Truco definitivo para consumir menos RAM en Chrome

Última actualización: diciembre 15, 2025
Autor: Isaac
  • Chrome puede reducir drásticamente su consumo de RAM suspendiendo pestañas inactivas con el modo Ahorro de memoria.
  • El panel de Rendimiento permite controlar memoria, batería, precarga y excepciones para sitios que deben seguir activos.
  • Ver el uso de RAM por pestaña y revisar extensiones ayuda a detectar qué está lastrando el rendimiento del navegador.
  • Combinando Ahorro de memoria y Ahorro de energía, Chrome se vuelve más fluido y consume menos en portátiles y PCs modestos.

Truco para consumir menos RAM en Chrome

Si usas Chrome a diario seguro que has notado que, en cuanto abres unas cuantas pestañas, la memoria RAM de tu ordenador empieza a dispararse y todo va más lento. No es casualidad: el navegador de Google es famosillo precisamente por lo mucho que exige al hardware, sobre todo en equipos modestos o con unos cuantos años a sus espaldas.

La parte buena es que, desde hace un tiempo, Chrome incluye varias funciones específicas para reducir el consumo de memoria y ahorrar batería sin que tengas que cambiar tus hábitos de navegación ni renunciar a tener muchas pestañas abiertas. En este artículo vamos a ver, paso a paso y con todo detalle, cómo funcionan estas opciones y cómo aprovecharlas a fondo.

Por qué Chrome devora tanta memoria RAM

Antes de tocar ajustes, viene bien entender qué está pasando por debajo: Chrome utiliza un sistema de procesos separados para cada pestaña, extensión y complemento. Esto es genial para la estabilidad (si una pestaña se cuelga, el resto siguen funcionando), pero a cambio cada elemento abierto se lleva su trozo de memoria.

Con el tiempo, las páginas web han dejado de ser simples documentos ligeros y se han convertido en aplicaciones web muy pesadas repletas de scripts, contenido dinámico, vídeo, anuncios y mil historias más. Donde hace años una pestaña podía ocupar apenas unos pocos megas, hoy es muy habitual que pase de los 100 MB, e incluso que algunas se vayan a varios cientos.

Si a eso le sumas que la mayoría de usuarios abre pestañas como si no hubiera un mañana y las deja ahí eternamente, el resultado es que la RAM se satura rápido, sobre todo en ordenadores con 4 u 8 GB. En esos equipos, el sistema se ve obligado a ir vaciando y cargando datos de la memoria todo el rato, lo que provoca tirones, bloqueos y esa sensación de que el ordenador va “a pedales”.

Google es consciente de esa fama de tragón de recursos y, aunque durante años ha ido puliendo el consumo, el problema no ha desaparecido del todo. Precisamente por eso han introducido herramientas específicas de rendimiento que permiten liberar memoria de forma mucho más agresiva, sobre todo en pestañas que no estás utilizando en ese momento.

Panel de rendimiento de Chrome: el centro de mandos

El punto de partida para controlar lo que consume Chrome es su apartado de “Rendimiento” dentro de la configuración. Desde ahí puedes activar tanto el Ahorro de memoria como el Ahorro de energía, gestionar alertas y ajustar cómo se comportan las pestañas.

Para llegar a este panel, en tu ordenador debes abrir Chrome y hacer clic en el botón de los tres puntos verticales de la esquina superior derecha. En el menú desplegable, entra en “Configuración”. En la columna izquierda de la pantalla de ajustes verás una sección llamada “Rendimiento”, que es la que nos interesa.

En este panel, Chrome agrupa todas las funciones relacionadas con la optimización de recursos: memoria, batería, precarga de páginas y algunas opciones visuales que afectan al rendimiento. Aunque muchas vienen desactivadas de serie, son la clave para conseguir que el navegador deje de comerse tanta RAM en tu PC o portátil.

Además, desde este mismo apartado puedes gestionar las alertas automáticas que Chrome muestra cuando detecta problemas de rendimiento, así como decidir qué webs deben quedar siempre activas y cuáles pueden desactivarse sin que pase nada importante.

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Ahorro de memoria: el truco clave para gastar mucha menos RAM

La función estrella para reducir el consumo en Chrome se llama “Ahorro de memoria” y permite suspender las pestañas inactivas. Básicamente, libera la RAM que estaban usando las webs que llevas tiempo sin mirar, y la reserva para las pestañas que sí tienes activas o para otras aplicaciones del sistema.

Cuando este modo está activado, las pestañas que dejas en segundo plano dejan de actualizarse constantemente. En lugar de seguir cargando contenido nuevo y ejecutando scripts a escondidas, el navegador las “apaga” temporalmente. Al volver a una de esas pestañas, se recarga de forma automática y puedes seguir navegando como siempre.

Google asegura que con esta característica se puede reducir el consumo de memoria RAM hasta en torno a un 40% en muchos escenarios, algo que se nota muchísimo en equipos modestos y portátiles con poca RAM. El navegador va más suelto, el sistema deja de arrastrarse y tienes margen para usar otras aplicaciones sin ahogarlo todo.

