Qué es Signal: privacidad, seguridad y funciones explicadas

Última actualización: septiembre 24, 2025
  • Signal ofrece cifrado de extremo a extremo por defecto, código abierto y mínima exposición de metadatos para proteger tus comunicaciones.
  • Incluye chats, grupos, llamadas y videollamadas cifradas, historias que desaparecen y control granular de privacidad.
  • Su modelo sin fines de lucro evita anuncios y rastreadores; publica su código y rechaza “puertas traseras”.

Aplicación Signal privacidad mensajería

Si te suena el nombre pero no tienes claro por qué todo el mundo habla de ella, aquí te lo contamos sin rodeos: Signal es una app de mensajería con la privacidad por bandera, una alternativa real a WhatsApp y Telegram para quienes valoran que nadie meta la nariz en sus conversaciones.

En esta guía vas a encontrar qué es, de dónde viene, cómo funciona su cifrado, qué funciones ofrece y por qué la recomiendan expertos en seguridad, activistas y periodistas. También repasaremos sus puntos fuertes y sus límites, así como consejos prácticos para sacarle todo el partido sin liarte.

Qué es Signal y por qué todo el mundo habla de su privacidad

Signal es una aplicación de mensajería y llamadas que prioriza la protección de tus datos frente a cualquier otra cosa. Su propuesta es directa: comunicaciones con cifrado de extremo a extremo por defecto en todos los chats, sin publicidad, sin rastreadores y sin recolección de datos innecesaria.

A diferencia de servicios comerciales de grandes tecnológicas, la app está gestionada por la Signal Technology Foundation, una organización sin ánimo de lucro que se financia con donaciones. Esto condiciona su modelo: no vende tus datos ni los usa para publicidad, algo que encaja con quienes buscan mensajería sin vigilancia comercial.

La popularidad de Signal se disparó en varias olas: cuando Edward Snowden la elogió por su seguridad, con el debate sobre nuevas políticas de WhatsApp y tras el eco en redes del famoso “Use Signal” de Elon Musk. En esos picos, millones de personas se registraron y la app llegó a superar su capacidad temporalmente de verificación por SMS.

Interfaz y funciones de Signal

Un poco de historia: de TextSecure y RedPhone a la Signal actual

Los orígenes se remontan a Whisper Systems, fundada en 2010 por Moxie Marlinspike y Stuart Anderson. De allí nacieron dos piezas clave: TextSecure (mensajería cifrada) y RedPhone (llamadas seguras sobre datos). Twitter compró la compañía en 2011 y, poco después, el código pasó a ser abierto con licencia GPL, impulsando su desarrollo comunitario.

La evolución continuó como Open Whisper Systems, que consolidó ambos proyectos bajo el nombre de Signal. En 2016 llegó la versión de escritorio y, en 2017, migraron a un sistema de llamadas basado en WebRTC que trajo consigo las videollamadas. Esa combinación de cifrado robusto y facilidad de uso atrajo elogios en foros especializados y reconocimientos de la EFF.

En el tiempo también hubo hitos curiosos: integración del protocolo de mensajería en CyanogenMod, mejoras continuas en grupos, soporte para iPads, pegatinas, notas de voz y contenido de una sola visualización. Incluso WhatsApp adoptó el protocolo de Signal para proteger sus chats, una señal del nivel técnico que alcanzó este proyecto.

Más recientemente, la organización se reestructuró como fundación sin fines de lucro y sumó perfiles de alto nivel como Meredith Whittaker en la presidencia. Ese liderazgo refuerza la visión: tecnología abierta, auditada y centrada en la privacidad, lejos de las presiones publicitarias y los modelos de recolección de datos.

Seguridad y cifrado en Signal

Cómo protege tus conversaciones: cifrado, código abierto y mínimos metadatos

El corazón de Signal es su protocolo de cifrado de extremo a extremo, abierto y auditado por la comunidad. Esto significa que tus mensajes salen cifrados de tu dispositivo y solo se descifran en el del destinatario. En tránsito, ni operadores, ni atacantes, ni la propia Signal pueden leerlos.

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El diseño no se limita al contenido: la app procura minimizar también los metadatos accesibles. No guarda tu libreta de direcciones en claro, no almacena perfiles detallados ni listas de grupos con tus datos. El historial se queda en tu móvil, aunque el servicio puede retener temporalmente mensajes pendientes si el receptor está desconectado.

Para comprobar la integridad de un chat, cada conversación tiene un número de seguridad (un identificador verificable). Desde la pantalla del chat puedes comparar ese número con tu contacto (en persona o a través de un canal alternativo) o escanear su código QR. Si coincide, estás hablando con quien crees y no hay intermediarios colándose por el camino.

¿Y qué hay del servidor? El proyecto publica en GitHub el código del cliente y del servidor para que cualquiera pueda revisarlo. Esa apertura permite detectar fallos, proponer mejoras y evita la tentación de “puertas traseras” que otros actores han reclamado en debates legislativos. Su postura es clara: si se debilita el cifrado para unos, se debilita para todos.

