Risers y adaptadores para usar varios NVMe en una sola ranura

Última actualización: diciembre 5, 2025
Autor: Isaac
  • No existe un splitter M.2 sencillo que convierta una sola ranura en dos NVMe independientes como ocurre con los hubs USB.
  • Las soluciones reales pasan por risers M.2 a PCIe x4/x16 y tarjetas PCIe multi-NVMe que comparten el ancho de banda disponible.
  • Las limitaciones de líneas PCIe, la disposición de la placa y los problemas físicos de montaje condicionan el rendimiento y la viabilidad.
  • Elegir SSD compatibles y planificar bien el montaje permite aprovechar varios NVMe incluso en equipos con pocas ranuras M.2.

Adaptadores y risers para NVMe

Si te estás planteando cómo conectar varios SSD NVMe usando solo una ranura, seguramente ya te habrás dado cuenta de que el ecosistema M.2 y PCIe es bastante más enrevesado de lo que parece sobre el papel. Entre limitaciones físicas, líneas PCIe compartidas y adaptadores de todo tipo, es fácil perderse. Si necesitas orientación sobre modelos NVMe y compatibilidad, consulta nuestra guía de compatibilidad.

En este artículo vamos a desgranar con calma qué se puede y qué no se puede hacer cuando buscas risers o adaptadores para usar varios NVMe en una sola ranura, qué implicaciones tiene a nivel de rendimiento, compatibilidad con placas base como una Z370 o una Z690, y qué alternativas reales existen (tarjetas PCIe, risers M.2 a PCIe x4/x16, configuraciones RAID, etc.). Todo explicado en español de España y con un tono práctico, sin rodeos innecesarios.

¿Existe un splitter M.2 que permita dos NVMe en una sola ranura?

La duda más repetida es si hay algún “cable” o “tarjeta” que divida un único conector M.2 en dos, de forma parecida a esos adaptadores USB que convierten un puerto en dos puertos de carga/datos. La idea sería enchufar algo en la ranura M.2 de la placa base y, en el otro extremo, disponer de dos conectores M.2 para montar dos SSD.

Con los ejemplos de splitters USB en mente, muchos usuarios se imaginan un “hub M.2” que duplique el puerto. Sin embargo, el estándar PCI Express y el propio formato M.2 no funcionan como el USB: no existe un protocolo de “hub” transparente que permita repartir una única conexión PCIe x4 en dos dispositivos independientes sin una lógica compleja de por medio.

En el mercado hay cables de extensión M.2 que simplemente alargan la ranura (por ejemplo, para alejar el SSD por temas de espacio o refrigeración), pero esos cables solo presentan un conector M.2 en el extremo opuesto. No actúan como splitter, sino como una “prolongación” directa de la ranura original.

Por tanto, con las tecnologías y productos actuales, no existe un adaptador sencillo que convierta un solo M.2 en dos ranuras M.2 independientes de la manera en que lo hace un splitter USB. Cualquier solución que prometa algo así necesita electrónica compleja tipo switch PCIe, y suele ir montada en tarjetas PCIe, no directamente en un cablecito para M.2.

Riser NVMe a PCIe

Lo que sí existe: risers M.2 a PCIe x4/x16 y tarjetas multi-NVMe

Lo que sí encontramos de forma habitual son adaptadores que convierten una ranura M.2 NVMe en un slot PCIe estándar. A partir de ahí ya se pueden usar tarjetas PCIe multi-NVMe o cualquier tarjeta que quepa dentro de las limitaciones de líneas y potencia.

Un ejemplo típico es el adaptador elevador de extensión M.2 PCIe NVMe M-Key a PCIe x4 hembra (riser de 20 cm, como los de marcas tipo KALEA-INFORMATIQUE). Este tipo de tarjeta se conecta a la ranura M.2 de tu placa y te ofrece un conector PCIe x4 donde puedes insertar una tarjeta PCIe completa.

También existen modelos similares que convierten M.2 NVMe M-Key a PCIe x16 hembra, igualmente con cables de unos 20 cm. Internamente, las líneas siguen siendo x4, porque eso es lo que ofrece la ranura M.2, pero físicamente el conector es de tamaño x16 para poder aceptar tarjetas de mayor longitud como algunas controladoras o tarjetas de expansión.

Una vez tienes este riser M.2 a PCIe x4/x16, es cuando puedes montar soluciones como la tarjeta adaptadora Sabrent 4-Drive NVMe SSD a PCIe 3.0 x4 (EC-P3X4), diseñada para alojar hasta cuatro SSD NVMe M-Key 2280 en una única ranura PCIe. En este caso, el flujo sería: M.2 de la placa -> riser M.2 a PCIe -> tarjeta Sabrent con 4 NVMe.

