Top 5 aparatos domésticos que más microteslas emiten en casa

Última actualización: diciembre 3, 2025
Autor: Isaac
  • La mayoría de electrodomésticos generan campos electromagnéticos de baja frecuencia, medidos en microteslas, muy por debajo de los 100 µT recomendados por la UE a distancias normales.
  • Taladro, aspiradora, microondas, lámparas fluorescentes y radios portátiles encabezan el ranking de emisión a 3 cm, aunque su uso cercano suele ser breve.
  • Ordenadores, frigoríficos, lavadoras, lavavajillas y televisores modernos se sitúan en la parte baja de la tabla, con densidades de flujo magnético muy reducidas a 30 cm.
  • La distancia al aparato y el tiempo de uso son clave para minimizar la exposición, junto con una instalación eléctrica adecuada y hábitos de uso prudentes.

Aparatos domésticos que emiten microteslas

En casa convivimos con más tecnología de la que solemos imaginar: televisores, microondas, aspiradoras, taladros, ordenadores, lámparas fluorescentes, secadores de pelo… La lista es interminable. Cada uno de estos dispositivos hace nuestra vida más cómoda, pero a cambio llenan el entorno de campos electromagnéticos que no vemos, no olemos y apenas percibimos. Y claro, surge la duda razonable: hasta qué punto esa radiación puede afectar a nuestra salud?

En los últimos años se ha hablado mucho del famoso “electrosmog” doméstico y de los microteslas (µT) que generan los aparatos eléctricos cuando están encendidos. Entre titulares alarmistas y mensajes tranquilizadores es fácil perderse. Aquí vamos a poner orden con datos de organismos oficiales como la Oficina Alemana para la Protección contra la Radiación y las recomendaciones europeas, explicando de forma clara qué aparatos de casa emiten más, qué niveles se consideran seguros y qué gestos sencillos ayudan a reducir la exposición sin renunciar a la comodidad.

Qué son los campos electromagnéticos y qué pintan los microteslas en todo esto

Campos electromagnéticos en el hogar

Cada vez que enchufas un aparato eléctrico se genera a su alrededor un campo electromagnético de baja frecuencia. Es una consecuencia directa del paso de corriente por cables, motores y componentes internos. No es algo exclusivo de los electrodomésticos: la propia naturaleza también produce estos campos, por ejemplo durante tormentas eléctricas con rayos, que son enormes descargas de energía capaces de generar intensos campos alrededor.

Para cuantificar estos campos se utiliza una magnitud llamada densidad de flujo magnético, que se expresa en teslas (T) en el Sistema Internacional. Como un tesla es una barbaridad de grande para lo que manejamos en casa, se trabaja casi siempre con microteslas (µT), que equivalen a una millonésima parte de un tesla (1 µT = 0,000001 T). En el contexto doméstico, cuando hablamos de radiación de electrodomésticos, lo habitual es moverse en el orden de décimas, unidades o decenas de microteslas muy cerca del aparato.

Es clave entender que estos campos electromagnéticos de baja frecuencia son de baja frecuencia y no ionizantes, muy distintos de la radiación ionizante (como los rayos X o la radiación gamma) que sí puede dañar directamente el ADN. Aun así, por prudencia se han establecido niveles de referencia para que la exposición cotidiana se mantenga en rangos considerados seguros según la evidencia científica disponible.

Además, la intensidad del campo no es fija: cambia muchísimo con la distancia. A unos 3 cm del aparato (prácticamente pegado) se miden valores muy superiores a los que se obtienen a distancias de uso habituales, como 30 cm o más. Esa caída con la distancia es uno de los puntos clave para entender el riesgo real en el día a día.

Límites de seguridad: lo que recomienda la Unión Europea y lo que dice la OMS

Límites de exposición a campos electromagnéticos

Para evitar sustos y unificar criterios, la Unión Europea ha fijado un valor de referencia de 100 microteslas como nivel máximo de inducción magnética aconsejado para la población general en entornos de baja frecuencia. Este umbral se basa en estudios sobre posibles efectos biológicos y de salud asociados a exposiciones intensas, y se ha establecido con márgenes de seguridad bastante amplios.