Funciones principales: mucho más que enviar mensajes

Signal no se queda en el “hola y adiós”. Ofrece mensajería individual y de grupo, notas de voz, envío de fotos, vídeos, GIF y archivos, además de llamadas y videollamadas cifradas con calidad notable. Para quienes necesitan organizar equipos, los grupos alcanzan aproximadamente 1.000 miembros y hay controles de administración para permisos y gestión.

Si lo tuyo son las reuniones virtuales, puedes iniciar llamadas grupales de hasta 50 participantes y compartir enlaces para invitar a otras personas. Estos enlaces pueden requerir aprobación del administrador para evitar que se cuele alguien no invitado.

La app incluye contenido que desaparece: desde historias de 24 horas hasta mensajes temporales en chats y grupos. Además, permite una sola visualización de determinadas imágenes o vídeos, útil cuando prefieres que no quede rastro local duradero del contenido compartido.

En la parte lúdica, hay stickers y GIF, con la tranquilidad de que todo viaja protegido por el cifrado e2e. Incluso puedes activar funciones curiosas como el desenfoque de caras en fotos para cuidar identidades cuando compartes imágenes sensibles.

Primeros pasos: registro, PIN y nombre de usuario

Lo básico es sencillo: instalas la app desde la tienda oficial, verificas tu número (por SMS o llamada) y creas un perfil con nombre e imagen si quieres. El punto clave es establecer un PIN de seguridad; ese PIN cifra y respalda elementos como tu alias, grupos o bloqueos, de forma que ni siquiera los responsables del servicio puedan acceder a ellos.

En la actualidad, además del número, puedes configurar un nombre de usuario para no tener que compartir tu teléfono con cualquiera. Ajusta quién puede ver tu número y quién puede encontrarte mediante él desde los ajustes de privacidad, una medida muy recomendable si quieres separar vida personal y profesional.

Una vez dentro, la app detectará qué contactos usan Signal y te permitirá escribirles, llamarles o crear grupos en un par de toques. Si vas a cambiar de móvil, recuerda que el historial se guarda en el dispositivo, así que necesitarás tu teléfono antiguo para transferir las conversaciones de forma local y segura.

Privacidad a tu manera: desaparición de mensajes, notificaciones y bloqueo

La desaparición automática de mensajes es una de las funciones estrella. Puedes elegir un temporizador por chat (de segundos a semanas) para que lo enviado se borre pasado ese tiempo. Cuando activas esta opción, el borrado afecta a ambos lados de la conversación y ayuda a reducir el rastreo accidental si alguien coge el móvil desbloqueado.

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En cuanto a notificaciones, puedes decidir qué se muestra en la pantalla de bloqueo: nombre y contenido, solo el remitente o absolutamente nada. Es un detalle pequeño que eleva mucho la privacidad en entornos compartidos, sobre todo si te mueves en trabajo híbrido o espacios públicos.

Signal permite desactivar los indicadores de lectura (“doble check”) y el aviso de que estás escribiendo. Si los apagas, tampoco verás los de los demás, manteniendo una simetría justa entre quienes conversan. También puedes silenciar chats, ajustar tonos o archivar conversaciones para no tenerlo todo en primer plano.

Otra capa útil es el bloqueo de la propia app: aunque tu móvil esté desbloqueado, puedes exigir huella, rostro o un método adicional para entrar a Signal. Activar esta barrera es muy recomendable si compartes el teléfono de vez en cuando o trabajas con información delicada.

Signal en escritorio: cómodo, pero con cabeza

Puedes vincular Signal a tu ordenador y así escribir más cómodo y gestionar grupos con teclado y ratón. El emparejamiento se hace escaneando un código QR desde el móvil. No obstante, conviene valorar el contexto: si sospechas que tu ordenador puede tener malware (keyloggers, capturadores de pantalla), el cifrado no impedirá que un atacante vea lo que escribes o recibes.

La recomendación es clara: mantén el sistema y las apps actualizados, usa antivirus de confianza y evita instalar software dudoso. Si tratas temas especialmente sensibles, pregúntate si te compensa usar solo el móvil o un ordenador de confianza para reducir superficie de ataque.

Verificación y buenas prácticas de seguridad

Cuando vayas a hablar de asuntos importantes, verifica el número de seguridad del chat desde el menú de la conversación. Podéis comparar cifras en persona, por una llamada convencional o por otro canal alternativo. Si los códigos coinciden, confirmas que la clave de cifrado no ha sido manipulada.

Recuerda que el cifrado no te protege si alguien tiene acceso físico a tu dispositivo desbloqueado. Activa un buen bloqueo de pantalla, sal de la app cuando no la uses y evita dejar el móvil desatendido. Es sentido común, pero es la primera línea de defensa contra curiosos y oportunistas.