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Esta tarjeta Sabrent se puede instalar en slots PCIe x4, x8 o x16, y es especialmente útil para añadir almacenamiento NVMe a equipos con pocas ranuras M.2 o placas más antiguas. Incluye tornillos M.2, destornillador y un cuerpo de aluminio con almohadillas térmicas integradas para mantener a raya las temperaturas de los SSD.

Cómo se gestionan varios NVMe en una sola tarjeta PCIe

Cuando se usan tarjetas como la de Sabrent con varios SSD NVMe, la clave está en que el adaptador no “duplica” mágicamente el ancho de banda. Normalmente, todos los SSD comparten las líneas PCIe x4 asignadas a esa ranura. Esto obliga a elegir bien el uso: RAID, JBOD, almacenamiento secundario, etc. Ten en cuenta también las diferencias entre estándares PCIe, como PCIe 4.0 o 5.0 de fabricantes como Team Group, a la hora de valorar rendimientos teóricos.

La tarjeta Sabrent 4-Drive, por ejemplo, está pensada para montar configuraciones RAID o JBOD por software en el sistema operativo. Soporta tamaños de carga útil PCIe de hasta 512 bytes y apuesta por un diseño centrado en la compatibilidad, por lo que es habitual que funcione como Plug and Play en la mayoría de sistemas Windows 8.1 o superior y macOS 10.3.3 o superior.

A nivel de gestión avanzada, estas tarjetas suelen ser compatibles con Active State Power Management (ASPM) y varios estados de energía (L0s, L1, L2/3, L3, subestados L1), estados de sueño S3 y S4, y características como Latency Tolerance Reporting (LTR), Advanced Error Reporting (AER) o SRIS (Separate Reference Clock with Independent Spread). Todo ello se traduce en mejor estabilidad y eficiencia energética.

En la práctica, el rendimiento total queda limitado por las líneas PCIe disponibles. Si la ranura es PCIe 3.0 x4, el ancho de banda real que podrán aprovechar conjuntamente los cuatro SSD se queda por debajo de lo que alcanzaría un único NVMe PCIe 4.0 x4 moderno, pero aun así la solución es muy potente para tareas como almacenamiento masivo rápido, juegos o trabajo con proyectos de vídeo.

Problemas físicos habituales al montar tarjetas en risers M.2

Más allá de la teoría, muchos usuarios se encuentran con problemas muy prácticos al montar tarjetas PCIe en risers M.2. Uno bastante recurrente es el encaje físico de la tarjeta cuando el riser sale desde una ranura M.2 cercana a los slots PCIe principales.

En algunas placas, como una MSI Z690 Tomahawk DDR4, al conectar un riser M.2 a PCIe x4 a la ranura M.2 más cercana al área de los PCIe, la tarjeta que se enchufa en ese riser no queda a la misma profundidad que las ranuras PCIe nativas. El resultado es que el bracket metálico de la tarjeta no alinea bien con el chasis y no se puede atornillar correctamente.

Si se opta por usar una ranura M.2 más alejada (por ejemplo, una que esté cerca del borde inferior de la placa), aparece otro problema: la rigidez del cable del riser. Estos cables, sobre todo en versiones económicas o más cortas, no siempre permiten curvas suaves y pueden obligarte a hacer “pliegues imposibles” para que la tarjeta PCIe quede bien situada en el chasis.

Además, si se intenta combinar un riser M.2 con otros risers verticales para las tarjetas PCIe clásicas (como la GPU, una tarjeta Thunderbolt 4 o una NIC 10G SFP), el interior de la caja se convierte en un auténtico tetris: brackets que chocan, tarjetas que se solapan en altura, cables que tiran de los conectores, etc.

En chasis abiertos tipo Thermaltake P3, que montan la placa base en vertical a la vista, estos problemas se hacen aún más evidentes: cualquier riser mal colocado queda a la vista y puede comprometer la rigidez del montaje. Es habitual que, en estas configuraciones, la última ranura PCIe x16 física solo funcione realmente a x1, lo que obliga a priorizar qué tarjetas van directas al PCIe y cuáles se derivan desde las M.2.

Montaje de varios NVMe con risers

Soluciones prácticas para que los risers y tarjetas encajen

Una de las salidas más socorridas es recurrir a soportes impresos en 3D o brackets personalizados que permitan sujetar la tarjeta PCIe en una posición ligeramente retrasada o adelantada respecto a la placa base, de modo que haya espacio para el cable del riser M.2 y se puedan hacer curvas menos forzadas.

