- La PS5 Slim CFI-2116 incorpora el disipador mecanizado de la PS5 Pro, con ranuras que mejoran la contención del metal líquido y la eficiencia térmica.
- Este nuevo diseño reduce el riesgo de fugas, estabiliza temperaturas y mejora la fiabilidad a largo plazo sin cambiar el rendimiento en juegos.
- La revisión Slim CFI-2116 vuelve a los 825 GB de SSD frente al 1 TB de la primera Slim, mientras la PS5 Pro mantiene 2 TB en su modelo CFI-7121.
- Para asegurarse de obtener la nueva refrigeración, es clave comprobar en la caja que el modelo sea PS5 Slim CFI-2116, tanto en versión digital como con lector.
La PS5 Slim acaba de recibir un cambio de hardware silencioso que está dando mucho que hablar entre técnicos y aficionados: un rediseño del sistema de refrigeración que toma como base el disipador estriado de la PS5 Pro. Sony no lo ha anunciado a bombo y platillo, pero los modelos más recientes ya incluyen este nuevo diseño interno, pensado para mejorar la estabilidad térmica y reducir al mínimo los riesgos asociados al metal líquido.
Este ajuste interno se centra en el modelo PS5 Slim CFI-2116, tanto en su versión con lector de discos como en la variante digital. No es una revisión que cambie los gráficos o el rendimiento en juegos, pero sí afecta directamente a la fiabilidad, la durabilidad y el comportamiento acústico de la consola a largo plazo. Si estás pensando en comprar una PS5 Slim o quieres entender qué aporta este nuevo disipador heredado de la Pro, aquí tienes todos los detalles bien desgranados.
Qué ha cambiado en la PS5 Slim: nueva revisión CFI-2116
La revisión identificada como CFI-2116 es la última versión de chasis de PS5 Slim que se está distribuyendo en el mercado, reemplazando de forma gradual a las anteriores. Esta revisión supone una modificación importante en el sistema de refrigeración, que ahora toma como referencia la solución térmica desarrollada para la PS5 Pro.
En lugar de limitarse a pequeños ajustes, Sony ha rediseñado la zona de contacto entre la APU de AMD y el disipador para gestionar mejor el metal líquido que actúa como interfaz térmica. La clave está en la integración de ranuras mecanizadas y relieves alrededor del chip, que guían y retienen el metal líquido en su sitio incluso cuando la consola se coloca en vertical o se mueve.
Más allá del bloque térmico, la revisión CFI-2116 introduce también un cambio llamativo: el almacenamiento interno vuelve a los 825 GB, igualando la capacidad de la PS5 original lanzada en 2020. Es decir, se pasa del 1 TB de los primeros modelos de PS5 Slim (chasis D, CFI-2016) a los 825 GB de esta nueva variante de chasis E.
Con esta jugada, Sony combina un sistema de refrigeración mejorado, heredado de la PS5 Pro, con un pequeño recorte de almacenamiento respecto a la primera Slim. No afecta al rendimiento en juegos, pero sí implica que tendrás algo menos de espacio libre para instalar títulos antes de plantearte ampliar con un SSD M.2.
El papel del metal líquido y los problemas de las primeras PS5

Desde el lanzamiento de la consola en 2020, Sony apostó por el metal líquido como material térmico entre la APU y el disipador. Este compuesto tiene una conductividad muy superior a la pasta térmica clásica, lo que se traduce en temperaturas más bajas y mayor margen para exprimir el hardware con menos ruido de ventilador.
El problema es que el metal líquido es delicado de manipular y muy fluido. Si se desborda de la zona que debe ocupar, puede provocar desde un empeoramiento de las temperaturas hasta, en casos extremos, cortocircuitos y daños graves en la placa. Por eso la primera PS5 ya incorporaba un pequeño borde o barrera alrededor del chip para intentar contenerlo.