En paralelo, organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) han revisado la evidencia científica disponible sobre campos electromagnéticos de baja frecuencia. La IARC ha clasificado estas radiofrecuencias en el Grupo 2B, “posiblemente carcinógeno para humanos”, una categoría que indica que hay indicios limitados y que se necesitan más investigaciones para sacar conclusiones firmes.

Esto no significa que el uso cotidiano de electrodomésticos sea peligroso per se, sino que se recomienda un enfoque de prudencia razonable: evitar exposiciones innecesarias muy intensas o prolongadas cuando es fácil reducirlas, y seguir las recomendaciones de seguridad de las autoridades reguladoras. En la práctica, los campos generados por la mayoría de aparatos de casa, a distancias normales, están significativamente por debajo de los 100 µT.

Distintas agencias europeas han insistido en que el marco normativo actual ya contempla los posibles efectos agudos y buena parte de los crónicos, y por eso se revisan periódicamente los límites. De momento, y con los datos en la mano, el consenso es que el uso típico de electrodomésticos no supone un riesgo relevante para la salud mientras se respeten estas referencias.

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Top 5 aparatos domésticos que más microteslas emiten a corta distancia

Top 5 aparatos que emiten más microteslas

La Oficina Alemana para la Protección contra la Radiación ha medido la inducción magnética de distintos aparatos eléctricos a una distancia de unos 3 centímetros. Es una distancia muy pequeña, prácticamente tocando el dispositivo, pero sirve para comparar qué aparatos generan campos más intensos cuando estamos pegados a ellos. Según estos datos, el ranking doméstico de emisión a 3 cm quedaría así:

1. Taladro eléctrico
El número uno indiscutible del listado es el taladro. Se han registrado valores en torno a 400 microteslas a 3 cm y, en algunas fuentes más conservadoras, rangos que pueden llegar incluso hasta los 700 µT dependiendo del modelo y la potencia. Es una herramienta con un motor eléctrico muy exigente, que consume bastante energía en muy poco tiempo, lo que se traduce en campos electromagnéticos elevados justo en la carcasa.

Por suerte, el taladro no es un aparato de uso continuo en la mayoría de hogares y normalmente se maneja durante periodos breves y esporádicos. Además, aunque la mano está cerca, el resto del cuerpo suele mantener cierta distancia. A partir de unos 30 cm, la densidad de flujo magnético de un taladro baja drásticamente hasta situarse, según mediciones de referencia, entre 2 y 3,5 µT, muy lejos del umbral de 100 µT.

2. Aspiradora
En segundo lugar encontramos la aspiradora, otro gran clásico de la casa moderna. A 3 cm de distancia puede generar en torno a 200 microteslas, y algunos análisis amplían el rango hasta cerca de 800 µT en modelos concretos. De nuevo, el motor interior, diseñado para mover aire con fuerza, es el responsable del campo magnético que rodea el aparato.

En el uso normal, sin embargo, el cuerpo no está encima de la aspiradora: gracias al tubo y al cable se mantiene una separación razonable, y a unos 30 cm las mediciones oscilan más bien entre 2 y 20 µT. Además, el tiempo de aspirado suele ser limitado (unos minutos al día o a la semana), lo que reduce todavía más la exposición acumulada.

3. Horno microondas
El microondas es probablemente el aparato que más respeto genera cuando se habla de radiación. En el gráfico de la Oficina Alemana se sitúa alrededor de 73 microteslas a 3 cm, con otros estudios que amplían la franja hasta cerca de 200 µT en algunos modelos. Hay que distinguir dos cosas: por un lado, el campo magnético de baja frecuencia asociado a la alimentación eléctrica; por otro, las microondas de alta frecuencia que calientan la comida.

