- Muchos juegos modernos usan trazado de rayos, físicas avanzadas y mundos abiertos inmensos que elevan los requisitos de CPU, GPU y RAM.
- Títulos como Microsoft Flight Simulator, Red Dead Redemption 2 o Metro Exodus sirven como benchmark real para poner al límite PCs de gama alta.
- La realidad virtual y resoluciones elevadas (4K y más) disparan aún más la exigencia, como se ve en Project Cars 2 o Half-Life: Alyx.
- Contar con SSD, suficiente memoria y una GPU moderna RTX/equivalente es clave para disfrutar estos juegos con calidad alta y fps estables.

Los videojuegos de PC han alcanzado un punto en el que los gráficos rozan el fotorrealismo y la escala de los mundos abiertos es gigantesca. Cada año aparecen títulos que exprimen hasta el último vatio de tu procesador y de tu tarjeta gráfica, y si quieres verlos en todo su esplendor, no basta con un PC normalito: hace falta un auténtico monstruo de hardware capaz de mover sombras avanzadas, trazado de rayos y texturas en ultra sin despeinarse.
Microsoft Flight Simulator
Pocos juegos pueden presumir de convertir el planeta entero en su mapa de juego como lo hace Microsoft Flight Simulator, uno de los simuladores más bestias en cuanto a requisitos. Este título carga datos satelitales, recrea ciudades enteras con un nivel de detalle abrumador y muestra condiciones meteorológicas dinámicas que parecen sacadas de un documental.
El resultado son paisajes que a veces cuesta distinguir de una fotografía real, pero todo este despliegue técnico tiene un precio: la CPU, la GPU, la RAM y hasta tu conexión a Internet trabajan a pleno rendimiento. Es uno de esos juegos ideales para ver si tu equipo de gama alta está realmente a la altura.
Para jugar con garantías, el propio juego recomienda una configuración muy seria. Los requisitos ideales para exprimirlo bien pasan por un procesador tipo AMD Ryzen 7 Pro 2700X o Intel i7-9800X, una gráfica AMD Radeon VII o NVIDIA RTX 2080, 32 GB de memoria RAM y un SSD con al menos 150 GB de espacio y aprovechar DirectStorage en Windows 11, además de una conexión de 50 Mbps para cargar los datos del mundo con fluidez.
Assassin’s Creed Valhalla
La entrega vikinga de la saga de Ubisoft destaca por ofrecer un mundo abierto enorme, plagado de detalles, con una distancia de dibujado muy generosa y unos paisajes nórdicos que lucen espectaculares a poco que subas los parámetros gráficos. Es una delicia visual, pero también uno de los títulos que más duro golpea a tu GPU si quieres ir a tope.
Si tu objetivo es jugar a 1080p y 60 fps de forma estable con calidad alta, el juego recomienda un procesador AMD Ryzen 7 1700 o Intel i7-6700, acompañado de una tarjeta gráfica como AMD Vega 64 de 8 GB o NVIDIA GTX 1080 de 8 GB. Además, es aconsejable tener 8 GB de RAM en doble canal y unos 50 GB libres en un SSD para evitar tiempos de carga eternos.
Dar el salto a 4K implica subir todavía más el listón. Para 4K a 30 fps, los requisitos recomendados pasan a ser un Ryzen 7 3700X o Intel i7-9700K, con una gráfica de gama alta como NVIDIA RTX 2080 o una AMD RX 5700 XT, además de 16 GB de RAM y almacenamiento SSD rápido. A poco que quieras calidad máxima, tu PC va a sentir el hacha vikinga en todo su esplendor.
Cyberpunk 2077
El juego futurista de CD Projekt RED se ha convertido en sinónimo de ciudad densa, luces de neón y un uso agresivo del trazado de rayos. Aunque su lanzamiento estuvo plagado de polémica y bugs, en PC es donde mejor luce, con un apartado gráfico capaz de dejarte con la boca abierta si activas todas las tecnologías modernas.