Aun así, algunos usuarios y técnicos reportaron fugas de metal líquido en las primeras tandas de PS5 y en ciertas unidades de PS5 Slim previas. Los incidentes solían asociarse a consolas muy manipuladas, sometidas a golpes, mal transporte o reparaciones poco cuidadosas. En otros casos, se relacionaban con consolas que se mantenían en posición vertical durante largos periodos.
Conviene matizar que no fue un problema masivo ni generalizado. Hablamos de una minoría de unidades afectadas, muchas de ellas tras desmontajes o intervenciones internas. Aun así, el asunto tuvo suficiente eco como para que tanto Sony como técnicos especializados se pusieran manos a la obra y buscaran un sistema de contención del metal líquido todavía más robusto.
La respuesta de la compañía llegó primero con la PS5 Pro, que estrenó un rediseño completo del disipador. El nuevo sistema incluía ranuras profundas y una topología interna pensada justo para que el metal líquido no pudiera desplazarse donde no debe, incluso con el paso del tiempo o con movimientos de la consola.
Cómo es el disipador de la PS5 Pro y por qué llega ahora a la Slim
La PS5 Pro no solo incrementa potencia gráfica o capacidad de almacenamiento: también inaugura una nueva generación de diseño térmico para la familia PlayStation 5. Sony necesitaba un sistema capaz de disipar más calor con la máxima seguridad, y de ahí nace el nuevo disipador mecanizado con ranuras.
Este disipador se caracteriza por una superficie de contacto con relieve y canales profundos que actúan como pequeñas “piscinas” donde el metal líquido se reparte y queda atrapado. Esto reduce al mínimo las zonas muertas, evita acumulaciones irregulares y mejora la transferencia de calor hacia el bloque de aluminio y cobre.
Además, la arquitectura interna está pensada para que el metal líquido no pueda escapar, incluso si la consola se transporta, se mueve a menudo o se orienta en vertical. De este modo, el riesgo de que el compuesto se desplace hacia componentes sensibles o se salga del perímetro de seguridad se vuelve prácticamente nulo.
Varios técnicos y modders con larga experiencia, como Modyfikatorcasper (o Modyfikator89 en redes sociales), han alabado este diseño, calificándolo directamente como “una enorme victoria de ingeniería” y la mejora de hardware más importante del año para la gama PS5. La propia comunidad lo considera uno de los puntos fuertes de la Pro, más allá de la pura potencia.
La novedad ahora es que ese mismo disipador mecanizado da el salto a la PS5 Slim CFI-2116, un modelo más económico y pensado para el gran público, que pasa a beneficiarse del mismo nivel de seguridad térmica que la consola “premium”.
La llegada del nuevo disipador a PS5 Slim CFI-2116
Sony no ha celebrado una gran presentación ni lo ha destacado en campañas publicitarias, pero los nuevos modelos PS5 Slim CFI-2116 ya integran el disipador con ranuras de la PS5 Pro. La modificación se ha detectado gracias a despieces de técnicos y a imágenes compartidas en redes por especialistas en reparación de consolas.
El modder Modyfikatorcasper, con más de dos décadas metido en faena, fue uno de los primeros en documentar el cambio de chasis y del disipador en las unidades Slim recientes. En sus publicaciones habla de “la actualización de hardware más importante del año” para la PS5 estándar y recalca que no es solo un parche, sino la adopción integral del sistema de refrigeración de la Pro.
En la práctica, lo que encontramos en el interior de la Slim CFI-2116 es un conjunto térmico con la misma filosofía: ranuras mecanizadas profundas, superficie de contacto optimizada y retención total del metal líquido. La zona de contacto con la APU está diseñada para que el compuesto quede perfectamente distribuido y no pueda salir de su “recinto seguro”.
Las ventajas son claras: temperaturas más estables bajo carga, menor riesgo de puntos secos u oxidación del metal líquido y, sobre todo, eliminación del problema de fugas que habían sufrido algunas revisiones anteriores (incluyendo ciertos modelos CFI-2015/2016). Todo ello sin necesidad de modificar el chasis externo ni el ventilador.