Los microondas modernos están construidos con una cavidad metálica y puertas con rejilla que impiden que la radiación de alta frecuencia salga al exterior en cantidades significativas. A distancias normales de uso (por ejemplo, 30 cm o más) y con el aparato en buen estado, las mediciones caen a rangos de 4 a 8 µT, por debajo de los valores de referencia. Eso sí, no tiene mucho sentido pegar la cara al cristal mientras calienta; mejor mantener unos centímetros extra de distancia y revisar que la puerta cierre correctamente.

4. Lámparas fluorescentes
Las lámparas o tubos fluorescentes, muy frecuentes en cocinas, baños y garajes, también aparecen en la parte alta del ranking a distancias muy cortas. A unos 3 cm pueden llegar a 40 microteslas, e incluso hasta 400 µT según algunos rangos amplios que tienen en cuenta distintos balastos y diseños. Además de campos de baja frecuencia, emiten radiación ultravioleta (UVA, UVB) e infrarroja, aunque la mayor parte se queda atrapada en la estructura del tubo y se convierte en luz visible gracias a los fósforos internos.

En el uso real, lo habitual es que la cabeza y el cuerpo estén bastante más lejos que esos 3 cm: al alejarnos a 30 cm la emisión se sitúa en torno a 0,5-2 µT. A día de hoy, cada vez más hogares están sustituyendo estos fluorescentes por iluminación LED, que no solo consume menos, sino que en general genera campos electromagnéticos más bajos.

5. Radio portátil
Cerrando este top 5 encontramos la radio tradicional. A 3 cm de la carcasa se han registrado valores de unos 16 microteslas, con rangos que, según el tipo de receptor y alimentación, pueden llegar hasta 56 µT. Estos valores se deben sobre todo al transformador y los circuitos internos.

Sin embargo, en el día a día nadie está con la oreja literalmente pegada a una radio durante horas. A 30 cm de distancia, que sería una situación más realista, las mediciones bajan hasta valores entre 1 y menos de 0,01 µT, es decir, prácticamente despreciables desde el punto de vista de los límites europeos.

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Otros electrodomésticos y dispositivos: de la maquinilla de afeitar al televisor

Más allá del top 5, hay toda una colección de aparatos cotidianos que también generan campos electromagnéticos, aunque en general con intensidades moderadas o bajas a distancias de uso razonables. Los principales son:

Maquinilla o afeitadora eléctrica
Una afeitadora puede emitir entre 15 y 1500 µT a 3 cm, cifras muy variables según diseño y potencia. A 30 cm, en cambio, el campo cae a un rango de 0,08 a 9 µT. Es un dispositivo que se usa muy cerca de la piel, pero durante pocos minutos seguidos, lo que limita bastante la dosis total a lo largo del tiempo.

Secador de pelo
El secador es otro de los grandes sospechosos, entre otras cosas porque se utiliza pegado a la cabeza. Las mediciones muestran un abanico muy amplio: entre 6 y 2000 µT a 3 cm, dependiendo del modelo y la potencia seleccionada. Al alejarlo a unos 30 cm, las cifras bajan hasta 0,01-7 µT. La OMS lo menciona de forma expresa en sus documentos sobre radiación electromagnética precisamente por el uso cercano a la cabeza, aunque recuerda que para causar daños conocidos harían falta niveles muy superiores (del orden de miles de V/m o campos magnéticos muy por encima de los domésticos).

Plancha
La plancha de la ropa, pese a su potencia, genera campos relativamente moderados si nos fijamos en las cifras de referencia. A 3 cm puede estar alrededor de 8 µT, y a medida que nos alejamos de la base el valor baja aún más. Además, se usa con cierta separación del cuerpo, ya que la empuñadura mantiene las manos apartadas de la zona de mayor emisión.

Lavavajillas
En el caso del lavavajillas, los campos a 3 cm rondan los 3,5 microteslas, con posibles picos de hasta 20 µT según el ciclo y el motor. A 30 cm, la exposición se sitúa en franjas de 0,6 a 3 µT. Dado que no estamos pegados a la puerta mientras funciona, la irradiación real que recibe el usuario suele ser muy baja.