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Estos soportes permiten jugar con la distancia entre el PCB y el chasis, corrigiendo el desalineado de los brackets cuando el conector del riser no está tan “hundido” como una ranura PCIe nativa. También ayudan a aliviar la tensión mecánica sobre el conector M.2 de la placa, que no está pensado para soportar grandes esfuerzos de palanca por culpa de cables rígidos.

En montajes complejos con varias tarjetas (GPU principal, tarjeta Thunderbolt 4, NIC 10G SFP, tarjeta multi-NVMe, etc.), suele ser necesario reorganizar el orden de las tarjetas de forma que las más críticas o pesadas vayan directamente a las ranuras PCIe x16 de la placa, dejando las menos sensibles (por ejemplo, una controladora de almacenamiento secundario) para los risers M.2.

Otro truco que funciona bien es elegir risers M.2 a PCIe con cables más largos y flexibles, aunque tengan un pequeño sobrecoste. Los 20 cm típicos pueden quedarse cortos dependiendo de la distribución de la caja y la placa, y un cable algo más largo facilita enormemente el routing y reduce el estrés en el conector.

En cajas abiertas o de exhibición, viene bien planificar desde el principio la posición de todos los elementos pensando en el flujo de aire y la gestión de cables, para que los risers y las tarjetas no bloqueen ventiladores ni disipadores y puedas acceder fácilmente a los SSD M.2 para mantenimiento.

Líneas PCIe, M.2 y el caso de las placas Z370

Otro tema clave cuando se busca usar varios NVMe a través de una sola ranura es entender cómo reparte la placa base sus líneas PCIe. En modelos con chipsets como el Z370, hay configuraciones en las que se pueden montar dos M.2 PCIe x4, pero a costa de deshabilitar ciertos slots PCIe destinados a tarjetas gráficas o expansión.

En algunos diseños Z370, al activar dos ranuras M.2 trabajando a x4, la segunda ranura PCIe para la segunda GPU queda inutilizada o baja de velocidad de forma drástica. De este modo, si montas 2 M.2 NVMe a pleno rendimiento, podrías quedarte solo con una ranura PCIe x16 (para la GPU principal) y 1 o 2 slots PCIe x1 para tarjetas adicionales.

Esto lleva a plantearse soluciones como poner un adaptador PCIe->M.2 en un slot PCIe x1 sobrante, para ganar un NVMe extra. Técnicamente, sí es posible conectar un SSD M.2 NVMe a una ranura PCIe x1 mediante un adaptador específico, siempre que la BIOS y el sistema lo soporten como dispositivo de almacenamiento PCIe.

Ahora bien, un slot PCIe x1 ofrece muchas menos líneas que un x4, por lo que el rendimiento del NVMe quedaría severamente limitado. En la práctica, la velocidad real podría acercarse a la de un buen SSD SATA, perdiendo la mayor parte de las ventajas que justifican el uso de un SSD NVMe en primer lugar.

También hay que tener en cuenta que, si la placa ya está usando casi todas sus líneas para GPU, M.2 y otros dispositivos, algunas ranuras PCIe pueden quedar compartidas o capadas al conectar adaptadores adicionales. En estos casos, el manual de la placa es la biblia: ahí se explica exactamente qué puertos se deshabilitan o comparten ancho de banda al usar ciertas combinaciones de M.2 y PCIe; además, conviene tener a mano herramientas para actualizar la BIOS y asegurar compatibilidad.

Rendimiento real al usar NVMe en ranuras PCIe x1

Suponiendo que consigas que un NVMe funcione en un slot PCIe x1 mediante un adaptador, el siguiente tema delicado es valorar si compensa o no. Un SSD NVMe PCIe 3.0 x4 moderno puede superar fácilmente los 3.000 MB/s de lectura secuencial, mientras que un x1 de esa misma generación está limitado a una fracción de ese ancho de banda.

En términos prácticos, el rendimiento que obtendrás puede ser equivalente o ligeramente superior al de un SSD SATA bien optimizado. Para tareas de sistema operativo o carga masiva de juegos pesados, la diferencia respecto a un NVMe “a tope de líneas” será evidente, sobre todo en transferencias grandes y sostenidas.

Sin embargo, si el uso que le vas a dar a ese NVMe en x1 es más bien de almacenamiento secundario, copias de seguridad rápidas o proyectos que no requieran I/O intensivo, puede seguir siendo una opción aprovechable, especialmente cuando todas las demás ranuras rápidas ya están ocupadas.

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El mayor problema, más que la velocidad pura, es la sensación de estar complicando demasiado el montaje para sacar un rendimiento similar al de un simple SSD SATA. Entre adaptadores, risers, cables y limitaciones de BIOS, para muchos usuarios deja de compensar el esfuerzo frente a añadir un buen SSD SATA adicional si la placa y la caja lo permiten.