Para activarla, en la sección “Rendimiento” de la configuración de Chrome debes localizar el apartado de “Memoria” y activar el interruptor de “Ahorro de memoria”. El cambio es inmediato, no hace falta reiniciar el navegador, y a partir de ese momento Chrome empezará a desactivar automáticamente las pestañas que no estés usando.

En las versiones más completas de esta función, también puedes elegir el nivel de agresividad con el que se desactivan las pestañas. Normalmente verás tres opciones: “Moderado”, “Equilibrado” (suele ser la recomendada) y “Máximo”, que acorta aún más el tiempo que tardan las pestañas inactivas en suspenderse.

Controlar qué pestañas pueden desactivarse y cuáles no

Aunque suspender pestañas inactivas es una gran idea para ahorrar recursos, hay ciertos sitios que no te interesa que se detengan nunca porque podrías perder información o interrumpir tareas importantes. Piensa, por ejemplo, en documentos online, aplicaciones web de trabajo, reproductores de música o videollamadas.

Por eso, justo debajo de la opción de Ahorro de memoria encontrarás una sección llamada “Mantener siempre activos estos sitios”. Desde ahí puedes crear una lista de webs que Chrome nunca suspenderá aunque lleven mucho tiempo en segundo plano.

Para añadir excepciones tienes dos caminos: usar el botón “Añadir” para elegir entre las pestañas que tienes abiertas en ese momento, o introducir manualmente la dirección del sitio web que quieras blindar. En ambos casos, esas URLs pasarán a estar en una lista de exclusión permanente.

Chrome permite ser bastante fino con estas reglas de exclusión: puedes indicar dominios completos, subdominios específicos o incluso rutas concretas dentro de una web. Por ejemplo, podrías colocar “google.com” para cubrir todos sus subdominios, o algo del tipo “www.google.com/finance” para proteger solo las páginas de Google Finance.

También se admiten comodines con asteriscos en algunos componentes de la URL, lo que te permite crear reglas más flexibles, como proteger todos los sitios que usan https o todos los vídeos de YouTube. Eso sí, Chrome no admite ciertos tipos de comodín (por ejemplo, no se pueden usar para prefijos o sufijos de dominio en el host), así que conviene fijarse bien en el formato que indica la propia configuración.

Alertas de problemas de rendimiento en Chrome

Cuando la cosa se pone fea y Chrome detecta que tu navegación va especialmente lenta, el propio navegador puede mostrar una notificación recomendando desactivar pestañas o aplicar ajustes de rendimiento. Es una pequeña ayuda automática para usuarios que no se suelen meter en la configuración.

Estas alertas se activan cuando el sistema nota que el rendimiento de la navegación se ha degradado, por ejemplo, porque hay demasiadas pestañas abiertas, una web está consumiendo recursos de forma exagerada o la memoria disponible es muy escasa. En esos casos puede aparecer un mensaje con un botón del tipo “Arreglar ahora”.

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Si aceptas esa sugerencia, Chrome aplicará cambios como desactivar pestañas en segundo plano o ajustar el modo de ahorro de memoria para recuperar fluidez. Es una forma rápida de “optimizar” sin tener que pensar demasiado en cada ajuste.

Esta función viene activada por defecto en la mayoría de instalaciones, pero si te resulta molesta o prefieres tener el control absoluto, puedes desactivarla. Para ello, dentro de “Configuración” entra en “Rendimiento” y, en el apartado “General”, desmarca la opción de “Alertas de problemas de rendimiento”.

Si decides dejarla activa, simplemente recuerda que no estás obligado a aceptar los cambios que Chrome te propone; puedes ignorar la notificación si en ese momento estás trabajando con pestañas que necesitas mantener abiertas tal cual.

Ver cuánta memoria consume cada pestaña

Además de suspender pestañas de forma automática, puede resultarte muy útil identificar qué pestañas concretas son las que más memoria RAM están devorando. Chrome ofrece dos herramientas para esto: la vista de uso de memoria en las tarjetas de pestañas y el clásico Administrador de tareas del navegador.

Por un lado, en la configuración de “Aspecto” tienes la opción de mostrar el uso de memoria en la previsualización que aparece al pasar el ratón sobre una pestaña. En Windows, Linux y Chromebook se controla desde el ajuste “Tarjeta de vista previa que se muestra al colocar el cursor sobre una pestaña”, activando la casilla “Mostrar el uso de memoria de las pestañas”.

En macOS, la opción es muy similar: puedes activar que se vea la memoria utilizada directamente en la tarjeta de vista previa. Esto te permite, de un vistazo, comprobar cuál de tus pestañas es la que más recursos está consumiendo sin necesidad de abrir menús adicionales.

Por otro lado, siempre puedes recurrir al Administrador de tareas de Chrome, accesible con la combinación de teclas Shift + Esc (en la mayoría de sistemas). Ahí verás una lista detallada de todas las pestañas, extensiones y procesos internos, junto con su consumo de memoria, CPU y otros datos.

Desde ese panel puedes seleccionar cualquier elemento que esté consumiendo demasiado y finalizarlo manualmente. Es especialmente útil para detectar extensiones mal optimizadas o webs que, por sí solas, están tirando abajo el rendimiento del equipo.