Night City se llena de reflejos, neones y sombras dinámicas cuando activas el Ray Tracing, y para eso necesitas un hardware decente incluso a 1080p. Los requisitos recomendados con trazado de rayos a 1080p pasan por un procesador Intel Core i7-4790 o un AMD Ryzen 3 3200G, acompañados de una NVIDIA RTX 2060, 16 GB de RAM y 70 GB de espacio en una unidad SSD.
Watch Dogs: Legion
El viaje a un Londres futurista no solo destaca por lo jugable, sino por ser uno de los títulos que mejor aprovecha el Ray Tracing en tiempo real para reflejos e iluminación. Los cristales de los rascacielos, los charcos en las calles mojadas y las superficies metálicas reflejan el mundo con una fidelidad increíble.
A cambio, el juego se cobra su peaje en rendimiento, sobre todo cuando activas el trazado de rayos. Para jugar con Ray Tracing a 1080p, se recomienda un Intel Core i5-8400 o un AMD Ryzen 5 2600, 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica como la NVIDIA RTX 2060 de 6 GB, además de unos 45 GB libres en tu disco o SSD.
Final Fantasy XV: Windows Edition
La última entrega numerada de la saga de Square Enix en PC llegó en forma de Windows Edition, con un montón de efectos avanzados, texturas de alta resolución y su propio benchmark oficial. Es un juego que no se corta a la hora de ocupar espacio ni consumir recursos.
Para empezar, el título ya exige alrededor de 100 GB de espacio en disco para tener todos los datos, algo que puede hacer sudar incluso a algunos SSD si vas justo de almacenamiento. A nivel visual, despliega efectos de iluminación compleja, gran densidad de vegetación, partículas en abundancia y una distancia de dibujado muy respetable que pone a prueba tanto el procesador como la gráfica.
Además, la versión de PC incluye soporte para HDR y el sistema de reescalado inteligente NVIDIA DLSS, disponible solo en las tarjetas RTX, lo que permite mejorar rendimiento sin perder demasiada calidad de imagen. El juego se usa como banco de pruebas habitual para comparar tarjetas gráficas y procesadores, gracias precisamente a ese benchmark dedicado.
Los requisitos recomendados hablan por sí solos: Intel Core i7-3370 o AMD FX-8350, 16 GB de RAM y una gráfica como la NVIDIA GTX 1060 de 6 GB o una Radeon RX 480. Todo ello bajo Windows 7, 8.1 o 10 de 64 bits.
Shadow of the Tomb Raider
La última gran aventura de Lara Croft cierra la trilogía moderna con un despliegue de efectos gráficos que exprimen al máximo la generación. El juego destaca por la calidad de la niebla volumétrica, la densidad del follaje de la jungla y una enorme cantidad de partículas que llenan la pantalla en explosiones, derrumbes y secuencias espectaculares.
Shadow of the Tomb Raider fue uno de los primeros títulos en implementar el trazado de rayos en tiempo real de NVIDIA, mejorando sombras, reflejos y la iluminación general de las escenas. Al activar estas opciones avanzadas, la carga sobre la GPU sube de forma considerable, lo que lo convierte en un test perfecto para tu tarjeta gráfica moderna.
Para disfrutarlo con ajustes altos, se recomiendan un Intel Core i7 4770K o un AMD Ryzen 5 1600, 16 GB de memoria RAM y una tarjeta como la NVIDIA GTX 1060 de 6 GB o la AMD Radeon RX 480 de 8 GB, siempre con Windows 10 de 64 bits como sistema operativo.
The Witcher 3: Wild Hunt
Aunque ya tiene unos años, el juego de Geralt de Rivia sigue siendo uno de los referentes visuales dentro del rol de mundo abierto. Su sistema de iluminación, la calidad de la vegetación, los efectos de magia y el detalle de los escenarios mantienen el tipo incluso frente a muchos juegos más modernos.
Uno de los aspectos que más recursos consume es NVIDIA HairWorks, la tecnología para mostrar pelo y pelaje realista, tanto en monstruos como en el propio protagonista. Activar esta opción puede provocar caídas notables de rendimiento incluso en tarjetas gráficas potentes, pero el resultado visual es espectacular.