En resumen, usar NVMe sobre PCIe x1 es un apaño válido si ya tienes todo lleno, pero no es la forma ideal de aprovechar este tipo de unidades, y desde luego no sustituye a las configuraciones nativas M.2 x4 o a tarjetas multi-NVMe bien alimentadas por líneas PCIe suficientes.

Compatibilidad, marcas de SSD y modelos soportados

Cuando entras en el mundo de las tarjetas multi-NVMe y adaptadores, aparece otra cuestión importante: qué modelos de SSD están oficialmente soportados. Muchos fabricantes de adaptadores publican listas extensas de unidades probadas para garantizar compatibilidad y evitar sorpresas.

Entre las marcas más habituales en estas listas encontramos ADATA, XPG, Corsair, Sabrent, Seagate, WD, Kingston, Gigabyte, Patriot, Plextor, SK Hynix, Team Group y otras como Asura, Gloway, KingDian o Micron. Dentro de cada marca, se detallan referencias concretas, capacidades y variantes con o sin disipador.

Por ejemplo, se enumeran gamas como ADATA FALCON, XPG GAMMIX S50 Lite, SWORDFISH, XPG GAMMIX S70, S11 Pro, SPECTRIX S20G, S5, S50 o SPECTRIX S40G RGB, con modelos que abarcan desde 256 GB hasta 4 TB, y que cubren diferentes rangos de rendimiento y precio.

En el caso de Corsair, aparecen referencias como MP600, MP600 PRO LPX, MP600 CORE, MP600 PRO XT y MP600 PRO, incluyendo versiones con disipador bajo para consolas o equipos compactos, así como variantes orientadas a entornos más exigentes con refrigeración específica.

Gigabyte figura con series como AORUS Gen4 7000s, AORUS NVMe Gen4, AORUS Gen4 7000s Prem. y AORUS RGB, todas ellas unidades NVMe de gama media-alta y alta pensadas para exprimir interfaces PCIe 4.0 en placas modernas.

Dentro de Kingston destacan gamas como FURY Renegade y KC3000, con capacidades que van desde los 500 GB hasta los 4 TB, muy populares entre jugadores y creadores de contenidos por su combinación de rendimiento y fiabilidad.

La lista incluye también productos de Asura como Genesis Xtreme, SSDs de KingDian como la serie NV480 PRO, modelos profesionales de Gloway (VAL), así como unidades muy especializadas como Intel Optane 905p, orientadas a latencias ultra bajas más que a velocidad secuencial pura.

En el apartado gaming, Sabrent aporta sus conocidas series Rocket, Rocket 4 Plus G, Rocket NVMe, Rocket Q, Rocket Q4, Rocket 4 Plus y Rocket NVMe 2242, con capacidades que llegan hasta los 8 TB en algunos modelos, especialmente pensados para almacenamiento masivo muy rápido.

Por parte de Seagate aparecen referencias como Nytro 5000 en el segmento profesional, así como ediciones especiales tipo Beskar Ingot Drive FireCuda, unidades para PS5 bajo la gama Game Drive M.2 SSD y modelos temáticos como FireCuda 520 Cyberpunk 2077 RGB.

Team Group aporta un catálogo especialmente grande alrededor de la familia CARDEA (CARDEA, CARDEA II, CARDEA II TUF, CARDEA Z440 TUF, CARDEA Z44L, CARDEA Z44Q, CARDEA A440, CARDEA A440 PRO, CARDEA A440 PRO Special, CARDEA ZERO, ZERO Z330, ZERO Z340, ZERO Z440, Ceramic C440, Liquid), además de series T-CREATE CLASSIC y T-CREATE EXPERT, o modelos como CARDEA IOPS, pensados para cargas intensivas de I/O.

También se listan unidades de Patriot bajo la gama Viper (Viper Gaming VP4100, Viper VPR400, Viper VPN100, VPN110, Viper Gaming VPR100 RGB, VP4300), Plextor con sus M8PeG, M9PG y M9PeG, SK Hynix con la línea PE8110, así como modelos sueltos de Micron (2100AI), Legacy (SSDD04TBG0036100) y otros.

En el caso de WD, las listas mencionan sobre todo las series WD Black SN750, SN850, SN850X (incluyendo versiones con disipador y variantes específicas para PS5), así como ediciones limitadas como Black-The Game Awards Limited Edition. Todas estas referencias ofrecen pistas claras de que las tarjetas multi-NVMe y adaptadores M.2 están optimizados para trabajar con un abanico muy amplio de SSD actuales.

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