- El driver NVIDIA 590 para Linux deja sin soporte Game Ready a GPUs Maxwell (GTX 900) y Pascal (GTX 10)
- Solo se mantendrán actualizaciones de seguridad trimestrales para estas arquitecturas antiguas
- La versión equivalente del driver 590 para Windows aún no se ha publicado ni tiene fecha clara
- NVIDIA prioriza optimizaciones para GPUs actuales y relega las gráficas veteranas a soporte mínimo
El nuevo driver NVIDIA 590 para Linux supone un punto de inflexión para quienes siguen utilizando tarjetas gráficas veteranas de la marca. Con esta rama de controladores, la compañía empieza a dejar atrás la optimización específica para parte de su catálogo antiguo, algo que llevaba meses anunciando y que ahora se materializa en forma de pérdida de compatibilidad Game Ready para varias familias de GPUs.
Aunque el cambio se estrena primero en entornos Linux, el movimiento anticipa lo que probablemente ocurrirá más adelante en Windows. Usuarios de toda Europa, incluidos los de España, que aún confían en gráficas como las GTX 900 y GTX 10 se encuentran ya con las primeras señales claras de que su ciclo de vida orientado al juego moderno se acerca a su fin.
Qué cambia con el driver NVIDIA 590 en Linux

La llegada de la versión 590.44.01 del driver de NVIDIA para Linux confirma el plan que la empresa había adelantado hace meses: algunas tarjetas gráficas antiguas desaparecen de la lista de compatibilidad Game Ready. En la práctica, esto significa que ya no recibirán ajustes de rendimiento ni optimizaciones para juegos nuevos dentro de esta rama de controladores.
Entre las familias afectadas están las GPUs con arquitectura Maxwell, conocidas comercialmente como la serie NVIDIA GeForce GTX 900, y las basadas en Pascal, es decir, las NVIDIA GeForce GTX 10. Esto incluye modelos muy populares en su día, como las clásicas GTX 970, GTX 980 o GTX 1060, que aún se encuentran de forma habitual en muchos PCs de sobremesa en España y el resto de Europa.
Además de estas dos generaciones, también queda afectada una parte de la línea NVIDIA TITAN basada en Volta. Aunque estas tarjetas tuvieron una presencia más limitada en el mercado doméstico, el cambio confirma que la empresa está aplicando el mismo criterio a otros chips de la época, reduciendo el esfuerzo en optimización para hardware con varios años a sus espaldas.
Los primeros reportes de usuarios en la comunidad Linux apuntan a que determinadas tarjetas Maxwell y Pascal dejan de ser reconocidas correctamente por el nuevo driver 590. Incluso se mencionan modelos concretos, como la GTX 1050 Ti, que, pese a figurar en documentación anterior como compatibles mediante soporte heredado, ya no funcionan de forma normal con esta rama.
Esta situación ha generado cierta confusión entre lo que dicen las notas oficiales y lo que experimentan los usuarios. Mientras la documentación de NVIDIA hablaba de transición progresiva y soporte extendido en ramas previas, la realidad con la versión 590.44.01 para Linux es que, en términos de Game Ready, estas gráficas pasan a un segundo plano de manera efectiva.
Impacto para los usuarios de GTX 900, GTX 10 y TITAN en Europa
Para quienes siguen utilizando una GTX de las series 900 o 10 en su equipo de juego, los cambios de la rama 590 pueden notarse a medio plazo. No se trata de que las tarjetas dejen de funcionar inmediatamente, sino de que no recibirán nuevas optimizaciones para lanzamientos recientes, algo que puede traducirse en peores tasas de FPS o en una experiencia menos pulida en títulos modernos comparado con GPUs de generaciones actuales.
En mercados como el español, donde muchas personas alargan la vida útil de su PC, seguir contando con una GTX 970, 980 o 1060 era hasta ahora una opción bastante habitual para jugar en 1080p. Con la nueva política de drivers, estas gráficas seguirán siendo utilizables, pero se quedarán estancadas en lo que respecta al afinado específico para juegos nuevos que vayan llegando en los próximos meses y años; seguirán ofreciendo una experiencia aceptable en juegos para PC con pocos requisitos ya lanzados.
El impacto sobre NVIDIA TITAN basada en Volta es más limitado porque su presencia fue menor y más enfocada a nichos concretos, pero el gesto manda un mensaje similar: la compañía prefiere concentrar sus recursos en arquitecturas recientes, potenciando así las gamas RTX más modernas frente al hardware veterano.
Quienes utilizan Linux en ámbitos profesionales o educativos en Europa y recurren a estas GPUs para tareas mixtas (trabajo y ocio) notarán sobre todo la diferencia en el terreno del juego. Para aplicaciones específicas o entornos de trabajo, mientras haya soporte de seguridad y el software siga siendo compatible, el cambio será menos dramático, aunque conviene tenerlo presente en planificaciones de renovación de equipos.
En la comunidad se da por hecho que la rama 590 está diseñada para sacar el máximo partido a los juegos actuales y futuros, priorizando características modernas y mejoras que, sencillamente, ya no se adaptan tan bien a arquitecturas con una década de vida a sus espaldas.
Qué pasa con Windows: plazos y dudas sobre el driver 590
Por ahora, el driver NVIDIA 590 solo ha aparecido oficialmente en Linux. La versión equivalente para Windows todavía no está disponible, lo que deja a muchos usuarios con la duda de cuándo se aplicarán estos mismos recortes de soporte Game Ready en el sistema operativo más utilizado para jugar.