Los requisitos recomendados apuntan a un Intel i7 3770 o un AMD FX-8350, 8 GB de RAM y una GPU como la NVIDIA GTX 770 o la AMD Radeon R9 290, además de un sistema Windows 7, 8 o 10 de 64 bits. Si te animas a instalar el parche de nueva generación y subir las opciones gráficas al máximo, el juego sigue siendo un reto muy digno para equipos modernos.
Deus Ex: Mankind Divided
La última entrega numerada de Deus Ex se lanzó en 2016, pero aún hoy en día puede estrujar sin piedad tu tarjeta gráfica con todos los parámetros al tope. Su motor gráfico incluye efectos como humo y niebla volumétrica, físicas avanzadas y un buen número de partículas simultáneas en pantalla.
Tanto es así que el propio juego incorpora un benchmark extremadamente exigente que muchos usuarios siguen utilizando para probar nuevos componentes, especialmente gráficas de gama media y alta. Está muy bien pensado para llevarlas al límite y comprobar estabilidad y rendimiento.
Para moverlo con fluidez en alto, se recomiendan procesadores como el Intel Core i7-3770K o el AMD FX 8350, junto a 16 GB de RAM y una tarjeta gráfica tipo AMD Radeon RX 480 o NVIDIA GTX 970, siempre bajo Windows 10 de 64 bits.
Project Cars 2
Dentro de los simuladores de conducción, Project Cars 2 es uno de los que mejor combinación ofrece de realismo visual, físicas detalladas y compatibilidad con realidad virtual. A pesar de haberse lanzado en 2017, se mantiene muy vigente en lo técnico.
El juego luce un nuevo sistema de renderizado con iluminación muy cuidada, efectos de lluvia, nieve, suciedad y partículas que dan una sensación de inmersión tremenda, sobre todo cuando lo pruebas con cascos de VR como HTC Vive u Oculus Rift. Eso sí, al activar la realidad virtual los requisitos se disparan.
La versión de PC también presume de soportar resoluciones muy elevadas, con opciones de salida hasta 12K a 60 fps, algo que solo tiene sentido con setups multi-monitor o pantallas especiales. Para jugar con garantías, los requisitos recomendados son un Intel i7 6700K, 16 GB de RAM y una GPU de gama alta como la NVIDIA GTX 1080 o la AMD Radeon RX 480, con Windows 10 como sistema operativo.
Battlefield V
La propuesta bélica de DICE ambientada en la Segunda Guerra Mundial es puro espectáculo audiovisual, con escenarios enormes, destrucción de entornos, físicas de partículas y una iluminación que marca la diferencia. Es un ejemplo claro de hasta dónde puede llegar el motor Frostbite cuando se le exprime.
Además, el juego integra la tecnología de trazado de rayos en tiempo real de NVIDIA para mejorar reflejos e iluminación en ciertas superficies, lo que añade una capa extra de exigencia al conjunto. Para mantener los deseados 60 fps en PC con buena calidad, hay que llevar un hardware decente.
Los requisitos recomendados pasan por un AMD Ryzen 3 1300 o un Intel Core i7 4790, acompañado de 12 GB de RAM y una gráfica como la NVIDIA GTX 1060 de 6 GB o la AMD Radeon RX 580 de 8 GB, funcionando sobre Windows 10 de 64 bits.
Playerunknown’s Battlegrounds (PUBG)
Este Battle Royale no fue el primero del género, pero sí el que disparó la fiebre por las partidas masivas y puso a sudar a muchos PCs por su optimización complicada. Utiliza Unreal Engine 4 y combina mapas amplios, gran distancia de dibujado y muchos jugadores simultáneos.
Durante años, PUBG ha sido famoso por exigir bastante más de lo que aparenta en lo visual, en parte debido a un trabajo de optimización mejorable en sus inicios, que afortunadamente se fue puliendo con el tiempo. Aun así, sigue siendo un título que consume buena parte de los recursos del sistema si quieres fps estables.
Los requisitos recomendados señalan un procesador Intel Core i5-6600K o AMD Ryzen 5 1600, 16 GB de RAM y una gráfica tipo NVIDIA GTX 1060 de 3 GB o AMD Radeon RX 580 de 4 GB, junto con Windows 7, 8.1 o 10 de 64 bits.
