UPS line-interactive vs online: diferencias reales y cuándo elegir cada uno

Última actualización: diciembre 5, 2025
Autor: Isaac
  • Los UPS line-interactive ofrecen buena protección y alta eficiencia para cargas no críticas, con un breve tiempo de transferencia durante cortes.
  • Los UPS online de doble conversión aíslan completamente la carga de la red, sin tiempo de transferencia y con la mejor calidad de energía.
  • La elección entre line-interactive y online depende de la criticidad de la carga, la calidad de la red y el coste aceptable de una interrupción.
  • En entornos domésticos y pymes suele bastar line-interactive; en data centers, sanidad o banca se impone la tecnología online.

Comparativa UPS line interactive vs online

Elegir entre un SAI line‑interactive y uno online puede parecer un simple tema de precio, pero cuando detrás hay servidores, bases de datos, sistemas médicos o cobros con datáfono, la cosa se pone seria. Una mala elección no solo implica reinicios molestos, sino también pérdida de datos, parada de servicios y, en empresas, un buen agujero económico.

En este artículo vas a encontrar una guía completa y muy aterrizada sobre UPS line‑interactive vs online: cómo funcionan por dentro, qué protección ofrecen, qué diferencia hay en tiempos de transferencia, calidad de la onda, eficiencia, costes y, sobre todo, en qué casos compensa pagar más por un online y cuándo un line‑interactive es más que suficiente. La idea es que, al terminar, puedas tomar una decisión con argumentos y no “porque lo dijo el comercial”.

Qué es un UPS line‑interactive y cómo funciona realmente

UPS line interactive explicacion

Un SAI o UPS line‑interactive es, por decirlo claro, la opción intermedia entre un SAI básico offline y un SAI online de doble conversión. Está pensado para dar una buena protección sin disparar el presupuesto, ideal para hogares, pequeñas oficinas y equipos que no se consideran extremadamente críticos.

En condiciones normales, la carga se alimenta directamente de la red eléctrica, pero pasando por un regulador automático de tensión (AVR) y filtros que recortan picos y parte del ruido eléctrico. Es decir, el UPS está vigilando y corrigiendo pequeñas variaciones, pero no está reconvirtiendo la energía de forma continua como hace un modelo online.

Este tipo de UPS incorpora varios bloques internos: autotransformador con AVR, supresor de sobretensiones, filtros contra interferencias, cargador de baterías, banco de baterías e inversor. El inversor está “en espera”: solo entra en acción cuando detecta un problema serio en la red (corte, bajón muy fuerte, etc.).

Cuando se va la luz o la tensión cae por debajo de un umbral, el UPS line‑interactive conmuta la alimentación hacia el inversor alimentado por baterías. Esta conmutación tiene un tiempo de transferencia típico de entre 2 y 8 milisegundos (a veces se habla de 2-10 ms). Para la mayoría de equipos informáticos y de red es un parpadeo imperceptible, pero hay cargas muy sensibles que pueden notarlo.

En resumen, un line‑interactive ofrece protección frente a apagones breves, microcortes, pequeños picos y fluctuaciones moderadas de tensión, con buena eficiencia y un coste contenido, pero sin llegar al nivel de aislamiento total que da un sistema online de doble conversión.

Qué es un UPS online (doble conversión) y por qué se considera “real” UPS

UPS online doble conversion

Un SAI online, también llamado UPS de doble conversión o VFI, juega en otra liga. Su filosofía es muy distinta: aquí la carga nunca está conectada directamente a la red eléctrica; siempre recibe energía a través del inversor del propio UPS.

El camino de la energía en un UPS online es el siguiente: la entrada de corriente alterna (CA) se rectifica a corriente continua (CC), que alimenta a la vez al banco de baterías y al inversor. Ese inversor vuelve a generar de forma continua una señal de CA nueva, limpia y perfectamente regulada que es la que ve la carga.

Gracias a esa doble conversión, las variaciones de tensión, picos, armónicos o incluso pequeñas inestabilidades de frecuencia de la red quedan prácticamente aisladas del equipo protegido. El UPS actúa como una barrera: lo que pasa en la red no se traslada casi nunca a la salida.

La gran ventaja operativa es que, cuando se produce un corte de luz, no hay tiempo de transferencia. El inversor ya está alimentando la carga; simplemente pasa a tomar la energía de las baterías en lugar de la red. Desde el punto de vista del servidor, equipo médico o sistema crítico, no ocurre absolutamente nada reseñable.

