Problemas de stock de memoria RAM: qué está pasando, cuánto ha subido y cómo te afecta

Última actualización: noviembre 24, 2025
Autor: Isaac
  • La IA ha desviado capacidad hacia HBM y RDIMM, dejando escasa la DDR4/DDR5 de consumo y elevando precios.
  • Subidas del 50% e incluso picos cercanos al 200% en ciertos módulos; plazos hasta 2026 y compras de pánico.
  • Impacto en GPU (VRAM más cara), consolas y electrónica: ventas a la baja en 2026, alza del mercado de segunda mano.
  • Recomendación: comprar si encuentras buen precio y ajustar especificaciones; alivio general no antes de 2027.

Problemas de stock de memoria RAM

La memoria RAM ha pasado de ser un componente plano y predecible a convertirse en el epicentro del hardware de consumo. En cuestión de semanas, los precios de DDR4 y DDR5 se han disparado y la disponibilidad se ha desplomado, arrastrando al mercado a una situación que muchas voces de la industria describen como inédita. No es un fenómeno local: es global y afecta por igual a sobremesas, portátiles, equipos preensamblados y, de rebote, a otros segmentos como tarjetas gráficas y consolas.

¿El detonante? El auge de la Inteligencia Artificial. Las grandes tecnológicas están priorizando memorias de altísimo rendimiento para centros de datos, y eso ha provocado una reasignación de capacidad que deja al usuario doméstico en segundo plano. El giro masivo de las fábricas hacia HBM y memorias de servidor ha roto el equilibrio, y lo que antes era una compra sencilla hoy se ha convertido en una carrera contra el tiempo y contra el precio.

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Por qué la IA ha tensionado la cadena de suministro de RAM

La demanda de cómputo para IA ha estallado y con ella el apetito por HBM (High Bandwidth Memory), un tipo de memoria de alto ancho de banda imprescindible en aceleradores y nodos de data center. Fabricantes como Samsung y SK hynix han reorientado líneas a HBM, recortando su dedicación a DRAM de consumo (DDR4 y DDR5). Esta decisión, mucho más lucrativa para ellos, es la raíz de un cuello de botella que no deja de engordar.

Esta prioridad por la HBM ha venido acompañada de un cambio en la manera de vender. Según se comenta en el sector, las tablas de cotizaciones tradicionales prácticamente han desaparecido, sustituidas por acuerdos más opacos y volátiles que responden a una demanda en máximos, mientras se multiplican los proyectos de nuevos centros de datos. En ese contexto, la RAM de escritorio compite en clara desventaja.

Las previsiones tampoco invitan al optimismo a corto plazo. Se cita de forma reiterada que el desequilibrio podría durar, como mínimo, hasta 2027, con precios al alza y picos de escasez recurrentes. Ese horizonte, además, alimenta más compras preventivas y agranda el problema, porque los grandes actores prefieren blindarse hoy a quedarse sin suministro mañana.

No es casual que se estén registrando aumentos de precio muy superiores a lo habitual: en algunos segmentos se habla de subidas del 50%, pero en ciertos módulos concretos el salto ha rozado el 200%, pasando de 120-130 euros a cifras cercanas a los 399 euros. La elasticidad del mercado, sencillamente, se ha roto.

Compras de pánico, movimientos insólitos y un mercado en modo emergencia

Las marcas que montan equipos de consumo no quieren quedar a merced del desabastecimiento. De ahí que nombres como ASUS y MSI estén acumulando RAM para garantizar la producción de sus productos terminados. Este acopio no solo adelgaza el stock disponible en retail: también presiona aún más los precios en el canal tradicional.

La situación ha llegado a extremos poco habituales: se ha visto a grandes fabricantes de módulos, del estilo de G.Skill o Crucial, llamar a retailers para recomprar sus propios kits a fin de redirigirlos a clientes con contratos firmados y fechas de entrega inamovibles. Cuando el flujo natural se invierte y la mercancía “rebota” entre eslabones, el diagnóstico es claro: el sistema está en modo pánico.