Metro Exodus
La saga Metro siempre ha sido sinónimo de benchmark gráfico y exigencia técnica extrema, y Metro Exodus no se queda atrás. Esta tercera entrega lleva el motor a un nivel superior con una calidad de imagen impresionante, especialmente si activas sus opciones gráficas más agresivas.
El juego incluye una calidad “Extrema” por encima de las habituales Alta y Ultra, pensada precisamente para poner contra las cuerdas a las configuraciones más potentes. Además, adopta el Ray Tracing de NVIDIA RTX, que mejora de forma notable la iluminación global y los reflejos de luz dentro y fuera de los túneles.
Para moverte en el rango de lo recomendable, se sugiere un Intel Core i7-4770K, 8 GB de RAM y una GPU como la NVIDIA GTX 1070, RTX 2060 o la AMD RX Vega 56, con Windows 10 de 64 bits. Si te pasas al Ray Tracing, cualquier mejora extra en GPU se agradece.
Crysis 3
La saga Crysis se ha ganado a pulso su fama de “¿pero puede mover Crysis?” al hablar de cualquier PC potente. Incluso años después de su lanzamiento, Crysis 3 sigue viéndose realmente bien con todo al máximo y continúa siendo una buena prueba para ver hasta dónde llega tu equipo.
Su motor incluye físicas complejas, gran cantidad de partículas, efectos de lluvia muy trabajados y entornos con mucho detalle. Aunque ya empieza a acusar el paso del tiempo, subirlo a 4K y 60 fps con calidad ultra sigue siendo un reto para muchas configuraciones actuales.
Los requisitos recomendados son más modestos en comparación con otros títulos modernos: un Intel Core i5-750 o un AMD Phenom II X4 805, 4 GB de RAM y una GPU como la NVIDIA GTX 560 o la AMD Radeon HD 5870, bajo sistemas Windows Vista, 7 u 8. Eso sí, si quieres ir más allá de 1080p y filtros a tope, el hardware recomendado se queda corto y necesitarás algo mucho más actual.
Anthem
La apuesta de Bioware y EA, pese a su trayectoria complicada a nivel jugable, llegó al mercado como uno de los juegos visualmente más potentes de 2019. El título destaca por sus escenarios densos, una distancia de dibujado muy amplia y texturas de gran calidad, con especial atención a los efectos de lluvia y al tratamiento del agua.
A nivel gráfico, Anthem luce como un juego de nueva generación, con iluminación, reflejos y partículas muy por encima de la media cuando todo está configurado en alto. Eso sí, este nivel de detalle hace que sea muy recomendable contar con un buen hardware para evitar tirones constantes.
Los requisitos recomendados especifican un Intel Core i7-4790 o un AMD Ryzen 3 1300X, 16 GB de RAM y una GPU tipo NVIDIA GTX 1060, RTX 2060 o AMD RX 480, con Windows 10 de 64 bits como sistema.
Arma 3
Arma 3 es uno de esos títulos que han sido bautizados como auténticos “trituradores” de PC. No tanto por efectos ultra modernos, sino por la escala de sus escenarios, la complejidad de las físicas y el trabajo que debe realizar la CPU con el motor Real Virtuality 4.
Este motor es capaz de simular batallas a gran escala, balística avanzada, vehículos y mapas enormes, pero tiene un coste enorme en rendimiento y, sobre todo, en el uso del procesador. Aunque el juego ya tiene unos años, sus requisitos recomendados siguen imponiendo respeto.
Para disfrutar de Arma 3 en buenas condiciones se recomienda un Intel Core i5-4460 o un AMD FX 4300, 6 GB de RAM y una gráfica como la NVIDIA GTX 660 o la AMD Radeon HD 7800. Aun cumpliendo estos requisitos, muchos jugadores acaban bajando ciertos ajustes de distancia de visión y densidad para lograr una experiencia fluida.
Control
El juego de Remedy Entertainment es una exhibición de diseño artístico y, sobre todo, de implementación avanzada de la tecnología RTX. Control se ha convertido prácticamente en la referencia para ver lo que puede ofrecer el Ray Tracing en iluminación, reflejos y sombras en un entorno cerrado.