Además de esta continuidad total, los UPS online suelen ofrecer una onda senoidal pura 24/7, protección total frente a ruido eléctrico, picos y sags, mejor control de baterías y, en muchos casos, bypass estático interno que permite mantener la carga alimentada (aunque sea por la red sin acondicionar) si el UPS falla o necesita mantenimiento.

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Por todo esto, los UPS online se consideran la opción de referencia para centros de datos, sistemas sanitarios, banca, laboratorios, procesos industriales sensibles y cualquier entorno donde la parada no es una opción.

Diferencias clave entre line‑interactive y online: protección, eficiencia y costes

Diferencias UPS line interactive y online

Cuando comparamos un UPS line‑interactive con uno online, no se trata solo de que uno sea “mejor” que otro; realmente están pensados para escenarios de criticidad distintos. Conviene repasar los puntos donde más se nota la diferencia.

En primer lugar, el nivel de protección: ambos protegen frente a cortes de suministro, picos y caídas de tensión, pero el online añade una capa extra al filtrar prácticamente todo: ruido, armónicos, variaciones de frecuencia, distorsión de la onda, etc. Un line‑interactive ofrece una protección muy decente, pero parcial, porque deja pasar más características de la red de entrada.

En cuanto al tipo de señal de salida, muchos UPS line‑interactive de gama profesional pueden entregar onda senoidal cuando trabajan con baterías, pero no siempre es así, especialmente en modelos domésticos o muy económicos. En cambio, un UPS online genera onda senoidal pura en todo momento, tanto si hay red como si está tirando de batería, algo clave para fuentes de alimentación con PFC activo y equipos muy delicados.

La regulación de tensión también marca diferencias: el line‑interactive usa un AVR con transformador que corrige dentro de un margen típico de ±8‑15 % respecto a la tensión nominal (120, 208, 230 o 240 V según el país). El online, al recrear completamente la señal, suele mantener la salida dentro de un estrecho rango de ±2‑3 %, mucho más estable.

Sobre ruido y sobretensiones, ambos incorporan supresores de picos y filtros EMI/RFI, pero el online gana por goleada porque la doble conversión aísla la carga de casi cualquier porquería que venga por la red. En entornos con tormentas frecuentes, motores grandes o máquinas que meten mucho ruido eléctrico, esto se nota bastante.

En eficiencia, la balanza suele inclinarse a favor del line‑interactive: en modo normal puede alcanzar rendimientos del 95‑98 %, ya que la energía pasa casi directa desde la red a la carga, con pequeñas correcciones. Un UPS online, al estar convirtiendo constantemente de CA a CC y de vuelta a CA, suele moverse en torno al 90‑96 % de eficiencia, algo menor por la electrónica adicional.

Por último, en el capítulo económico, el line‑interactive suele ser sensiblemente más barato, a menudo entre un 20 % y un 40 % menos que un online equivalente. También consume algo menos a lo largo de su vida útil y su mantenimiento de electrónica es algo más sencillo, aunque muchas veces sus baterías trabajan de forma más intensa y pueden requerir sustituciones más frecuentes.

Tiempo de transferencia y por qué importa según el tipo de carga

Tiempo de transferencia UPS line interactive y online

Uno de los puntos que más dudas genera al comparar UPS line‑interactive vs online es el famoso tiempo de transferencia durante un corte o una caída brusca de tensión. Aquí es donde suelen aparecer las historias de “este servidor se me apagó con un SAI barato”.

En un UPS line‑interactive, el sistema detecta la anomalía y conmuta de la red al inversor alimentado por baterías en unos 2‑4 ms habitualmente, pudiendo llegar a 8‑10 ms según el diseño. Para la mayoría de ordenadores, routers, switches y electrónica de consumo, este paréntesis es totalmente tolerable porque las fuentes de alimentación tienen condensadores que aguantan ese bache.

Sin embargo, hay equipos especialmente quisquillosos: servidores con fuentes con PFC activo muy agresivo, determinados sistemas industriales, algunas unidades médicas o hardware muy sensible pueden no tolerar bien ni siquiera esos pocos milisegundos, sobre todo si se repiten con frecuencia o si la red ya viene mal de por sí.

Hay casos documentados donde un fabricante indica de forma explícita en su manual “usar únicamente UPS online”. Por ejemplo, se han dado situaciones con servidores de marca (como modelos concretos de Dell u otros fabricantes) que, conectados a un UPS line‑interactive, no soportaron un corte real y se apagaron al no tolerar el hueco de tensión durante la conmutación. Es algo poco frecuente, pero cuando ocurre, el susto es importante.

