Afterburner + RTSS. Desde la configuración de Afterburner, pestaña de monitorización, seleccionas qué métricas quieres ver (FPS, temperatura de GPU y CPU, carga por núcleo, consumo, etc.) y cómo mostrarlas, ya sea valores numéricos o pequeñas gráficas. Incluso puedes renombrar cada métrica para que se muestre con la etiqueta que más te convenga.

En la parte visual, RTSS ofrece varios estilos predefinidos para el OSD: classic, modern, modern mono y modern web. A su vez, puedes ajustar colores por elemento, mover el OSD a cualquiera de las cuatro esquinas, aplicar desplazamientos para separarlo de los bordes, activar zoom y añadir un fondo para mejorar la legibilidad. Todo esto lo accedes desde Afterburner, en Información en pantalla, pulsando en el botón Más que abre la ventana de RTSS.

Para rematar, hay opciones avanzadas muy útiles: alarmas visuales o sonoras cuando una métrica excede o cae por debajo de un umbral, e incluso ejecutar un programa cuando se cumpla una condición. También podrás asignar teclas rápidas para mostrar y ocultar el OSD, habilitarlo o deshabilitarlo, y decidir si quieres que salga fecha y hora del sistema. Si lo necesitas, Afterburner puede incluir la información del OSD en tus capturas y grabaciones.

Limitador de FPS: menos consumo, menos temperatura y suavidad

Hay escenarios donde limitar fotogramas por segundo es una idea brillante. Con RTSS puedes fijar un tope y así evitar que la GPU trabaje de más cuando el monitor no da para tanto. En monitores con G-Sync, una práctica habitual es poner 2 o 3 FPS por debajo de la tasa de refresco para ganar fluidez y esquivar el tearing. También, si no usas VSync y tu gráfica va sobrada, el limitador reduce consumo, ruido y temperatura de GPU y CPU sin afectar a la experiencia.

La configuración es sencilla: desde Afterburner entra en la rueda dentada, ve a Información en pantalla y pulsa en Más para abrir RTSS. En la lista de opciones, busca Framerate limit y escribe el valor deseado. Acepta cambios en RTSS y aplica en Afterburner. Si quieres comodidad extra, asigna atajos para activar o desactivar el limitador y alternar en función del juego que tengas en marcha o del tipo de contenido que estés usando.

Capturas y vídeo sin salir del juego

Afterburner incorpora captura de pantalla y grabación de vídeo, algo muy útil si creas contenido o simplemente prefieres no instalar utilidades adicionales. Puedes usar atajos para comenzar a grabar y decidir si quieres incluir el OSD en tus capturas y vídeos, lo que viene de cine para documentar pruebas, comparativas de rendimiento o diagnósticos de estabilidad. No sustituye a soluciones profesionales de streaming, pero cumple de sobra para la mayoría de usos.

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Compatibilidad amplia y lo que viene

Una de las razones por las que Afterburner es tan popular es que no exige tener hardware de MSI ni siquiera una marca concreta de GPU. Funciona de maravilla con tarjetas NVIDIA, AMD e incluso con algunas integradas, y su filosofía abierta lo ha convertido en el estándar de facto para monitorizar y ajustar el comportamiento de la gráfica en Windows.

Mirando al futuro, con la 4.6.7 en el horizonte, se espera que el editor V/F sea aún más cómodo y potente, y que la compatibilidad se extienda hacia nuevas categorías de hardware MSI. Entre las posibilidades se barajan las portátiles MSI Claw con APUs AMD en Windows (lo que beneficiaría al soporte de iGPU modernas como RDNA 3.5) y una mejor integración con placas o fuentes para leer con más precisión consumos. Si se confirma, Afterburner se afianzará como plataforma integral de monitorización y ajuste dentro del ecosistema MSI y más allá.

¿Conflictos con juegos? Desactívalo o ciérralo sin líos

En raras ocasiones, algunos títulos pueden llevarse regular con overlays y ganchos de monitorización. Un caso comentado por usuarios es ARK Survival Evolved Ascended, donde cerrar Afterburner y RTSS solucionó bloqueos o errores al 100% en su equipo. Si notas problemas similares, es buena idea probar a desactivar el OSD o cerrar las aplicaciones antes de abrir el juego.

El cierre es sencillo: haz clic derecho en los iconos de Afterburner y RTSS en el área de notificaciones, sal de ambos procesos y lanza el juego de nuevo. Si te funciona, puedes dejar desactivado el inicio con Windows desde la configuración de Afterburner para que no se abran automáticamente. Otra opción es crear una excepción por juego en RTSS (añadiendo el ejecutable y ajustando el modo de aplicación o deshabilitando la capa para ese título). Como último recurso, desinstala desde Aplicaciones y características, siempre comprobando después que el problema ha desaparecido.

También puedes hacerlo menos intrusivo: oculta temporalmente el OSD con su atajo, quita el limitador de FPS, o desactiva la captura de vídeo si sospechas que la superposición está interfiriendo. Si el fallo persiste, cierra completamente RTSS y Afterburner y revisa si el juego vuelve a funcionar con normalidad. Son acciones reversibles y rápidas que ayudan a descartar conflictos.

Buenas prácticas y seguridad

Hacer overclock u optimizar ventilación con Afterburner es seguro si actúas con cabeza y cambios graduales. Aumenta frecuencias poco a poco, controla temperaturas, y valida con pruebas de estrés y sesiones reales de juego. Si tu objetivo es silencio o eficiencia, prioriza el undervolt y los límites de potencia, que a menudo recortan consumo de manera notable sin empeorar la experiencia.

Evita cruzar umbrales térmicos elevados durante mucho tiempo y no fuerces voltajes innecesarios. El editor V/F es poderoso, pero conviene documentar tus cambios y guardar varios perfiles (estable, silencioso, rendimiento) para alternar en función del momento. Si alguna modificación causa inestabilidad, retrocede al perfil anterior en un instante con tus hotkeys y asunto resuelto.

Afterburner se queda como una herramienta completísima para ajustar la GPU y monitorizar el PC: sirve para ganar FPS con overclock o contener consumo y ruido con undervolt y downclock, personaliza el ventilador con una curva a medida, muestra en pantalla datos críticos con un OSD muy configurable y limita FPS cuando conviene. Si alguna vez un juego protesta, lo cierras en segundos o desactivas el overlay y listo. Entre la facilidad de uso y el nivel de control que ofrece, resulta difícil encontrar una alternativa tan equilibrada para sacarle partido a tu equipo.

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