Amplía la señal WiFi en casa con trucos que funcionan de verdad

Última actualización: octubre 3, 2025
  • Ubica y configura bien el router: posición central, altura y canal menos saturado.
  • Elige banda según uso: 2.4 GHz para alcance, 5 GHz para velocidad y menos interferencias.
  • Refuerza la cobertura con repetidores, PLC o redes Mesh según el tamaño de la vivienda.

Consejos para mejorar la señal WiFi

¿Tu WiFi no llega igual de bien a todos los rincones de casa y a veces parece que se cae sin motivo? Es normal que una red inalámbrica tenga altibajos si el router está mal ubicado o configurado, o si la vivienda tiene muros gruesos, varias plantas y muchos dispositivos compitiendo por el mismo ancho de banda. Con unos cuantos ajustes estratégicos y algún extra de hardware, puedes ganar cobertura y estabilidad.

En esta guía encontrarás una hoja de ruta clara para ampliar la señal WiFi y reducir interferencias: desde colocar bien el router y orientar las antenas hasta elegir la banda adecuada (2.4/5 GHz), fijar el canal menos saturado, mantener el firmware al día y valorar opciones como repetidores, PLC o redes Mesh. Además, verás trucos prácticos para medir mejoras y decidir qué solución te conviene en función de tu casa y dispositivos.

Coloca el router donde de verdad rinde

La tentación de esconder el router es grande, pero suele ser un tiro en el pie: la ubicación manda en la calidad de la señal. Colócalo lo más centrado posible respecto a las estancias donde te conectas, evitando extremos de la vivienda para no obligar a la señal a atravesar demasiadas paredes.

Apuesta por una posición elevada (en estantería o pared) porque muchos modelos irradian mejor cuando no están a ras de suelo. Evita el suelo y las esquinas cerradas: los obstáculos apantallan y la cobertura se desploma al otro lado de muros y muebles.

Ni armarios ni falsos techos: meter el router “a escondidas” es casi como ponerle un bozal a la señal. Cuanto más despejado esté el entorno del router (sin objetos pegados ni metal cerca), más homogénea será la cobertura por la casa.

Colócalo lejos de fuentes de interferencia, especialmente microondas, teléfonos inalámbricos, bases DECT, regletas saturadas y otros aparatos que emitan en 2.4 GHz. Esta distancia de cortesía ayuda a mantener una señal más limpia.

Despeja el entorno y minimiza interferencias

Si tu router está en una estantería, no la llenes de libros y decoración alrededor. Deja “aire” a su alrededor: los objetos próximos absorben y reflejan la señal, y esa pérdida acumulada es justo lo que notas en la habitación de al lado.

Evita colocar el router junto a grandes superficies metálicas o espejos porque pueden provocar reflexiones e irregularidades en la propagación. Un par de metros de separación con electrodomésticos y cuadros eléctricos sientan genial.

Recuerda que en viviendas con varias plantas y muros anchos, el rebote y la atenuación son inevitables. Planificar la cobertura pensando en los obstáculos (y no solo en la distancia en metros) te dirá si necesitas un punto adicional de acceso o un PLC.

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Ajusta las antenas como un pro

Si tu router tiene antenas externas, no las dejes siempre en paralelo apuntando hacia arriba. Lo recomendable es colocarlas en perpendicular: una vertical y otra horizontal. Así maximizas la coincidencia de polarización con los dispositivos (portátiles y móviles suelen cambiar de orientación), lo que mejora la recepción en escenarios reales.

No esperes milagros de velocidad por este cambio, pero sí una cobertura algo más robusta y menos sensible a la orientación del aparato cliente, sobre todo cuando está más lejos del router.

Mantén el firmware al día

El firmware es el “cerebro” del router: corrige fallos, mejora rendimiento y refuerza la seguridad. Muchos routers ya actualizan solos, pero si el tuyo no lo hace, entra a su panel (normalmente en 192.168.1.1 o 192.168.0.1) y busca la sección de actualización.

