- Monitoriza CPU, GPU y discos con apps como HWMonitor, HWiNFO, Core Temp, AIDA64 y NZXT CAM.
- Activa un overlay en juegos con MSI Afterburner + RivaTuner para ver temperaturas y uso en tiempo real.
- Sigue rangos térmicos realistas (CPU 50–70 ºC típica en carga, GPU 60–85 ºC) y actúa >85–90 ºC sostenidos.
Los componentes de un ordenador convierten en calor la energía que no se transforma en trabajo útil. Esa realidad física hace que, si no vigilamos, un PC pueda volverse inestable, perder rendimiento o incluso averiarse. Por eso, tener un ojo siempre puesto en las temperaturas del sistema es una práctica sana, especialmente si buscas las mejores configuraciones de PC para juegos, haces streaming o trabajas con tareas pesadas.
Más allá de la curiosidad, medir y registrar temperaturas sirve para detectar cuellos de botella de refrigeración, anticipar throttling y prevenir apagados. Si notas que el equipo “se arrastra” cuando le exiges o los ventiladores rugen sin descanso, es hora de monitorizar bien y actuar: mejorar el flujo de aire, cambiar la pasta térmica o ajustar curvas de ventilador pueden marcar la diferencia.
Cómo se manifiesta el sobrecalentamiento
Un PC “caliente” suele avisar antes de dar un susto. Estos son los signos más habituales que apuntan a temperaturas internas por encima de lo deseable:
- Ventiladores a tope constantemente. Los controladores aumentan las RPM si hay más calor; si nunca bajan, algo está calentándose más de la cuenta.
- Thermal throttling. Caídas claras de rendimiento, FPS inestables o CPU/GPU que reducen su frecuencia para protegerse, síntoma clásico de temperatura elevada.
- Reinicios o apagados repentinos. Si se alcanza el umbral crítico, el sistema se apaga para salvaguardar el hardware, lo que señala un problema serio de refrigeración.
- Pantallazos azules y cuelgues. Especialmente bajo carga fuerte; una CPU al límite térmico puede provocar errores y bloqueos.
¿Qué ofrece Windows sin instalar nada?
El Administrador de tareas de Windows ayuda a ver uso de CPU, memoria, discos y red, pero hoy por hoy no muestra la temperatura de CPU, SSD o RAM. Solo verás, en muchos equipos, el valor de la temperatura de la GPU, lo que limita su utilidad para diagnóstico térmico completo.
Para una consulta básica fuera del sistema operativo, puedes entrar en BIOS/UEFI al arrancar (teclas habituales: Supr, F2, F12 o Esc). Ahí verás temperaturas y a veces las RPM de ventiladores, útil para comprobar el estado térmico sin cargar Windows.

Temperaturas recomendables: guía rápida
Las cifras dependen del modelo y del sistema de disipación, pero como referencia, con un uso ligero la CPU suele moverse entre 25 y 35 ºC cuando la refrigeración es correcta y la habitación no es calurosa. Bajo carga intensa (juegos, render o edición) valores entre 50 y 70 ºC son normales en muchas configuraciones de escritorio bien ventiladas.
También se considera habitual que, en equipos muy compactos o durante estrés serio, la CPU ronde los 65–85 ºC. Conviene revisar si se superan de forma sostenida los 85–90 ºC, porque ahí la protección térmica y el throttling entran en juego y el rendimiento cae.
Para la GPU, temperaturas de 60–85 ºC en carga son comunes según el modelo. Por encima de ~90–95 ºC toca revisar pasta térmica, flujo de aire o limpieza. Recuerda: no hay una cifra única “buena” para todos; lo importante es mantener la estabilidad sin recortes de frecuencia.
Si notas que pasas de 70 ºC en CPU con facilidad a cargas moderadas, quizá la pasta térmica esté seca o el disipador sea insuficiente. En ese caso, una puesta a punto (limpieza, cambio de pasta y mejora de ventilación) suele obrar milagros.
Aplicaciones para medir la temperatura del PC
Existen utilidades generales que monitorizan CPU, GPU, discos y ventiladores, y otras más específicas. A continuación tienes un repaso completo, con lo mejor de cada una y cuándo te interesa usarla.