Otro síntoma es el alargamiento de los plazos. En integradores y tiendas se están reportando lead times que apuntan a finales de 2026 para nuevos palés de DDR5 estándar, no hablamos de piezas exóticas. Además, se han detectado retrasos en lanzamientos de nuevos kits de memoria que debían llegar a finales de 2025 y que ahora quedan pospuestos a un punto indeterminado de 2026.

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Mientras tanto, el segmento profesional relacionado con HBM y memoria para servidores (como RDIMM) encadena trimestres de resultados récord. Pero incluso con caja y demanda disparada, no hay voluntad de expandir con alegría la capacidad dedicada a RAM de consumo, porque el foco de rentabilidad está en el data center. Este desequilibrio, evidentemente, lo paga el usuario final.

También aflora otro problema: la ausencia de “stock colchón”. Con meses de precios a la baja en verano, muchos actores no acumularon inventario por miedo a guerras de tarifas, y ahora esa falta de previsión se ha vuelto en contra de toda la cadena. El resultado es una carrera por recolocar cada módulo donde más margen o prioridad haya, dejando a minoristas y usuarios con menos y peores opciones.

Cuánto han subido DDR4 y DDR5: cifras concretas y tendencias

Pasando a números, los kits DDR5 de 32 GB (2 x 16 GB) a 6.000 MT/s con latencias apretadas tipo CL30 han llegado a superar los 300 euros en varias tiendas. Todavía existen ofertas por debajo de los 200 euros, pero son cada vez más escasas y duran poco. La presión se nota más en los perfiles de 5.600 y 6.000 MT/s, donde el salto de precio ha sido más pronunciado.

Si subimos a 64 GB (2 x 32 GB) con 6.000 MT/s y latencias CL30, el abanico habitual va de 380 a 480 euros según marca y acabados. Pequeñas diferencias de frecuencia o latencia, que antes apenas movían la aguja, hoy pueden disparar la tarifa entre kits aparentemente muy similares.

DDR4 tampoco se libra. La mayoría de kits de 32 GB (2 x 16 GB) a 3.200 MT/s CL16 en España se sitúan por encima de los 140 euros, con excepciones puntuales en la franja de 115-120 euros para marcas concretas. Los kits de 16 GB (2 x 8 GB) bailan entre 80 y 100 euros. En términos relativos, DDR4 ha prácticamente duplicado su precio en algunos mercados desde octubre, según testimonios de usuarios.

Las gráficas de seguimiento internacional (por ejemplo, las tendencias que se ven al consultar comparadores) corroboran la escalada generalizada: la DDR5 sube con fuerza, en especial a 5.600 y 6.000 MT/s, mientras que los perfiles inferiores registran un incremento algo más comedido. Aun así, el patrón es claro: menos stock y más precio en casi todos los segmentos.

¿Y los SSD? Aquí hay matices. Una parte del sector sostiene que, por ahora, el almacenamiento no está siendo el cuello de botella de la IA en la misma medida que la DRAM, y por tanto su impacto sería menor. Sin embargo, en varios mercados se están observando subidas del 30-40% en algunas unidades concretas, y la NAND tampoco es inmune a compras de pánico cuando DRAM y VRAM aprietan.

Efecto dominó en GPU y consolas: VRAM más cara, menos modelos y nuevas subidas

La crisis de DRAM no se queda en la RAM de PC: la VRAM de las tarjetas gráficas también acusa la tensión; si necesitas optimizarla, consulta cómo aumentar la RAM de vídeo dedicada. Al final, hablamos de memorias con cadenas de producción y prioridad industrial emparentadas, y si los fabricantes concentran esfuerzos en HBM, hay menos líneas para GDDR. Eso encarece el componente y, por rebote, presiona el PVP de la GPU.