Instalar la última versión puede arreglar cuelgues, mejorar la gestión de canales y bandas y hasta cerrar vulnerabilidades. Dedicarle 5 minutos puede darte una red más estable y sin sorpresas de seguridad.

2.4 GHz o 5 GHz: elige la banda adecuada

Los routers dual band emiten en dos frecuencias con ventajas distintas. La de 2.4 GHz ofrece mayor alcance y mejor capacidad para atravesar paredes, pero sufre más interferencias (es la banda de microondas, BT, IoT… y tiene pocos canales útiles). La de 5 GHz es más rápida, tiene más canales y suele ir más limpia, a costa de un alcance menor.

¿Qué conectar a cada banda? En general, reserva 5 GHz para ordenadores, consolas, Smart TV y tareas exigentes (streaming 4K, juegos, videollamadas), sobre todo si están cerca del router. Usa 2.4 GHz para móviles, tablets, domótica e IoT, o dispositivos alejados donde la cobertura prime sobre la velocidad.

Aspecto 2.4 GHz 5 GHz
Interferencias Más probables (banda muy concurrida) Menos habituales
Velocidad máxima Inferior Superior
Alcance Mayor (mejor a través de paredes) Menor (se degrada antes)
Estándares típicos 802.11b/g/n 802.11a/n/ac

Si en tu router las redes aparecen separadas (dos SSID), puedes asignar a propósito cada dispositivo a la banda que le convenga. Segmentar así reduce colisiones y estabiliza la experiencia en casa.

El canal correcto marca la diferencia

Dentro de cada banda hay canales. En 2.4 GHz, los routers europeos pueden usar del 1 al 13 (rango 2.401–2.483 MHz). Si vives en un edificio, es normal que varios vecinos coincidan en el mismo canal y te metan ruido.

Entra al panel del router y busca “Control Channel”. Aunque el modo automático intenta elegir el mejor, a veces falla. Comprueba la congestión con apps como WiFi Analyzer (Android) o alternativas para iOS/PC; puedes usar herramientas para PC como Acrylic WiFi Scanner que te muestran qué canal está más despejado en tu entorno.

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En 2.4 GHz, los canales 1, 6 y 11 son los clásicos porque no se solapan entre sí. Aun así, puede que en tu caso te convenga un 8, 9 o 13 si el resto están saturados; lo importante es salirte de la “pelea” de tus vecinos. Guarda cambios y prueba.

Si nunca has cambiado el canal y notas cortes, este ajuste suele dar un salto de calidad inmediato. Una red menos saturada se traduce en menos latencia y más estabilidad, incluso sin tocar nada más.

Reduce la carga: gestiona qué se conecta

A veces el problema no es la cobertura, sino la cantidad de clientes. Cada dispositivo consume su parte de radio y ancho de banda. Desconecta lo que no uses, revisa si te roban el WiFi y limita descargas y copias en red cuando necesitas baja latencia.

Muchos routers permiten ver clientes conectados y priorizar tráfico (QoS). Poner en cabeza a videollamadas o juegos cuando haga falta suaviza tirones sin cambiar de hardware.

Cambiar DNS: cuándo ayuda y cómo hacerlo

Modificar los DNS no “amplía” la señal, pero sí puede agilizar la resolución de nombres y mejorar la sensación de velocidad al navegar. Configúralos en el router para que toda la red use, por ejemplo, Google (8.8.8.8 / 8.8.4.4) o Cloudflare (1.1.1.1 / 1.0.0.1).

Si los cambias solo en un dispositivo, el efecto se limita a ese equipo. Hacerlo en el router aplica a todo el hogar. Úsalo como complemento: la cobertura depende de la radio; los DNS ayudan a “resolver” más rápido.

Repetidores WiFi: solución rápida y económica

Un repetidor capta tu WiFi y la reemite más lejos. Es barato y se instala en minutos. Colócalo a medio camino entre el router y la zona con mala señal, donde todavía reciba una señal decente, para que pueda “amplificar” sin arrastrar demasiada pérdida.