Core Temp
Ideal si solo te preocupa la temperatura del procesador por núcleo. Es ligera, clara y registra mínimo, máximo y valor actual por core. Además, su plugin complementario permite consultar las temperaturas desde el móvil con la app Core Temp Monitor, útil si dejas el PC trabajando.
Al abrirla obtienes detalles técnicos (modelo, voltaje, litografía, frecuencias), y puedes alternar vistas con doble clic izquierdo. Destaca por su precisión y por centrarse en lo importante sin abrumar con menús.
HWMonitor
Una de las suites más populares porque ofrece mucha información de un vistazo: temperaturas, voltajes, frecuencias, carga, RPM de ventiladores y espacio en discos. Es gratuita, muy ligera y totalmente directa.
Su interfaz en árbol ayuda a encontrar rápido cada sensor y, además, muchos overlays como RivaTuner suelen apoyarse en sus lecturas. Guarda mínimos y máximos, genial para comparar sesiones o detectar picos.
AIDA64 Extreme
Aunque se asocia más a pruebas de estrés y benchmarks, AIDA64 también monitoriza temperaturas, voltajes y ventiladores. Dispone de versiones de evaluación de 30 días y es compatible con pantallas externas para mostrar datos en vivo.
Su presentación recuerda a HWMonitor, pero con más diagnósticos. En algunos equipos (sobre todo ciertas placas ASUS o GIGABYTE) puede no detectar algún sensor a la primera, así que conviene ajustar la configuración.
Cómo afinar la detección de sensores en AIDA64
- Entra en Archivo.
- Accede a Preferencias.
- Abre la sección Estabilidad.
- Activa Acceso al bus SMBus mediante ACPI (placas base ASUS) si usas una placa ASUS.
- Revisa otras compatibilidades de sensores y activa lo necesario.
- Valora marcar Compatibilidad con sensor térmico a DIMM para ver temperatura de módulos de RAM si tu equipo lo soporta.
No marques opciones “a lo loco”: habilitar compatibilidades sin necesidad puede causar inestabilidad, fallos de arranque o BSOD en algunos sistemas.
Open Hardware Monitor
Proyecto open source muy querido por su ligereza. Lectura de CPU, GPU, discos, ventiladores y voltajes, con opción de gadget al estilo Windows 7 para tener siempre los valores a la vista.
La versión estable se ha quedado atrás para hardware moderno, aunque hay betas no oficiales que amplían compatibilidad. Sigue siendo una gran opción si quieres cero florituras y datos limpios.
CPU‑Z (GPU‑z)
CPU‑Z es un clásico para identificar CPU, placa, memoria y SPD. No monitoriza la gráfica (eso lo hace GPU‑Z); si necesitas identificar tu tarjeta gráfica consulta cómo identificar la tarjeta gráfica de tu PC en Windows 11, y complementa muy bien a HWMonitor cuando quieres mezclar inventario detallado con lecturas térmicas y de voltaje.
Existe una versión llamada CPU-X para Linux.
Overlay en tiempo real: la “ventanita” que lo cambia todo
Cuando quieres saber si una bajada de FPS es por CPU, GPU o temperaturas, un overlay en juego es oro. La combinación MSI Afterburner + RivaTuner permite ver datos en vivo sobreimpresos sin salir del juego, algo que no ofrecen todas las plataformas de distribución.
Ajusta qué métricas aparecen, su tamaño y su posición para tener un panel discreto pero informativo. Si detectas picos térmicos justo donde caen los FPS, ya tienes el hilo del que tirar para optimizar.
Consejos prácticos para bajar grados
Más allá del software, hay hábitos que reducen temperaturas de forma inmediata y barata. Empieza por una limpieza de polvo en ventiladores y disipadores cada pocos meses: recuperarás flujo de aire y silencio.
Cambia la pasta térmica de la CPU cada 2–3 años (o antes si ves temperaturas raras tras desmontajes) y revisa que el disipador esté bien anclado. Una buena pasta y montaje correcto son media vida.
Mejora el flujo de aire de la caja: prioriza entrada frontal/baja y salida superior/trasera, cuida que los cables no obstruyan y, si hace falta, añade un ventilador más de entrada o salida.
Evita bloquear rejillas y tomas de aire pegando la torre a la pared o metiéndola en un hueco sin respiración. Y ajusta curvas de ventilador: más agresivas bajo carga, más suaves en reposo para mantener equilibrio entre ruido y temperatura.