Desde Asia se ha publicado que AMD y NVIDIA se plantean recortar o pausar la producción de gamas media y baja por el peso que está adquiriendo la VRAM en el coste total. Aunque no hay listas cerradas, se ha apuntado a familias concretas (en el caso de NVIDIA, series como 5050 y 5060; en AMD, referencias de la gama 9000 “60”) como candidatas a sufrir los ajustes si la memoria sigue tensionadísima.

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Marcas como ASUS han expresado su inquietud ante una escalada que no parece tener solución inmediata si los fabricantes de RAM no cambian el rumbo. Si la VRAM sube, la GPU sube, y con un mercado ya caro de por sí, el riesgo es que el consumo se frene, se espese el stock de modelos caros y desaparezcan opciones asequibles.

En consolas, hay movimientos significativos. Tras varias oleadas de incremento de precios en 2025, se ha deslizado que Xbox Series X|S podrían encarecerse de nuevo o ver reducido su stock debido a la presión sobre la memoria. La información procede de fuentes del canal citadas por un conocido creador de contenidos, quien habla además de acuerdos gigantescos entre operadores de IA y fabricantes de DRAM que estarían absorbiendo una fracción relevante de la producción mundial.

En contraste, Sony habría asegurado grandes compras de GDDR6 en un momento de precios bajos, lo que a corto plazo le daría margen para maniobrar con PS5 sin tanta angustia. En cualquier caso, el mensaje de fondo es que la memoria se ha convertido en el componente que condiciona planes y tarifas en todo el ecosistema de videojuegos.

Prácticas agresivas en el canal: combos forzados y límites por cliente

La presión del inventario y la fiebre compradora también se está manifestando en la distribución. En Taiwán se han reportado casos de venta condicionada: un módulo de RAM solo si compras una placa base asociada. Este tipo de “combos” persigue limpiar stock de placas antes de nuevas generaciones de chipsets, aprovechando que la memoria vuela.

El movimiento, sorprendente pero efectivo a ojos de ciertos distribuidores, reduce la libertad del comprador y encarece ampliaciones sencillas. Se fuerza a adquirir componentes no necesarios para acceder a un bien escaso. Si la falta de RAM se agrava, no se descarta que estas tácticas salten a otros mercados y marcas de primer nivel.

Más señales del pánico: en países como Japón se han visto límites de unidades por usuario en memorias de PC, práctica que ya vivimos en otras crisis de hardware. Al final, cuando no hay para todos, las tiendas intentan repartir el poco stock disponible, pero el efecto sobre el consumidor es el mismo: menos opciones y más tiempo perdido rastreando productos.

La realidad es que estamos ante un mercado donde la mercancía “sube y baja” por la cadena según la prioridad del momento: fabricantes que recompran, integradores que recortan pedidos, retailers que condicionan ventas. Todo ello alimenta la sensación de caos y acelera aún más las compras por impulso, cerrando un círculo vicioso que sube la factura final.

Qué pasará con móviles y portátiles en 2026: previsiones a la baja

Las consultoras ya han ajustado sus pronósticos por el impacto directo del coste de memoria. Se anticipa que en 2026 las ventas de smartphones caigan alrededor de un 2% frente a la ligera subida que se esperaba inicialmente, con especial castigo en las gamas de entrada. En esos modelos, la DRAM representa entre el 10% y el 15% del coste del terminal, y las subidas ya han provocado aumentos de precio de hasta el 10% en el último tramo de 2025.

Para portátiles, el panorama es parecido. Se ha revisado el crecimiento previsto y ahora se estima un descenso cercano al 2,4% interanual en 2026. Parte del motivo es que la memoria, que pesa cerca del 18% del coste del equipo, podría acercarse al 20% tras varios trimestres de escalada en DRAM y NAND. Esa presión se trasladará, inevitablemente, al precio de venta.

Este encarecimiento no afecta por igual a todos. Las marcas más pequeñas lo tienen más difícil para asegurarse cupos de DRAM, por lo que podrían reducir lanzamientos, recortar configuraciones o aceptar márgenes mínimos para sobrevivir. El hueco que dejen podría llenarse con mayor fuerza por el mercado de segunda mano y reacondicionado.