Lavadora
La lavadora maneja agua, giros de tambor y calentamiento, pero sus campos magnéticos a corta distancia se sitúan en torno a 0,8-50 µT a 3 cm. A distancias normales se reduce a aproximadamente 0,15-3 µT. De nuevo, es un aparato que solemos dejar funcionando y nos vamos a otra habitación, así que la exposición efectiva es limitada.

Cocina o estufa eléctrica
Las cocinas eléctricas tradicionales muestran valores de alrededor de 1-50 µT a 3 cm, que a 30 cm bajan a intervalos típicos de 0,15-0,5 µT. Aunque el cocinero permanece relativamente cerca durante más tiempo que con otros aparatos, esos valores siguen estando bastante por debajo del umbral europeo. El caso de las placas de inducción tiene particularidades propias, pero también están reguladas para cumplir con los límites de exposición.

Frigorífico o nevera
El frigorífico funciona muchas horas al día, pero la intensidad de su campo magnético es reducida. A 3 cm las mediciones se sitúan entre 0,5 y 1,7 µT, y a 30 cm se mueven en un rango de 0,01-0,25 µT. Aunque esté encendido prácticamente todo el tiempo, los niveles son tan bajos y la distancia de uso tan grande que se considera uno de los aparatos menos relevantes en este aspecto.

Ordenador
En los estudios de la Oficina Alemana, el ordenador aparece al final del ranking. A 3 cm puede generar entre 0,5 y 30 µT, mientras que a 30 cm las mediciones caen por debajo de 0,01 µT en muchos casos. La adopción de pantallas de cristal líquido y monitores planos ha reducido muchísimo los campos estáticos y los campos eléctricos y magnéticos asociados, en comparación con los antiguos monitores CRT.

Televisor
Algo parecido ocurre con los televisores modernos. A 3 cm se han medido valores de entre 2,5 y 50 µT, pero a 30 cm la densidad de flujo magnético ronda los 0,04-2 µT. Como normalmente vemos la tele a varios metros de distancia, el impacto en términos de exposición a campos de baja frecuencia es prácticamente irrelevante.

Radiación de baja frecuencia, salud y electrosensibilidad: qué se sabe y qué no

La gran cuestión es si estos campos electromagnéticos de baja frecuencia que generan los electrodomésticos pueden causar problemas de salud a corto o largo plazo. La evidencia científica hasta la fecha no es concluyente en muchos aspectos, pero sí hay algunos puntos relativamente claros:

Por un lado, está bien establecido que exposiciones muy altas, por encima de los niveles recomendados y durante tiempos prolongados, pueden producir efectos biológicos adversos, como estimulación de nervios y músculos o calentamiento significativo de tejidos. De ahí que existan límites de seguridad como los 100 µT para el público general en Europa.

Por otro lado, se sabe que incluso niveles muy por debajo de esos límites pueden inducir respuestas biológicas sutiles en las células, por ejemplo relacionadas con el estrés oxidativo. Algunas personas parecen ser especialmente sensibles y refieren síntomas como dolores de cabeza, insomnio o fatiga asociados a la presencia de campos electromagnéticos, fenómeno que a menudo se agrupa bajo el término de “hipersensibilidad electromagnética”.

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La dificultad es que muchos de estos síntomas son inespecíficos y frecuentes en la población general por múltiples causas, por lo que no es fácil establecer relaciones causales sólidas. La OMS y otros organismos han pedido más estudios de calidad para aclarar la posible conexión entre exposición crónica a campos de baja frecuencia y enfermedades como cáncer, trastornos cardiovasculares o neurodegenerativos. A día de hoy, la postura oficial suele ser de cautela sin alarmismo: seguir investigando, mantener los límites actuales y aplicar medidas de reducción de exposición que sean razonables y sencillas de implementar.