Otro punto importante: algunos sistemas (como iOS) pueden mostrar el registro de llamadas de Signal en la app de teléfono. Si usas iCloud y no quieres ese rastro, revisa en Ajustes de Signal la opción “Llamadas en recientes” para desactivarlo. Ganas privacidad sin perder usabilidad diaria.

¿Y los límites? Lo que Signal no puede hacer por ti

Aunque la protección en tránsito es excelente, la seguridad puede fallar en el extremo del usuario. Si citas a la persona equivocada a un grupo, si haces capturas y las reenvías o si un malware graba la pantalla, no hay cifrado que valga. Aquí entra la buena operativa: revisa integrantes, usa enlaces con aprobación y evita móviles comprometidos.

También existen debates legales, como iniciativas que pretenden imponer accesos excepcionales a comunicaciones cifradas. Signal sostiene que introducir “backdoors” rompería la seguridad para todos y se opone abiertamente a esa vía. En paralelo, algunas instituciones exigen conservar registros por ley, lo que choca con funciones como la desaparición de mensajes si no se siguen procedimientos oficiales.

En titulares recientes, se ha hablado de grupos de altos cargos gubernamentales que usaron Signal para discutir temas sensibles y añadieron por error a un tercero. Ese tipo de incidentes evidencian que el problema no fue la app, sino un fallo humano de procedimiento. En entornos de máxima confidencialidad se usan sistemas controlados por el Estado (salas seguras, redes cerradas, dispositivos dedicados), no apps comerciales.

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Detalles que marcan la diferencia: de lo cotidiano a lo avanzado

Además de lo básico, encontrarás extras muy prácticos. Por ejemplo, puedes enviarte “notas privadas” a ti mismo para guardar enlaces, recordatorios o archivos. También ordenar chats en carpetas y decidir si quieres silenciarlas para concentrarte cuando el grupo se pone especialmente hablador.

En privacidad, puedes ocultar tu número a todo el mundo y dejar que te encuentren solo por nombre de usuario. Si lo configuras bien, separas identidad pública y teléfono real, una ventaja cuando te relacionas con personas nuevas o gestionas comunidades grandes.

En el plano técnico, el sistema de llamadas migró a WebRTC para mejorar calidad y compatibilidad, y la app ha incorporado mejoras en grupos, stickers y visualización única de contenido. Hubo incluso un método experimental para contactos cifrados en la nube, orientado a facilitar recuperación sin abrir puertas a accesos indebidos.

En disponibilidad, la app está para Android y iOS, y también en escritorio. Históricamente hubo soporte para SMS/MMS en ciertos contextos y versiones, aunque la apuesta de Signal es la mensajería de datos cifrada, que evita tarifas de SMS y permite un control fino de seguridad.

Adopción, reconocimientos y controversias

Signal ha recibido calificaciones máximas en guías de la Electronic Frontier Foundation sobre mensajería segura y ha sido recomendada por instituciones como la Comisión Europea para su personal. En 2019 se debatió su uso en el Parlamento Europeo por cuestiones de estandarización, mientras se evaluaban implicaciones de metadatos en otras plataformas.

En Estados Unidos, expertos y periodistas la utilizan con frecuencia, y ha habido informaciones sobre su presencia en dispositivos de trabajo de altos cargos. Su directora, Meredith Whittaker, sostiene que Signal es el “estándar de oro” en comunicaciones privadas. En paralelo, el debate político-legal sigue vivo, como con la propuesta “Earn IT Act”, que abría la puerta a responsabilizar a proveedores por no permitir acceso a comunicaciones cifradas.

El crecimiento ha sido notable: superó ampliamente los 100 millones de instalaciones en Android y, en picos de coyuntura, sumó millones de usuarios en días. Aun así, su cuota es pequeña frente a gigantes, pero su posición diferenciada —sin anuncios, sin rastreadores, sin concesiones en cifrado— la convierte en favorita para quienes priorizan la privacidad.

Cómo empezar ya: configuración esencial recomendada

Tras verificar tu número, crea un PIN robusto, establece un nombre de usuario y ajusta la visibilidad de tu teléfono a “nadie” si quieres máxima discreción. Activa el bloqueo de la app con biometría, configura las notificaciones para que no muestren contenido en la pantalla de bloqueo y define un temporizador de desaparición por defecto en tus chats más sensibles.

En cada conversación importante, verifica el número de seguridad con tu contacto. Usa enlaces de llamada con aprobación para reuniones y revisa participantes antes de enviar mensajes comprometedores. Si vas a usar Signal en ordenador, asegúrate de que ese equipo está limpio y actualizado; si tienes dudas, limítate al dispositivo móvil.

Si buscas una app que no comercie con tus datos, con cifrado auditado, opciones de privacidad de verdad y un desarrollo abierto a la comunidad, Signal cumple lo que promete. Entender sus límites (acceso físico, errores humanos, dispositivos comprometidos) y aplicar las buenas prácticas marcan la diferencia para disfrutar de comunicaciones realmente privadas sin renunciar a la comodidad de una mensajería moderna.

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