La compañía ya había alargado un poco el ciclo de vida de estas GPUs en Windows con la versión 581.80, publicada a finales de noviembre, que extendió el soporte de las tarjetas Maxwell y Pascal durante un tiempo adicional. Ese movimiento actuó como una especie de prórroga, pero también como una señal de que el paso al driver 590 estaba cada vez más cerca.
A día de hoy, el calendario de lanzamiento del driver 590 para Windows no se ha concretado. Esto genera cierta incertidumbre entre los propietarios de GTX 900 y GTX 10, que saben que el cambio ya es una realidad en Linux y anticipan algo similar en su plataforma habitual de juego.
Quienes utilizan herramientas automáticas como Driver Updater o actualizadores integrados en sistemas OEM tendrán que estar atentos a las próximas notificaciones, porque lo previsible es que, tarde o temprano, se ofrezca un controlador equivalente en Windows con el mismo enfoque: prioridad a optimizaciones para hardware de última generación, dejando en un segundo plano a las arquitecturas antiguas.
En cualquier caso, la experiencia reciente sugiere que los lanzamientos de Linux se están adelantando a los de Windows en este tema concreto, de forma que los usuarios de PC pueden tomar lo que ocurre en el ecosistema del pingüino como un aviso de lo que acabará llegando a su sistema operativo principal.
Soporte que se mantiene: actualizaciones de seguridad trimestrales
A pesar de la pérdida de optimización para juegos, NVIDIA ha recalcado que las arquitecturas Maxwell, Pascal y parte de Volta no quedan abandonadas del todo. La empresa mantendrá para estas GPUs un canal de actualizaciones de seguridad con periodicidad trimestral, centrado en corregir vulnerabilidades críticas que puedan afectar a la estabilidad o a la protección del sistema.
Esto significa que, aunque no haya más perfiles Game Ready ni mejoras de rendimiento específicas, las tarjetas seguirán recibiendo parches de seguridad durante un tiempo, algo especialmente importante en equipos que se usan para trabajar, estudiar o manejar información sensible, tanto en entornos domésticos como profesionales.
Para los usuarios de España y del resto de la Unión Europea, acostumbrados a un mayor énfasis en la protección de datos y cumplimiento normativo, este compromiso minimiza el riesgo de que un equipo con hardware antiguo quede completamente expuesto por falta de soporte del driver.
No obstante, el hecho de que el foco de las actualizaciones sea exclusivamente la seguridad implica que cualquier ganancia de rendimiento en títulos recientes quedará reservada a GPUs más modernas. Es una separación clara entre mantener lo básico funcionando y seguir afinando la experiencia de juego a nivel de FPS, latencias o compatibilidad con efectos avanzados.
En la práctica, las tarjetas afectadas se mueven a una especie de modo de mantenimiento mínimo, donde seguirán operativas pero sin protagonismo en la hoja de ruta de optimización de la compañía, algo que se nota especialmente en un mercado tan dinámico como el del videojuego en PC.
Consecuencias para jugadores y opciones de futuro
Para quienes todavía juegan con una GTX 900 o una GTX 10, el cambio de la rama 590 invita a valorar si ha llegado el momento de una actualización de hardware. No es obligatorio renovarse de inmediato, pero sí conviene asumir que el rendimiento en los lanzamientos más exigentes puede ir quedándose atrás sin ese pulido final que ofrecen los drivers Game Ready.
En muchos hogares españoles, estas tarjetas han sido durante años la base de equipos de juego en 1080p, capaces de mover títulos populares con una calidad gráfica razonable. Con el movimiento de NVIDIA, seguirán ofreciendo una experiencia aceptable en juegos ya lanzados, pero pueden ir acumulando desventaja en futuros títulos diseñados pensando en arquitecturas y tecnologías más recientes.
Quienes prefieran estirar al máximo el ciclo de vida de su gráfica pueden optar por mantenerse en ramas de driver anteriores, como la 581.80 en Windows, para evitar sorpresas mientras sigan siendo compatibles con su sistema y los juegos que usan. Sin embargo, es una solución temporal y con el tiempo puede entrar en conflicto con nuevas versiones de sistemas operativos o de las propias plataformas de juego.
Otra opción es empezar a planificar un salto a GPUs de generaciones actuales, revisando las mejores configuraciones de PC para juegos y comparando modelos para decidir si es mejor apostar por gama media actual o por una gama alta de la generación previa que todavía reciba soporte prioritario.
En cualquier caso, el mensaje que dejan estos cambios es claro: NVIDIA orienta sus recursos hacia el hardware en el que se va a jugar durante los próximos años, manteniendo vivas las tarjetas antiguas desde el punto de vista de seguridad pero sin dedicarles ya el mismo nivel de mimo en términos de rendimiento.
El lanzamiento del driver NVIDIA 590 en Linux y el fin del soporte Game Ready para Maxwell, Pascal y ciertas TITAN marcan una nueva etapa en la política de controladores de la compañía. Las gráficas veteranas seguirán funcionando y recibirán parches de seguridad, pero pierden protagonismo frente a las generaciones actuales, algo que los jugadores europeos que aún dependen de estas GPUs deberán tener en cuenta a la hora de decidir si continúan con su equipo actual o dan el salto a un hardware más reciente.