La mayoría se configuran con WPS o una app simple. Eso sí, espera cierta merma de rendimiento frente a conectarte directo al router. Para habitaciones cercanas o pisos superiores suele ser suficiente si buscas algo rápido.

PLC: lleva Internet por la red eléctrica

Los adaptadores PLC (Powerline) usan el cableado eléctrico para “transportar” datos entre enchufes. Son ideales cuando las paredes matan el WiFi o la distancia es grande. Conecta uno al router por Ethernet y otro en la zona a cubrir; algunos crean un nuevo punto WiFi allí.

Ventajas: mayor estabilidad y, normalmente, mejor velocidad que un repetidor, porque evitas la doble “salto” radio. Inconvenientes: precio algo superior y que cada hogar puede comportarse distinto según su instalación eléctrica.

WiFi Mesh: red unificada e inteligente

Los sistemas Mesh crean una única red con varios nodos que se comunican entre sí. El dispositivo se conecta en cada momento al punto que mejor rendimiento ofrece, no siempre al más cercano. La administración de tráfico es más eficiente y el “roaming” entre estancias es transparente.

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Son ideales para viviendas grandes o con varias plantas. Empieza con 2 o 3 nodos según metros y añade más si hace falta. Su coste es mayor que un repetidor, pero la experiencia suele ser muy superior en cobertura y estabilidad.

Cuando lo mejor es tirar cable

Si tienes un PC fijo o un dispositivo que no se mueve, el Ethernet sigue siendo rey. Un cable desde el router al equipo elimina interferencias y latencia, y deja el WiFi para móviles y tablets. Si no puedes pasar cable, consulta el alcance de un adaptador USB WiFi como alternativa. Puede ser menos estético, pero la fiabilidad compensa.

Trucos exprés para móviles

En el teléfono, prueba a cambiar de banda: 5 GHz cerca del router, 2.4 GHz cuando hay distancia y paredes. Si notas cosas raras, “olvida” la red y vuelve a conectarte para limpiar datos almacenados que a veces causan fallos.

De forma puntual, apaga el Bluetooth si usas 2.4 GHz. En ciertos entornos puede generar pequeñas interferencias y provocar microcortes que se notan en llamadas o streaming.

Mide antes y después para saber si mejoras

Antes de tocar nada, recorre la casa con una app de test de velocidad y anota resultados por estancias. Establecer una línea base te ayudará a valorar si el cambio de canal, la reubicación del router o el nuevo repetidor están dando frutos.

Repite los tests tras cada ajuste. Si una zona sigue floja, quizá necesites un punto adicional (PLC, nodo Mesh o repetidor mejor ubicado). Medir te ahorra tiempo y compras innecesarias.

Más detalles que suman

Si tu router permite separar SSID por banda, hazlo. Asignar manualmente cada dispositivo a 2.4 o 5 GHz evita que se conecte “mal” por defecto (por ejemplo, a 2.4 GHz cuando está pegado al router). También valora si el equipo soporta MU-MIMO y beamforming, ya que mejoran la eficiencia y el alcance efectivo.

En viviendas con muchas paredes, considera antenas direccionales en puntos de acceso dedicados para “enfocar” la señal hacia zonas clave. Es una alternativa útil para despachos alejados o terrazas donde quieras un plus de cobertura.

Si notas cortes a horas concretas, revisa si coincide con uso intensivo en casa o en el vecindario (horas punta). Cambiar a un canal menos concurrido en esos momentos o dar prioridad a ciertos equipos puede suavizar el problema.

Con estos ajustes paso a paso, cubres las causas más habituales: ubicación, interferencias, bandas, canales, firmware y saturación de dispositivos. Y si tu vivienda lo pide, repetidores, PLC o Mesh ponen la guinda para llevar buena señal a todas las estancias con la menor complicación posible.

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