Pasta térmica para PC: guía definitiva para bajar temperaturas

Última actualización: septiembre 27, 2025
  • La pasta térmica rellena microimperfecciones y mejora la transferencia de calor entre CPU y disipador.
  • La cantidad correcta es una gota del tamaño de un guisante centrada en el IHS.
  • Elige el tipo según uso: cerámicas, metálicas, carbono o metal líquido para entusiastas.
  • Vigila temperaturas y cambia cada 1–5 años según entorno, calidad y uso.

Pasta térmica para PC

Cuando se habla de rendimiento y estabilidad en un PC, solemos pensar en gráficas, ventiladores o refrigeración líquida, pero pocas veces en el pequeño compuesto que hace de puente entre CPU y disipador: la pasta térmica. Aunque cueste poco, su papel es enorme y puede marcar la diferencia entre un sistema fresco y uno que sufre caídas de rendimiento o apagones por temperatura. Una buena pasta térmica, bien elegida y aplicada, ayuda a mantener la CPU a raya incluso bajo carga, alargando la vida útil del equipo.

En esta guía vas a encontrar todo lo que necesitas: qué es exactamente, por qué importa, cuánta aplicar, tipos y recomendaciones, cómo instalarla correctamente, cuánto dura y cuándo cambiarla. También incluimos referencias reales de especificaciones y matices de compra online que conviene conocer. El objetivo es que termines con criterios claros para elegir y aplicar la pasta térmica sin dudas, evitando errores habituales.

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¿Qué es la pasta térmica y por qué es clave en un PC?

La pasta térmica es un compuesto que se coloca entre la tapa metálica del procesador (IHS) y la base del disipador o bloque de refrigeración. Su misión es sencilla y crítica: rellenar las microimperfecciones que existen entre ambas superficies para mejorar el contacto y facilitar la transferencia de calor. A escala microscópica, ninguna de las dos superficies es perfectamente plana; si se apoyaran sin pasta, quedaría aire atrapado en pequeños huecos y el aire es un mal conductor térmico.

Al aplicar pasta, esos miniespacios se ocupan con un material mucho más conductor que el aire, reduciendo la resistencia térmica del conjunto. disipación uniforme y eficiente del calor desde la CPU al disipador. Por eso es tan importante en cualquier sistema: desde refrigeraciones por aire y AIO hasta bucles personalizados, su función es siempre la misma.

Beneficios de elegir bien la pasta térmica

Más allá de bajar unos grados, una pasta adecuada y una instalación correcta ayudan a evitar throttling y picos de temperatura que penalizan el rendimiento. Evitar el sobrecalentamiento alarga la vida del procesador y mantiene el equipo estable, especialmente en verano o en sesiones de juego largas. Además, si eliges el compuesto adecuado para tu CPU y disipador, puedes reducir ruido porque los ventiladores no tendrán que girar tan rápido para contener la temperatura.

En el mercado encontrarás un abanico enorme: desde opciones de buena relación calidad-precio hasta compuestos de alto rendimiento pensados para equipos muy potentes. Comparar marcas, revisar fichas técnicas y no improvisar en la aplicación es la combinación que te permite ahorrar y sacar el máximo partido a tu PC.

¿Cuánta pasta térmica hay que aplicar?

La cantidad correcta ha generado debate durante años, pero la práctica y las pruebas coinciden: una porción similar a un guisante en el centro del IHS. Al montar el disipador con la presión adecuada, la pasta se distribuye de manera uniforme, rellenando huecos sin desbordarse. Usar demasiada puede causar derrames en el zócalo, y usar muy poca deja zonas sin cubrir, elevando la temperatura.

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Un detalle útil: algunos disipadores AIO de marcas conocidas llegan con pasta preaplicada, lo cual simplifica la primera instalación. Solo tendrás que preocuparte de la pasta si reinstalas el bloque o cambias de disipador. Además, existen kits con plantillas que extienden la pasta de forma homogénea para minimizar errores de aplicación en montajes exigentes.

Tipos de compuestos: cerámicos, metálicos, carbono y metal líquido

No todas las pastas se comportan igual. Cambian su conductividad térmica, viscosidad, facilidad de uso y riesgos de aplicación. Elegir el tipo adecuado depende del uso, el disipador y tu experiencia:

  • Cerámicas: suelen ser de color blanquecino, con base de silicona y polvo cerámico. Son económicas y fáciles de aplicar, ideales para equipos de gama media y ofimática. Su conductividad es más modesta, por lo que no son la mejor opción en CPUs de alta potencia.
  • Basadas en metales (no líquidas): incorporan partículas de metales como aluminio o plata sobre una base de silicona. Ofrecen una conductividad superior y resultan idóneas para juegos y cargas exigentes. Suelen costar más, pero rinden mejor.
  • Carbono: compuestos con aditivos a base de carbono (nanopartículas, microfibras, etc.). Destacan por estabilidad y buena durabilidad. Normalmente su precio es más alto, aunque compensan por su desempeño a largo plazo.
  • Metal líquido: soluciones de altísima conductividad (en torno a 70–80 W/m·K, con ejemplos cerca de 79 W/m·K). Son para usuarios avanzados y no se recomiendan sobre disipadores de aluminio ni cerca de componentes sensibles sin protección, porque pueden conducir electricidad y reaccionar con metales. Su aplicación requiere pulso y aislamiento.