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De hecho, se espera que la reutilización y el reacondicionamiento ganen peso en 2026. Con precios nuevos más altos, la ecuación cambia para muchos usuarios: reparar, ampliar con lo mínimo imprescindible o comprar usado pasa a ser una decisión racional en más escenarios que antes.

Estrategias prácticas si necesitas RAM ahora mismo

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Si tu compra es inaplazable, asume que los precios no van a normalizarse de un mes para otro. Aun así, puedes rascar eficiencia. Prioriza kits con buen equilibrio entre frecuencia y latencia (por ejemplo, 5.600-6.000 MT/s en DDR5 con latencias razonables), en lugar de perseguir el perfil más extremo.

Considera que un salto pequeño en velocidad o un CL más bajo puede inflar bastante la tarifa. Evalúa qué rendimiento real necesitas para tu uso (juegos, creación de contenido, ofimática) y evita pagar por márgenes de mejora que no vas a notar.

En DDR4, revisa la compatibilidad de tu placa y BIOS y evita perfiles exóticos. Un 2 x 16 GB a 3.200 MT/s CL16 sigue siendo una elección sólida para equipos de trabajo y gaming 1080p/1440p, y te permitirá aguantar el ciclo hasta que el mercado respire.

Si tu caso no es urgente, puedes esperar periodos típicos de ofertas para cazar un respiro de precio, pero con cautela. El “valle” podría ser menos profundo y breve que en años anteriores, porque la demanda empresarial no afloja y la producción está desviada.

Explora vías alternativas: equipos o módulos reacondicionados con garantía, programas de intercambio en tiendas de confianza, y compra a distribuidores que ofrezcan política de devoluciones clara. En un mercado tan volátil, la flexibilidad es oro.

La otra cara: rumores de megacontratos y “acaparamientos”

En paralelo a los hechos constatados, han surgido informaciones que, de confirmarse, explicarían parte del desequilibrio. Un conocido filtrador del ecosistema PC sostiene que operadores de IA habrían cerrado acuerdos gigantescos con fabricantes de memoria, supuestamente absorbiendo una porción muy relevante de obleas DRAM mensuales. La consecuencia sería un efecto dominó de compras de pánico por parte del resto de actores.

Aunque estos extremos no son oficiales y conviene tomarlos con prudencia, encajan con lo que ya estamos viendo aguas abajo: precios inflados, stock racionado y marcas asegurando suministro a toda costa. Y si las condiciones de la macrodemanda se mantienen, el consumidor tendrá que navegar un mercado menos amable durante una buena temporada.

Todo este panorama también ayuda a entender comportamientos chocantes en el retail: combos forzados en Taiwán, límites por persona en Japón, fabricantes recomprando módulos a grandes cadenas. Son señales inequívocas de un ecosistema que opera bajo presión y que prioriza compromisos B2B por encima de la venta unitaria.

Para colmo, los retrasos en nuevas líneas o en la madurez de nodos de fabricación pueden agravar la situación a corto plazo. Las transiciones de proceso suelen tener peores rendimientos iniciales, y con la demanda al rojo vivo, cada punto de yield importa. Por eso los plazos de alivio real no se miden en semanas, sino en trimestres.

La moraleja para el usuario de a pie es clara: si necesitas RAM para trabajar, estudiar o jugar, busca el mejor precio hoy y no esperes milagros inmediatos. El mercado ha cambiado de reglas y la memoria ha dejado de ser ese componente “aburrido” que se compraba sin pensar.

Entre la prioridad del data center, el tirón de HBM, los acopios de grandes marcas, el encarecimiento de la VRAM que salpica a GPU y las primeras señales en consolas y dispositivos móviles, el tablero se ha reordenado. La RAM es ahora un recurso estratégico y eso se nota en cada ticket y en cada búsqueda. Toca moverse con cabeza, comparar mucho y aceptar que, por un tiempo, montaremos el PC que nos dejen, no siempre el que soñamos.