De hecho, la carcasa y el sistema de ventilación de estas Slim revisadas se mantienen prácticamente iguales, lo que cambia es el corazón del disipador térmico, mucho más refinado y claramente inspirado en lo que ya se había estrenado en la PS5 Pro.
Ventajas reales para el usuario: temperaturas, ruido y estabilidad
La pregunta lógica es: ¿en qué se traduce este nuevo diseño para quien juega en casa? No vas a ver más FPS ni mejores texturas, pero sí puedes notar una consola más consistente con el paso del tiempo, especialmente en escenarios exigentes o tras años de uso continuado.
En primer lugar, el nuevo disipador contribuye a mantener una temperatura más homogénea en la APU. Eso ayuda a que el sistema de control de ventiladores no tenga que reaccionar de forma tan agresiva ante picos puntuales de calor, reduciendo el número de casos en los que la consola sube revoluciones de forma brusca o, en el peor de los supuestos, se apaga por seguridad térmica.
En modelos anteriores con fugas o mala distribución del metal líquido se habían observado casos de ventiladores funcionando a tope o incluso apagones inesperados cuando el disipador era incapaz de evacuar de forma eficiente el calor. Con el diseño de ranuras mecanizadas, este tipo de situaciones se vuelve mucho menos probable.
También es importante la parte de fiabilidad a largo plazo. Al evitar que el metal líquido se mueva, se oxide en zonas indeseadas o deje áreas del chip mal cubiertas, se reduce el riesgo de degradación térmica con los años. Es decir, se minimiza la posibilidad de que, de repente, tu consola empiece a calentarse más de lo normal porque la interfaz térmica ya no hace bien su trabajo.
En resumen práctico, el usuario gana una Slim más fresca, estable y silenciosa en condiciones normales de uso, especialmente interesante para quienes juegan muchas horas seguidas, mueven la consola con cierta frecuencia o la colocan en vertical en muebles ajustados.
Cómo identificar si una PS5 Slim incluye el nuevo diseño
Si estás pensando en comprar una PS5 Slim ahora, es lógico querer asegurarte de que te llevas una unidad con el nuevo disipador. Por suerte, el identificador del modelo te da la pista exacta de qué revisión estás comprando.
Lo que debes buscar en la caja (o solicitar al vendedor) es el código de modelo CFI-2116. Esa referencia corresponde al chasis E de la PS5 Slim que ya integra el diseño térmico heredado de la Pro. Se aplica tanto a la edición con lector de discos Blu-ray como a la versión exclusivamente digital.
Es importante no confundirlo con las anteriores CFI-2016 o CFI-2015, que son PS5 Slim también, pero con el sistema de disipación antiguo y, en el caso del CFI-2016, con el SSD de 1 TB de capacidad. La CFI-2116, en cambio, vuelve al SSD de 825 GB, pero gana en seguridad térmica.
En la práctica, cualquier tienda especializada o distribuidor serio puede confirmarte el modelo exacto antes de la compra, ya sea enviándote una foto de la etiqueta de la caja o indicándolo en la ficha del producto. Si te preocupa la longevidad y la estabilidad térmica, merece la pena dar ese pequeño paso extra de comprobación.
Además, al tratarse de una revisión ya en producción, todas las nuevas unidades Slim que salgan de fábrica deberían ir migrando hacia este CFI-2116, de modo que poco a poco será el estándar de facto en el mercado, igual que ocurrió con otras revisiones de PS4 y PS5 en el pasado.
Impacto en el almacenamiento y diferencia frente a otras versiones
Uno de los puntos más comentados de esta revisión es que el SSD interno de la PS5 Slim CFI-2116 baja de 1 TB a 825 GB. Es un cambio llamativo porque rompe con la mejora de capacidad que había traído la primera Slim frente a la PS5 original.
En la práctica, los 825 GB brutos se traducen en algo menos de espacio útil una vez descontado el sistema operativo y otros archivos reservados. Eso implica que tendrás que gestionar con algo más de mimo qué juegos mantienes instalados o, directamente, optar por añadir una unidad M.2 NVMe compatible para ampliar almacenamiento.