Además de la conductividad (W/m·K), fíjate en la viscosidad: compuestos muy fluidos se extienden fácil pero pueden desbordar, mientras que otros, más densos, son más controlables. La resistencia térmica (°C/W) también da pistas: cuanto menor, mejor contacto efectivo.

Cómo aplicar la pasta térmica paso a paso

Hay dos enfoques populares: el método de la gota central y la extensión de una fina capa. En general, la gota del tamaño de un guisante en el centro funciona de maravilla con la mayoría de IHS y disipadores, ya que la presión reparte el compuesto. La extensión manual de una capa fina puede ser útil si usas una plantilla de aplicación o si el fabricante lo recomienda expresamente.

Antes de empezar, prepara la zona. Si tu caja es compacta o tu GPU es grande, quizá te resulte más cómodo extraer la gráfica para trabajar con espacio. Coloca CPU y disipador en una superficie acolchada para evitar golpes y asegúrate de tener a mano alcohol isopropílico y paños o papel que no suelte pelusa.

Desmonta el disipador con cuidado, limpia la pasta antigua de ambas superficies con alcohol isopropílico y deja secar unos segundos. La limpieza es crítica para que la nueva capa tenga adherencia y no queden burbujas. Evita herramientas metálicas que puedan rayar el IHS o la base del disipador.

Aplica la pasta. Si vas con la gota, deposítala en el centro del IHS; si usas plantilla, distribuye una película muy fina siguiendo el patrón. No te excedas: el exceso no mejora la transferencia y puede causar problemas. Monta y atornilla el disipador en cruz, alternando tornillos para repartir la presión.

En refrigeraciones AIO o bloques personalizados, el proceso es el mismo. Recuerda que los AIO con pasta preaplicada están listos para la primera instalación. Si remueves el bloque tras asentarlo, limpia y repite el proceso con pasta nueva para evitar bolsas de aire.

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Verificar el resultado: temperaturas normales y cuándo preocuparse

Tras la instalación, monitoriza temperaturas con una herramienta fiable. En reposo (idle), entre 30 y 40 °C en CPUs mainstream, dependiendo de la caja, la ventilación y la temperatura ambiente. En carga, cada procesador es un mundo, pero no debería sostener de forma prolongada valores superiores a 90–100 °C.

Si notas picos anómalos, ventiladores al máximo o caídas de rendimiento, algo puede no estar bien asentado. Revisa la presión del montaje, la cantidad de pasta y el flujo de aire del chasis. Y si tienes dudas, vuelve a limpiar y aplicar; a veces, corregir la cantidad soluciona el problema de inmediato.

Vida útil: cada cuánto cambiar la pasta térmica

No existe una cifra universal porque influyen muchos factores; algunos fabricantes sitúan el intervalo en 3–5 años, pero tu caso puede ser distinto. Vigila temperaturas con el tiempo y decide en función de su evolución. Estos aspectos afectan a la duración:

  1. Tipo de compuesto: pastas de gama alta o metal líquido tienden a aguantar más que opciones básicas, aunque el entorno manda.
  2. Temperaturas de trabajo: equipos que operan calientes degradan la pasta más rápido; verano y overclock acortan plazos.
  3. Aplicación correcta: una capa bien lograda, sin exceso ni burbujas, dura y rinde mejor que una mal extendida.
  4. Calidad de la marca: formulaciones contrastadas suelen mantener sus propiedades durante más tiempo.
  5. Mantenimiento del sistema: limpiar polvo y cuidar el flujo de aire estabiliza temperaturas y reduce el estrés térmico.
  6. Uso y carga: si exprimes la CPU a diario, la sustitución será más frecuente que en un equipo de uso ocasional.

Si vives en zonas cálidas o tu torre acumula calor, plantéate un reemplazo anual para curarte en salud y sigue consejos para optimizar la temperatura. Adelantar el cambio es buena idea incluso si no han pasado varios años.

Ejemplo real de especificaciones y cómo interpretarlas

Las fichas técnicas ayudan a comparar sin caer en el marketing. Estos datos de ejemplo ilustran lo que puedes encontrar y cómo leerlo. Mira los números clave:

Parámetro Valor
Rango de temperatura operativa -50 a 240 °C
Viscosidad 76 CPS
Conductividad térmica 4,5 W/m·K
Resistencia térmica 0,205 °C/W
Color Gris
Certificación RoHS
Ancho (referencial del envase/producto) 50 mm
Profundidad 80 mm
Altura 15 mm
Peso de la pasta 1,5 g
Dimensiones del paquete 325 × 335 × 175 mm
Peso del paquete 2,1 kg

Con estos números, puedes valorar densidad y manejabilidad (viscosidad), rendimiento térmico esperado (W/m·K) y calidad de contacto (°C/W). El cumplimiento RoHS aporta tranquilidad en materia de sustancias restringidas y las dimensiones te orientan sobre el formato y la cantidad efectiva.