En los UPS online la historia es distinta: no existe tiempo de transferencia porque el inversor ya está en el camino de la energía. Cuando hay un fallo de red, solo cambia de dónde recibe la energía el rectificador y las baterías, pero la salida ni se entera. Para cargas extremadamente críticas o delicadas, este comportamiento sin saltos es el principal argumento a favor del online.

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Por tanto, si tu carga es medianamente tolerante y un microcorte de unos pocos milisegundos no pone nada en riesgo, un line‑interactive puede cumplir de sobra. Si, por el contrario, estás en un entorno donde *cualquier* parpadeo implica paradas, reprocesos o riesgo de daño, el coste extra de un online está más que justificado.

Calidad de la energía: tensión, ruido, armónicos y forma de onda

Más allá de soportar un apagón, un buen UPS también sirve para mejorar la calidad de la energía que llega a los equipos. Aquí es donde más se nota la diferencia entre line‑interactive y online, sobre todo en instalaciones con red “regularcilla” o con mucha maquinaria.

En un line‑interactive, el AVR se encarga de subir o bajar ligeramente la tensión cuando esta se mueve fuera de un rango prefijado, evitando que se tire demasiado de batería por cualquier tontería. Esto protege frente a sags (bajadas de tensión) y swells (subidas moderadas) sin maltratar las baterías cada dos por tres.

No obstante, esa arquitectura implica que la forma de onda y buena parte del ruido de la red pasan prácticamente intactos. Los filtros y supresores ayudan, pero no hacen milagros: picos muy bruscos, armónicos fuertes o interferencias intensas pueden seguir afectando, en parte, a la salida.

El UPS online, al transformar siempre la energía de CA a CC y después generar una nueva CA, actúa como una especie de “lavadora” eléctrica: la señal de salida es estable, con baja distorsión y con una onda senoidal muy limpia. El ruido de alta frecuencia, las perturbaciones y las deformaciones de la red quedan muy atenuados.

Para equipos delicados como instrumentación de laboratorio, equipos de diagnóstico médico, sistemas de medida, bancos de pruebas o electrónica de precisión, esa mejora en la calidad de la energía puede marcar la diferencia entre trabajar dentro de parámetros o tener errores erráticos aparentemente “misteriosos”.

En el día a día de oficinas y pymes, si la red eléctrica local es relativamente estable y no hay grandes consumidores ruidosos cerca, un buen line‑interactive ofrece un equilibrio muy razonable entre protección y coste. Pero cuando la instalación está en zonas con red inestable, mucho motor o problemas habituales de tensión, un online se vuelve casi obligatorio.

Eficiencia, consumo y costes de operación a largo plazo

Una duda razonable cuando se compara UPS line‑interactive vs online es cuánto se nota en la factura de la luz y en el coste total de propiedad (TCO). No solo es el precio de compra; hay que tener en cuenta consumo, mantenimiento y vida útil de las baterías.

En modo normal, un line‑interactive alcanza rendimientos muy altos, típicamente entre el 95 % y el 98 %. Como la mayor parte de la energía pasa casi directa desde la red a la carga, con solo una corrección de tensión y algo de filtrado, las pérdidas internas son reducidas.

Un UPS online, debido a la conversión constante (rectificador + inversor), tiene rendimientos algo menores, alrededor del 90‑96 % según el modelo y la carga. Eso significa que para entregar la misma potencia a los equipos necesitará algo más de energía de la red, generando calor adicional que puede requerir más refrigeración en salas de servidores y CPDs.

En cuanto al mantenimiento, los UPS online incorporan más electrónica activa y, por tanto, tienen algo más de complejidad técnica. No quiere decir que sean poco fiables, sino que su revisión y reparación, si hace falta, suele ser más especializada y costosa que la de un line‑interactive sencillo.

Respecto a las baterías, no hay una regla fija, pero en muchos line‑interactive las baterías pueden verse sometidas a más ciclos si el entorno tiene variaciones de tensión frecuentes y el SAI decide entrar a batería con regularidad. En los online modernos, la gestión de baterías suele estar bastante optimizada, lo que ayuda a alargar su vida útil aunque la electrónica consuma más.

Si miramos el cuadro completo, para entornos donde cada interrupción conlleva tiempo de comprobaciones, reinicios, pérdida de productividad o incluso pérdida de transacciones, el mayor coste del UPS online se compensa con menos incidencias y menos horas “tiradas”. En contextos más relajados, el line‑interactive suele ofrecer un TCO más atractivo.