Por otro lado, la nueva PS5 Pro mantiene sus 2 TB de almacenamiento SSD en el modelo CFI-7121 que se prepara para ciertos mercados, sin cambios externos visibles ni recortes de capacidad según las certificaciones filtradas. Es decir, la Pro sigue jugando en otra liga en cuanto a espacio interno de serie.
En Europa, se espera que esta nueva Pro (CFI-7121) mantenga el precio oficial de 799,99 € y llegue alrededor del 30 de septiembre, con mejoras probablemente centradas en eficiencia energética más que en cambios radicales de diseño o potencia. América, en cambio, aún no tiene confirmación clara de disponibilidad.
Sea como sea, si tu prioridad es tener una consola fresca y estable por muchos años y no necesitas el salto extra de potencia o almacenamiento de la Pro, la Slim CFI-2116 con el disipador heredado puede resultar una elección muy equilibrada, siempre que asumas la menor capacidad inicial.
Experiencia de uso: diseño, ruido y vida diaria con la PS5 Slim
Más allá de las tripas, la PS5 Slim mantiene un diseño exterior que ha generado opiniones divididas, pero que para muchos mejora claramente a la PS5 original. El cuerpo es más estilizado, pensado sobre todo para situarse en horizontal, y apuesta por cuatro paneles laterales independientes que permiten personalizar el aspecto con carcasas oficiales.
Usuarios que han tenido varias unidades en casa hablan incluso de una especie de “lotería de ventiladores” similar a la de la primera PS5, ya que Sony trabaja con distintos proveedores. Eso hace que algunas consolas sean especialmente silenciosas y otras un poco más ruidosas por pequeños matices de fabricación. La buena noticia es que, escogiendo bien, se puede conseguir una Slim prácticamente inaudible en reposo y muy contenida en carga.
En cuanto a conexiones, la Slim mejora la usabilidad al ofrecer dos puertos USB-C frontales, frente a la combinación anterior de USB-A y USB-C. Detrás siguen presentes dos USB 3.0, el HDMI, el puerto LAN y la toma de corriente. Esto facilita cargar dos mandos por cable USB-C al mismo tiempo sin accesorios adicionales.
La experiencia de juego sigue siendo la que cabe esperar de una PS5: títulos como Spider-Man Remastered, Cyberpunk 2077 o grandes éxitos de PS4 como Red Dead Redemption 2 se ven y se juegan de lujo en 4K, con fluidos modos de rendimiento y excelentes tiempos de carga. Para un usuario medio o «casual», la Slim ofrece más que suficiente sin necesidad de saltar a la Pro.
En el día a día, muchos propietarios destacan que la consola solo hace oír el ventilador al iniciar juegos exigentes, volviendo a un tono de ruido perfectamente asumible una vez estabilizada la carga. En reposo o en menús, el sistema puede llegar a ser prácticamente inaudible si se ha tenido suerte con el ventilador y la unidad no sufre problemas de bobinas.
Por su parte, el mando DualSense sigue siendo uno de los puntos fuertes del ecosistema. El pad ofrece gatillos adaptativos, vibración avanzada y una ergonomía muy lograda, aunque la autonomía de 6-8 horas por carga podría ser mejorable. En cualquier caso, sigue siendo un salto claro respecto al DualShock 4 de PS4.
Quien adquiera ahora una PS5 Slim con la revisión CFI-2116 se lleva, por tanto, un combo muy interesante: factor de forma más estilizado, mejoras térmicas inspiradas en la Pro y una experiencia de juego madura, con un catálogo ya enorme y precios más contenidos que en el lanzamiento de la generación.
El movimiento de Sony al trasladar el diseño de disipador de la PS5 Pro a la PS5 Slim refuerza la sensación de que la consola entra en su fase más sólida del ciclo de vida: hardware pulido, problemas de juventud corregidos y una oferta de modelos que cubre tanto a quienes buscan la máxima potencia (Pro) como a quienes priorizan precio y eficiencia (Slim), siempre que se preste atención al código de modelo y se sepa exactamente qué revisión se está comprando.