Modelos populares y por qué suelen recomendarse

No todas las configuraciones necesitan el compuesto más extremo; estas opciones son frecuentes en recomendaciones por su equilibrio de rendimiento, facilidad de uso y precio. Los importes son orientativos y pueden variar según tienda y momento:

  • ARCTIC MX-4: pasta a base de carbono muy vendida por su relación calidad-precio. El fabricante habla de una durabilidad que puede alcanzar varios años si el sistema está bien cuidado. Buena opción generalista para equipos gaming de gama media.
  • ARCTIC MX-6: evolución con alrededor de un 20% más de rendimiento térmico respecto a MX-4 y alta viscosidad para reducir riesgos en la aplicación. Apta para CPUs más calientes, con un coste mayor.
  • Thermal Grizzly Kryonaut: compuesta con cargas de alta calidad (incluye nanopartículas de aluminio y óxido de zinc) y una conductividad alrededor de 12,5 W/m·K. Muy valorada en configuraciones exigentes y overclock.
  • Silver King (metal líquido): conductividad entorno a 79 W/m·K; rendimiento de primer nivel, pero requiere experiencia al aplicarla y no es apta para disipadores de aluminio. Para entusiastas que buscan cada grado.
  • Noctua NT-H2: fácil de aplicar, no conductora y resistente a la corrosión; suele incluir toallitas o accesorios de instalación. Una apuesta segura para montar y olvidarte durante años.
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Ante la duda entre modelos, prioriza compatibilidad con tu disipador, facilidad de uso y estabilidad a largo plazo. Los saltos de rendimiento entre pastas no líquidas suelen ser modestos; el gran cambio llega al pasar a metal líquido, con las precauciones que conlleva.

Antes de montar: detalles prácticos del ensamblaje

Si estás construyendo el PC desde cero, tómate tu tiempo con las conexiones del frontal de la caja y ordena los cables. Evitar prisas reduce errores y golpes al montar el disipador sobre la CPU. Con la CPU ya asentada en el zócalo y el anclaje del disipador preparado, ese es el momento ideal para aplicar la pasta y fijarlo.

Recuerda que la presión al atornillar es necesaria para desplazar la pasta a los huecos microscópicos y expulsar aire. Aprieta en cruz y de forma gradual hasta completar el par recomendado; si el fabricante especifica un orden, síguelo al pie de la letra.

Notas de compra online, disponibilidad y financiación en tiendas

En algunas grandes superficies, los precios y condiciones online pueden diferir de tienda física. Por ejemplo, se indica que los precios web son válidos para compras online y envíos a Península y Baleares, con promociones aplicables únicamente a productos vendidos por la propia tienda. Los criterios de clasificación en resultados internos suelen ponderar la coincidencia del término buscado, popularidad, disponibilidad, relevancia de categoría y novedad del producto.

En materia de pagos, es frecuente ver financiaciones a través de tarjetas propias emitidas por entidades asociadas, con TIN 0% y TAE 0% en plazos comunes (3, 6, 10, 12, 18, 20 o 24 meses), sujetos a aprobación y con importes mínimos a financiar (por ejemplo, desde 299 €). No faltan ejemplos ilustrativos como una compra de 654 € fraccionada en 24 cuotas de 27,25 €, con interés subvencionado por la tienda.

También aparecen campañas de 0% para lanzamientos concretos y con ventanas temporales acotadas (móviles, relojes o gamas específicas), que no son acumulables a otras promociones. Revisa siempre fechas y letra pequeña, porque esas condiciones cambian con frecuencia y pueden limitarse a ciertos canales o regiones.

Otras acciones promocionales ocasionales incluyen sorteos vinculados a compras de importe moderado (por ejemplo, iguales o inferiores a 300 €) en el mismo día de la compra y activación a través de apps propias. Céntrate en precio final, disponibilidad y política de devoluciones para decidir dónde comprar tu pasta térmica.

Por último, verás que algunos contenidos de marcas o tiendas aparecen traducidos automáticamente al español. Contrasta con la página del fabricante si detectas matices raros en una ficha para asegurar que las especificaciones son correctas.

La pasta térmica puede parecer un detalle, pero su impacto en estabilidad, ruido y rendimiento es tangible. Con el tipo adecuado, una aplicación cuidada y un mantenimiento periódico acorde a tu entorno, tu procesador trabajará más fresco y tu PC será más fiable durante más tiempo, sin necesidad de grandes inversiones ni complicarte en exceso.