Cuándo elegir line‑interactive y cuándo apostar por online

Llegados a este punto, la pregunta lógica es: “¿en qué casos vale la pena pagar más por un UPS online y cuándo voy sobrado con un line‑interactive?”. La respuesta depende del tipo de carga, de la criticidad del servicio y de la calidad de la red donde vas a conectar el SAI.

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Un UPS line‑interactive encaja muy bien en cargas no críticas o moderadamente críticas como: ordenadores personales, puestos de trabajo, pequeños servidores de oficina, sistemas de videovigilancia, TPV de comercios, equipos de red en pymes, gamers exigentes y, en general, para uso doméstico y de pequeña empresa.

Para este tipo de aplicaciones, una interrupción de unos pocos milisegundos no suele suponer pérdida de datos importante ni parada crítica. El objetivo es evitar apagones bruscos, dar tiempo a un apagado ordenado y filtrar problemas cotidianos de la red sin gastar un dineral.

En cambio, un UPS online es el candidato claro en aplicaciones de misión crítica: centros de datos, clusters de servidores, almacenamiento empresarial, sistemas de banca y bolsa, UCIs y quirófanos, equipos médicos de soporte vital, laboratorios, procesos industriales donde una parada dañe producto o maquinaria, y, en general, cualquier sistema 24/7 donde el coste de un corte sea alto.

También tiene mucho sentido elegir online cuando sabes que la red eléctrica es mala: zonas rurales con cortes frecuentes, países o regiones con mucha inestabilidad de tensión, edificios con instalaciones antiguas o polígonos con grandes motores y maquinaria que meten ruido en la red.

Un criterio práctico que se suele usar es que, por encima de potencias de unos 5.000 VA (unos 4.000 W) y si la carga es IT o industrial relevante, lo normal es ir ya a tecnología online. Aun así, hay muchas excepciones según fabricante, entorno y criticidad real del sistema.

En definitiva, si el presupuesto está muy ajustado y tu prioridad es tener una buena protección “relación calidad‑precio” para cargas no extremas, line‑interactive es un gran aliado. Si el coste de un solo corte serio supera de largo la diferencia de precio, la lógica apunta directamente al online.

Factores extra a considerar: normativa, dimensionado y modos especiales

Además de la topología, hay algunos aspectos adicionales que conviene tener en cuenta antes de sacar la tarjeta y comprar el primer SAI que veas con buena pinta. Estos puntos afectan tanto a modelos line‑interactive como online.

El primero es el dimensionado: no basta con sumar vatios y ya está; hay que fijarse también en la potencia en kW y en kVA y en el factor de potencia. Lo recomendable es elegir un UPS cuya potencia en kW supere en un 20‑30 % la potencia real de la carga, para absorber picos de arranque, crecimiento futuro y degradación con el tiempo.

El segundo es la autonomía: cuántos minutos necesitas realmente de respaldo. Muchas oficinas con un buen sistema de alimentación solo buscan 10‑15 minutos para apagar con calma. En servidores y laboratorios se suele apuntar a 20‑30 minutos o más, dependiendo de si hay generador auxiliar o no.

Otro punto importante es la normativa: en algunos países, los SAI de hasta 10 kVA monofásicos deben cumplir estándares específicos (como ciertas normas BIS o IEC 62040 que definen claramente VFI para online, VI para line‑interactive y VFD para offline). Ver estas etiquetas te ayuda a comparar “manzanas con manzanas” entre fabricantes.

No olvides revisar también características como bypass manual o estático, posibilidad de ampliar baterías, comunicaciones de monitorización, calidad del servicio técnico y disponibilidad de repuestos. Un SAI sin buen soporte detrás puede convertirse en un problema cuando pasan unos años.

Por último, muchos UPS online modernos incluyen un modo eco o de alta eficiencia, en el que operan temporalmente de forma parecida a un line‑interactive para reducir el consumo, introduciendo de nuevo un tiempo de transferencia en caso de incidencia. Este modo puede ser interesante en entornos donde la carga admite pequeños huecos, pero hay que activarlo con cabeza, sabiendo lo que se gana y lo que se pierde.

A la hora de la verdad, la elección entre line‑interactive y online pasa por valorar bien la criticidad de tus equipos, la calidad de la red donde estás y el coste real de una interrupción. Con esos tres datos claros, resulta mucho más sencillo decidir si te compensa el ahorro de un line‑interactive o si tu caso pide sin duda la protección total de un online.

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