Ahorro de energía: alargar la batería del portátil con Chrome

Si navegas desde un portátil, Chrome incorpora además un modo de “Ahorro de energía” pensado para reducir el consumo de batería cuando no tienes el cargador conectado o cuando la batería está ya bastante baja.

Cuando este modo está en marcha, el navegador limita la tasa de captura de imágenes, reduce tareas en segundo plano y baja la frecuencia de fotogramas en vídeos y otros elementos pesados. El objetivo es que la CPU y la GPU trabajen menos, lo que se traduce en menos consumo energético y, de paso, menos calor y ruido del ventilador.

Chrome también es capaz de detener pestañas en segundo plano que estén usando muchos recursos de procesador, siempre que sean “aptas” para ello. Pestañas con videoconferencias o audio en reproducción no se ven afectadas, precisamente para evitar cortar llamadas o música sin avisar.

Para activarlo, de nuevo entra en “Configuración” y luego en “Rendimiento”. Ahí verás la opción “Ahorro de energía” que puedes activar o desactivar según prefieras. Esta función solo aparece en equipos con batería (portátiles Windows, Mac y Chromebook), por lo que no la verás en ordenadores de sobremesa.

Dentro de este modo puedes decidir si se active automáticamente cuando el portátil esté desenchufado o únicamente cuando la batería baje de un cierto porcentaje, normalmente alrededor del 20%. Es ideal para viajes largos, trayectos en tren o avión, o cuando sabes que vas a estar horas sin enchufe.

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Precarga de páginas y su impacto en memoria y velocidad

Además de ahorrar recursos, Chrome puede irse al extremo contrario y precargar páginas que cree que vas a visitar, para que se abran más rápido. Esta función está pensada para mejorar la velocidad de navegación, pero evidentemente también tiene impacto en el uso de RAM y en el tráfico de red.

Cuando la precarga está activada, el navegador puede cargar por adelantado ciertos recursos de páginas relacionadas con tus búsquedas o con enlaces que es probable que pulses. Para ello puede utilizar cookies (si las permites) y, en algunos casos, cifrar y enviar las páginas a través de los servidores de Google para proteger tu identidad frente a los sitios de destino.

Esta función se controla, de nuevo, desde el panel de “Rendimiento”. En la sección correspondiente verás un interruptor para activar o desactivar la opción “Precargar páginas” y, en algunos casos, elegir entre “Precarga estándar” o “Precarga ampliada”.

La precarga estándar intenta mantener un equilibrio, precargando solo algunas de las páginas que es más probable que visites, mientras que la precarga ampliada es bastante más agresiva y puede cargar más páginas en segundo plano para que todo parezca instantáneo.

Si tu prioridad absoluta es reducir el uso de memoria y de datos, puede que te interese limitar esta función o incluso desactivarla, ya que cada página precargada es, al final, otra pestaña más que ocupa RAM, aunque no la veas en la barra de pestañas.

Otras opciones para recortar el consumo de Chrome

Más allá de las herramientas de rendimiento integradas, hay varios ajustes y buenas prácticas que pueden ayudar a rebajar todavía más el uso de memoria del navegador sin renunciar a una experiencia cómoda de navegación.

Una de las más interesantes es la aceleración por hardware, que permite delegar ciertas tareas gráficas en la GPU en lugar de cargar todo sobre la CPU y la RAM. Para comprobar si la tienes activada, puedes abrir la página de configuración avanzada con algo como “chrome://settings/?search=aceleracion+por+hardware” en la barra de direcciones y revisar el estado de esa opción.

Otra fuente habitual de problemas son las extensiones: muchas se ejecutan en segundo plano incluso cuando no las estás usando de forma visible. Conviene entrar de vez en cuando en “chrome://extensions/” y revisar qué tienes instalado; si ves extensiones que no recuerdas haber usado últimamente, lo mejor es desactivarlas o eliminarlas.

También sigue siendo útil, aunque sea una solución más “clásica”, cerrar pestañas que ya no necesitas, evitar tener varias ventanas de Chrome abiertas a la vez y, de vez en cuando, limpiar la caché si notas comportamientos extraños. No van a obrar milagros por sí solos, pero suman cuando se combinan con Ahorro de memoria y el resto de ajustes.

Por último, no olvides mantener el navegador al día: las versiones nuevas de Chrome suelen incluir mejoras de rendimiento, correcciones de errores y pequeños ajustes internos que pueden reducir el consumo sin que tengas que tocar nada más. Puedes comprobar si hay actualizaciones disponibles desde el menú principal, en el apartado “Ayuda > Información de Google Chrome”.

Con todo este conjunto de herramientas -Ahorro de memoria, gestión de pestañas inactivas, Ahorro de energía, control del uso de RAM por pestaña, precarga ajustada y un repaso periódico a las extensiones- es posible que Chrome deje de ser ese devorador implacable de recursos y se convierta en un navegador mucho más llevadero incluso en equipos con poca memoria, manteniendo tu manera de navegar, tus webs habituales y tus pestañas eternas sin tener que renunciar a ellas.

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