Cuando activas todas las opciones RTX, cada cristal, superficie pulida o charco refleja la escena con fidelidad, y la iluminación rebota de forma realista entre los entornos brutalistas del edificio Federal de Control. Esto, como es lógico, exige una tarjeta gráfica moderna compatible con Ray Tracing y un procesador que no se quede corto.
Los requisitos recomendados incluyen una NVIDIA RTX 2060 como base, un procesador Intel Core i5-7600K o AMD Ryzen 5 1600X y 16 GB de RAM. Si quieres activar además tecnologías como DLSS para ganar fps, es uno de los mejores bancos de pruebas que hay ahora mismo.
Call of Duty: Black Ops Cold War
Esta entrega de la saga Call of Duty lleva más allá lo visto en Modern Warfare, con un salto en texturas, efectos especiales y trazado de rayos más pulido. A nivel visual es, dentro de la franquicia, uno de los techos técnicos, aunque su optimización generó opiniones encontradas.
En PC, para activar Ray Tracing con garantías, el juego recomienda una NVIDIA RTX 3070, lo cual ya dice mucho del nivel de exigencia. A eso se suma la necesidad de un procesador potente como el Intel Core i7-8700K o el AMD Ryzen 1800X, junto con 16 GB de RAM para gestionar mapas, jugadores y efectos a la vez.
Red Dead Redemption 2
La obra de Rockstar en el Salvaje Oeste es un prodigio técnico a gran escala, con uno de los mundos abiertos mejor construidos y más llenos de vida que se han visto en PC. Cada bosque, ciudad, animal y situación climática está tratado con un nivel de detalle enfermizo.
En su versión para ordenador, RDR2 amplía aún más el abanico de ajustes gráficos, permitiendo personalizar hasta el extremo sombras, texturas, distancia de dibujado y efectos climáticos. Si decides ponerlo todo en alto o ultra, necesitas un hardware a la altura, porque el juego puede devorar recursos sin piedad.
Los requisitos recomendados se centran en un Intel Core i7-4770K o un AMD Ryzen 5 1500X, 12 GB de RAM y una tarjeta gráfica como la NVIDIA GTX 1060 de 6 GB o la AMD Radeon RX 480 de 4 GB, con Windows 10. Desde ahí, todo lo que puedas mejorar en tu equipo se traduce en más calidad o más fps.
Half-Life: Alyx
El regreso de Half-Life llegó en forma de título exclusivo para realidad virtual, lo que implica un nivel de exigencia adicional respecto a un juego tradicional en pantalla plana. Para tener dos imágenes renderizadas a alta resolución y con tasas de refresco elevadas, el PC tiene que estar bien equipado.
Valve estableció unos requisitos mínimos que ya de por sí son considerables: un procesador Intel Core i5-7500 o Ryzen 5 1600, una GPU tipo NVIDIA GTX 1060 o AMD RX 580 con 6 GB de VRAM y 12 GB de RAM. Si vas justo en alguno de estos apartados, el resultado en VR se resiente con mareos, tirones y baja calidad de imagen.
El juego se plantea como una de las primeras grandes superproducciones 100 % VR, y de hecho buena parte de los usuarios de Steam no alcanzaban esos requisitos en el momento de anunciarse. Si tienes un PC potente y un visor compatible, es una experiencia perfecta para comprobar que tu equipo está listo para la realidad virtual más seria.
Mirando todo este repaso queda claro que hay un buen puñado de juegos pensados para aprovechar cada euro que hayas invertido en tu hardware, desde simuladores como Microsoft Flight Simulator y Project Cars 2 hasta mundos abiertos mastodónticos como Red Dead Redemption 2 o Assassin’s Creed Valhalla, pasando por demostraciones de Ray Tracing como Control, Cyberpunk 2077 o Watch Dogs: Legion; si cuentas con un PC de gama alta, cualquiera de estos títulos es perfecto para medir su músculo, ajustar bien tus gráficos y disfrutar de una experiencia visual que, cuando va fluida, deja muy claro por qué jugar en ordenador sigue siendo la opción predilecta para quienes buscan sacarle todo el jugo a la potencia bruta.