Es importante señalar que la mayoría de electrodomésticos, utilizados de forma normal, generan campos que a distancias típicas (unos 30 cm o más) están claramente por debajo de los 100 µT. Solo se obtienen valores localmente altos pegados a la superficie de algunos aparatos como taladros, secadores o microondas, y además durante intervalos muy cortos de tiempo.

Cómo reducir la exposición a la radiación de los aparatos domésticos sin volverse loco

Si quieres minimizar la exposición a campos electromagnéticos en casa sin caer en paranoias, hay varias medidas sencillas y de sentido común que puedes aplicar desde ya, y que coinciden con lo que recomiendan numerosos expertos y organismos:

  1. Aumenta la distancia siempre que puedas
    La regla de oro es clara: cada centímetro cuenta. La intensidad del campo disminuye rápidamente con la distancia, así que no hace falta obsesionarse: basta con evitar pegarse innecesariamente a las fuentes de emisión. Por ejemplo, no es buena idea apoyar la cabeza sobre el microondas mientras funciona, ni pegar el cuerpo a la lavadora midiendo cuánto le queda de programa.
  2. Reduce el tiempo de exposición cercano
    La mayoría de aparatos que más microteslas emiten (taladro, aspiradora, secador, afeitadora) se usan en periodos muy cortos. Mantén esa lógica: utiliza el secador solo el tiempo imprescindible, no dejes el taladro encendido en vacío, y no te quedes sujetando el aspirador junto al cuerpo cuando no estás aspirando nada.
  3. Cuida la planificación de la instalación eléctrica e iluminación
    Si vas a reformar o montar una vivienda, es buena idea apostar por iluminación LED, evitar en lo posible los reguladores de intensidad que generan más ruido eléctrico, usar cableado de calidad y asegurarte de que la instalación cuenta con buenas tomas de tierra. Todo esto ayuda a reducir el “electrosmog” general del hogar.
  4. Gestiona bien los dispositivos que emiten todo el día
    Más allá de los electrodomésticos clásicos, en casa hay fuentes continuas de campos y radiofrecuencias como el router Wi-Fi, los teléfonos inalámbricos (DECT), los móviles o las tabletas. Aunque su emisión es diferente (más ligada a radiofrecuencia que a baja frecuencia), pueden contribuir a la sensación de saturación. Siempre que sea posible, coloca el router lejos de las zonas donde pasas muchas horas (como la cabecera de la cama) y evita dormir con el móvil pegado a la almohada.
  5. Tecnologías filtrantes y soluciones específicas
    En el mercado han surgido dispositivos de filtrado electromagnético que prometen mitigar parte de las interferencias y desbalances de los campos generados por la tecnología cotidiana. Algunos sistemas, como los basados en tecnologías tipo SPIRO®, se presentan como complementos para seguir usando los aparatos con normalidad mientras se suaviza la contaminación electromagnética. Aunque conviene revisar con ojo crítico la evidencia detrás de cada solución, pueden ser una opción adicional para quienes buscan un plus de protección.

En el ámbito nocturno, cuando el tiempo de exposición es mayor, tiene sentido mantener alejados de la cama los aparatos eléctricos innecesarios, evitar regletas y transformadores bajo el colchón y, si se usan filtros o dispositivos de protección, colocarlos de forma que cubran la zona de descanso con un rango de acción suficiente.

El cuadro que dibujan los datos oficiales es bastante claro: sí, vivimos rodeados de aparatos que emiten radiación electromagnética, y algunos como el taladro o la aspiradora pueden generar microteslas elevados justo en su superficie. Sin embargo, las distancias y tiempos de uso típicos hacen que, en la mayoría de situaciones domésticas, los niveles de exposición queden muy por debajo de los 100 µT recomendados por la Unión Europea. Con unas cuantas pautas sensatas -mantener distancia, limitar el tiempo de contacto cercano, cuidar la instalación y, si se desea, recurrir a tecnologías de filtrado- es perfectamente posible disfrutar de todas las ventajas de la tecnología del hogar sin convertir la radiación en una preocupación constante.

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